Abro este tema para que cada uno ponga un programa de trasformaciones aplicables a este contexto. Ya que muchos criticáis las políticas de muchos gobiernos pero todavía ninguno a hecho un programa que no este basado en consignas vacías. El único que ha hecho esto en este foro si no me equivoco es Jordi de Terrassa.
Jordi de Terrassa escribió:Apreciado reptiliano;
En primer lugar estas tres medidas son irrenunciables en el caso de unas elecciones generales, en caso de elecciones autonómicas, o municipales, donde los cargos electos no tienen competencias en las dos primeras medidas no tiene sentido su exigencia. No así la tercera a la que se podría añadir;
4 la remuneración de los cargos electos es igual al salario medio de un trabajador asalariado
5 la remuneración de cualquier funcionario, o trabajador contratado, no será superior a tres veces el salario mínimo interprofesional.
Tal vez sea necesario añadir como la medida 0;
Nueva ley electoral. Ley aprobada en referéndum, con valor constitucional, donde todas las candidaturas necesiten los mismos requisitos, y no se limite la presentación de candidaturas. Con una circunscripción electoral, donde las candidaturas obtengan una representación en las cámaras en la misma proporción que los votos válidos recibidos. Los escaños atribuibles a los votos en blanco, y los declarados nulos, en función de su porcentaje permanecerán vacíos en representación de dichos votos.
El motivo de las tres medidas se desprende de un análisis de las clases sociales de una formación social concreta, y la determinación de la clase social, o alianzas de clases, que tienen el poder en dicha formación social. Una vez establecido que clase social tiene el poder del estado, unir en un programa común al resto de clases sociales que componen dicha formación social. Dicho programa debe atacar los privilegios económicos y políticos de la clase en el poder y defender los intereses económicos y políticos del resto de clases sociales. Las clases sociales que ostenta el poder en Grecia, y en España, son oligarquías financieras, aliadas y dependientes del imperialismo.
La fusión entre los grandes usureros y los grandes intereses del imperialismo extranjero con el estado, ha llegado a tal extremo que el papel fundamental de este último es arbitrar, regularizar y fortalecer los intereses de los distintos grupos financieros y monopolistas. El estado, en Grecia y en España, es el poder de la minoría oligárquica y de los grandes intereses imperialistas, en particular los norteamericanos y alemanes, poder que se impone no sólo contra los trabajadores asalariados, sino también contra el resto de los trabajadores, la pequeña burguesía y los sectores no monopolistas de la burguesía.
Por más que se empeñen, los folclóricos izquierdistas, el poder no lo tienen ideologías, como la socialdemocracia, el liberalismo, el catolicismo o la fe ortodoxa, el poder del estado es un instrumento de una clase social, o alianza de clases, para someter a las demás. Como tampoco la pequeña y la mediana burguesía ostentan o participan en el poder del estado.
Abandono del sistema financiero basado en dinero fiduciarioEl denominado dinero fiduciario es impuesto, de forma general por los estados, como medio de pago y depósito de valor. El dinero fiduciario no está respaldado por valor de uso alguno es creado como privilegio monopolista de los políticos profesionales. El monopolio del dinero fiduciario en la actualidad juega el mismo papel que la ancestral práctica, de reyes y políticos profesionales, de rebajar la ley del metal de las monedas. Los metales más usados como dinero-mercancía en el pago, de un valor de cambio, han sido el oro, la plata y el bronce pero, como demuestra la historia de las sociedades humanas, este papel lo puede desempeñar cualquier mercancía.Karl Marx y Frederich Engels en El Capital, Libro II, capítulo II escribió:Aunque el oro y la plata no son dinero por naturaleza, el dinero es por naturaleza oro y plata.
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Sistema bancario con un coeficiente de caja en el 100 % centralizado por el estadoCon un coeficiente de caja del 100 % se pone fin al privilegio de crear dinero bancario. Las entidades de crédito solo podrán hacer préstamos por el valor del efectivo que realmente dispongan, y si actúan de intermediarios con el consentimiento plenamente consciente de los propietarios del dinero, que se trata de un préstamo a un tercero y no de un depósito en la entidad bancaria, del riesgo que se corre de perder la cantidad prestada, de los interese y plazo de devolución de la cantidad prestada, de la cantidad cobrada en concepto de comisión y de las condiciones para cobrar dicha comisión.Karl Marx y Frederich Engels en El Capital, Libro III, capítulo XXIX escribió:Los depósitos, por su parte, llenan una doble función. Por una parte, se prestan según se ha dicho ya, como capital a interés y no se hallan, por tanto, en las cajas de los bancos, sino que figuran solamente en sus libros como saldo de los imponentes. De otra parte, funcionan simplemente como tales partidas en los libros de contabilidad, en la medida en que los saldos mutuos de los depositantes se compensan y van nivelándose entre sí mediante los cheques librados contra sus depósitos de cuenta corriente, siendo indiferente, para estos efectos, el que los depósitos se hallen en poder del mismo banquero, que se encargue de ir compensando entre sí las distintas cuentas corrientes, o en poder de diversos banqueros que cambien entre sí sus cheques, abonándose simplemente el saldo.
Al desarrollarse el capital a interés y el sistema de crédito, parece duplicarse y a veces triplicarse todo el capital por el diverso modo a como el mismo capital o simplemente el mismo título de deuda aparece en distintas manos bajo diversas formas. La mayor parte de este “capital–dinero” es puramente ficticio. Todos los depósitos, con excepción del fondo de reserva, no son más que saldos en poder del banquero, pero no existen nunca en depósito. Cuando sirven para las operaciones de giros, funcionan como capital para el banquero, una vez que éste los presta. Los banqueros se pagan recíprocamente las mutuas asignaciones sobre los depósitos no existentes mediante operaciones de descargo en estos saldos.
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En la zona euro los usureros puedan apropiarse del dinero de sus clientes a través del denominado coeficiente de caja, y tienen el privilegio de la creación del llamado dinero bancario. En la zona euro el coeficiente de caja legal es el 2 %, el encaje es el dinero físico que está en las cajas del sistema de usura, es la fracción que los usureros guardan, por imperativo legal o por prudencia, como garantía del total de los depósitos de sus clientes.
Supongamos que nos encontramos una cantidad de 1.111 € y decidimos con 1.000 € abrir una cuenta en el banco, el resto lo utilizamos como dinero de bolsillo. El banco guardará 20 € por ley y prestará 980 €, en su balance anotará en el pasivo los 1.000 € de la imposición, en el activo los 20 € del encaje y los 980 € que ha prestado más el interés pactado. Cuando el prestatario paga su compra el vendedor se dirige a su banco e ingresa los 980 €. El segundo banco guarda 19’60 € y presta 960’40 €, en su balance anota en el pasivo 980 € de la imposición, en el activo los 19’60 € del encaje y los 960’40 € que ha prestado más los intereses. Al final del proceso si suponemos un interés medio del 6 % tenemos:
- Una cantidad indeterminada de clientes de los bancos y cajas de ahorro que creen legítimamente que pueden disponer en cualquier momento de sus 50.000 €, que sus 50.000 € están custodiados en las cajas fuertes del sistema de usura ya que pagan por esta custodia, cuando la realidad es que solo hay 1.000 €.
- El sistema bancario por la custodia de 1.000 € ha obtenido unos intereses, en el ejemplo, de 2.940 € o lo que es lo mismo una tasa de interés del 294 %.
- La inevitabilidad de las crisis financieras ante la imposibilidad de pagar la deuda que el sistema de banca de reserva fraccionaria genera, en el ejemplo es de 49.000 € + 2.940 € - 50.000 € = 1.940 €, aunque tengamos en cuenta los 111€ que existen en circulación fuera del sistema bancario la deuda impagable asciende a -1.940 € + 111 € = -1.829 €. Aunque, mediante un corralito, se apropiaran del encaje quedaría una deuda impagable de 829 €.
- La ley de creación del dinero bancario:
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Los préstamos (p) que la usura crea de la nada, el dinero bancario, es igual a los depósitos totales menos el encaje bancario. El dinero bancario (Db) que la banca de reserva fraccionaria puede crear es igual al sumatorio de los préstamos concedidos más el interés aplicado:Db = p + i = 49.000 € + 49.000 € ∙ 6 % = 51.940[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Este es el motivo por el que hay que rescatar a los bancos en el sistema financiero de banca con reserva fraccionaria, los banqueros hacen creer que en sus cajas fuertes están custodiados los 50.000 € de sus clientes, cuando en realidad solo existen 1.000 €. Los banqueros se apropian del 98 % de los depósitos sin consentimiento de sus clientes, pero con la aquiescencia de los políticos profesionales.
En 2014 el encaje de los bancos afiliados a la AEB es de 104.669.596.000 €, con este dinero físico en las cajas del sistema han prestado la cantidad de 1.392.640.426.000 €, o lo que es lo mismo han creado de la nada el denominado dinero bancario la cantidad de:1.392.640.426.000 € − 104.669.596.000 € = 1.287.970.830.000 €Teniendo en cuenta que la cantidad total de los depósitos asciende a 1.233.118.236.000 €, han generado una deuda impagable de:1.287.970.830.000 € - 1.233.118.236.000 € = 54.852.594.000 €Josiah Stamp, director del Banco de Inglaterra escribió:El sistema bancario moderno fabrica el dinero de la nada. El proceso es tal vez el juego de manos más astuto que jamás haya sido credo. La banca fue concebida en la injusticia y nació en el pecado. Los banqueros poseen la Tierra. Desposeerlos de ella, pero dejadles el poder de crear dinero, y, con el toque de una pluma, crearán suficiente dinero para comprar todo de nuevo una vez más. Quite-les éste poder y todas las grandes fortunas como la mía desaparecerán y deberían desaparecer para que entonces este fuese un mundo mejor y feliz en el que vivir... Pero si queréis seguir siendo esclavos de banqueros y pagar el coste de vuestra esclavitud, entonces dejad a los banqueros seguir creando dinero y control sobre el crédito.
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Fin de la deuda pública, el estado no puede gastar más de lo que ingresaLa deuda pública es un trasvase de rentas de las clases populares hacia la oligarquía, la usura y los grandes capitales. Es la principal forma de acumulación de capital desde el fin de la segunda Guerra Mundial. El monopolio del estado de la emisión de dinero fiduciario, impone que los banqueros tengan el privilegio de obtener el dinero más barato que el resto de ciudadanos. El Banco Central Europeo presta el dinero al 0,05 %, 10-09-2014. Los banqueros son los únicos ciudadanos que tienen el privilegio de conseguir préstamos con este tipo de interés, el resto de ciudadanos debemos pagar a los banqueros, en la hipoteca más barata, el 2’48 %. La media del Euribor en 2014 fue del 0,477 %. El Gobierno establece que la Fábrica Nacional de la Moneda y Timbre imprima billetes por valor de 1.000.000 €, a través del Banco Central lo presta a los banqueros con un interés del 0,05 %, los banqueros depositan el 1.000.000 € en una cuenta, acto seguido, utilizando el privilegio del coeficiente de caja del 2 %, compran deuda del estado por valor de 49.000.000 €, por ejemplo bonos del estado a 5 años con un interés del 4’25 %. El primer año los banqueros obtienen por los bonos:Karl Marx en El Capital, tomo I, capítulo XXIV, \"la llamada acumulación originaria" escribió:El sistema del crédito público, es decir, de la deuda del estado, cuyos orígenes descubríamos ya en Génova y en Venecia en la Edad Media, se adueñó de toda Europa durante el período manufacturero. El sistema colonial, con su comercio marítimo y sus guerras comerciales, le sirvió de acicate. Por eso fue Holanda el primer país en que arraigó. La deuda pública, o sea, la enajenación del estado —absoluto, constitucional o republicano—, imprime su sello a la era capitalista. La única parte de la llamada riqueza nacional que entra real y verdaderamente en posesión colectiva de los pueblos modernos es... la deuda pública. Por eso es perfectamente consecuente esa teoría moderna, según la cual un pueblo es tanto más rico cuanto más se carga de deudas. El crédito público se convierte en credo del capitalista. Y al surgir las deudas del estado, el pecado contra el Espíritu Santo, para el que no hay remisión, cede el puesto al perjurio contra la deuda pública.
La deuda pública se convierte en una de las palancas más potentes de la acumulación originaria. Es como una varita mágica que infunde virtud procreadora al dinero improductivo y lo convierte en capital sin exponerlo a los riesgos ni al esfuerzo que siempre lleva consigo la inversión industrial e incluso la usuraria. En realidad, los acreedores del estado no entregan nada, pues la suma prestada se convierte en títulos de la deuda pública, fácilmente negociables, que siguen desempeñando en sus manos el mismísimo papel del dinero. Pero aun prescindiendo de la clase de rentistas ociosos que así se crea y de la riqueza improvisada que va a parar al regazo de los usureros que actúan de mediadores entre el Gobierno y el país —así como de la riqueza regalada a los arrendadores de impuestos, comerciantes y fabricantes particulares, a cuyos bolsillos afluye una buena parte de los empréstitos del estado, como un capital llovido del cielo—, la deuda pública ha venido a dar impulso a las sociedades anónimas, al tráfico de efectos negociables de todo género, al agio; en una palabra, a la lotería de la bolsa y a la moderna bancocracia.
Desde el momento mismo de nacer, los grandes bancos, adornados con títulos nacionales, no fueron nunca más que sociedades de especuladores privados que cooperaban con los gobiernos y que, gracias a los privilegios que éstos les otorgaban, estaban en condiciones de adelantarles dinero. Por eso, la acumulación de la deuda pública no tiene barómetro más infalible que el alza progresiva de las acciones de estos bancos, cuyo pleno desarrollo data de la fundación del Banco de Inglaterra (en 1694). Este último comenzó prestando su dinero al Gobierno a un 8 por 100 de interés; al mismo tiempo, quedaba autorizado por el parlamento para acuñar dinero del mismo capital, volviendo a prestarlo al público en forma de billetes de banco. Con estos billetes podía descontar letras, abrir créditos sobre mercancías y comprar metales preciosos. No transcurrió mucho tiempo antes de que este mismo dinero fiduciario fabricado por él le sirviese de moneda para saldar los empréstitos hechos al estado y para pagar los intereses de la deuda pública por cuenta de éste. No contento con dar con una mano para recibir con la otra más de lo que daba, seguía siendo, a pesar de lo que se embolsaba, acreedor perpetuo de la nación hasta el último céntimo entregado. Poco a poco, fue convirtiéndose en depositario insustituible de los tesoros metálicos del país y en centro de gravitación de todo el crédito comercial. Por los años en que Inglaterra dejaba de quemar brujas, comenzaba a colgar falsificadores de billetes de banco. Las obras de aquellos años, por ejemplo, las de Bolingbroke muestran qué impresión producía a las gentes de la época la súbita aparición de este monstruo de bancócratas, usureros, rentistas, corredores, agentes y lobos de bolsa.
Con la deuda pública surgió un sistema internacional de crédito, detrás del que se esconde con frecuencia, en tal o cual pueblo, una de las fuentes de la acumulación originaria. Así, por ejemplo, las infamias del sistema de rapiña seguido en Venecia constituyen una de esas bases ocultas de la riqueza capitalista de Holanda, a quien la Venecia decadente prestaba grandes sumas de dinero. Otro tanto acontece entre Holanda e Inglaterra. Ya a comienzos del siglo XVIII, las manufacturas holandesas se habían quedado muy atrás y Holanda había perdido la supremacía comercial e industrial. Por eso, desde 1701 hasta 1776, uno de sus negocios principales consiste en prestar capitales gigantescos, sobre todo a su poderoso competidor: a Inglaterra. Es lo mismo que hoy ocurre entre Inglaterra y los Estados Unidos. Muchos de los capitales que hoy comparecen en Norteamérica sin cédula de origen son sangre infantil recién capitalizada en Inglaterra. La gran parte que toca a la deuda pública, así como al sistema fiscal correspondiente, en la capitalización de la riqueza y la expropiación de las masas, ha inducido a una serie de escritores como Cobbett, Doubleday y otros a buscar erróneamente en aquélla la causa fundamental de la miseria de los pueblos modernos.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]49.000.000 € ∙ 4,25 % = 2.082.500 €Con los que devuelven al Banco Central el 1.000.000 € más los 500 € de intereses. Los banqueros obtienen un beneficio total de:2.082.500 € ∙ 5 años = 10.412.500 €De intereses, si se suma el capital inicial:10.412.500 € + 49.000.000 € = 59.412.500 €A esta cantidad se le resta el préstamo inicial pedido por el banco y los intereses:59.412.500 € − 1.000.000 € − 500 € = 58.412.000 €Que da la cantidad a pagar por el conjunto de clases populares por medio de los impuestos.
Denuncia e impago de la deuda contraída mediante los privilegios y la estafa del monopolio de la creación del dinero fiduciario, y del oligopolio de la creación del dinero bancario de la banca de reserva fraccionara.
Estimado reptiliano, espero haber explicado con la suficiente claridad porque estas medidas son irrenunciables, puesto que atacan la base del poder económico, y por lo tanto el poder político, de las clases dominantes en la formación social griega, como en la española, aunque por sí solas no constituyen un programa de transformaciones económicas y políticas.
Saludos.