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    Teoría marxista de la alienación - artículo de Juan Manuel Olarieta - septiembre de 2014

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    RioLena
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    Mensaje por RioLena Jue Sep 11, 2014 6:23 pm

    Teoría marxista de la alienación

    artículo de Juan Manuel Olarieta - septiembre de 2014

    Una de las maneras de diferenciar a un idealista de un materialista es que mientras el primero habla del mundo en primera persona, el segundo habla de la persona en función del mundo. El idealismo se empacha de conciencia, e incluso inventa tantos paraísos como conciencias existen acerca de él. El mundo -dicen los idealistas- no es tan importante como tener conciencia de él. Entonces el discurso del idealista desvaría por todos y cada uno de los problemas de esa conciencia y, sobre todo, de los desvaríos de la conciencia o de la ausencia de conciencia.

    La alienación es uno de los recursos favoritos del idealismo, y mucho más: es algo casi psiquiátrico, hasta el punto de que a veces el alienado es un enajenado, un perturbado mental. Incluso grandes materialistas como Feuerbach resbalaron por esa pendiente al poner a la religión como ejemplo típico de alienación, un fenómeno pernicioso, un engaño, con el que hay que acabar. Por no hablar ya del idealismo, incluso el materialismo burgués juzga la alienación como algo inmoral, rechazable, y a partir de ahí la bola de nieve sigue creciendo imparablemente, al concebir que la tarea revolucionaria debe consistir, lógicamente, en poner lo cierto en lugar de lo incierto en la conciencia de cada cual pero, especialmente, en la de los trabajadores, con un empeño que es típico de los misioneros y evangelizadores religiosos, es decir, a la vez, propagandístico y pedagógico.

    Los pseudomarxistas toman del idealismo esas concepciones. Por ejemplo, Reconstrucción Comunista, que son los cheerleaders del oportunismo, hace gala de ello en una reciente publicación que convierte a la alienación en la "forma principal de control" y en el "instrumento principal de la dominación" en un Estado democrático. En un confuso lenguaje idealista sostienen que un régimen democrático es "mejor envoltura" que una "dominación autoritaria" porque la burguesía se impone por medio de la alienación que ejerce sobre el proletariado, controlando el Estado, el sistema educativo y los medios de comunicación (1).

    En este tipo de concepciones hasta el lenguaje es absurdo. Un régimen político no es ninguna "envoltura", ni la dominación de clase puede depender de algo -la alienación- que conciben como un fenómeno subjetivo, ideológico. Es como decir que una clase, el proletariado, está sometida porque otra clase, la burguesía, le engaña o le mantiene en una especie de atontamiento a través de los medios de comunicación. Aunque errónea, es una concepción bastante extendida. Parece que la burguesía conoce la verdad pero cuenta algo distinto: una mentira. La consecuencia de este planteamiento idealista es que -a la manera de Feuerbach- la lucha de clases se reduce a una tarea pedagógica que tiene como objetivo destapar el fraude, sacando a los explotados del error en el que viven.

    En contra de lo que Reconstrucción Comunista afirma, la burguesía no "ejerce alienación" sobre el proletariado porque ella misma está alienada. Pero los colectivos pequeño-burgueses se caracterizan porque denuncian la alienación de los trabajadores, pero nunca su propia alienación como clase. Esto es típico -sobre todo- de la intelectualidad, que considera que quienes están alienados son los que carecen de formación, estudios o eso que llaman "preparación", que conciben siempre como algo anterior a la acción. Pocos sectores sociales hay más alienados que los intelectuales y, en particular, quienes creen que no se puede salir a la calle sin leerse antes "El Capital".

    Mientras el idealismo pone los fenómenos cabeza abajo el marxismo, que es el materialismo científico, sostiene que la alienación no se origina en la conciencia sino en la actividad y, por consiguiente, en el trabajo: "Nosotros partimos de un hecho económico, actual", dice Marx (2). Las relaciones de producción capitalistas son inmediatamente relaciones de dominación, de poder. El poder es económico, social y político, y de ahí deriva un poder ideológico en el que la clase que lo detenta no engaña sino que transmite las concepciones de su clase a toda la sociedad: "las ideas dominantes son las de la clase dominante", dice Marx en una frase conocida. No son, pues, la causa sino más bien la consecuencia.

    El marxismo analiza, además, la alienación como una característica de la actividad económica bajo determinadas circunstancias históricas bien definidas, que son el capitalismo y su antecedente inmediato, el mercado, con lo que ello supone, fundamentalmente la propiedad privada. La alienación, pues, ni siquiera tiene que ver exactamente con mercancías, como sostuvo Lukacs (3), sino con la propiedad de las mismas, o sea, con determinadas formas de relaciones de producción mercantiles que surgen en un momento determinado de la historia.
    El mercado aparece porque alguien produce no para sí mismo sino para otros. Hay un desdoblamiento de la sociedad entre vendedores y compradores, es decir, una ruptura de la unidad (sociedad) en dos fragmentos (uno se divide en dos). A ese desdoblamiento, que es puramente mercantil, el capitalismo añade otro aún más importante: el de quienes no sólo producen sino que trabajan para otros, por cuenta de otros: "Hasta ahora hemos considerado el extrañamiento, la enajenación del trabajador, sólo en un aspecto, concretamente en su relación con el producto de su trabajo. Pero el extrañamiento no se muestra sólo en el resultado, sino en el acto de la producción, dentro de la actividad productiva misma" (4). Es lo que los idealistas no quieren admitir: la alienación no es nada diferente de la explotación y el trabajo alienado es el trabajo explotado.

    Marx no fue nada original. De la economía mercantil y del desdoblamiento entre el valor de uso y el valor de cambio ya habló Aristóteles. Lo que Marx dice es que con el desarrollo de las fuerzas productivas y la división del trabajo, la economía y la sociedad se fragmentan aún más profundamente: el trabajo se desdobla como fuerza de trabajo, el valor de cambio como dinero y el dinero como capital.

    Cuando Marx alude a la alienación utiliza una batería de expresiones en alemán que no siempre se traducen de la misma manera y que han creado otra batería de expresiones en castellano verdaderamente laberínticas. Pero todas ellas tienen en común un desdoblamiento y se suelen ilustrar con el ejemplo de la compraventa. Si somos finos, cuando vendemos nuestro coche decimos que lo hemos "enajenado" porque la propiedad privada separa lo propio de lo ajeno (alienus).

    Pero con "enajenado" nos podemos referir también a una persona que no es ella misma sino que está "fuera de sí", que se cree otra distinta, que se desdobla en ella. Lo mismo le ocurre a cualquier creador, que se realiza en su creación, el pintor en su pintura o el poeta en su poema, y entonces decimos que la obra es un desdoblamiento de su creador, hasta el punto de que adquiere vida propia, como el Quijote trasciende a Cervantes o la Quinta Sinfonía a Beethoven.

    Ante todo la alienación es objetivación, materialización. Si el trabajo se analiza desde ese punto de vista, como creación, la alienación pierde ese sentido moral repudiable que ha adquirido en el pensamiento burgués. Entonces el trabajo es todo lo contrario, "autoproducción", como decía Hegel, que es la máxima expresión de la realización personal. El hombre se manifiesta en sus obras, en su actividad, en la práctica.

    Para los marxistas la alienación no es unilateral sino una contradicción. No se trata -en absoluto- de erradicarla sino de modificar las condiciones históricas actuales en las que se desenvuelve. Si en lugar de modificación hablamos -más bien- de superación, que es el término que Marx utiliza, podríamos decir que como cualquier otra situación histórica, no es posible suprimir la alienación sino que se trata de superarla a partir de la propia alienación. Para lograrlo lo que hace falta, en palabras de Marx, no es precisamente pedagogía sino "un movimiento que se supera a sí mismo" (5), acabar con la propiedad privada o, para ser más claros: acabar con el trabajo explotado.

    La propiedad privada no sólo crea una dualidad recíproca entre lo mío y lo tuyo, sino una dislocación entre lo individual y lo social, entre yo y todos los demás, donde parece que lo de los demás no es mío o no me corresponde a mí. Esa ideología edificada sobre lo cercano e inmediato, característica de la burguesía española desde siempre, ha impregnado profundamente todos los poros de la sociedad, empezando por el "¿Qué hay de lo mío?" y acabando en el provincianismo cutre, también característico, de "¡Viva Cartagena!".

    El desdoblamiento de las cosas es paralelo al de las personas. El desarrollo de las fuerzas productivas forma sociedades cada vez mayores (cuantitativamente) pero más fragmentadas (cualitativamente), siendo las clases y la lucha entre ellas la máxima expresión de dicha fragmentación. Pero no es la única y en los "Manuscritos" expone Marx otras muchas consecuencias de dicha fragmentación: la propiedad privada crea necesidades e intereses igualmente privados a los que se subordina el interés público, que debería ser el de la mayoría, e incluso el de toda la sociedad.

    Las relaciones mercantiles (el mercado, la compraventa, la propiedad privada) crean la falsa impresión de que todos somos iguales, todos estamos en un mismo plano. Pero las relaciones capitalistas que de ahí surgen son todo lo contrario: donde hay un propietario de medios de producción hay un expropiado. A veces al trabajo explotado se le llama "por cuenta ajena" o sea por cuenta de otro (alienus), el propietario de los medios de producción. También se le llama trabajo "dependiente" porque crea dependencia, hace a una parte de la sociedad (proletarios) dependiente de otra (burgueses).

    En la sociedad capitalista el trabajo alienado es, pues, el soporte de cualquier otra forma de subordinación (social, política, cultural), la esencia misma del poder de la burguesía como clase. A eso -a la explotación- se refería Marx, y no a otra cosa.

    Notas:

    (1) Reconstrucción Comunista, De Acero, núm.4, agosto de 2014, pgs.5 y 7.
    (2) Marx, Manuscritos economía y filosofía, Madrid, 1968, pg.105.
    (3) Lukacs, Historia y conciencia de clase, México, 1969, pg.123.
    (4) Marx, Manuscritos, cit., pg.pg.108.
    (5) Marx, Manuscritos, cit., pg.pg.164.
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    Mensaje por CarlosMarx Vie Sep 12, 2014 12:24 am

    A responder!

    Una de las maneras de diferenciar a un idealista de un materialista es que mientras el primero habla del mundo en primera persona, el segundo habla de la persona en función del mundo. El idealismo se empacha de conciencia, e incluso inventa tantos paraísos como conciencias existen acerca de él. El mundo -dicen los idealistas- no es tan importante como tener conciencia de él. Entonces el discurso del idealista desvaría por todos y cada uno de los problemas de esa conciencia y, sobre todo, de los desvaríos de la conciencia o de la ausencia de conciencia.

    No comparto la idea de que el mundo sea más que la conciencia humana, desde un sentido filosófico. A partir de la conciencia humana se gestan todas las ideas, los cambios y los deseos, y eso se refleja en el mundo que a uno lo rodea, el ser humano modifica su mundo, y también, su visión del mundo, no podemos separar ambas cosas.

    (...)al concebir que la tarea revolucionaria debe consistir, lógicamente, en poner lo cierto en lugar de lo incierto en la conciencia de cada cual pero, especialmente, en la de los trabajadores, con un empeño que es típico de los misioneros y evangelizadores religiosos, es decir, a la vez, propagandístico y pedagógico.

    ¿De qué otra forma decantarías a las personas hacia la sociedad socialista, si estas mismas no están dispuestas a luchar por esos ideales? Se necesita un trabajo de concientización, las masas deben conocer las alternativas para poder luchar por ellas, al menos las ideas más simples. En Rusia, por ejemplo, de no haber existido una alternativa ideológica, plasmada en el Partido, que haya buscado a los trabajadores, informándolos y luchando por ellos y con ellos, no hubiera pasado nada.

    Los pseudomarxistas toman del idealismo esas concepciones. Por ejemplo, Reconstrucción Comunista, que son los cheerleaders del oportunismo, hace gala de ello en una reciente publicación que convierte a la alienación en la "forma principal de control" y en el "instrumento principal de la dominación" en un Estado democrático. En un confuso lenguaje idealista sostienen que un régimen democrático es "mejor envoltura" que una "dominación autoritaria" porque la burguesía se impone por medio de la alienación que ejerce sobre el proletariado, controlando el Estado, el sistema educativo y los medios de comunicación (1).

    En este tipo de concepciones hasta el lenguaje es absurdo. Un régimen político no es ninguna "envoltura", ni la dominación de clase puede depender de algo -la alienación- que conciben como un fenómeno subjetivo, ideológico. Es como decir que una clase, el proletariado, está sometida porque otra clase, la burguesía, le engaña o le mantiene en una especie de atontamiento a través de los medios de comunicación. Aunque errónea, es una concepción bastante extendida. Parece que la burguesía conoce la verdad pero cuenta algo distinto: una mentira. La consecuencia de este planteamiento idealista es que -a la manera de Feuerbach- la lucha de clases se reduce a una tarea pedagógica que tiene como objetivo destapar el fraude, sacando a los explotados del error en el que viven.

    Entonces, ¿se niega la manipulación burguesa de la información, por ejemplo? Con esa teoría la burguesía no tendría poder sobre nada ni nadie, y sus intereses no se verían plasmados en lo que se enseña, en las ideas de la gente o en las noticias. Pero, como se sabe, existe gran control, una envoltura propiamente dicha que mantiene al proletariado mal informado y dormido.

    La burguesía sabe perfectamente bien que las masas están siendo explotadas, no creo que el CEO de Microsoft no sepa sobre lo de las minas de coltán en África... Lo ocultan a propósito, para desviar la atención de la gente, para ellos seguir con su negocio, y evitar que se tome una conciencia de clase.

    Viendo la sociedad de hoy en día no me queda la menor duda en que las masas están totalmente separadas de cualquier concepto ideológico o intelectual. Si eso no es producto de la alienación no se que es.

    Según esta nota, si hay 2 niños, a uno se lo expone 24/7 a series de TV yanquis, que mienten sobre la realidad del mundo y su país, y al otro se lo expone a propaganda norcoreana van a terminar pensando prácticamente igual, porque la alienación no existe y no se intenta controlar a nadie.

    Además, es sabido que el Estado es un instrumento de dominación de una clase sobre la otra, esta nota derrumba cualquier concepto marxista.

    En contra de lo que Reconstrucción Comunista afirma, la burguesía no "ejerce alienación" sobre el proletariado porque ella misma está alienada. Pero los colectivos pequeño-burgueses se caracterizan porque denuncian la alienación de los trabajadores, pero nunca su propia alienación como clase. Esto es típico -sobre todo- de la intelectualidad, que considera que quienes están alienados son los que carecen de formación, estudios o eso que llaman "preparación", que conciben siempre como algo anterior a la acción. Pocos sectores sociales hay más alienados que los intelectuales y, en particular, quienes creen que no se puede salir a la calle sin leerse antes "El Capital".

    Claro que hay burgueses alienados, que creen que lo que hacen es moralmente correcto, y que la apropiación de plusvalía es una especie de mito, pero no es el mismo tipo de alienación. No existe para la burguesía ese control que si existe para el proletario.

    Los pequeño-burgueses están alienados en el sentido en que no quieren pertenecer a las masas proletarias, pero no disponen de los medios de producción para realmente marcas la línea. Eso es un aislamiento de clase, estoy de acuerdo.

    Veamos, si uno no está preparado o desconoce las alternativas es un desconocedor. Si uno no lo hace porque todas las dudas que se ha planteado fueron respondidas con las típicas frases de alienados como "andate a Cuba" o "¿si sos comunista porque tenés PC?", es muy obvio que la concepción de comunismo que se tenga será muy errónea, eso es alienación a la realidad.

    No se puede salir a la calle sin leer El Capital si se quiere entender como funciona el sistema en que vivimos.

    Mientras el idealismo pone los fenómenos cabeza abajo el marxismo, que es el materialismo científico, sostiene que la alienación no se origina en la conciencia sino en la actividad y, por consiguiente, en el trabajo: "Nosotros partimos de un hecho económico, actual", dice Marx (2). Las relaciones de producción capitalistas son inmediatamente relaciones de dominación, de poder. El poder es económico, social y político, y de ahí deriva un poder ideológico en el que la clase que lo detenta no engaña sino que transmite las concepciones de su clase a toda la sociedad: "las ideas dominantes son las de la clase dominante", dice Marx en una frase conocida. No son, pues, la causa sino más bien la consecuencia.

    Pero, entonces, hablamos de alienación, de la transmisión de ideas erróneas a la población para mantener cierto poder y control sobre ellas, es tan fácil como prender la tele y poner History Channel, no creo que a los productores del canal les guste que hablen bien del comunismo, porque se les termina el negocio, entonces inventan, sí, inventan, cifras y hechos tergiversados para alejar a la gente de esas ideas.

    Por ende, no podés transmitir desde tu propia conciencia ideas que no tenés, pero inventás para alienar al otro.

    El marxismo analiza, además, la alienación como una característica de la actividad económica bajo determinadas circunstancias históricas bien definidas, que son el capitalismo y su antecedente inmediato, el mercado, con lo que ello supone, fundamentalmente la propiedad privada. La alienación, pues, ni siquiera tiene que ver exactamente con mercancías, como sostuvo Lukacs (3), sino con la propiedad de las mismas, o sea, con determinadas formas de relaciones de producción mercantiles que surgen en un momento determinado de la historia.
    El mercado aparece porque alguien produce no para sí mismo sino para otros. Hay un desdoblamiento de la sociedad entre vendedores y compradores, es decir, una ruptura de la unidad (sociedad) en dos fragmentos (uno se divide en dos). A ese desdoblamiento, que es puramente mercantil, el capitalismo añade otro aún más importante: el de quienes no sólo producen sino que trabajan para otros, por cuenta de otros: "Hasta ahora hemos considerado el extrañamiento, la enajenación del trabajador, sólo en un aspecto, concretamente en su relación con el producto de su trabajo. Pero el extrañamiento no se muestra sólo en el resultado, sino en el acto de la producción, dentro de la actividad productiva misma" (4). Es lo que los idealistas no quieren admitir: la alienación no es nada diferente de la explotación y el trabajo alienado es el trabajo explotado.

    ¿Entonces se acepta que al menos dentro de las fuerzas productivas se produce alienación del trabajador hacia el producto de su trabajo, y durante la producción del mismo también?

    La alienación es explotación, diste en el clavo Juan Manuel. Es control sobre la conciencia del individuo para alejarlo de ciertas corrientes de pensamiento, es privarle su libertad de raciocinio en pos de continuar con la expropiación de plusvalía.

    Marx no fue nada original. De la economía mercantil y del desdoblamiento entre el valor de uso y el valor de cambio ya habló Aristóteles. Lo que Marx dice es que con el desarrollo de las fuerzas productivas y la división del trabajo, la economía y la sociedad se fragmentan aún más profundamente: el trabajo se desdobla como fuerza de trabajo, el valor de cambio como dinero y el dinero como capital.

    Cuando Marx alude a la alienación utiliza una batería de expresiones en alemán que no siempre se traducen de la misma manera y que han creado otra batería de expresiones en castellano verdaderamente laberínticas. Pero todas ellas tienen en común un desdoblamiento y se suelen ilustrar con el ejemplo de la compraventa. Si somos finos, cuando vendemos nuestro coche decimos que lo hemos "enajenado" porque la propiedad privada separa lo propio de lo ajeno (alienus).

    Marx no fue original, ¿en qué sentido? desde la prehistoria las sociedades dividían su fuerza de trabajo en recolectores de frutas y verduras y cazadores, y a cambio se les ofrecía el fruto de lo que obtuvieron, además de apoyo de los demás miembros de la sociedad.

    La sociedad moderna no es más que eso, pero más complejo, y sin la obtención del fruto de su trabajo de parte del trabajador.

    De paso, cuando vendés tu auto te alienas de él, te separás de ese objeto para recibir su valor de cambio en forma de dinero.

    Pero con "enajenado" nos podemos referir también a una persona que no es ella misma sino que está "fuera de sí", que se cree otra distinta, que se desdobla en ella. Lo mismo le ocurre a cualquier creador, que se realiza en su creación, el pintor en su pintura o el poeta en su poema, y entonces decimos que la obra es un desdoblamiento de su creador, hasta el punto de que adquiere vida propia, como el Quijote trasciende a Cervantes o la Quinta Sinfonía a Beethoven.

    Ante todo la alienación es objetivación, materialización. Si el trabajo se analiza desde ese punto de vista, como creación, la alienación pierde ese sentido moral repudiable que ha adquirido en el pensamiento burgués. Entonces el trabajo es todo lo contrario, "autoproducción", como decía Hegel, que es la máxima expresión de la realización personal. El hombre se manifiesta en sus obras, en su actividad, en la práctica.

    Entonces un "fuera de sí" sería igual a un desconocedor de su clase, a aquel que cuadra con algo en el plano social y económico, pero por algún motivo no quiere pertenecer a ese grupo. Como los trabajadores que votan a partidos de derecha, por ejemplo.

    ¿Y por qué se consigue este repudio hacia su propia clase? Por nociones falsas que se han transmitido, en general con un fin determinado, el cual es separar al hombre de su realidad y sus pensamientos de clase.

    No se porque la nota se desvía tanto del tema central, que es la alienación de la conciencia.

    Para los marxistas la alienación no es unilateral sino una contradicción. No se trata -en absoluto- de erradicarla sino de modificar las condiciones históricas actuales en las que se desenvuelve. Si en lugar de modificación hablamos -más bien- de superación, que es el término que Marx utiliza, podríamos decir que como cualquier otra situación histórica, no es posible suprimir la alienación sino que se trata de superarla a partir de la propia alienación. Para lograrlo lo que hace falta, en palabras de Marx, no es precisamente pedagogía sino "un movimiento que se supera a sí mismo" (5), acabar con la propiedad privada o, para ser más claros: acabar con el trabajo explotado.

    Siempre que hay 2 o más clases sociales, se produce un control, y alienación de una sobre la otra.

    La próxima en la línea de progreso social es "la dictadura del proletariado", otro tipo de alienación, pero proletaria, y que termina con las bases para que se sigan produciendo los problemas sociales provocados por una clase minoritaria dominante.

    Este paso es necesario para sentar las bases que terminarán con todo tipo de alienación, fusionando a las clases sociales en una sola, y terminando con todo medio de control, como puede ser la propiedad privada de los medios de producción.

    La propiedad privada no sólo crea una dualidad recíproca entre lo mío y lo tuyo, sino una dislocación entre lo individual y lo social, entre yo y todos los demás, donde parece que lo de los demás no es mío o no me corresponde a mí. Esa ideología edificada sobre lo cercano e inmediato, característica de la burguesía española desde siempre, ha impregnado profundamente todos los poros de la sociedad, empezando por el "¿Qué hay de lo mío?" y acabando en el provincianismo cutre, también característico, de "¡Viva Cartagena!".

    No. Lo que es mío es mío, pero lo que es ajeno a mí realmente no lo es, ¿se entiende este punto?

    Lo individual y lo social no están separados, la sociedad respeta el derecho a la persona a tener su espacio privado, necesario para la satisfacción de ciertas necesidades, y crea las bases para que todos puedan acceder a ello.

    Eso es hablando de una vivienda, o de objetos como una taza, pero si hablamos de medios de producción la cosa cambia muchísimo, es imposible comparar propiedad privada de vivienda con propiedad privada de los medios de producción, porque el segundo modifica aspectos sociales e individuales de todos a los que ataña, mientras que el primero no, y es totalmente individual.
    El desdoblamiento de las cosas es paralelo al de las personas. El desarrollo de las fuerzas productivas forma sociedades cada vez mayores (cuantitativamente) pero más fragmentadas (cualitativamente), siendo las clases y la lucha entre ellas la máxima expresión de dicha fragmentación. Pero no es la única y en los "Manuscritos" expone Marx otras muchas consecuencias de dicha fragmentación: la propiedad privada crea necesidades e intereses igualmente privados a los que se subordina el interés público, que debería ser el de la mayoría, e incluso el de toda la sociedad.

    Eso es hablando de sociedades capitalistas, porque en una socialista el avance de las fuerzas productivas afianza aun más los logros sociales y de fusión de clases.

    En una sociedad socialista la lucha de clases no existe al mismo nivel, y siempre es resultado de los intereses de la minoría burguesa o protoburguesa que aun existe o quiere existir.

    Las relaciones mercantiles (el mercado, la compraventa, la propiedad privada) crean la falsa impresión de que todos somos iguales, todos estamos en un mismo plano. Pero las relaciones capitalistas que de ahí surgen son todo lo contrario: donde hay un propietario de medios de producción hay un expropiado. A veces al trabajo explotado se le llama "por cuenta ajena" o sea por cuenta de otro (alienus), el propietario de los medios de producción. También se le llama trabajo "dependiente" porque crea dependencia, hace a una parte de la sociedad (proletarios) dependiente de otra (burgueses).

    En la sociedad capitalista el trabajo alienado es, pues, el soporte de cualquier otra forma de subordinación (social, política, cultural), la esencia misma del poder de la burguesía como clase. A eso -a la explotación- se refería Marx, y no a otra cosa.

    Concordamos en que Marx se refiere a los medios de producción, pero con el avance de la comunicación nos hemos dado cuenta de que el asunto va más allá, e involucra aspectos ideológicos y de control sobre los pensamientos del individuo para mantener a la sociedad capitalista funcionando.

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    ¿Acaso esto no es alienación perpetrada directamente por la burguesía? ¿Qué más se puede buscar con este video sino la conciliación de la mayoría a la explotación a la que se someten?



    Saludos.
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    Mensaje por gatopardo Vie Sep 12, 2014 12:49 am

    No chamuyés mas, carlitos:

    La alienación que ocupó a Marx, el la alienación del ser  humano bajo el capitalismo, que es enajenado del producto de su trabajo.

    De otra manera no se puede entender el Materialismo Histórico resumido en su genial frase:

    "No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia."

    Prólogo a la Contribución a la Crítica de la Economía Política [1859] sunny
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    Mensaje por CarlosMarx Vie Sep 12, 2014 1:01 am

    gatopardo escribió:No chamuyés mas, carlitos:

    La alienación que ocupó a Marx, el la alienación del ser  humano bajo el capitalismo, que es enajenado del producto de su trabajo.

    De otra manera no se puede entender el Materialismo Histórico resumido en su genial frase:

    "No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia."

    Prólogo a la Contribución a la Crítica de la Economía Política [1859] sunny

    Pero yo no niego eso, es más, lo reafirmo, toda idea está basada en el entorno que a uno lo rodea y la estructura de la sociedad.

    Yo me refiero a que se piensa que la alienación ideológica provocada por la burguesía (de la que se habla al principio del texto) no existe y que ellos mismos están de alguna forma alienados también de todo aspecto que tenga relación con los medios de producción.

    Pero, en realidad, la enajenación existe, y se intenta por medio de ciertos medios de alienación controlar al proletariado y a sus ideas sobre el sistema.

    Hablamos de 2 cosas distintas. Una cosa es la alienación ideológica y la otra es la que se tiene sobre el trabajo y la plusvalía.
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    Mensaje por gatopardo Vie Sep 12, 2014 3:02 am

    CarlosMarx escribió:
    gatopardo escribió:No chamuyés mas, carlitos:

    La alienación que ocupó a Marx, el la alienación del ser  humano bajo el capitalismo, que es enajenado del producto de su trabajo.

    De otra manera no se puede entender el Materialismo Histórico resumido en su genial frase:

    "No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia."

    Prólogo a la Contribución a la Crítica de la Economía Política [1859] sunny

    Pero yo no niego eso, es más, lo reafirmo, toda idea está basada en el entorno que a uno lo rodea y la estructura de la sociedad.



    La ideas las genera la forma en que los hombres se asocian para producir su sustento material díario.
    Por eso el Capitalismo no es más es un determinado tipo de relación social.
    No hay dos tipos de alienación, una material y otra ideológica.
    Hay una sola alienación: la expropiación del producto del trabajo social y de tal, devienen todos los discursos metafísicos.

    Como nunca una sociedad avanzó lo suficiente, materialmente, en otro sistema de producción para sustituir completamente al Capitalismo, estamos por saber qué carajo podemos tener en la cabeza los seres humanos que no sea ideología y discurso capitalista.

    Las discusiones al respecto son ociosas, y por lo tanto no sirven para nada.

    Chau No
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    Teoría marxista de la alienación - artículo de Juan Manuel Olarieta - septiembre de 2014 Empty Re: Teoría marxista de la alienación - artículo de Juan Manuel Olarieta - septiembre de 2014

    Mensaje por CarlosMarx Vie Sep 12, 2014 3:14 am

    gatopardo escribió:
    CarlosMarx escribió:
    gatopardo escribió:No chamuyés mas, carlitos:

    La alienación que ocupó a Marx, el la alienación del ser  humano bajo el capitalismo, que es enajenado del producto de su trabajo.

    De otra manera no se puede entender el Materialismo Histórico resumido en su genial frase:

    "No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia."

    Prólogo a la Contribución a la Crítica de la Economía Política [1859] sunny

    Pero yo no niego eso, es más, lo reafirmo, toda idea está basada en el entorno que a uno lo rodea y la estructura de la sociedad.



    La ideas las genera la forma en que los hombres se asocian para producir su sustento material díario.
    Por eso el Capitalismo no es más es un determinado tipo de relación social.
    No hay dos tipos de alienación, una material y otra ideológica.
    Hay una sola alienación: la expropiación del producto del trabajo social y de tal, devienen todos los discursos metafísicos.

    Como nunca una sociedad avanzó lo suficiente, materialmente, en otro sistema de producción para sustituir completamente al Capitalismo, estamos por saber qué carajo podemos tener en la cabeza los seres humanos que no sea ideología y discurso capitalista.

    Las discusiones al respecto son ociosas, y por lo tanto no sirven para nada.

    Chau No

    Entiendo tu punto, decís que la alienación en forma de expropiación del trabajo ajeno es la base de toda ¿sub-alienación? posterior, y lo comparto.

    Lo demás, todavía tengo que pensarlo, pero creo que mi conclusión nunca estuvo muy alejada de lo que vos me querés aclarar, solo que discrepo con la primera parte del artículo principalmente, porque creo que SI hay un interés en alejar a las masas de ciertas ideas, lo cual la nota quiere negar.

    Saludos.
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    Mensaje por Camarada Navarro Sáb Oct 04, 2014 10:07 pm

    Respuesta de Reconstruccion Comunista a Olarieta.

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    Olarieta, El ilustradísimo en incultura.

    Cuán sorprendidos  nos hemos encontrado en Reconstrucción Comunista al encontrarnos en las redes un artículo de Olarieta respondiendo al que escribimos en nuestra revista teórica número 4 contestando al PCE(r) (1).

    Luego nos acusarán de señalarlos ante el Estado, o de querer verlos entre rejas y demás sandeces a las que nos tienen acostumbrados. Mal que nos pese darle la razón al MAI (2) en algo, nos viene a la mente el conflicto que tuvieron con los mismos, en el que estos por un suceso similar les decían que no había nada más triste y ridículo que ser chivato de sí mismo, y acusar a los demás de cometer los fallos que ellos mismos, y en exclusiva, cometen. Una vez más. En este caso Olarieta continúa por la senda de la necedad.

    No les seguiremos el juego en este sentido.

    Pocas veces nos vamos a poder encontrar con un texto en el cual hablando “tanto” se pueda llegar a decir tan poco. Las limitaciones teóricas  salen a la vista, las miserias afloran a la superficie.
    Nada más empezar el texto se nos llama los “cheerleaders del oportunismo”, por no ser unos seguidistas, unos pusilánimes y ser combativos contra el revisionismo, sea del tipo que sea. Si por esto somos unos cheerleaders, decir que estamos orgullosos de ello. Siempre será mejor que ser el mamporrero de los izquierdistas, del revisionismo, como es el caso de Olarieta.


    Las ¾ partes del artículo no son más que un copia pega de los Manuscritos de Marx de materialismo básico. En cuanto entramos en el análisis que realiza el mismo, es donde podemos ver la simpleza y la falta de análisis. Vemos su incapacidad para ver lo más básico de nuestra línea e intentar interpretarla.

    Veamos qué desarrolla:

    No sabemos aún, ya que el artículo de Olarieta tiene un 0 en profundización, qué tiene de erróneo o en qué se contradice lo que afirmamos sobre la alienación con lo que Marx enunció en los Manuscritos de economía y filosofía, e incluso con los extractos que cita.


    ¿Acaso la alienación, la manipulación de los obreros para que no sean conscientes de su explotación, para que se encierren en su trabajo y no sean conscientes del mundo que les rodea, es decir la alienación económica que parafrasea Olarieta, no genera a su vez una alienación política? ¿Qué hace que los obreros no se subleven contra el orden establecido sino la inconsciencia de lo que les rodea? ¿Acaso no es una herramienta principal en la dominación democrática de la burguesía?  ¿Acaso hemos dicho que en la dominación autoritaria desaparezca la alienación?  ¿Acaso negamos que solo se resolverá mediante la revolución y la implantación del socialismo y el fin de la explotación asalariada? (3)


    Pueden intentar darle mil vueltas al rizo, pero la verdad es siempre revolucionaria. Y sus manipuladores argumentos son harto fáciles de desmontar. A Olarieta le pasa como a todos los maoístas, lo que dice bien lo copia de los clásicos, lo que desarrolla él no son más que mentiras, tergiversaciones y errores teóricos.


    El “ilustradísimo” de Olarieta nos intenta dar lecciones y llama hasta absurdo a nuestro lenguaje por hablar de que la dominación democrática es la mejor envoltura del capitalismo, se ríe a carcajadas de nosotros, pobres de nosotros.


    De hecho uno de sus secuaces, igual de ilustrado que él, en la página donde han difundido el artículo nos reta a encontrar citas que contradigan esto que comenta Olarieta. Lo cual está claro, es imposible. Pero mira por dónde…


    “La omnipotencia de la "riqueza" es más segura en las repúblicas democráticas, porque no depende de la mala envoltura política del capitalismo. La república democrática es la mejor envoltura política de que puede revestirse el capitalismo, y por lo tanto el capital, al dominar (a través de los Pakhinski, los Chernov, los Tsereteli y Cía.) esta envoltura, que es la mejor de todas, cimenta su Poder de un modo tan seguro, tan firme, que ningún cambio de personas, ni de instituciones, ni de partidos, dentro de la república democrática burguesa, hace vacilar este Poder. Hay que advertir, además, que Engels, con la mayor precisión, llama al sufragio universal arma de dominación de la burguesía. El sufragio universal, dice Engels, sacando evidentemente las enseñanzas de la larga experiencia de la socialdemocracia alemana, es "el índice que sirve para medir la madurez de la clase obrera. No puede ser más ni será nunca más, en el Estado actual".” (4)


    Vaya, vaya, va a resultar que en vez de cacarear tanto deberían de leer un poco más y dejar de hablar desde un púlpito, o creerse que lo hacen, aunque hablen desde un pozo de miseria y putrefacción. Va a ser que no somos los únicos que hablamos de las envolturas del capitalismo.

    Prosiguiendo en nuestra confrontación ante sus argumentos simplistas de su errónea caracterización del Estado, queremos hacer nuestra aportación al MCE para un correcto posicionamiento en lo que a métodos de dominación se refiere:


    La subida del fascismo al poder no es un simple cambio de un gobierno burgués por otro, sino la sustitución de una forma estatal de la dominación de clase de la burguesía -la democracia burguesa- por otra, por la dictadura terrorista abierta. Pasar por alto esta diferencia sería un error grave, que impediría al proletariado revolucionario movilizar a las más amplias capas de los trabajadores de la ciudad y del campo para luchar contra la amenaza de la toma del poder por los fascistas, así como aprovechar las contradicciones existentes en el campo de la propia burguesía. Sin embargo, no menos grave y peligroso es el error de no apreciar suficientemente el significado que tienen para la instauración de la dictadura fascista las medidas reaccionarias de la burguesía que se intensifican actualmente en los países de democracia burguesía, medidas que reprimen las libertades democráticas de los trabajadores, restringen y falsean los derechos del parlamento y agravan las medidas de represión contra el movimiento revolucionario.(5)


    Creemos que no es difícil ver en qué momento, de los anunciados más arriba por Dimitrov, nos encontramos. No estamos en una dictadura terrorista abierta, como dice Dimitrov estamos en ese proceso de intensificación de las medidas reaccionaras. Como bien se indica, no comprender las diferencias que ello implica es perjudicial para los intereses de la clase obrera. La “clandestinidad abosoluta” que propugnan nuestros iluminados, que únicamente lo es en el nombre, solo conduce a la confusión de la clase obrera, que puede caer en el error de creer que bajo la dictadura terrorista ABIERTA la organización del partido de vanguardia puede ser tan laxa en sus medidas de seguridad. Su erróneo análisis en cuanto a caracterización del Estado se refiere se traduce en los graves errores organizativos de los que adolecen.


    Queremos agradecer el corta y pega de los manuscritos de Marx, con esto vamos a conseguir que su entorno lea algo aparte de sus documentos llenos de desviaciones. Siempre es bueno leer a los clásicos, pero deberían tener en cuenta para la próxima vez, que el marxismo no es un dogma, y que deberían aplicar la teoría a la situación concreta, y no intentar forzarla para justificar su línea errónea y su visión antimarxista de la caracterización de clase del Estado español.

    Notas:
    “El Estado y su caracterización” “De Acero nº4”
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    “Manuscritos de economía y filosofía” Primer Manuscrito.
    “El Estado y la revolución” Lenin. Pág.50. Alianza Editorial 2006.
    “La ofensiva del fascismo y las tareas de la Internacional en la lucha por la unidad de la clase obrera contra el fascismo” Dimitrov

    Juan Mesana

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