Habitualmente:
1) Se usan frases del tipo... “Tus palabras hablan de tu forma de pensar, tus acciones de quien eres realmente“.
2) Se cataloga de hipócrita a quien actúa de forma contraria a lo que dice.
1) Falso.
2) Incorrecto.
1) Tus acciones corresponden
a tus posibilidades, que como ser humano son variables y siempre limitadas. Tus palabras deberían corresponderse sin embargo a quien eres realmente, pues el uso de las palabras (si existe libertad de expresión) no esta limitado ni condicionado y deja así libertad absoluta para que cada cual las use, en el sentido mas literal de la palabra usar, para expresar lo que uno realmente piensa independientemente de lo que las situaciones particulares que configuran la realidad de cada uno le empujen y coaccionen a hacer.
Esto no es un planteamiento hipócrita.
2) Se confunde el significado de la palabra hipocresía.
Hipocresía NO significa decir una cosa y HACER otra, en ese caso todos seriamos hipócritas, pues ninguno de nosotros está capacitado para llevar a cabo el 100% de lo que realmente piensa. Hipocresía significa decir una cosa y PENSAR otra. La gente que dispone de un discurso 100% fiel a sus actos es la verdaderamente hipócrita aunque a priori parezca lo contrario, pues tal logro solo se consigue haciendo que nuestras palabras (lo que decimos) defiendan a nuestros actos (lo que hacemos) y no a lo que pensamos, por lo tanto si nuestras palabras se ajustan a lo que HACEMOS pero NO a lo que PENSAMOS, se pone de manifiesto que estamos siendo hipócritas. Nadie esta capacitado para llevar a cabo todas sus ideas, por lo tanto si su discurso ampara sus actos, es su discurso original el que ha sido modificado para adaptarse a sus actos y no sus actos los que han sido modificados para adaptarse a su discurso (cosa que seria humanamente imposible).
Conclusión:
Si eres una persona sincera tus palabras tendrán que ver con tus gustos e ideas reales, y no necesariamente con tus actos, pues estos tendrán que ver con tus posibilidades. Si por el contrario eres una persona hipócrita, tus actos también tendrán que que ver con tus posibilidades, pero tus palabras serán en realidad falsas en relación a lo que piensas, y realmente, no harán otra cosa que defender aquello que te ves presionado a hacer limitado por tus posibilidades. Es una forma fácil, y en muchos casos inconsciente, de convertirse en un hipócrita, como efecto secundario al tratar de justificar sistemáticamente con nuestro discurso todos nuestros actos, en vez de aceptar que ninguno de nosotros es consecuente con lo que realmente piensa, dándose cuenta de que eso no es ser hipócrita sino simplemente débil de voluntad y/o práctico.
Yo elijo decir lo que realmente pienso y hacer lo que pueda o me interese, y eso no es hipocresía, es debilidad y pragmatismo. Lo hipócrita es querer hacer ver a los demás que lo que se hace es fruto de lo que se dice y de lo que por lo tanto se piensa, cuando en realidad es aquello que se dice lo que se adapta a lo que se hace (y no al revés), dejando totalmente de lado lo que realmente se piensa, con el único fin de que lo que se hace (y los demás ven) y lo que se dice (y los demás oyen) sean lo mismo y ocultando lo que se piensa (y los demás ignoran).
De esta manera se consigue hacer parecer coherente una actitud realmente hipócrita y al mismo tiempo y por contraposición hacer parecer hipócrita al humano que honestamente se atreve a reconocer sus pensamientos auténticos aunque estos estén opuestos a muchos de los actos que se ve obligado o tentado a hacer, y este ataque constituye una falacia del tipo “ad hominem”, en concreto se trata de la falacia "Tu quoque" (en latín 'tu también'), porque se basa en la creencia errónea de que la premisa o consejo presentado por una persona es falsa por el hecho de que esta misma persona no la sigue.
Ejemplo: «Thomas Jefferson decía que la esclavitud estaba mal. Sin embargo, él mismo tenía esclavos. Por lo tanto se deduce que su afirmación es errónea y la esclavitud debe estar bien».
1) Se usan frases del tipo... “Tus palabras hablan de tu forma de pensar, tus acciones de quien eres realmente“.
2) Se cataloga de hipócrita a quien actúa de forma contraria a lo que dice.
1) Falso.
2) Incorrecto.
1) Tus acciones corresponden
a tus posibilidades, que como ser humano son variables y siempre limitadas. Tus palabras deberían corresponderse sin embargo a quien eres realmente, pues el uso de las palabras (si existe libertad de expresión) no esta limitado ni condicionado y deja así libertad absoluta para que cada cual las use, en el sentido mas literal de la palabra usar, para expresar lo que uno realmente piensa independientemente de lo que las situaciones particulares que configuran la realidad de cada uno le empujen y coaccionen a hacer.
Esto no es un planteamiento hipócrita.
2) Se confunde el significado de la palabra hipocresía.
Hipocresía NO significa decir una cosa y HACER otra, en ese caso todos seriamos hipócritas, pues ninguno de nosotros está capacitado para llevar a cabo el 100% de lo que realmente piensa. Hipocresía significa decir una cosa y PENSAR otra. La gente que dispone de un discurso 100% fiel a sus actos es la verdaderamente hipócrita aunque a priori parezca lo contrario, pues tal logro solo se consigue haciendo que nuestras palabras (lo que decimos) defiendan a nuestros actos (lo que hacemos) y no a lo que pensamos, por lo tanto si nuestras palabras se ajustan a lo que HACEMOS pero NO a lo que PENSAMOS, se pone de manifiesto que estamos siendo hipócritas. Nadie esta capacitado para llevar a cabo todas sus ideas, por lo tanto si su discurso ampara sus actos, es su discurso original el que ha sido modificado para adaptarse a sus actos y no sus actos los que han sido modificados para adaptarse a su discurso (cosa que seria humanamente imposible).
Conclusión:
Si eres una persona sincera tus palabras tendrán que ver con tus gustos e ideas reales, y no necesariamente con tus actos, pues estos tendrán que ver con tus posibilidades. Si por el contrario eres una persona hipócrita, tus actos también tendrán que que ver con tus posibilidades, pero tus palabras serán en realidad falsas en relación a lo que piensas, y realmente, no harán otra cosa que defender aquello que te ves presionado a hacer limitado por tus posibilidades. Es una forma fácil, y en muchos casos inconsciente, de convertirse en un hipócrita, como efecto secundario al tratar de justificar sistemáticamente con nuestro discurso todos nuestros actos, en vez de aceptar que ninguno de nosotros es consecuente con lo que realmente piensa, dándose cuenta de que eso no es ser hipócrita sino simplemente débil de voluntad y/o práctico.
Yo elijo decir lo que realmente pienso y hacer lo que pueda o me interese, y eso no es hipocresía, es debilidad y pragmatismo. Lo hipócrita es querer hacer ver a los demás que lo que se hace es fruto de lo que se dice y de lo que por lo tanto se piensa, cuando en realidad es aquello que se dice lo que se adapta a lo que se hace (y no al revés), dejando totalmente de lado lo que realmente se piensa, con el único fin de que lo que se hace (y los demás ven) y lo que se dice (y los demás oyen) sean lo mismo y ocultando lo que se piensa (y los demás ignoran).
De esta manera se consigue hacer parecer coherente una actitud realmente hipócrita y al mismo tiempo y por contraposición hacer parecer hipócrita al humano que honestamente se atreve a reconocer sus pensamientos auténticos aunque estos estén opuestos a muchos de los actos que se ve obligado o tentado a hacer, y este ataque constituye una falacia del tipo “ad hominem”, en concreto se trata de la falacia "Tu quoque" (en latín 'tu también'), porque se basa en la creencia errónea de que la premisa o consejo presentado por una persona es falsa por el hecho de que esta misma persona no la sigue.
Ejemplo: «Thomas Jefferson decía que la esclavitud estaba mal. Sin embargo, él mismo tenía esclavos. Por lo tanto se deduce que su afirmación es errónea y la esclavitud debe estar bien».