asterisco escribió:La actitud izquierdista es la de aquel que confunde los principios con el idealismo. Por ejemplo, a todos nos gustaría vivir en una sociedad sin clases, donde nadie tenga autoridad por encima de los demás. Entonces la actitud izquierdista es decir: "Como no quiero que haya autoridades por encima de mí, rechazo la disciplina del partido". Otro ejemplo muy típico es rechazar ciertas formas de lucha por considerarlas burguesas (lucha judicial por ejemplo) o corruptas (lucha en las instituciones parlamentarias). Frente a esto, lo que Lenin dice en su famoso libro, del cual surge el término "izquierdismo", es que hay que aprovechar todos los resquicios de lucha que se puedan encontrar en el camino hacia el socialismo. Todo lo que permita el más mínimo avance debe ser utilizado, aunque nos repugne. Y sin olvidar por supuesto los peligros que existen cuando se va creando una aristocracia obrera que a fuerza de practicar las formas más burguesas de lucha se acaba pasando al lado de la burguesía, como tristemente ha sucedido con el PCE.
Lenin en "la enfermedad..." lo que hace es una defensa del socialismo científico; si el parlamento puede servirnos para la revolución (y así lo juzgamos previo análisis en el seno de la vanguardia) utilicémoslo, si no nos sirve, boikoteemoslo. De ahí algunos sacan la proclama doctrinaria (y porsupuesto manipulada) de que siempre, siempre, hay que participar en el parlamento. Lenin hace una defensa del socialismo científico en el sentido de que no cierra ninguna puerta por principio o de forma irracional a la revolución; si la vanguardia, desarrollando el socialismo científico y aplicándolo a la situación actual en un determinado estado considera que se puede sacar algo de la participación en el parlamento, y los beneficios (siempre con la vista puesta en la revolución) de esta táctica son mayores que los perjuicios, pues adelante. Que tras dicho desarrollo entendemos que no, que el parlamentarismo en un momento concreto no sirve, ¡pues abajo el parlamento! Es decir, Lenin hace una defensa de la maniobravilidad táctica del Partido Comunista; tácticas todas las que el partido juzgue en cada momento que sirven de algo, pero siempre previo debate, siempre aplicando el socialismo científico y no siguiendo mecánicamente ciertas doctrinas "tácticas" como verdad absoluta. Por ejemplo, que siempre hay que participar en el parlamento, y no solo cuando sirva para atacar el propio parlamento y parlamentarismo (en vez de reforzarlo).
De hecho, su escrito sobre el izquierdismo está lleno de críticas mucho más duras e implacables al revisionismo; en general es eso, una defensa de la ideología más desarrollada del proletariado como única guia para la táctica del Partido (siempre con la revolución en mente); ni "fundamentalismo obrerista" del izquierdismo, ni traición conciliadora con la burguesía del revisionismo. En todo caso, es un hecho que Lenin siempre fue mucho más duro y furibundo con el revisionismo, el gran enemigo de la revolución rusa.
Hay que procurar que los comunistas no repitan el mismo error en el otro sentido, o mejor dicho, que ese mismo error, cometido, aunque en un sentido contrario, por los comunistas "de izquierda" sea corregido y curado con el máximo de rapidez y el mínimo de dolor para el organismo. No sólo el doctrinarismo de derecha constituye un error, también lo constituye el doctrinarismo de izquierda. Naturalmente, el error del doctrinarismo de izquierda en el comunismo es en el momento actual mil veces menos peligroso y grave que el de derecha (esto es, del socialchovinismo y de los kautskianos); pero esto se debe únicamente a que el comunismo de izquierda es una tendencia novísima, que acaba de nacer. Sólo por esto, la enfermedad puede ser, en ciertas condiciones, fácilmente vencida y es necesario emprender su tratamiento con el máximo de energía.
Las antiguas formas se han roto, pues ha resultado que su nuevo contenido -- antiproletario, reaccionario -- ha adquirido un desarrollo inconmensurable. Desde el punto de vista del desenvolvimiento del comunismo internacional, poseemos hoy un contenido tan sólido, tan fuerte, tan potente, de nuestra actividad (por el Poder de los Soviets por la dictadura del proletariado) que puede y debe manifestarse en cualquier forma tanto antigua como nueva, que puede y debe transformar, vencer, someter a todas las demás formas, no sólo nuevas, sino también antiguas, no para conciliarse con ellas, sino a fin de saber convertirlas todas, las nuevas y las viejas, en un arma para la victoria completa y definitiva, decisiva e irremisible del comunismo.
Los comunistas deben consagrar todos sus esfuerzos a dirigir el movimiento obrero y el desarrollo social en general por el camino más recto y rápido hacia la victoria mundial del Poder soviético y de la dictadura del proletariado. Es una verdad indiscutible. Pero basta dar un pequeño paso más allá -- aunque parezca efectuado en la misma dirección --, para que esta verdad se cambie en error. Basta con que digamos, como hacen los comunistas de izquierda alemanes e ingleses, que no aceptamos más que un camino, el camino recto, que no admitimos las maniobras, los acuerdos, los compromisos, para que sea un error que puede causar, y que ha causado ya en parte y sigue causando, los más serios perjuicios al comunismo. Los doctrinarios de derecha se han obstinado en no admitir más que las formas antiguas, y han fracasado del modo más completo por no haberse dado cuenta del nuevo contenido. Los doctrinarios de izquierda se obstinan en rechazar incondicionalmente determinadas formas antiguas, sin ver que el contenido nuevo se abre paso a través de toda clase de formas y que nuestro deber de comunistas consiste en adueñarnos de todas ellas, en aprender a completar con el máximo de rapidez unas con otras, en sustituirlas unas por otras, en adaptar nuestra táctica a todo cambio de este género, suscitado por una clase que no sea la nuestra o por unos esfuerzos que no sean los nuestros.
Por cierto, Lenin nunca criticó ni criticaría a los que rompen la "unidad" con las desviaciones revisionistas en el seno del movimiento comunista, porque su propio partido (el bolchevique) era una escisión escisión del partido socialdemócrata ruso. Por eso esa interpretación del Camarada_Victor es del todo erronea.