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A CIEN AÑOS DEL GENOCIDIO CONTRA EL PUEBLO ARMENIO
Posted by Periódico El Pueblo × 17:03
Este 24 de abril el proletariado y los pueblos del mundoconmemoramos 100 años del genocidio contra un millón y medio de armenios. Genocidio perpetrado por el gobierno armenio, semicolonia del imperialismo alemán, que en pugna con otras potencias imperialistas llevó al mundo a la primera guerra de rapiña y pillaje por el reparto del mundo.
El imperialismo, fase superior del capitalismo y antesala de la revolución proletaria
El gran Lenin demostró como a principios del siglo XX el capitalismo entró en su fase superior y última: el imperialismo. El imperialismo es más monopolio, más parasitismo y más descomposición. Para existir un puñado de países imperialistas oprime al resto del mundo y al proletariado de su propia nación.
En 1914 las potencias imperialistas arrastraron al mundo a la primera guerra imperialista (I guerra mundial). Alemania buscaba ampliar su control hasta el Lejano Oriente y para ello utilizó a su semicolonia, el imperio feudal otomano.
Pronto todo el ejército otomano estuvo bajo control directo de los oficiales del imperialismo alemán, que lo lanzópara expandir el control del territorio en manos de los rusos. Pero el ejército otomano sufrió grandes pérdidas y pronto culparon de ello a los armenios por haber prestado apoyo a los rusos. De inmediato los armenios fueron presa de una gran campaña de exterminio.
El genocidio comenzó el 24 de abril de 1915, cuando fueron reunidos y masacrados 1.000 intelectuales armenios. La segunda etapa fue reclutar armenios para el ejército turco, 300 mil en total y una vez que los tuvieron reunidos los desarmaron y los mataron. Nelson Baloain, nieto de AntranigBaloianMelkonian, un sobreviviente de la matanza de 1915 que llegó a Chile seis años después, luego de estar escapando por varios países, relata:
“Mi bisabuelo fue asesinado de la misma manera que la mayoría de los hombres armenios de entre 15 y 45 años: lo llamaron a alistarse en el Ejército turco y al llegar al regimiento lo mataron”. (La Tercera 24.04.2015)
La tercera fase del genocidio fue el desplazamiento forzado del resto de la población armenia. Cientos de miles salieron en las caravanas conocidas como marchas de la muerte, que supuestamente terminarían en Siria, pero que en el camino terminó con la vida de los desplazados, un millón y medio en total.
Los medios de producción, la tierra y la riqueza de los armenios, griegos y de las comunidades no musulmanas pasaron a manos de la débil burguesía turca.
Finalmente el imperialismo alemán perdió la guerra y en la derrota arrastró también a los otomanos.
Hoy el viejo Estado turco, continuación del otomano, niega que lo que se perpetró contra el pueblo armenio sea un genocidio, por dos razones:
1. Porque reconocer el genocidio obliga al viejo Estado turco a devolver los bienes y tierras robadas al pueblo armenio, a sus descendientes. Que, considerando la reparación moral y económica, ascienden a tres mil billones de dólares.
2. Porque reconocer la matanza y la opresión al pueblo armenio, involucra reconocer la actual opresión al pueblo kurdo. Siendo que hasta hace poco el estado turco incluso negaba la existencia misma del pueblo kurdo y la tuvo que aceptar a fuerza de la lucha democrática de las masas del movimiento nacional kurdo por conquistar sus derechos.
Así frente a los hechos indesmentibles del genocidio armenio, el primer ministro RecepTayyipErdogan, al no poder negar los hechos intentó disfrazar la realidad. El 24 de abril del año pasado afirmó con desfachatez:
"Los acontecimientos que tuvieron lugar durante la primera guerra mundial son nuestro dolor común".
Erdogan quiere hacer creer que ellos, la gran burguesía y terratenientes turcos, también son víctima del imperialismo alemán y del sistema imperialista en general. Pero la verdad es que Erdogan y las clases explotadoras se han visto beneficiados, en tanto, semicolonia del imperialismo yanqui.
Junto con esto Erdogan evita hablar de genocidio y solo habla de “muertes” o de “tragedia”, así, en abstracto. Y en tanto lacayo del imperialismo yanqui ha recibido el respaldo de la “comunidad internacional” imperialista. En la conmemoración de los 100 años del genocidio armenio, Obama tampoco mencionó la palabra genocidio, siendo que en su campaña del 2008 había prometido a los armenios de Estados Unidos que lo reconocería públicamente. Pero bueno, no le vamos a pedir honestidad a las hienas imperialistas.
El perro de presa yanqui en Oriente Medio, el Estado de Israel, también se niega a reconocer el genocidio armenio, tal como los nazis alemanes niegan existencia de los campos de concentración. Lo que busca el estado nazi de Israel negando el genocidio armenio es mantener a Turquía como aliado militar, para formar a grupos de mercenarios que van a operar a los países árabes e Intentar tapar su propia ocupación del suelo palestino y el desplazamiento forzoso de las masas palestinas.
El imperialismo alemán, aliado del imperialismo yanqui también se ha negado a reconocer el genocidio armenio. Su objetivo es mantener las relaciones con el viejo Estado turco y evitar ser juzgado por las actuales intromisiones militares que llevan a cabo como miembros de la OTAN en África.
No olvidar nunca la lucha de clases
El presidente Mao Tse-tung nos enseñó a no olvidar nunca la lucha de clases y eso hay que tenerlo tremendamente presente a la hora de analizar, por ejemplo el genocidio armenio. Los imperialistas y sus lacayos dicen “fueron otros”, “ni nosotros ni ustedes habíamos nacido”, se presentan como “víctimas” cuando en realidad son ellos quienes se han beneficiado de la miseria pasada y presente y buscan hacerlo también en el futuro.
Al mismo tiempo quieren que el genocidio sea asumido “como país”, quieren hacer culpable al pueblo turco, para oponer a masas contra masas. Pero el pueblo turco, como parte de las masas explotadas y oprimidas es un pueblo digno, que durante siglos ha sido explotado.
Esto mismo ocurre en nuestro país. Hace cuatro décadas los revisionistas quisieron hacernos creer que hasta Allende existía un Estado “desarrollista”, que los milicos eran el “pueblo con uniforme”. Pero vino el golpe y hasta los mismos que levantaban esas idioteces fueron presa de la junta militar fascista. Luego vino la “reconciliación” y los que pasaron a administrar el viejo Estado burgués-terrateniente, los nuevos verdugos del pueblo, dijeron “somos víctimas de las violaciones de los derechos humanos” y llamaron a la reconciliación. Pero tanto en Turquía como en Chile no son los individuos, son las clases sociales las que luchan por el Poder y cualquier otra interpretación sólo sirve a camuflar la opresión y querer oponerse a la necesidad del proletariado, que en férrea alianza con el campesinado pobre, reconstituya el Partido Comunista, para el inicio y desarrollo de la guerra popular, cercando las ciudades desde el campo.
Conclusiones
El imperialismo es la decadencia y podredumbre. Es improductivo, no puede existir sin destruir las fuerzas productivas y principalmente a las masas de la humanidad. Quienes niegan la existencia y la esencia del imperialismo, hablando de “neoliberalismo”, “globalización”, sólo sirven a profundizar más la opresión y la miseria.
Es necesario reconocer la esencia del imperialismo, porque demuestra que es podredumbre, que después del imperialismo sólo puede venir la revolución, que la revolución es necesidad histórica y que sólo con la revolución, con guerras populares el imperialismo se terminará barriendo.
Dos guerras imperialistas mundiales han repartido al mundo entre bandidos imperialistas. Pero cada una de estas guerras desembocó revoluciones triunfantes. La primera guerra tuvo como epilogo la Gran Revolución de Octubre (1917) y la segunda guerra imperialista a la Revolución China (1949). Precisamente fueron con sendas revoluciones donde los pueblos oprimidos y minorías nacionales alcanzaron su independencia y autodeterminación. Porque es sólo la revolución proletaria donde los pueblos se pueden liberar.
A CIEN AÑOS DEL GENOCIDIO CONTRA EL PUEBLO ARMENIO
Posted by Periódico El Pueblo × 17:03
Este 24 de abril el proletariado y los pueblos del mundoconmemoramos 100 años del genocidio contra un millón y medio de armenios. Genocidio perpetrado por el gobierno armenio, semicolonia del imperialismo alemán, que en pugna con otras potencias imperialistas llevó al mundo a la primera guerra de rapiña y pillaje por el reparto del mundo.
El imperialismo, fase superior del capitalismo y antesala de la revolución proletaria
El gran Lenin demostró como a principios del siglo XX el capitalismo entró en su fase superior y última: el imperialismo. El imperialismo es más monopolio, más parasitismo y más descomposición. Para existir un puñado de países imperialistas oprime al resto del mundo y al proletariado de su propia nación.
En 1914 las potencias imperialistas arrastraron al mundo a la primera guerra imperialista (I guerra mundial). Alemania buscaba ampliar su control hasta el Lejano Oriente y para ello utilizó a su semicolonia, el imperio feudal otomano.
Pronto todo el ejército otomano estuvo bajo control directo de los oficiales del imperialismo alemán, que lo lanzópara expandir el control del territorio en manos de los rusos. Pero el ejército otomano sufrió grandes pérdidas y pronto culparon de ello a los armenios por haber prestado apoyo a los rusos. De inmediato los armenios fueron presa de una gran campaña de exterminio.
El genocidio comenzó el 24 de abril de 1915, cuando fueron reunidos y masacrados 1.000 intelectuales armenios. La segunda etapa fue reclutar armenios para el ejército turco, 300 mil en total y una vez que los tuvieron reunidos los desarmaron y los mataron. Nelson Baloain, nieto de AntranigBaloianMelkonian, un sobreviviente de la matanza de 1915 que llegó a Chile seis años después, luego de estar escapando por varios países, relata:
“Mi bisabuelo fue asesinado de la misma manera que la mayoría de los hombres armenios de entre 15 y 45 años: lo llamaron a alistarse en el Ejército turco y al llegar al regimiento lo mataron”. (La Tercera 24.04.2015)
La tercera fase del genocidio fue el desplazamiento forzado del resto de la población armenia. Cientos de miles salieron en las caravanas conocidas como marchas de la muerte, que supuestamente terminarían en Siria, pero que en el camino terminó con la vida de los desplazados, un millón y medio en total.
Los medios de producción, la tierra y la riqueza de los armenios, griegos y de las comunidades no musulmanas pasaron a manos de la débil burguesía turca.
Finalmente el imperialismo alemán perdió la guerra y en la derrota arrastró también a los otomanos.
Hoy el viejo Estado turco, continuación del otomano, niega que lo que se perpetró contra el pueblo armenio sea un genocidio, por dos razones:
1. Porque reconocer el genocidio obliga al viejo Estado turco a devolver los bienes y tierras robadas al pueblo armenio, a sus descendientes. Que, considerando la reparación moral y económica, ascienden a tres mil billones de dólares.
2. Porque reconocer la matanza y la opresión al pueblo armenio, involucra reconocer la actual opresión al pueblo kurdo. Siendo que hasta hace poco el estado turco incluso negaba la existencia misma del pueblo kurdo y la tuvo que aceptar a fuerza de la lucha democrática de las masas del movimiento nacional kurdo por conquistar sus derechos.
Así frente a los hechos indesmentibles del genocidio armenio, el primer ministro RecepTayyipErdogan, al no poder negar los hechos intentó disfrazar la realidad. El 24 de abril del año pasado afirmó con desfachatez:
"Los acontecimientos que tuvieron lugar durante la primera guerra mundial son nuestro dolor común".
Erdogan quiere hacer creer que ellos, la gran burguesía y terratenientes turcos, también son víctima del imperialismo alemán y del sistema imperialista en general. Pero la verdad es que Erdogan y las clases explotadoras se han visto beneficiados, en tanto, semicolonia del imperialismo yanqui.
Junto con esto Erdogan evita hablar de genocidio y solo habla de “muertes” o de “tragedia”, así, en abstracto. Y en tanto lacayo del imperialismo yanqui ha recibido el respaldo de la “comunidad internacional” imperialista. En la conmemoración de los 100 años del genocidio armenio, Obama tampoco mencionó la palabra genocidio, siendo que en su campaña del 2008 había prometido a los armenios de Estados Unidos que lo reconocería públicamente. Pero bueno, no le vamos a pedir honestidad a las hienas imperialistas.
El perro de presa yanqui en Oriente Medio, el Estado de Israel, también se niega a reconocer el genocidio armenio, tal como los nazis alemanes niegan existencia de los campos de concentración. Lo que busca el estado nazi de Israel negando el genocidio armenio es mantener a Turquía como aliado militar, para formar a grupos de mercenarios que van a operar a los países árabes e Intentar tapar su propia ocupación del suelo palestino y el desplazamiento forzoso de las masas palestinas.
El imperialismo alemán, aliado del imperialismo yanqui también se ha negado a reconocer el genocidio armenio. Su objetivo es mantener las relaciones con el viejo Estado turco y evitar ser juzgado por las actuales intromisiones militares que llevan a cabo como miembros de la OTAN en África.
No olvidar nunca la lucha de clases
El presidente Mao Tse-tung nos enseñó a no olvidar nunca la lucha de clases y eso hay que tenerlo tremendamente presente a la hora de analizar, por ejemplo el genocidio armenio. Los imperialistas y sus lacayos dicen “fueron otros”, “ni nosotros ni ustedes habíamos nacido”, se presentan como “víctimas” cuando en realidad son ellos quienes se han beneficiado de la miseria pasada y presente y buscan hacerlo también en el futuro.
Al mismo tiempo quieren que el genocidio sea asumido “como país”, quieren hacer culpable al pueblo turco, para oponer a masas contra masas. Pero el pueblo turco, como parte de las masas explotadas y oprimidas es un pueblo digno, que durante siglos ha sido explotado.
Esto mismo ocurre en nuestro país. Hace cuatro décadas los revisionistas quisieron hacernos creer que hasta Allende existía un Estado “desarrollista”, que los milicos eran el “pueblo con uniforme”. Pero vino el golpe y hasta los mismos que levantaban esas idioteces fueron presa de la junta militar fascista. Luego vino la “reconciliación” y los que pasaron a administrar el viejo Estado burgués-terrateniente, los nuevos verdugos del pueblo, dijeron “somos víctimas de las violaciones de los derechos humanos” y llamaron a la reconciliación. Pero tanto en Turquía como en Chile no son los individuos, son las clases sociales las que luchan por el Poder y cualquier otra interpretación sólo sirve a camuflar la opresión y querer oponerse a la necesidad del proletariado, que en férrea alianza con el campesinado pobre, reconstituya el Partido Comunista, para el inicio y desarrollo de la guerra popular, cercando las ciudades desde el campo.
Conclusiones
El imperialismo es la decadencia y podredumbre. Es improductivo, no puede existir sin destruir las fuerzas productivas y principalmente a las masas de la humanidad. Quienes niegan la existencia y la esencia del imperialismo, hablando de “neoliberalismo”, “globalización”, sólo sirven a profundizar más la opresión y la miseria.
Es necesario reconocer la esencia del imperialismo, porque demuestra que es podredumbre, que después del imperialismo sólo puede venir la revolución, que la revolución es necesidad histórica y que sólo con la revolución, con guerras populares el imperialismo se terminará barriendo.
Dos guerras imperialistas mundiales han repartido al mundo entre bandidos imperialistas. Pero cada una de estas guerras desembocó revoluciones triunfantes. La primera guerra tuvo como epilogo la Gran Revolución de Octubre (1917) y la segunda guerra imperialista a la Revolución China (1949). Precisamente fueron con sendas revoluciones donde los pueblos oprimidos y minorías nacionales alcanzaron su independencia y autodeterminación. Porque es sólo la revolución proletaria donde los pueblos se pueden liberar.
