—Introducción a la Lógica
texto de Ramón Abarca Fernández
formato doc (unas 90 páginas)
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Si nos interrogamos: ¿Qué es lo más importante para abordar una discusión? La respuesta sería: Saber de qué se discute. Tal homenaje a Perogrullo no es gratuito. La experiencia cotidiana muestra la facilidad con que nos enfrascamos en disputas mal establecidas. Tan absurdo como encargar un traje sin conocer quién lo vestirá es preparar argumentos antes de averiguar qué debemos defender y cuáles son las exigencias de su defensa. Así pues, el principal mandamiento, para quien pretenda participar en un intercambio de ideas, establece que, lejos de malgastar sus primeras energías en un acopio tal vez inútil de razonamientos, deberá precisar el objeto sobre el qué intenta dialogar: ¿en qué consiste el desacuerdo?, ¿dónde radica el meollo de la discrepancia?, ¿qué me niegan?, ¿qué pretendo concretamente rechazar?. He ahí la razón de la lógica, el servicio que presta para utilizar en la mejor forma el lenguaje informativo, dado que el lenguaje expresivo o el imperativo no requiere de lógica alguna.
El presente aporte sólo pretende ser útil. Ciertamente que no es un trabajo acabado, pero sí busca proporcionar aquellos elementos que hagan posible el mejor uso del lenguaje para utilizar las alternativas que nos orienten a la solución correcta de los problemas que se nos presentan.
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Si nos interrogamos: ¿Qué es lo más importante para abordar una discusión? La respuesta sería: Saber de qué se discute. Tal homenaje a Perogrullo no es gratuito. La experiencia cotidiana muestra la facilidad con que nos enfrascamos en disputas mal establecidas. Tan absurdo como encargar un traje sin conocer quién lo vestirá es preparar argumentos antes de averiguar qué debemos defender y cuáles son las exigencias de su defensa. Así pues, el principal mandamiento, para quien pretenda participar en un intercambio de ideas, establece que, lejos de malgastar sus primeras energías en un acopio tal vez inútil de razonamientos, deberá precisar el objeto sobre el qué intenta dialogar: ¿en qué consiste el desacuerdo?, ¿dónde radica el meollo de la discrepancia?, ¿qué me niegan?, ¿qué pretendo concretamente rechazar?. He ahí la razón de la lógica, el servicio que presta para utilizar en la mejor forma el lenguaje informativo, dado que el lenguaje expresivo o el imperativo no requiere de lógica alguna.
El presente aporte sólo pretende ser útil. Ciertamente que no es un trabajo acabado, pero sí busca proporcionar aquellos elementos que hagan posible el mejor uso del lenguaje para utilizar las alternativas que nos orienten a la solución correcta de los problemas que se nos presentan.