El miércoles 17 de diciembre de 2014, el presidente Barack Obama anunció el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba a través de un comunicado en el que se afirmaba: «Los Estados Unidos de América están cambiando su relación con el pueblo de Cuba. Estamos produciendo los cambios más significativos de nuestra política hacia Cuba en más de cincuenta años. Vamos a dar por terminado el enfoque obsoleto que durante décadas no ha logrado promover nuestros intereses y, en su lugar, comenzaremos a normalizar las relaciones entre nuestros dos países.»
«A través de estos cambios, tenemos la intención de crear más oportunidades para el pueblo estadounidense y para el pueblo cubano y comenzar un nuevo capítulo entre los países de las Américas. He instruido al Secretario John Kerry a que inicie de inmediato el diálogo con Cuba para restablecer las relaciones diplomáticas que fueron interrumpidas en enero de 1961».
Han pasado 53 años desde que el gobierno estadounidense decidiese romper relaciones diplomáticas con Cuba e iniciar un bloqueo económico que ha causado gravísimos problemas al pueblo cubano. Paralelamente, Estados Unidos ha intentado, a través de la CIA, asesinar en innumerables ocasiones a Fidel Castro y ha amparado y protegido los actos terroristas cometidos contra Cuba por los exiliados cubanos de Miami.
Todo ha valido para destruir la revolución iniciada en 1959. El régimen castrista ha sido calumniado, aislado y asediado durante más de medio siglo, pero el pueblo cubano ha sabido resistir todas las presiones, haciendo frente con coraje y valentía a la potencia estadounidense. Incluso cuando la desaparición de la URSS privó a Cuba de una importantísima ayuda económica y la vida diaria se volvió extremadamente difícil en la isla, el pueblo cubano no claudicó, mantuvo su compromiso internacionalista enviando cientos de médicos y personal sanitario a los países africanos y latinoamericanos, y defendió la revolución socialista.
Ahora, 53 años después, Estados Unidos ha reconocido su derrota. Ha sido el triunfo de la dignidad, de la voluntad de un pueblo de no someterse ni ponerse de rodillas. Ha sido la victoria de una revolución que devolvió al pueblo cubano la libertad, la justicia social y la soberanía nacional. Ha sido la victoria del socialismo y también de la solidaridad internacional con Cuba. Porque los cubanos no han estado solos. Comités de solidaridad y organizaciones de apoyo surgieron en todo el mundo para contrarrestar las turbias maniobras del imperialismo y difundir las conquistas sociales de la revolución cubana frente a las tergiversaciones y manipulaciones informativas de los medios de comunicación afines a los intereses estadounidenses.
Y, por supuesto, ha sido la derrota de los gusanos de Miami, de los contrarrevolucionarios recalcitrantes, de los fascistas y terroristas que desde su guarida estadounidense han utilizado métodos criminales para destruir una revolución que ha contado siempre con un inmenso apoyo popular. Un día triste para Carromero y sus secuaces del Partido Popular. Su gran valedor, el Tío Sam, ha decidido abandonarlos. Se consolarán diciendo que Obama es filocomunista.
No conocemos todavía los términos exactos de los acuerdos establecidos entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos. La reanudación de las relaciones diplomáticas es un hecho muy importante para ambos pueblos, pero eso no significa que Estados Unidos haya renunciado al objetivo de acabar con la revolución socialista. La reanudación de las relaciones comerciales, la llegada de turistas norteamericanos y las inversiones estadounidenses supondrán también una penetración ideológica en la isla, la difusión de una serie de valores y formas de vida ligadas al capitalismo. Es inevitable que sea así, y el gobierno y el Partido Comunista de Cuba deben estar vigilantes frente a estas formas de influencia cultural.
El PCE (m-l), que siempre ha denunciado la injerencia estadounidense y ha mostrado su solidaridad con la revolución cubana, se congratula de esta victoria del pueblo cubano, que es la victoria de todos los pueblos del mundo que luchan contra el imperialismo.
«A través de estos cambios, tenemos la intención de crear más oportunidades para el pueblo estadounidense y para el pueblo cubano y comenzar un nuevo capítulo entre los países de las Américas. He instruido al Secretario John Kerry a que inicie de inmediato el diálogo con Cuba para restablecer las relaciones diplomáticas que fueron interrumpidas en enero de 1961».
Han pasado 53 años desde que el gobierno estadounidense decidiese romper relaciones diplomáticas con Cuba e iniciar un bloqueo económico que ha causado gravísimos problemas al pueblo cubano. Paralelamente, Estados Unidos ha intentado, a través de la CIA, asesinar en innumerables ocasiones a Fidel Castro y ha amparado y protegido los actos terroristas cometidos contra Cuba por los exiliados cubanos de Miami.
Todo ha valido para destruir la revolución iniciada en 1959. El régimen castrista ha sido calumniado, aislado y asediado durante más de medio siglo, pero el pueblo cubano ha sabido resistir todas las presiones, haciendo frente con coraje y valentía a la potencia estadounidense. Incluso cuando la desaparición de la URSS privó a Cuba de una importantísima ayuda económica y la vida diaria se volvió extremadamente difícil en la isla, el pueblo cubano no claudicó, mantuvo su compromiso internacionalista enviando cientos de médicos y personal sanitario a los países africanos y latinoamericanos, y defendió la revolución socialista.
Ahora, 53 años después, Estados Unidos ha reconocido su derrota. Ha sido el triunfo de la dignidad, de la voluntad de un pueblo de no someterse ni ponerse de rodillas. Ha sido la victoria de una revolución que devolvió al pueblo cubano la libertad, la justicia social y la soberanía nacional. Ha sido la victoria del socialismo y también de la solidaridad internacional con Cuba. Porque los cubanos no han estado solos. Comités de solidaridad y organizaciones de apoyo surgieron en todo el mundo para contrarrestar las turbias maniobras del imperialismo y difundir las conquistas sociales de la revolución cubana frente a las tergiversaciones y manipulaciones informativas de los medios de comunicación afines a los intereses estadounidenses.
Y, por supuesto, ha sido la derrota de los gusanos de Miami, de los contrarrevolucionarios recalcitrantes, de los fascistas y terroristas que desde su guarida estadounidense han utilizado métodos criminales para destruir una revolución que ha contado siempre con un inmenso apoyo popular. Un día triste para Carromero y sus secuaces del Partido Popular. Su gran valedor, el Tío Sam, ha decidido abandonarlos. Se consolarán diciendo que Obama es filocomunista.
No conocemos todavía los términos exactos de los acuerdos establecidos entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos. La reanudación de las relaciones diplomáticas es un hecho muy importante para ambos pueblos, pero eso no significa que Estados Unidos haya renunciado al objetivo de acabar con la revolución socialista. La reanudación de las relaciones comerciales, la llegada de turistas norteamericanos y las inversiones estadounidenses supondrán también una penetración ideológica en la isla, la difusión de una serie de valores y formas de vida ligadas al capitalismo. Es inevitable que sea así, y el gobierno y el Partido Comunista de Cuba deben estar vigilantes frente a estas formas de influencia cultural.
El PCE (m-l), que siempre ha denunciado la injerencia estadounidense y ha mostrado su solidaridad con la revolución cubana, se congratula de esta victoria del pueblo cubano, que es la victoria de todos los pueblos del mundo que luchan contra el imperialismo.