El TTIP es un tratado entre EEUU y la UE del cual no se conoce su contenido, en el cual los lobbies empresariales están plasmando sus intereses y seriamente perjudicial para los derechos laborales de la clase obrera y los intereses generales de las clases populares.
Y esto es desconocido para la inmensa mayoría.
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Las elites económicas y políticas de la Unión Europea están negociando, a espaldas de la opinión pública, un acuerdo económico que tendrá graves consecuencias para la soberanía nacional y popular, para el mantenimiento de los servicios públicos y para el medio ambiente.
El objetivo de esta Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión es apuntalar así la dominación mundial de las multinacionales occidentales. Después de años de toparse con las garantías democráticas y sociales conquistadas por las clases trabajadoras en los diversos países participantes, sobre todo europeos, los lobbies patronales han encontrado en la reciente crisis la excusa perfecta para imponer los sacrificios domésticos que exige este acuerdo de librecambio.
Además, la experiencia reciente –por ejemplo, la construcción de la UE- nos enseña que el aumento de beneficios para las grandes empresas se traduce muy poco en empleo y mucho en inversiones especulativas y exteriores. Y este magro resultado será a costa de una mayor precariedad laboral, menos servicios públicos, mayores desigualdades, ruina de pequeñas-medianas empresas y empobrecimiento de la mayoría. Una importante merma en las condiciones laborales que hará cada vez más difícil la supervivencia.
Las consecuencias que dicho tratado traerán para las clases trabajadoras de la Unión Europea serán devastadoras: en materia laboral, por ejemplo, el acuerdo tiene una cláusula que impide que los países miembros mejoren los derechos laborales y económicos de los trabajadores, en el caso de que se implementen mejoras consideradas como “inaceptables” para las multinacionales estas podrán cerrar sus centros de trabajo y trasladarlos a otro país sin atenerse a ninguna regulación. También será posible que las empresas que procedan de países con menor regulación laboral se trasladen a otro país sin observar su normativa laboral, imponiendo a sus trabajadores la legislación social de su país de origen.
Este tratado prevé la creación de organismos tales como los llamados ISDS (Investor-State Dispute Settlement), que resolverán las controversias entre estados-empresas sin acudir a los organismos legales de cada país, lo cual supondrá un retroceso importante en la soberanía democrática de los países miembros.
El Partido del Trabajo Democrático apoya la lucha contra la implantación del TTIP y en defensa de los derechos políticos y económicos que se quieren lapidar mediante esta iniciativa. La lucha popular de las organizaciones sindicales y los movimientos sociales y el avance de las organizaciones políticas opuestas a la troika y a la ofensiva neoliberal puede frenar la implantación de este tratado en algunos países, como ya ha ocurrido en Francia y Grecia. Por eso secundamos esta movilización a nivel estatal contra el TTIP.
¡Hay que ganarles en las urnas y en las calles!
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Las elites económicas y políticas de la Unión Europea están negociando, a espaldas de la opinión pública, un acuerdo económico que tendrá graves consecuencias para la soberanía nacional y popular, para el mantenimiento de los servicios públicos y para el medio ambiente.
El objetivo de esta Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión es apuntalar así la dominación mundial de las multinacionales occidentales. Después de años de toparse con las garantías democráticas y sociales conquistadas por las clases trabajadoras en los diversos países participantes, sobre todo europeos, los lobbies patronales han encontrado en la reciente crisis la excusa perfecta para imponer los sacrificios domésticos que exige este acuerdo de librecambio.
Además, la experiencia reciente –por ejemplo, la construcción de la UE- nos enseña que el aumento de beneficios para las grandes empresas se traduce muy poco en empleo y mucho en inversiones especulativas y exteriores. Y este magro resultado será a costa de una mayor precariedad laboral, menos servicios públicos, mayores desigualdades, ruina de pequeñas-medianas empresas y empobrecimiento de la mayoría. Una importante merma en las condiciones laborales que hará cada vez más difícil la supervivencia.
Las consecuencias que dicho tratado traerán para las clases trabajadoras de la Unión Europea serán devastadoras: en materia laboral, por ejemplo, el acuerdo tiene una cláusula que impide que los países miembros mejoren los derechos laborales y económicos de los trabajadores, en el caso de que se implementen mejoras consideradas como “inaceptables” para las multinacionales estas podrán cerrar sus centros de trabajo y trasladarlos a otro país sin atenerse a ninguna regulación. También será posible que las empresas que procedan de países con menor regulación laboral se trasladen a otro país sin observar su normativa laboral, imponiendo a sus trabajadores la legislación social de su país de origen.
Este tratado prevé la creación de organismos tales como los llamados ISDS (Investor-State Dispute Settlement), que resolverán las controversias entre estados-empresas sin acudir a los organismos legales de cada país, lo cual supondrá un retroceso importante en la soberanía democrática de los países miembros.
El Partido del Trabajo Democrático apoya la lucha contra la implantación del TTIP y en defensa de los derechos políticos y económicos que se quieren lapidar mediante esta iniciativa. La lucha popular de las organizaciones sindicales y los movimientos sociales y el avance de las organizaciones políticas opuestas a la troika y a la ofensiva neoliberal puede frenar la implantación de este tratado en algunos países, como ya ha ocurrido en Francia y Grecia. Por eso secundamos esta movilización a nivel estatal contra el TTIP.
¡Hay que ganarles en las urnas y en las calles!