Saludos, de nuevo, Trabant.
Agradezco la brevedad y concisión de tus respuestas en un debate con frentes tan abiertos y distintos; intentaré ser breve y conciso yo también.
1) Mi punto, en este tema, es que las luchas concretas en distintos ámbitos —léase independentismo, feminismo, etc.— no deben realizarse bajo la forma de luchas parciales y autónomas, cerradas en si mismas con formas políticas concretas y espontáneas, sino en el plano de la lucha global y total por el socialismo; esto es, en otras palabras, y en el momento actual, que deben realizarse a condición de la reconstitución ideológica del marxismo y política del Partido Comunista en el Estado español. Todo tiene su sello de clase y, si nos centramos en cada aspecto en concreto y por separado, sin entenderlos como resultado de la incansable lucha de clases y con solución definitiva solo en el socialismo, no hacemos más que reproducir y acutar bajo su sello de clase actual. Como decía Lenin, aquello que se aparta lo más mínimo de la ideología o lucha conjunta por el socialismo favorece a la ideología capitalista o, más en concreto, a los intereses de clase capitalistas.
2) La teoría marxista, en concreto el materialismo histórico, nos explica que el Estado es una máquina en manos de la clase social dominante, con sus respectivas alianzas, para afianzar su explotación de otras clases. Así pues, en este sentido, en el capitalismo, tanto el Estado dictatorial como el Estado democrático están a manos de la burguesía y del capital; la transformación cuantitativa de sus formas político-jurídicas no equivale a una transformación cualitativa de sus fundamentos materiales-económicos, esto es del tipo de relaciones sociales de producción. En otras palabras, aunque el Estado burgués haya concedido ciertos «derechos democráticos», siempre dentro de los límites e intereses de la burguesía y del capital, su carácter de clase sigue siendo burgués y en defensa de la propiedad privada. Así pues, comprendiendo que estamos en la fase imperialista del capitalismo, el monopolismo del franquismo precede necesariamente al monopolismo de la «democracia burguesa».
A partir de aquí, si bien es cierto que los y las comunistas debemos luchar por medidas democráticas, debemos comprender que la lucha global y total que debemos desarrollar es la lucha revolucionaria por el socialismo (etapa actual: formación del Partido Comunista). Por tanto, de la lucha democrática no podemos hacer una lucha parcial o, aún más, una lucha global y total. Nuestro objetivo es la destrucción total del Estado burgués, hecho por el cual la lucha democrática no se enmarca en utópicos pasos intermedios «más democráticos» para su destrucción. No debemos caer en republicanismos pequeño-burgueses que pospongan la lucha por el socialismo a condición de formas democráticas superiores del Estado capitalista. Como bien señalas, debemos edificar ininterrumpidamente el socialismo, es decir, no luchar por etapas democráticas, en cierto sentido utópicas, del Estado burgués como condición elemental por el socialismo —en este caso, se antepondría la lucha democrática inmediata y parcial a la lucha global y total por el socialismo—.
3) No acabo de comprender muy bien el sentido en que has interpretado el fragmento que remarcas, pero respondo a tus preguntas. Luchamos, efectivamente, por una República Socialista que solo, y solo, puede tener lugar bajo la forma de dictadura revolucionaria del proletariado. Para la revolución es indiscutible que deben desarrollarse las condiciones subjetivas o, lo que es lo mismo, que debe constituirse la ideología marxista como ideología de vanguardia del proletariado y, en el plano político, en forma de Partido Comunista, y desarrollarse la lucha revolucionaria de masas una vez éste esté constituido.
Saludos.
Agradezco la brevedad y concisión de tus respuestas en un debate con frentes tan abiertos y distintos; intentaré ser breve y conciso yo también.
1) Mi punto, en este tema, es que las luchas concretas en distintos ámbitos —léase independentismo, feminismo, etc.— no deben realizarse bajo la forma de luchas parciales y autónomas, cerradas en si mismas con formas políticas concretas y espontáneas, sino en el plano de la lucha global y total por el socialismo; esto es, en otras palabras, y en el momento actual, que deben realizarse a condición de la reconstitución ideológica del marxismo y política del Partido Comunista en el Estado español. Todo tiene su sello de clase y, si nos centramos en cada aspecto en concreto y por separado, sin entenderlos como resultado de la incansable lucha de clases y con solución definitiva solo en el socialismo, no hacemos más que reproducir y acutar bajo su sello de clase actual. Como decía Lenin, aquello que se aparta lo más mínimo de la ideología o lucha conjunta por el socialismo favorece a la ideología capitalista o, más en concreto, a los intereses de clase capitalistas.
2) La teoría marxista, en concreto el materialismo histórico, nos explica que el Estado es una máquina en manos de la clase social dominante, con sus respectivas alianzas, para afianzar su explotación de otras clases. Así pues, en este sentido, en el capitalismo, tanto el Estado dictatorial como el Estado democrático están a manos de la burguesía y del capital; la transformación cuantitativa de sus formas político-jurídicas no equivale a una transformación cualitativa de sus fundamentos materiales-económicos, esto es del tipo de relaciones sociales de producción. En otras palabras, aunque el Estado burgués haya concedido ciertos «derechos democráticos», siempre dentro de los límites e intereses de la burguesía y del capital, su carácter de clase sigue siendo burgués y en defensa de la propiedad privada. Así pues, comprendiendo que estamos en la fase imperialista del capitalismo, el monopolismo del franquismo precede necesariamente al monopolismo de la «democracia burguesa».
A partir de aquí, si bien es cierto que los y las comunistas debemos luchar por medidas democráticas, debemos comprender que la lucha global y total que debemos desarrollar es la lucha revolucionaria por el socialismo (etapa actual: formación del Partido Comunista). Por tanto, de la lucha democrática no podemos hacer una lucha parcial o, aún más, una lucha global y total. Nuestro objetivo es la destrucción total del Estado burgués, hecho por el cual la lucha democrática no se enmarca en utópicos pasos intermedios «más democráticos» para su destrucción. No debemos caer en republicanismos pequeño-burgueses que pospongan la lucha por el socialismo a condición de formas democráticas superiores del Estado capitalista. Como bien señalas, debemos edificar ininterrumpidamente el socialismo, es decir, no luchar por etapas democráticas, en cierto sentido utópicas, del Estado burgués como condición elemental por el socialismo —en este caso, se antepondría la lucha democrática inmediata y parcial a la lucha global y total por el socialismo—.
3) No acabo de comprender muy bien el sentido en que has interpretado el fragmento que remarcas, pero respondo a tus preguntas. Luchamos, efectivamente, por una República Socialista que solo, y solo, puede tener lugar bajo la forma de dictadura revolucionaria del proletariado. Para la revolución es indiscutible que deben desarrollarse las condiciones subjetivas o, lo que es lo mismo, que debe constituirse la ideología marxista como ideología de vanguardia del proletariado y, en el plano político, en forma de Partido Comunista, y desarrollarse la lucha revolucionaria de masas una vez éste esté constituido.
Saludos.