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    Los guerrilleros comunistas rumanos en la Segunda Guerra Mundial - texto tomado en junio de 2014 del blog Un vallekano en Rumanía

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    Chus Ditas
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    Los guerrilleros comunistas rumanos en la Segunda Guerra Mundial - texto tomado en junio de 2014 del blog Un vallekano en Rumanía Empty Los guerrilleros comunistas rumanos en la Segunda Guerra Mundial - texto tomado en junio de 2014 del blog Un vallekano en Rumanía

    Mensaje por Chus Ditas Lun Jun 16, 2014 7:40 pm

    —Los guerrilleros comunistas rumanos en la Segunda Guerra Mundial

    tomado en junio de 2014 del blog Un vallekano en Rumanía

    La Segunda Guerra Mundial se caracterizó, entre otras cosas, por el surgimiento de guerrillas o movimientos de resistencia en todos los países ocupados por la Alemania nazi y sus aliados, e incluso en los que se aliaron desde el primer momento con el fascismo. Como sabemos en España, donde en abril de 1939 habia terminado la guerra civil con el triunfo del general golpista y genocida, Francisco Franco, y que se declaró en teoría neutral en el conflicto europeo, surgieron movimientos guerrilleros por todo el país, que se conocen como "los maquis", la mayoría de ellos dirigidos por el partido comunista desde el exilio.

    La resistencia francesa, organizada también en torno al partido comunista y otros movimientos izquierdistas, quizás es la mas conocida a traves de la propaganda occidental, y fue integrada tambien por brigadistas internacionales de la Guerra Civil española exiliados tras el fin de la guerra española, lo que le dió un caracter multinacional (muchos de los rumanos que lucharon por la libertad en España lo siguieron haciendo después en la resistencia francesa).

    Los partisanos de Tito en Yugoslavia o las guerrillas griegas son otros de los muchos ejemplos conocidos de grupos antifascistas que se enfrentaron al fascismo, y que fueron clave para la victoria, a pesar de que en el país héleno la victoria les fue escamoteada para entregárselas a las oligarquías que no movieron ni un dedo en la lucha (y al contrario simpatizaron siempre, como en todos los países capitalistas, apoyando abierta o clandestinamente al nazismo).

    También hubo partisanos comunistas en la mismísima Alemania, o en Italia, en pleno corazón del fascismo europeo, en Holanda, Noruega, Polonia, y, por supuesto, en los territorios ocupados por los nazis y sus aliados en la Unión Soviética (República Moldova, Ucrania, Bielorrusia, Lituania, etc...)

    Sus formas de lucha fueron variadas, desde la guerrilla rural, hasta el combate urbano, pasando por el espionaje, y en general, como hemos dicho, detrás de sus acciones estaba la organización más o menos directa de los partidos comunistas nacionales (vinculados todos ellos a través de la internacional comunista).

    Aunque no es demasiado conocido (y la propaganda anticomunista se ecarga de ocultarlo tenazmente) tambien hubo guerrilleros y partisanos antifascistas en territorio rumano. Estos son mantenidos en el olvido por los que fueron derrotados por aquellos durante la SGM y que volvieron a imponer su poder en los años 90, tras la desintegración de la URSS. Mientras se convierte en héroes a los grupos profascistas formados por exlegionarios y partidarios del nazismo que se crearon tras la derrota del régimen de Antonescu, y que se refugiaron en las montañas tras el triunfo del Socialismo en la Segunda Guerra Mundial, aquellos que lucharon y derrotaron al fascismo, muchos de ellos dando su vida, se mantienen en el olvido o son criminalizados por los medios de propaganda de la tiranía del capital.

    Sin embargo, la labor de los comunistas clandestinos en Rumanía se desarrolló durante toda la guerra, y especialmente desde la primavera de 1944, cuando el ejército rumano-alemán estaba ya en retirada en las estepas rusas, huyendo del Ejército Rojo, formado también por comunistas rumanos, con el rabo entre las piernas. Quizás su importancia en la victoria final no fue tan esencial como la de otros movimientos de resistencia (como en el caso de los pueblos soviéticos, Yugoslavia, Grecia o Francia, por ejemplo). Sin embargo, y amparados en el cada vez mas extenso movimiento comunista interior, que había ido creciendo después de la creación del partido de los trabajadores en 1921 (dirigido por comunisctas como Gheorghe Gheorghiu Dej, Gheorghe Apostol, o Nicolae Ceausescu) y, sobre todo, tras la invasión alemana, se tejió una red de resistencia que fue complementada con el envío de partisanos-guerrilleros rumanos desde la URSS.

    Es bien sabido que la mayoría de los soldados rumanos en el frente ruso eran trabajadores o campesinos, forzados por las élites (cuyos miembros privilegiados no luchaban, por supuesto, en primera línea), y que eran enviados a enfrentarse a sus camaradas rusos en nombre del rey y lo que este representaba (oligarquía, injusticia social, capitalismo, y control por unos pocos de los medios de producción, es decir, pobreza y miseria para la mayoría).

    Así que, con miembros reclutados de entre los prisioneros rumanos capturados por el Ejercito Rojo o los antifascistas que se habían refugiado en el país de los trabajadores, los grupos de guerrilla eran instruídos, pertrechados con armamento, dinero, con aparatos de radio, etc.., y luego eran infiltrados detrás de las líneas alemanas y fascio-rumanas, para actuar especialmente contra las líneas de abastecimiento.

    Uno de esos grupos fue el ´Grupo Alpin Carpati´, integrado por 15 miembros y encabezado por el subteniente Ilie Banica. La misión de dicho grupo , durante la primavera de 1944, era la de minar y destruir los trenes de mercancías que circulaban por el Valle del Prahova, la rica zona petrolifera rumana, y que abastecían a las tropas alemanas que luchaban en el frente oriental.

    En el Archivo del Centro para la Historia Oral de la Radiodifusión Rumana se guarda una entrevista de 1956 con Ilie Banica, en la cual él mismo cuenta cómo se formó dicho grupo:

    ´´El grupo de guerrilla Carpati fue constituído en la Unión Soviética, a solicitud de varios prisioneros de guerra que habían pasado ya por escuelas anti-fascistas, al igual que fue creada la División del ejercito rojo "Tudor Vladimirescu" (dirigida por la comunista rumana Ana Pauker miembro del Komitern). Hubo también prisioneros rumanos que no participaron en la creación de esa división, y que siguieron una escuela anti-fascista superior. Durante estos cursos, expresaron su voluntad de llevar a cabo la lucha guerrillera. Tras terminar la escuela antifascista, a mí me enviaron a participar en varias misiones en Crimea, para hablar al megáfono a los militares rumanos desplegados allí, y decirles que no valía la pena morir en vano, que se entregaran valientemente, ya que los soviéticos no iban a fusilarles. Al regresar a la escuela, pedí a la dirección que me permitiera que, junto con los compañeros que conocía, nos fueramos a nuestro país para luchar como guerrilleros. Me satisfacieron este deseo, en el sentido de que se me permitió elegir algunos compañeros, junto con los cuales salimos para Rumanía.´´

    El grupo recibió ayuda de los soviéticos, para cruzar la línea de la frente. Al cabo de casi una semana de caminar discretamente, y con la ayuda de unos civiles, el grupo logró establecer su base de acción en el Valle del Prahova. Desde allí, empezaron las acciones de sabotaje:

    ´´La misión de nuestro grupo era contribuir, con el material que teníamos, a la destrucción de materiales de guerra y sobre todo, a impedir la salida del país de los productos y del petroleo rumano destinados al abastecimiento del frente. Con este fin, teníamos a nuestra disposición materiales explosivos para hacer estallar las bombas que colocamos, y para destruir centenares de vagones que transportaban leña o se encontraban en las estaciones de ferrocarril (...) No podría decir si minamos 16 o 18 trenes, pero aproximadamente, ésta es la cifra.´´

    A finales del mes de julio, los guerrilleros empezaron a enfrentarse directamente contra los militares y las tropas de la policia, que dispersaron el grupo. Algunos fueron asesinados, y otros se escondieron, en grupúsculos de 2 o 3 personas. De esta forma resistieron hasta el 23 de agosto de 1944, cuando Rumanía rompió la alianza con la Alemania nazi y se puso al servicio del Ejército Rojo.

    Como describe el partisano Ilie Banica: ´´Se acercaba el día 23 de agosto. La noche del 22 de agosto yo estaba en Chitila (pueblo de las afueras de la capital) y hablaba allí con un comisario de la policía que sostenía que se había roto el frente en Iasi y que las tropas soviéticas se estaban dirigiendo hacia Bucarest. Yo trataba de negar eso, para sacar más información. Me dijo que ésta era la realidad, que el comunicado fue difundido también en la radio y que él tenía también otras informaciones. Me presenté luego al Comité Central del PCR, junto con el compañero Victor Zeiceanu, quien había enfermado mientras tanto, y que se quedó en una casa en Bucarest. Aquí participé en la insurrección armada, en la detención del gobierno, y en la vigilancia a Antonescu en Vatra Luminoasa. Y con esto se acabó la misión de nuestro grupo.´´

    Estos grupos de guerrilla, junto con los militares de las divisiones "Tudor Vladimirescu" y "Horia, Closca y Crisan" (divisiones formadas por el Ejército Rojo entre los prisioneros rumanos que habían entendido quien era realmente su enemigo, la clase capitalista de su propio país), constituyeron los futuros núcleos de la democratización del ejército de Rumania y de su policía.

    La resistencia antifascista de los rumanos es un tema poco tratado por la historiografía actual, subordinada al anticomunismo recalcitrante en el cual se esconde hoy el resurgir del fascismo en toda Europa (especialmente, en los países donde las oligarquías sufrieron la "dureza" de la redistribucion socialista de la riqueza entre los que la producían).

    Mihail Sadoveanu, (1880-1961) uno de los mas grandes escritores rumanos de todos los tiempos, caracterizado desde sus inicios literarios por una gran sensibilidad social, apoyó desde los primeros momentos el triunfo del socialismo en Rumanía, y ocuparía después las funciones de Presidente de la Asamblea de Diputados tras las elecciones de 1946, además de ser uno de los cinco miembros del Presidium Provisional de la República Popular Rumana tras la Abdicación del rey Mihai I, en diciembre de 1948.

    En uno de sus grandes obras, titulada "Mitrea Cocor", Sadoveanu nos describe como los antes explotados y maltratados campesinos rumanos encuentran en el comunismo, aprendido en los campos de prisioneros del Ejército Rojo, una nueva esperanza. El libro tiene como protagonista a un huérfano que trabaja para un boyardo-terrateniente rumano en condiciones miserables, y que es obligado a ir a la guerra junto al ejército fascista de Rumanía en contra de la Unión Soviética. En el frente es capturado, algo que, sin embargo, cambiará su vida. En los campos de concentración soviéticos acude a las escuelas antifascistas y entiende entonces lo que sus verdaderos enemigos han hecho hasta ahora con su vida. Así que se ofrece voluntario para entrar en el ejército y luchar por la liberación de su país de las garras de los enemigos de los trabajadores.

    El caso que se describe en "Mitrea Cocor", al igual que el otra obra clásica del socialismo rumano, "Carretera hacia el norte", de Eugen Barbu, fue el de muchos soldados rumanos, obligados a trabajar como bestias para sus boyardos y capitalistas antes de la guerra, y después empujados a luchar por los intereses de sus explotadores en una guerra que no era la suya. Tras ser capturados en el frente ruso, muchos prisioneros asistían a las escuelas antifascistas y se ofrecieron voluntarios para luchar en el ejército o como partisanos, tanto en la zona de Odessa o Crimea como en Stalingrado, y otros tantos fueron enviados a tierra rumana, o formaron parte de las divisiones rumanas socialistas, como los miembros de la mítica división Tudor Vladimirescu, la primera que entró en Bucarest el día de la liberación de la ciudad (30 de agosto de 1944) de manos del fascismo de Hitler y del Mariscal Antonescu y de, no lo olvidemos, de la complicidad del rey Mihai I.


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