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¡MARGI CLAVO PERALTA, COMUNISTA, PRISIONERA POLÍTICA DEL PERÚ: PRESENTE!
¡ALTO A LA POLÍTICA DE PERSECUCIÓN, ODIO Y VENGANZA DEL ESTADO PERUANO CONTRA LOS PRISIONEROS POLÍTICOS DEL PERÚ!
Los Prisioneros Políticos y de guerra del Partido Comunista del Perú, recluidos en el Penal Miguel Castro Castro, ante nuestro querido pueblo y la opinión pública en general decimos que:
1. El martes 17 de febrero ha fallecido la Prisionera Política Margi Clavo Peralta.
La compañera Margi, camarada Nancy, desde muy joven se hizo militante del Partido Comunista del Perú, hace más de cuatro décadas decidió consagrar su vida a la causa del proletariado, el pueblo y la revolución peruana sirviéndola de todo corazón y con desinterés personal absoluto, siendo partícipe activa en la ardua brega por la Reconstitución del PCP, en la gran epopeya de la guerra popular y en la cuarta etapa de lucha política del Partido; nunca dejó de luchar persistiendo firme en sus convicciones revolucionarias marxista-leninista-maoístas, pensamiento gonzalo. Y aunque erró políticamente luego de la detención del Presidente Gonzalo, Jefatura del Partido y la revolución, supo asumir con entereza su autocrítica pública y deslindó claramente con la línea oportunista de derecha del Bloque Escisionista, asumiendo y defendiendo con convicción la actual política fundamental de Solución Política, Amnistía General y Reconciliación Nacional. Margi renunció a sus estudios de Ingeniería Electrónica en la Universidad Nacional de Ingeniería para dedicarse completamente a los intereses de la clase, el pueblo y la revolución peruana por las que dio su vida. Como sentenció el Presidente Mao Tsetung: “Morir por los intereses del pueblo tiene más peso que la montaña Taishan; servir a los fascistas y morir por los que explotan y oprimen al pueblo tiene menos peso que una pluma”. SU MUERTE ES UNA MUERTE DIGNA.
2.Responsabilizamos directamente de la muerte de nuestra compañera Margi, y de otros prisioneros políticos, a la política represiva de odio, venganza, persecución y muerte contra los Prisioneros Políticos y de Guerra, del Estado peruano, del actual gobierno de derecha de Ollanta Humala que prosigue su aplicación con mayor saña y específicamente a su obsecuente ejecutor, el desaforado exministro Urresti, quien dispuso criminalmente la perversa intervención de la Policía Nacional y el insidioso ataque mediático del Programa Panorama del canal 5, el 1° de febrero, para infamar y maltratar a nuestra compañera, presionar a los médicos encargados del Hospital Loayza para forzar que la den de alta, interrumpir su tratamiento y devolverla al penal, cuando solo estuvo tres días en vez de los siete que le habían prescrito y apenas había recibido la mitad de la transfusión de sangre prevista debido a presentar un cuadro de deshidratación severa y otras complicaciones consecuencia del cáncer terminal que padecía y que ponía en riesgo su vida; ese atropello perverso fue funesto y definitivamente aceleró su muerte. También rechazamos y condenamos las infamias a Margi, entre otras, de “privilegios” por el hecho de ser hospitalizada estando grave de salud, y, no conformes, luego de su muerte, con su odio al pueblo la reacción le acusó de ser “autora intelectual” de los hechos de Tarata sin fundamento alguno, pues, como es de público conocimiento y es la auténtica verdad histórica, tales hechos nunca fueron dispuestos por la Dirección del Partido Comunista del Perú que los califica como un error contrarios a su línea política, más aún, nuestra compañera no tuvo ni remotamente relación con los mismos como expresamente lo han reconocido con reiteración los autores materiales.
3. La verdad que la reacción pretende ocultar es que en el Perú hubo una guerra popular dirigida por el Partido Comunista del Perú iniciada en 1980 y concluida en 1992 cuyo objetivo era transformar la vieja sociedad de opresión y explotación y establecer una República Popular de nueva democracia. El Estado peruano para combatir la guerra popular, como parte de su línea y política genocidas perpetró tres matanzas contra los prisioneros vinculados al Partido Comunista del Perú. Las dos primeras bajo el gobierno de Alan García: el 4 de octubre de 1985 con el vil asesinato de 30 prisioneros en el Penal de Lurigancho; y el 19 de junio de 1986 con la matanza de 250 prisioneros en los penales de El Frontón, Lurigancho y El Callao. La tercera fue perpetrada por la dictadura fujimorista asesinando 50 prisioneros en mayo de 1992 en este Penal Miguel Castro Castro. Matanzas de las que son testigos vivos cuatro compañeros nuestros, sobrevivientes de los genocidios a quienes no se les reparó en absoluto, peor aún, se les siguió persiguiendo y hoy continúan presos. La mayor parte de los que aún estamos en prisión, al igual que nuestro compañera Margi, llevamos un promedio de más de 20 años presos, muchos de ellos en las más monstruosas condiciones de reclusión. En el paroxismo del odio y la venganza se recluyó en prisiones militares a los más altos dirigentes del Partido Comunista del Perú condenándolos al aislamiento absoluto y perpetuo. Pero, con gran iniciativa política, el doctor Abimael Guzmán y la profesora Elena Yparraguirre solicitaron conversaciones que conduzcan a terminar la guerra popular iniciada en 1980 a través de un Acuerdo de Paz; así, en octubre de 1993; el entonces presidente Fujimori hizo pública ante la Asamblea General de las Naciones Unidas la carta que contenía tal petición. Se desenvolvió una Ronda de Conversaciones entre el Estado peruano y el Partido Comunista del Perú que no logró plasmar el Acuerdo de Paz, entre otras razones por el triunfalismo del Estado que optó por una solución represiva. En cambio, nosotros, los prisioneros políticos del Partido Comunista del Perú, comprendiendo que la paz había devenido en necesidad del pueblo, la nación y la sociedad peruana en su conjunto apoyamos resueltamente la solución política propuesta por el doctor Abimael Guzmán y desde entonces persistimos en ella buscando una Amnistía General para civiles, policías y militares, que conduzca a la necesaria Reconciliación Nacional sin odios, venganzas, rencores ni persecuciones contra nadie.
4. Hoy, no obstante que la guerra interna terminó hace casi 23 años, el Estado y la reacción peruana se opone obstinadamente a la necesaria solución política, prosigue su accionar represivo montando sistemáticas campañas mediáticas mentirosas para infamarnos y presentarnos como “monstruos”, “terroristas”, “asesinos”, “no personas” a quienes se nos debe privar de todo derecho y desde hace 3 años han desatado una campaña contrarrevolucionaria de persecución política por ideas buscando desaparecer a los comunistas de la sociedad y extendida al pueblo criminalizando la lucha social. Así, no sólo continúa aplicando la legislación antiterrorista sino que la sigue fortaleciendo como arma de guerra contrasubversiva para enterrarnos de por vida en prisión. Muy especialmente denunciamos y condenamos el cruel ensañamiento político contra el Dr. Abimael Guzmán Reinoso, con 80 años y delicado estado de salud, a quien niegan hasta sus más elementales derechos, manteniéndole en aislamiento absoluto y perpetuo por 23 años. ¡Demandamos el respeto a su vida y salud y todos los derechos que le asisten como persona, contemplados en la ley peruana y las cartas internacionales, y nos reafirmamos en luchar incansablemente por su libertad! Además han montado nuevos juicios de persecución eterna contra los considerados dirigentes del PCP como son los casos Soras, Tarata y Movadef, así impedir la libertad de quienes que ya cumplieron sus largas penas como Osmán Morote, Margot Liendo y Victoria Trujillo. En este Penal, nuestro compañero Víctor Zavala, sobreviviente del genocidio de 1992; fue condenado a 18 años de prisión, pero para impedir su libertad, se lo volvió a encausar por los mismos hechos en el Megaproceso y elevó la condena a 25 años; hoy a sus 83 años lleva 24 años en prisión y su estado de salud se deteriora cada día sin posibilidad de acceder a una atención adecuada. Denunciamos el caso de nuestro compañero Luis Timoteo Argote, sobreviviente de la matanza en el Penal de Lurigancho de octubre 1985; con 64 años de edad, ha cumplido su condena en Julio del 2014 pero sin razón alguna lo mantienen en prisión, dándole la callada por respuesta a pesar de haber recurrido a todas las instancias judiciales y penitenciarias demandando su inmediata libertad.
En resumen, Los Prisioneros Políticos y de Guerra del Perú, en duras y heroicas jornadas hemos enfrentado y derrotado los reaccionarios planes de odio, venganza, persecución y muerte del Estado peruano desde los años 80s hasta hoy, manteniendo nuestra condición de seres humanos, de hijos del pueblo, de revolucionarios, ¡sin hincar la rodilla jamás! Y en estas luchas nuestra compañera Margi como comunista y prisionera política ha sido ejemplar.
Expresamos nuestro profundo cariño y reconocimiento a nuestra compañera Margi, le rendimos solemne homenaje y expresamos sentidas condolencias a sus familiares y amigos. Su muerte es una muerte digna que pesa más que una montaña. Y, como nos enseña el Presidente Gonzalo, “los prisioneros de guerra, como el personaje de la historia, siguen ganando batallas más allá de la muerte, pues, viven y combaten en nosotros conquistando nuevas victorias; su recia e imborrable presencia la sentimos palpitante y luminosa enseñándonos hoy, mañana y siempre a dar la vida por el Partido y la revolución.” ¡COMPAÑERA MARGI VIVES Y COMBATES EN NOSOTROS!
¡MARGI CLAVO PERALTA: PRESENTE EN LA REVOLUCIÓN PERUANA!
¡LOS PRISIONEROS DE GUERRA JAMÁS HINCAMOS LA RODILLA!
¡ALTO A LA POLÍTICA DE ODIO Y VENGANZA CONTRA LOS PRISIONEROS POLÍTICOS DEL PERÚ!
Penal Miguel Castro Castro, 19 de febrero del 2015
¡MARGI CLAVO PERALTA, COMUNISTA, PRISIONERA POLÍTICA DEL PERÚ: PRESENTE!
¡ALTO A LA POLÍTICA DE PERSECUCIÓN, ODIO Y VENGANZA DEL ESTADO PERUANO CONTRA LOS PRISIONEROS POLÍTICOS DEL PERÚ!
Los Prisioneros Políticos y de guerra del Partido Comunista del Perú, recluidos en el Penal Miguel Castro Castro, ante nuestro querido pueblo y la opinión pública en general decimos que:
1. El martes 17 de febrero ha fallecido la Prisionera Política Margi Clavo Peralta.
La compañera Margi, camarada Nancy, desde muy joven se hizo militante del Partido Comunista del Perú, hace más de cuatro décadas decidió consagrar su vida a la causa del proletariado, el pueblo y la revolución peruana sirviéndola de todo corazón y con desinterés personal absoluto, siendo partícipe activa en la ardua brega por la Reconstitución del PCP, en la gran epopeya de la guerra popular y en la cuarta etapa de lucha política del Partido; nunca dejó de luchar persistiendo firme en sus convicciones revolucionarias marxista-leninista-maoístas, pensamiento gonzalo. Y aunque erró políticamente luego de la detención del Presidente Gonzalo, Jefatura del Partido y la revolución, supo asumir con entereza su autocrítica pública y deslindó claramente con la línea oportunista de derecha del Bloque Escisionista, asumiendo y defendiendo con convicción la actual política fundamental de Solución Política, Amnistía General y Reconciliación Nacional. Margi renunció a sus estudios de Ingeniería Electrónica en la Universidad Nacional de Ingeniería para dedicarse completamente a los intereses de la clase, el pueblo y la revolución peruana por las que dio su vida. Como sentenció el Presidente Mao Tsetung: “Morir por los intereses del pueblo tiene más peso que la montaña Taishan; servir a los fascistas y morir por los que explotan y oprimen al pueblo tiene menos peso que una pluma”. SU MUERTE ES UNA MUERTE DIGNA.
2.Responsabilizamos directamente de la muerte de nuestra compañera Margi, y de otros prisioneros políticos, a la política represiva de odio, venganza, persecución y muerte contra los Prisioneros Políticos y de Guerra, del Estado peruano, del actual gobierno de derecha de Ollanta Humala que prosigue su aplicación con mayor saña y específicamente a su obsecuente ejecutor, el desaforado exministro Urresti, quien dispuso criminalmente la perversa intervención de la Policía Nacional y el insidioso ataque mediático del Programa Panorama del canal 5, el 1° de febrero, para infamar y maltratar a nuestra compañera, presionar a los médicos encargados del Hospital Loayza para forzar que la den de alta, interrumpir su tratamiento y devolverla al penal, cuando solo estuvo tres días en vez de los siete que le habían prescrito y apenas había recibido la mitad de la transfusión de sangre prevista debido a presentar un cuadro de deshidratación severa y otras complicaciones consecuencia del cáncer terminal que padecía y que ponía en riesgo su vida; ese atropello perverso fue funesto y definitivamente aceleró su muerte. También rechazamos y condenamos las infamias a Margi, entre otras, de “privilegios” por el hecho de ser hospitalizada estando grave de salud, y, no conformes, luego de su muerte, con su odio al pueblo la reacción le acusó de ser “autora intelectual” de los hechos de Tarata sin fundamento alguno, pues, como es de público conocimiento y es la auténtica verdad histórica, tales hechos nunca fueron dispuestos por la Dirección del Partido Comunista del Perú que los califica como un error contrarios a su línea política, más aún, nuestra compañera no tuvo ni remotamente relación con los mismos como expresamente lo han reconocido con reiteración los autores materiales.
3. La verdad que la reacción pretende ocultar es que en el Perú hubo una guerra popular dirigida por el Partido Comunista del Perú iniciada en 1980 y concluida en 1992 cuyo objetivo era transformar la vieja sociedad de opresión y explotación y establecer una República Popular de nueva democracia. El Estado peruano para combatir la guerra popular, como parte de su línea y política genocidas perpetró tres matanzas contra los prisioneros vinculados al Partido Comunista del Perú. Las dos primeras bajo el gobierno de Alan García: el 4 de octubre de 1985 con el vil asesinato de 30 prisioneros en el Penal de Lurigancho; y el 19 de junio de 1986 con la matanza de 250 prisioneros en los penales de El Frontón, Lurigancho y El Callao. La tercera fue perpetrada por la dictadura fujimorista asesinando 50 prisioneros en mayo de 1992 en este Penal Miguel Castro Castro. Matanzas de las que son testigos vivos cuatro compañeros nuestros, sobrevivientes de los genocidios a quienes no se les reparó en absoluto, peor aún, se les siguió persiguiendo y hoy continúan presos. La mayor parte de los que aún estamos en prisión, al igual que nuestro compañera Margi, llevamos un promedio de más de 20 años presos, muchos de ellos en las más monstruosas condiciones de reclusión. En el paroxismo del odio y la venganza se recluyó en prisiones militares a los más altos dirigentes del Partido Comunista del Perú condenándolos al aislamiento absoluto y perpetuo. Pero, con gran iniciativa política, el doctor Abimael Guzmán y la profesora Elena Yparraguirre solicitaron conversaciones que conduzcan a terminar la guerra popular iniciada en 1980 a través de un Acuerdo de Paz; así, en octubre de 1993; el entonces presidente Fujimori hizo pública ante la Asamblea General de las Naciones Unidas la carta que contenía tal petición. Se desenvolvió una Ronda de Conversaciones entre el Estado peruano y el Partido Comunista del Perú que no logró plasmar el Acuerdo de Paz, entre otras razones por el triunfalismo del Estado que optó por una solución represiva. En cambio, nosotros, los prisioneros políticos del Partido Comunista del Perú, comprendiendo que la paz había devenido en necesidad del pueblo, la nación y la sociedad peruana en su conjunto apoyamos resueltamente la solución política propuesta por el doctor Abimael Guzmán y desde entonces persistimos en ella buscando una Amnistía General para civiles, policías y militares, que conduzca a la necesaria Reconciliación Nacional sin odios, venganzas, rencores ni persecuciones contra nadie.
4. Hoy, no obstante que la guerra interna terminó hace casi 23 años, el Estado y la reacción peruana se opone obstinadamente a la necesaria solución política, prosigue su accionar represivo montando sistemáticas campañas mediáticas mentirosas para infamarnos y presentarnos como “monstruos”, “terroristas”, “asesinos”, “no personas” a quienes se nos debe privar de todo derecho y desde hace 3 años han desatado una campaña contrarrevolucionaria de persecución política por ideas buscando desaparecer a los comunistas de la sociedad y extendida al pueblo criminalizando la lucha social. Así, no sólo continúa aplicando la legislación antiterrorista sino que la sigue fortaleciendo como arma de guerra contrasubversiva para enterrarnos de por vida en prisión. Muy especialmente denunciamos y condenamos el cruel ensañamiento político contra el Dr. Abimael Guzmán Reinoso, con 80 años y delicado estado de salud, a quien niegan hasta sus más elementales derechos, manteniéndole en aislamiento absoluto y perpetuo por 23 años. ¡Demandamos el respeto a su vida y salud y todos los derechos que le asisten como persona, contemplados en la ley peruana y las cartas internacionales, y nos reafirmamos en luchar incansablemente por su libertad! Además han montado nuevos juicios de persecución eterna contra los considerados dirigentes del PCP como son los casos Soras, Tarata y Movadef, así impedir la libertad de quienes que ya cumplieron sus largas penas como Osmán Morote, Margot Liendo y Victoria Trujillo. En este Penal, nuestro compañero Víctor Zavala, sobreviviente del genocidio de 1992; fue condenado a 18 años de prisión, pero para impedir su libertad, se lo volvió a encausar por los mismos hechos en el Megaproceso y elevó la condena a 25 años; hoy a sus 83 años lleva 24 años en prisión y su estado de salud se deteriora cada día sin posibilidad de acceder a una atención adecuada. Denunciamos el caso de nuestro compañero Luis Timoteo Argote, sobreviviente de la matanza en el Penal de Lurigancho de octubre 1985; con 64 años de edad, ha cumplido su condena en Julio del 2014 pero sin razón alguna lo mantienen en prisión, dándole la callada por respuesta a pesar de haber recurrido a todas las instancias judiciales y penitenciarias demandando su inmediata libertad.
En resumen, Los Prisioneros Políticos y de Guerra del Perú, en duras y heroicas jornadas hemos enfrentado y derrotado los reaccionarios planes de odio, venganza, persecución y muerte del Estado peruano desde los años 80s hasta hoy, manteniendo nuestra condición de seres humanos, de hijos del pueblo, de revolucionarios, ¡sin hincar la rodilla jamás! Y en estas luchas nuestra compañera Margi como comunista y prisionera política ha sido ejemplar.
Expresamos nuestro profundo cariño y reconocimiento a nuestra compañera Margi, le rendimos solemne homenaje y expresamos sentidas condolencias a sus familiares y amigos. Su muerte es una muerte digna que pesa más que una montaña. Y, como nos enseña el Presidente Gonzalo, “los prisioneros de guerra, como el personaje de la historia, siguen ganando batallas más allá de la muerte, pues, viven y combaten en nosotros conquistando nuevas victorias; su recia e imborrable presencia la sentimos palpitante y luminosa enseñándonos hoy, mañana y siempre a dar la vida por el Partido y la revolución.” ¡COMPAÑERA MARGI VIVES Y COMBATES EN NOSOTROS!
¡MARGI CLAVO PERALTA: PRESENTE EN LA REVOLUCIÓN PERUANA!
¡LOS PRISIONEROS DE GUERRA JAMÁS HINCAMOS LA RODILLA!
¡ALTO A LA POLÍTICA DE ODIO Y VENGANZA CONTRA LOS PRISIONEROS POLÍTICOS DEL PERÚ!
Penal Miguel Castro Castro, 19 de febrero del 2015