LOS INTERESES DE LA INDUSTRIA ARMAMENTÍSTICA PROVOCAN GUERRAS
El 70% del presupuesto militar estadounidense se gasta en armas de guerra. Según el Movimiento contra la Guerra, la industria armamentística es la causa principal de que no cesen los conflictos, ya que la guerra es una forma de mantener la actividad económica.
El Movimiento Estadounidense contra la Guerra reúne fuerzas para oponerse a las operaciones que su país lleva a cabo en el extranjero. Para ellos, la fuerza de la industria militar es la principal responsable de esta situación, ya que acumula cada vez más productos que deben ser utilizados. Por eso, según su opinión, las campañas bélicas se extienden por todo el mundo.
Jeremy Scahill, un periodista, investigador y editor, señala que actualmente EE. UU. tiene 104.000 militares contratados en Afganistán y la mayoría de ellos no son necesarios. Durante su gestión, Obama ha doblado la cantidad de contratados allí.
La guerra permite ganar mucho dinero, especialmente en el terreno de la protección y la seguridad, que están estrechamente vinculadas con el aparato militar. El Gobierno gasta hasta un 70% del presupuesto militar en contratados y armas de última generación.
Scahill sostiene que todo el sistema está encaminado a privatizar el mercado de armas. Hace casi medio siglo, el presidente número 34 de EE. UU. y también un condecorado general, Dwight Eisenhower, había advertido a sus compatriotas sobre este tipo de peligros.
Actualmente, las previsiones del presidente se convierten en realidad. Los ciudadanos estadounidenses afirman que están cansados de la interminable guerra que se realiza gracias a sus impuestos. Por eso se vieron obligados a exigir que el Congreso aprobara un documento que prohibiera la contratación de empresas privadas de seguridad. Este documento reduciría considerablemente el número de contratados en las zonas conflictivas.
A menudo les parece que luchan contra una fuerza invencible. Pero tienen en cuenta las advertencias del pasado, como las del ex presidente Eisenhower, e intentan denunciarlas ante el Gobierno y el Pentágono.
El 70% del presupuesto militar estadounidense se gasta en armas de guerra. Según el Movimiento contra la Guerra, la industria armamentística es la causa principal de que no cesen los conflictos, ya que la guerra es una forma de mantener la actividad económica.
El Movimiento Estadounidense contra la Guerra reúne fuerzas para oponerse a las operaciones que su país lleva a cabo en el extranjero. Para ellos, la fuerza de la industria militar es la principal responsable de esta situación, ya que acumula cada vez más productos que deben ser utilizados. Por eso, según su opinión, las campañas bélicas se extienden por todo el mundo.
Jeremy Scahill, un periodista, investigador y editor, señala que actualmente EE. UU. tiene 104.000 militares contratados en Afganistán y la mayoría de ellos no son necesarios. Durante su gestión, Obama ha doblado la cantidad de contratados allí.
La guerra permite ganar mucho dinero, especialmente en el terreno de la protección y la seguridad, que están estrechamente vinculadas con el aparato militar. El Gobierno gasta hasta un 70% del presupuesto militar en contratados y armas de última generación.
Scahill sostiene que todo el sistema está encaminado a privatizar el mercado de armas. Hace casi medio siglo, el presidente número 34 de EE. UU. y también un condecorado general, Dwight Eisenhower, había advertido a sus compatriotas sobre este tipo de peligros.
Actualmente, las previsiones del presidente se convierten en realidad. Los ciudadanos estadounidenses afirman que están cansados de la interminable guerra que se realiza gracias a sus impuestos. Por eso se vieron obligados a exigir que el Congreso aprobara un documento que prohibiera la contratación de empresas privadas de seguridad. Este documento reduciría considerablemente el número de contratados en las zonas conflictivas.
A menudo les parece que luchan contra una fuerza invencible. Pero tienen en cuenta las advertencias del pasado, como las del ex presidente Eisenhower, e intentan denunciarlas ante el Gobierno y el Pentágono.