Reforma laboral, otra forma de decir que la crisis la paguen los trabajadores
Existe un consenso entre el gobierno, la patronal y los sindicatos mayoritarios: el reparto del sacrificio para salir de la crisis va a ser soportado exclusivamente por los trabajadores. A eso le llaman reforma laboral. Según sus criterios de eficiencia, para que el mercado laboral funcione correctamente, se deben acabar con la mayoría de derechos y dejar así que el mercado reduzca los salarios hasta que las empresas puedan optimizar sus beneficios y crear empleo.
Aceptar eso, nos ha llevado a treinta años de retrocesos de derechos laborales, con la colaboración inestimable para unos sindicatos domesticados por el régimen capitalista.
Esto aplicado en la actual coyuntura, nos ha llevado a 4,6 millones de parados, ¿y todavía quieren que pensemos que el capitalismo genera bienestar y es eficaz para los intereses de los trabajadores? No nos engañemos, el despido no se utiliza porque la empresa esté en quiebra, sino porque se quiere aumentar al máximo la explotación.
De hecho, los que siguen trabajando están asumiendo más carga de trabajo que antes de la crisis. Tanto el PSOE como el PP nos han dejado claro que de la crisis no se saldrá movilizando los multimillonarios ahorros ociosos del capital, sino del sacrificio de la clase trabajadora. Éstas son las recetas de la reforma laboral del gobierno:
- Generalizar el contrato indefinido de fomento del empleo con indemnización de 33 días/año, para dejar de utilizar el de 45 días. Clarificar las causas objetivas de despido para que las empresas puedan despedir "procedentemente" (20 días/año) y por tanto, más barato. Que se utilice el Fondo de Garantía Salarial para financiar un 40% de la indemnización del despido "procedente".
- Incentivar la reducción de jornada con reducción de salarios. Se impulsa el papel de las ETTs y se fomentará la contratación basura de jóvenes.
- Se intentará romper con el modelo de indemnización por despido para sustituirlo por un fondo acumulado a lo largo de la vida del trabajador (modelo austriaco). Esto supondrá mayor indefensión del trabajador frente a la empresa. Ya no sólo las empresas han conseguido echar a la gente porque no le sean lo suficientemente rentables, sino que se pretende que se desentiendan de indemnizar por los perjuicios de un despido. Esto contrasta con los contratos blindados de los altos directivos, que en caso de despido, la empresa indemniza por encima de lo estipulado y les busca un nuevo empleo. ¿Por qué no igualamos hacia arriba? Parece que los "socialistas" del PSOE prefieren igualar por abajo, dejar intactas las fortunas generadas tras la orgía especulativa inmobiliario-financiera y seguir con las ayudas públicas a la banca privada. Para mayor escándalo, nos anuncian recortes del gasto público como paso previo a la privatización de servicios básicos como la Sanidad. Y si esto fuera poco, además nos van hacer trabajar hasta los 67 años. En este Primero de Mayo les decimos:
¡Basta de impunidad de los capitalistas!
¡Organicemos la huelga general!