Ley habilitante y la eliminación del ajuste por inflación: ¿Dónde quedó la Estatización de la Banca?
Jhon Caicedo
Centro de Investigación y Formación Obrera (CIFO_ALEM)
http://www.alemcifo.org/ArticulosHTML/BANKARTICULO.html
Con grandes expectativas se esperaba que con las leyes habilitantes se decretara de una vez por toda la Estatización de la banca y del sistema financiero, para arrancar de raíz el lucroso negocio que mantiene la burguesía financiera local sacando los dólares del país a través de las importaciones fraudulentas, la compra de bonos estatales con los depósitos oficiales del mismo estado y la divergencia de tres tipos de cambio oficiales que ha generado gravísimos problemas económicos. Toda esta situación ha hecho doblemente rentable el negocio bancario durante estos últimos 14 a 15 años de proceso bolivariano. Muestra de ello, lo evidencian las cifras estadísticas del BCVi. El crecimiento del PIB financiero para 1999 figuraba en un 4,4%. Para el 2013 representó el 13,9%, es decir, un crecimiento acumulado del 216%.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció hace meses la creación de cinco "buques insignia" en el sector público bancario en Venezuela dentro de la llamada "revolución económica." En palabras del mandatario se expresaba: "Vamos a hacer una revolución en el campo de la economía venezolana que debe de arrancar en los bancos y sistemas financieros del Estado", afirmó el jefe del Ejecutivo durante su programa radial semanal "En contacto con Maduro"i. Con la unificación de fondos y bancos de desarrollo y la reciente eliminación del ajuste por inflación, se auguraba la antesala en un primer intento para concentrar y centralizar la banca pública en un solo ente estatal, que buscara minimizar los costos y gastos de administración haciéndola más eficiente (tecnológicamente) en su servicio. No obstante, todo se diluyó.
La ley habilitante: La Estatización de la Banca ni se asomó
En países como México en 1982, con una población más numerosa que la de Venezuela para aquel entonces y con pleno gobierno de derecha se logró de un plumazo, nacionalizar la banca, TODA la banca, decretándose además el control de cambio, y en el tenor de otras medidas más sopesadas para impedir la debacle de una crisis económica generalizada. Sin embargo, nada de eso sucede en Venezuela. Seguramente algún erudito y/o apologético de la ideología revolucionaria “socialista” entre algunos pedantes dirían, porque los tiempos de la ciencia nunca coinciden con los tiempos de la política. Idea pequeñoburguesa totalmente falaz y absurda.
En Venezuela es sorprendente observar la cantidad de bancos públicos y privados, aseguradoras, fondos de ahorros e instituciones de microcréditos como el Instituto Municipal de Crédito Público IMCP, que aún persisten sin revertir ninguna transformación significativa en la administración y en las Finanzas Públicas del país. Dichas “fusiones y/o absorciones” realizadas por el Ejecutivo Nacional no plantearon en ningún momento la necesidad de concentrar y centralizar bajo un mismo capital social, el desorden generalizado de bancos que cumplen la misma función, es decir, la inversión, el asesoramiento o la intermediación financiera.
Es sumamente improductivo, ineficaz e ineficiente el total de bancos públicos que cumplen la misma función. Actividades, que fácilmente pudieran ser absorbidas por el Banco de Venezuela bajo una misma acumulación intra-rama y aumentar así los fondos financieros, o sea, la concentración y centralización del capital que permitiese un sólido aumento de la capacidad financiera y la ampliación en la cobertura de sus servicios en un solo banco, por el contrario, con varios capitales disconexos lo que se logra es un fraccionamiento de los recursos y esfuerzos. Como ejemplo de ello tenemos al Banco de Venezuela que para Enero del 2014 al cierre de ese mes obtuvo una relación de gastos de transformación entre ingresos financieros de 33, 06%, es decir, el porcentaje de los ingresos que se requieren para cubrir los gastos de personal, gastos generales y administrativos y los aportes a FOGADE y SUDEBAN estos últimos han sido modificados con la nueva reforma de la Ley Instituciones del Sector Bancario (y la previa eliminación del ajuste por inflación que elimina el subsidio del estado hacia la banca), y así sucesivamente veremos al Banco Bicentenario con 54,17%, Banco del Tesoro 29,72%, Banco Industrial de Venezuela 69, 07% y el Banco Agrícola de Venezuela en un 70,14%
Si podemos detallar en la tabla 1 sólo entre los 5 bancos públicos de mayor resonancia en el país, hay una relación entre gastos/ingresos que en promedio superan el 50%. Es lamentable ver como se hace uso ineficiente de los recursos financieros de la nación. ¿Cuál sería la tasa de gasto de transformación eficiente y aceptable, en la cual pudiera incurrir la banca? La pregunta es importante. Según análisis de banca y negociosi, página totalmente alejada de lo que es el marxismo cuantitativo. Realiza periódicamente análisis sobre el sector bancario de Venezuela. De acuerdo a la pagina los gastos de personal que aplican del total de sus ingresos, significa que a menor porcentaje mayor eficiencia en el manejo de los recursos humanos. En el cuadro 1, se detalla con mayor precisión los bancos que más sacrifican sus ingresos para sufragar sus gastos de personal, tal como lo ha publicado dicha página.
Si observamos bien el cuadro 1, podemos ver que bancos como el Banco de Venezuela maneja el 9,5% de sus ingresos totalesi para cubrir Gastos de Personal, o sea, Sueldos y Salarios, Viáticos, Vacaciones, Bonos, Prestaciones, etc., que comparados con bancos privados como Banesco (9,8%), Banco Mercantil (13,4%) y el Banco Provincial (8,3%) se encuentra en una posición privilegiada en eficiencia. Sin embargo, esa posición privilegiada de eficiencia que mantiene el Banco de Venezuela en el manejo de sus ingresos para cubrir los Gastos de Personal termina perdiendo potencia, cuando comparamos las cifras del mencionado banco con los demás “buques insignias” bancos estatales; B. Agrícola de Vzla (41,6%), B. Industrial de Vzla (34,5%), B. Bicentenario de la clase obrera (16,4%) y B. del Tesoro (13%), una ineficiencia operativa atronadora. Por ello, indicamos reiteradamente que mantener una variedad de bancos públicos, haciendo creer que hay variedad dentro de la diversidad, es usar dinero estatal para fragmentarlo y hacer uso anti-científico del Capital.
El B. de Venezuela, fácilmente podría bajar aún más su porcentaje de gastos, unificándose con bancos con escala de menor tamaño para así afrontar sus tareas en diversas áreas, ahorrando sustancialmente gastos en publicidad y mercadeo, sólo por poner un ejemplo, ni hablar de bancos como Banfanb y el banco bicentenario obrero, bancos que no cumplen ninguna función especial dentro del sistema financiero nacional, más bien terminan siendo retrocesos para el uso científico del Capital en dicho ámbito sectorial. Continuando con el análisis, para septiembre del presente año los ingresos financieros de los principales 5 bancos públicos han crecido más del triple. No obstante, también lo han hecho los gastos de transformación
Si comparamos las cifras de la tabla 2 con los de la tabla 1, veremos que en 9 meses los ingresos financieros del Banco de Venezuela han aumentado 313%, Banco Bicentenario 291%, Banco del Tesoro 306%, Banco Industrial de Venezuela 367% y el Banco Agrícola de Venezuela 186%. Si la banca pública estuviera medianamente concentrada y centralizada en una sola corporación bancaria (al estilo Bank of America, JP Morgan Chase, Citigroup y HSBC North America Holdings) los ingresos financieros del periodo de enero a septiembre de 2014 estarían concentrado en un solo banco estatal y fueran ingresos que se aproximarían mas menos en el orden de 1500% y quizás hasta más.
Bancos como el Banco Bicentenario que es producto de la fusión de varios bancos privados en bancarrota, del cual tuvo que salir el Estado con “planes de salvamento” para usar el dinero que producen millones de obreros (y que el Estado burgués esquilma vía impuesto) para adjudicarlo nuevamente al sistema financiero (mayoritariamente privado) para que no se desatara una crisis generalizada de pago dentro del sistema bancario nacional. Después de esa situación el mencionado banco se posicionó como el banco con más oficinas en todo el país que para el trimestre de octubre-diciembre de 2013 según SUDEBAN, contaba con 523 oficinas y un promedio de 9.059 trabajadores, posición que lo ubica por encima del Banco de Venezuela que para ese mismo trimestre contaba con 394 oficinas y un promedio de 10.695 trabajadores, y aún así, el B. Bicentenario tiene menores ingresos financieros que el propio B. de Venezuela. Esto indica que existen niveles de ociosidad operativa que deben ser sustituidos inmediatamente por una absorción intra-ramal de la banca, y así reducir la ridícula y estrepitosa cantidad de agencias y sus gigantes gastos innecesarios, vital es fusionarlos todos.
La pequeña escala operativa de un banco como Banfanb o Banco del Pueblo Soberano, hace que se termine quemando parte de la renta petrolera, es decir, bancos con gastos operativos muy altos, dado a las cantidades mínimas de personas que requiere el banco no termina cumpliéndose y más aún cuando hay empréstitos muy bajos o casi nulos que no calan para hacer frente a los gastos del propio banco, ocurre dos cosas:
Jhon Caicedo
Centro de Investigación y Formación Obrera (CIFO_ALEM)
http://www.alemcifo.org/ArticulosHTML/BANKARTICULO.html
Carmelo Suárez. Secretario General del Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE) escribió:“Nosotros tenemos en el programa electoral la propuesta de nacionalización de la banca, de TODA la Banca, porque todo el dinero que tiene la banca es un dinero robado a la clase obrera. La Banca no tiene nada que sea producto de su trabajo, la Banca no tiene nada que sea producto de un VALOR creado por el capital financiero, todo lo que tienen los banqueros, toda la cuenta de resultado, es dinero robado a la clase obrera.”
Con grandes expectativas se esperaba que con las leyes habilitantes se decretara de una vez por toda la Estatización de la banca y del sistema financiero, para arrancar de raíz el lucroso negocio que mantiene la burguesía financiera local sacando los dólares del país a través de las importaciones fraudulentas, la compra de bonos estatales con los depósitos oficiales del mismo estado y la divergencia de tres tipos de cambio oficiales que ha generado gravísimos problemas económicos. Toda esta situación ha hecho doblemente rentable el negocio bancario durante estos últimos 14 a 15 años de proceso bolivariano. Muestra de ello, lo evidencian las cifras estadísticas del BCVi. El crecimiento del PIB financiero para 1999 figuraba en un 4,4%. Para el 2013 representó el 13,9%, es decir, un crecimiento acumulado del 216%.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció hace meses la creación de cinco "buques insignia" en el sector público bancario en Venezuela dentro de la llamada "revolución económica." En palabras del mandatario se expresaba: "Vamos a hacer una revolución en el campo de la economía venezolana que debe de arrancar en los bancos y sistemas financieros del Estado", afirmó el jefe del Ejecutivo durante su programa radial semanal "En contacto con Maduro"i. Con la unificación de fondos y bancos de desarrollo y la reciente eliminación del ajuste por inflación, se auguraba la antesala en un primer intento para concentrar y centralizar la banca pública en un solo ente estatal, que buscara minimizar los costos y gastos de administración haciéndola más eficiente (tecnológicamente) en su servicio. No obstante, todo se diluyó.
La ley habilitante: La Estatización de la Banca ni se asomó
En países como México en 1982, con una población más numerosa que la de Venezuela para aquel entonces y con pleno gobierno de derecha se logró de un plumazo, nacionalizar la banca, TODA la banca, decretándose además el control de cambio, y en el tenor de otras medidas más sopesadas para impedir la debacle de una crisis económica generalizada. Sin embargo, nada de eso sucede en Venezuela. Seguramente algún erudito y/o apologético de la ideología revolucionaria “socialista” entre algunos pedantes dirían, porque los tiempos de la ciencia nunca coinciden con los tiempos de la política. Idea pequeñoburguesa totalmente falaz y absurda.
En Venezuela es sorprendente observar la cantidad de bancos públicos y privados, aseguradoras, fondos de ahorros e instituciones de microcréditos como el Instituto Municipal de Crédito Público IMCP, que aún persisten sin revertir ninguna transformación significativa en la administración y en las Finanzas Públicas del país. Dichas “fusiones y/o absorciones” realizadas por el Ejecutivo Nacional no plantearon en ningún momento la necesidad de concentrar y centralizar bajo un mismo capital social, el desorden generalizado de bancos que cumplen la misma función, es decir, la inversión, el asesoramiento o la intermediación financiera.
Es sumamente improductivo, ineficaz e ineficiente el total de bancos públicos que cumplen la misma función. Actividades, que fácilmente pudieran ser absorbidas por el Banco de Venezuela bajo una misma acumulación intra-rama y aumentar así los fondos financieros, o sea, la concentración y centralización del capital que permitiese un sólido aumento de la capacidad financiera y la ampliación en la cobertura de sus servicios en un solo banco, por el contrario, con varios capitales disconexos lo que se logra es un fraccionamiento de los recursos y esfuerzos. Como ejemplo de ello tenemos al Banco de Venezuela que para Enero del 2014 al cierre de ese mes obtuvo una relación de gastos de transformación entre ingresos financieros de 33, 06%, es decir, el porcentaje de los ingresos que se requieren para cubrir los gastos de personal, gastos generales y administrativos y los aportes a FOGADE y SUDEBAN estos últimos han sido modificados con la nueva reforma de la Ley Instituciones del Sector Bancario (y la previa eliminación del ajuste por inflación que elimina el subsidio del estado hacia la banca), y así sucesivamente veremos al Banco Bicentenario con 54,17%, Banco del Tesoro 29,72%, Banco Industrial de Venezuela 69, 07% y el Banco Agrícola de Venezuela en un 70,14%
Tabla 1
Si podemos detallar en la tabla 1 sólo entre los 5 bancos públicos de mayor resonancia en el país, hay una relación entre gastos/ingresos que en promedio superan el 50%. Es lamentable ver como se hace uso ineficiente de los recursos financieros de la nación. ¿Cuál sería la tasa de gasto de transformación eficiente y aceptable, en la cual pudiera incurrir la banca? La pregunta es importante. Según análisis de banca y negociosi, página totalmente alejada de lo que es el marxismo cuantitativo. Realiza periódicamente análisis sobre el sector bancario de Venezuela. De acuerdo a la pagina los gastos de personal que aplican del total de sus ingresos, significa que a menor porcentaje mayor eficiencia en el manejo de los recursos humanos. En el cuadro 1, se detalla con mayor precisión los bancos que más sacrifican sus ingresos para sufragar sus gastos de personal, tal como lo ha publicado dicha página.
Si observamos bien el cuadro 1, podemos ver que bancos como el Banco de Venezuela maneja el 9,5% de sus ingresos totalesi para cubrir Gastos de Personal, o sea, Sueldos y Salarios, Viáticos, Vacaciones, Bonos, Prestaciones, etc., que comparados con bancos privados como Banesco (9,8%), Banco Mercantil (13,4%) y el Banco Provincial (8,3%) se encuentra en una posición privilegiada en eficiencia. Sin embargo, esa posición privilegiada de eficiencia que mantiene el Banco de Venezuela en el manejo de sus ingresos para cubrir los Gastos de Personal termina perdiendo potencia, cuando comparamos las cifras del mencionado banco con los demás “buques insignias” bancos estatales; B. Agrícola de Vzla (41,6%), B. Industrial de Vzla (34,5%), B. Bicentenario de la clase obrera (16,4%) y B. del Tesoro (13%), una ineficiencia operativa atronadora. Por ello, indicamos reiteradamente que mantener una variedad de bancos públicos, haciendo creer que hay variedad dentro de la diversidad, es usar dinero estatal para fragmentarlo y hacer uso anti-científico del Capital.
El B. de Venezuela, fácilmente podría bajar aún más su porcentaje de gastos, unificándose con bancos con escala de menor tamaño para así afrontar sus tareas en diversas áreas, ahorrando sustancialmente gastos en publicidad y mercadeo, sólo por poner un ejemplo, ni hablar de bancos como Banfanb y el banco bicentenario obrero, bancos que no cumplen ninguna función especial dentro del sistema financiero nacional, más bien terminan siendo retrocesos para el uso científico del Capital en dicho ámbito sectorial. Continuando con el análisis, para septiembre del presente año los ingresos financieros de los principales 5 bancos públicos han crecido más del triple. No obstante, también lo han hecho los gastos de transformación
Tabla 2
Si comparamos las cifras de la tabla 2 con los de la tabla 1, veremos que en 9 meses los ingresos financieros del Banco de Venezuela han aumentado 313%, Banco Bicentenario 291%, Banco del Tesoro 306%, Banco Industrial de Venezuela 367% y el Banco Agrícola de Venezuela 186%. Si la banca pública estuviera medianamente concentrada y centralizada en una sola corporación bancaria (al estilo Bank of America, JP Morgan Chase, Citigroup y HSBC North America Holdings) los ingresos financieros del periodo de enero a septiembre de 2014 estarían concentrado en un solo banco estatal y fueran ingresos que se aproximarían mas menos en el orden de 1500% y quizás hasta más.
Bancos como el Banco Bicentenario que es producto de la fusión de varios bancos privados en bancarrota, del cual tuvo que salir el Estado con “planes de salvamento” para usar el dinero que producen millones de obreros (y que el Estado burgués esquilma vía impuesto) para adjudicarlo nuevamente al sistema financiero (mayoritariamente privado) para que no se desatara una crisis generalizada de pago dentro del sistema bancario nacional. Después de esa situación el mencionado banco se posicionó como el banco con más oficinas en todo el país que para el trimestre de octubre-diciembre de 2013 según SUDEBAN, contaba con 523 oficinas y un promedio de 9.059 trabajadores, posición que lo ubica por encima del Banco de Venezuela que para ese mismo trimestre contaba con 394 oficinas y un promedio de 10.695 trabajadores, y aún así, el B. Bicentenario tiene menores ingresos financieros que el propio B. de Venezuela. Esto indica que existen niveles de ociosidad operativa que deben ser sustituidos inmediatamente por una absorción intra-ramal de la banca, y así reducir la ridícula y estrepitosa cantidad de agencias y sus gigantes gastos innecesarios, vital es fusionarlos todos.
La pequeña escala operativa de un banco como Banfanb o Banco del Pueblo Soberano, hace que se termine quemando parte de la renta petrolera, es decir, bancos con gastos operativos muy altos, dado a las cantidades mínimas de personas que requiere el banco no termina cumpliéndose y más aún cuando hay empréstitos muy bajos o casi nulos que no calan para hacer frente a los gastos del propio banco, ocurre dos cosas:
1) que el banco dependa íntegramente de las inyecciones dinerarias (dinero que producen los obreros) del propio estado para su funcionamiento y sostenimiento 2) se hace ocioso y monótono tanto el manejo de los recursos materiales como de la misma actividad bancaria llegando a convertir el capital estatal en capital sobrante, pero este último no se vea como una forma de exportación de capital que no encuentra salida en el ámbito nacional, al contrario, sino por la incapacidad de reproducirse por sí mismo, o sea, de captar la tasa de ganancia media para la rama. Y por tanto, dicho capital estatal como cualquier otro (capital privado o mixto) termina siendo exterminado en la concurrencia por su ineficiencia.