por entropia Vie Jun 12, 2015 10:32 am
En aquel momento, estas palabras pronunciadas por el compañero Fidel, significarían lo mismo que decir NUNCA (y hasta provocaría sonrisas irónicas de complicidad entre la audiencia). Es como cuando se dice que ocurrirá tal o cual cosa cuando las ranas críen pelo... Pero en el año 2015, quizás por aquellas coincidencias irónicas que suele ofrecer el destino, a las ranas les ha salido pelo y hace unos años que existe un presidente negro en los EE.UU y el mundo tiene un papa argentino. De modo que, como predecía el comandante, EE.UU. ya se ha sentado a negociar con la isla.
Hay hombres geniales... y dotaados de una especie de
"conexión especial con la divina providencia" y el comandante Fidel es uno de ellos. Es un tipo magnífico al que los acontecimientos siempre demostraron un favor especial de la Providencia. Y es que este tipo de hechos ocurrieron desde el mismísimo día de su entrada triunfal en la ciudad de La Habana... recordemos aquél día en el que la multitud que le observaba casi cayó en éxtasis cuando una paloma blanca se posó en su hombro en mitad de un discurso. En aquel mismo momento, todos los creyentes de la isla creyeron ver al mismísimo Espíritu Santo bajando del Cielo para iluminar al nuevo Mesías cubano (o a Obatalá, la deidad pura y blanca de la religión yoruba, si eran adeptos a la santería).
En cualquier caso, "la gente pensó que Fidel era el enviado de Cristo", tal y como decía el guerrillero Juan Almeida (el único comandante negro de la guerrilla), o que "El Espíritu Santo iniciaba una epifanía posándose sobre Fidel", tal y como dijo en su día el sacerdote Ernesto Cardenal, uno de los impulsores de la teología de la liberación y ministro del gobierno revolucionario sandinista en Nicaragua. Lo que sí es seguro es que, incluso para los ateos más recalcitrantes, aquella situación pudiera resultarles mágica. Y es que el compañero Fidel es así... ¡un tipo magnífico tocado por la providencia!, un profeta de nuestros días.
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