maxielias escribió:
El Nacional socialismo , es una ideología no judia esa es la difrencia, estaba en contra del Sionismo tanto Comunista como capitalista.
Sisi macho, resulta que el nacionalsocialismo no es capitalismo y nunca colaboraron los lideres sionistas con el nacionalsocialismo y viceversa, lideres entregadores y traidores al pueblo trabajador judio .
Sionismo y fascismo
La historia del sionismo, en gran parte ocultada, es sórdida.
Mussolini constituyó escuadrones del movimiento juvenil sionista revisionista, Betar,
con camisas negras al modo de sus propias bandas fascistas. Cuando Menajem Beguin se
convirtió en jefe de Betar, prefirió las camisas pardas de las bandas de Hitler, uniforme que
Beguin y los miembros de Betar llevaron en todas las asambleas y concentraciones, que se
abrían, desarrollaban y cerraban con el saludo fascista.
Simon Petilura era un fascista ucraniano que dirigió personalmente los pogromos
que mataron a 28.000 judíos en 897 pogromos distintos. Jabotinsky negoció una alianza
con Petilura, proponiendo una fuerza policial judía que acompañase a las fuerzas de
Petilura en su lucha contrarrevolucionaria contra el Ejército Rojo y la Revolución
Bolchevique, lucha que incluía el asesinato de los campesinos, obreros e intelectuales que
defendían la revolución.
Colaboración con los nazis
La estrategia de reclutar a los europeos que odiaban virulentamente a los judíos y
alinearse con los movimientos y regímenes más perversos como patronos financieros y
militares de una colonia sionista en Palestina, no dejaron de lado a los nazis.
La Federación Sionista de Alemania envió un memorándum de apoyo al Partido
Nazi el 21 de junio de 1933. En el mismo señalaba: «...un renacimiento de la vida nacional como
el que se da en la vida alemana... debe tener lugar también en el grupo nacional judío.
«Sobre las bases del nuevo estado (nazi) que ha establecido el principio de la raza, deseamos encajar
nuestra comunidad en la estructura de conjunto de manera que también para nosotros, en la esfera a
nosotros asignada, podamos desarrollar una actividad fructífera por la Patria...»79
Lejos de repudiar esta política, el Congreso de la Organización Sionista Mundial de
1933 rechazó por 240 votos contra 43 una resolución que llamaba a actuar contra Hitler.
Durante ese mismo congreso, Hitler anunció un acuerdo comercial con el Banco
Anglopalestino de la Organización Sionista Mundial, lo que rompía el boicot judío al
régimen nazi en un momento en que la economía alemana era extremadamente vulnerable.
Era el momento más álgido de la depresión, cuando la gente pagaba con sacos de marcos
alemanes desvalorizados. La Organización Sionista Mundial rompió el boicot judío y se
convirtió en el principal distribuidor de productos nazis en todo el Oriente Medio y el
Norte de Europa. Fundaron en Palestina el Ha'avara, banco destinado a recibir dinero de
la burguesía judeoalemana, con el que se adquirieron grandes cantidades de productos
nazis.
Abrazando a las SS
Luego los sionistas llevaron a Palestina al barón Von Mildenstein, del Servicio de
Seguridad de las SS para realizar una visita de seis meses en apoyo al sionismo. Esta visita
condujo a un informe en doce capítulos de Joseph Goebbels, Ministro de Propaganda de
Hitler, en Der Angriff (El asalto) en 1934 ensalzando al sionismo. Goebbels ordenó que se
acuñase una medalla con la svástica en un lado y la estrella de David sionista en el otro.
En mayo de 1935, Reinhardt Heydrich, jefe del Servicio de Seguridad de la SS,
escribió un artículo en el que dividía a los judíos en “dos categorías”. Apoyaba a los judíos
sionistas: «Cuentan con nuestros mejores deseos y con nuestra buena voluntad oficial.»80
En 1937 la milicia sionista “socialista” laborista, las Haganah (fundadas por
Jabotinsky), envió a un agente (Feivel Polkes) a Berlín ofreciéndose a espiar para el
Servicio de Seguridad de las SS a cambio de la liberación de riquezas judías para la
colonización sionista. Adolf Eichmann fue invitado a Palestina como huésped de las
Haganah.
Feivel Polkes informó a Eichmann: «Los círculos nacionalistas judíos estuvieron muy
complacidos por la política radical alemana, puesto que con ella la fuerza de la población judía en
Palestina crecería de modo que en un futuro previsible los judíos lleguen a tener superioridad numérica sobre
los árabes.»81
La lista de actos de colaboración sionista con los nazis es muy extensa. ¿Qué puede
explicar esa increíble disposición de los dirigentes sionistas a traicionar a los judíos de
Europa? Toda la justificación del Estado de Israel por parte de sus apologistas se ha
basado en que pretendía ser el refugio para los judíos perseguidos.
Por el contrario, los sionistas veían cualquier esfuerzo por rescatar a los judíos
europeos no como cumplimiento de su objetivo político sino como amenaza para todo su
movimiento. Si los judíos de Europa se salvaban, querrían ir a cualquier otra parte, y la
operación de rescate no tendría nada que ver con el proyecto sionista de conquistar
Palestina.
Sacrificio de los judíos de Europa
En línea con los actos de colaboración con los nazis a lo largo de los años 30,
cuando hubo intentos de cambiar las leyes de inmigración a los Estados Unidos y a Europa
Occidental para ofrecer refugio simbólico a los judíos perseguidos de Europa, fueron los
sionistas los que organizaron activamente el sabotaje de esos esfuerzos.
Ben Gurion informó a una asamblea de sionistas laboristas de Gran Bretaña en
1938: «Sí yo supiese que era posible salvar a todos los niños de Alemania llevándoles a la Gran Bretaña y
sólo a la mitad de ellos transportándoles a Eretz Israel, optaría por la segunda alternativa.»82
Esta obsesión por colonizar Palestina y ser más que los árabes llevó al movimiento
sionista a oponerse a cualquier rescate de los judíos amenazados de exterminio, para que
no hubiese obstáculos a la desviación de una mano de obra selecta a Palestina. Entre 1933
y 1935, la Organización Sionista Mundial rechazó a las dos terceras partes de los judíos
alemanes que pidieron un certificado de inmigración.
Berel Katznelson, director del Davar sionista laborista, describía los “criterios crueles
del sionismo”: había judíos alemanes demasiado viejos para procrear en Palestina, sin
cualificación profesional para levantar una colonia sionista, que no hablaban hebreo y que
no eran sionistas. En lugar de esos judíos amenazados de exterminio, la Organización
Sionista Mundial llevó a Palestina a 6.000 jóvenes sionistas bien entrenados de los Estados
Unidos, la Gran Bretaña y otros países en que no había amenaza. Peor aún, no sólo la
OSM fue incapaz de encontrar ninguna alternativa para los judíos enfrentados al
holocausto, sino que la dirección sionista se opuso beligerantemente a todos los esfuerzos
para encontrar refugio a los judíos que huían.
En fecha tan tardía como 1943, cuando los judíos de Europa estaban siendo
exterminados por millones, el Congreso de los Estados Unidos propuso formar una
comisión para “estudiar” el problema. El rabino Stephen Wise, principal portavoz
americano del sionismo, acudió a Washington a declarar contra una ley de rescate porque
distraería la atención de la colonización de Palestina.
El mismo rabino Wise, en 1938, actuando como líder del Congreso judío
Americano, escribió una carta oponiéndose a cualquier cambio en las leyes de inmigración
americanas que permitiese a los judíos buscar refugio allí. Afirmaba: «Puede que os interese
saber que hace algunas semanas los representantes de las principales organizaciones judías se reunieron en
conferencia... Se acordó que ninguna organización judía patrocinase ahora ninguna ley que de algún modo
cambie las leyes de inmigración.»83
Contra el asilo
Todo el establishment sionista mantuvo una posición neta en respuesta a una
moción de 227 miembros del parlamento británico que pedía al Gobierno que ofreciese
asilo en territorios británicos a los judíos perseguidos. La mezquina medida preparada era
la siguiente: «El Gobierno de Su Majestad extendió unos cientos de permisos de inmigración en favor de
familias judías amenazadas.»84
Pero los dirigentes sionistas se opusieron incluso a esta medida simbólica. En una
reunión parlamentaria del 27 de enero de 1943, cuando más de cien miembros del
Parlamento trataban de conseguir nuevos pasos, un portavoz de los sionistas anunció que
se oponían a esa moción porque no incluía preparativos para la colonización de Palestina.
Fue una posición mantenida coherentemente. Haim Weizmann, primer presidente de
Israel, el dirigente sionista que había conseguido la Declaración Balfour, explicitó
claramente esta política sionista: «Las esperanzas de los seis millones de judíos de Europa se centran
en la emigración. Me preguntaron: '¿Puede Vd. llevar a seis millones de judíos a Palestina?' Respondí.
'No... De los abismos de la tragedia quiero salvar... a gente joven (para Palestina). Los viejos
desaparecerán. Aguantarán su suerte o no. Son polvo, polvo económico y moral en un mundo cruel... Sólo
sobrevivirá la rama de los jóvenes. Tienen que aceptarlo.»85
Isaac Gruenbaum, presidente del comité formado por los sionistas, en teoría para
investigar la situación de los judíos europeos, dijo: «Si nos vienen con dos planes, rescatar a las
masas de judíos de Europa o rescatar la tierra... yo voto sin vacilar por el rescate de la tierra. Cuanto más
se habla de la matanza de nuestro pueblo, más se minimizan nuestros esfuerzos por reforzar y promover la
hebraización de la tierra. Si hubiese hoy alguna posibilidad de comprar víveres con el dinero de Karen
Hayesod (Llamamiento Judío Unido) para enviarlos a través de Lisboa, ¿lo haríamos? No. Repito,
No.»86
Traicionando a la Resistencia www.marxismo.org
En julio de 1944 el dirigente judío eslovaco rabino Dov Michael Weissmandel, en
carta a los funcionarios sionistas encargados de esas “organizaciones de rescate”, propuso
una serie de medidas para salvar a los judíos condenados al exterminio en Auschwitz.
Ofreció mapas exactos de los ferrocarriles y urgió el bombardeo de los ramales por donde
transportaban a los crematorios a los judíos húngaros.
Pidió que se bombardeasen los hornos de Auschwitz, que se lanzasen en paracaídas
municiones para 80.000 presos, que se lanzasen en paracaídas zapadores para volar todos
los medios de aniquilación y poner fin así a la cremación de 13.000 judíos diarios.
En caso de que los aliados rechazasen la petición organizada y pública de las
“organizaciones de rescate”, Weissmandel proponía que los sionistas, que disponían de
fondos y organización, se agenciasen aviones, reclutasen a voluntarios judíos y realizasen el
sabotaje.
Weissmandel no era el único en pedir esto. A fines de los treinta y en los años
cuarenta portavoces judíos de Europa pidieron socorro, campañas públicas, resistencia
organizada, manifestaciones para obligar a los gobiernos aliados... chocando siempre no
sólo con el silencio sionista sino con el sabotaje activo por los sionistas de los escasos
esfuerzos propuestos o preparados en la Gran Bretaña y los Estados Unidos.
Al rabino Weissmandel le salió un grito del alma. Escribiendo a los sionistas en julio
de 1944 dice: «¿Por qué no habéis hecho nada hasta ahora? ¿Quién es culpable de esta terrible
negligencia? ¿No sois culpables vosotros, hermanos judíos, que tenéis la mayor suerte del mundo, la
libertad?
«Os enviamos este mensaje especial: os informamos de que ayer los alemanes iniciaron la deportación
de judíos de Hungría... A los deportados a Auschwitz les matarán con gas ciánido. Ese es el orden del día
de Auschwitz desde ayer hasta el final:
«Cada día serán asfixiados doce mil judíos -hombres mujeres y niños, ancianos, niños de pecho,
sanos y enfermos-.
«Y vosotros, hermanos nuestros de Palestina, de todos los países libres, y vosotros, ministros de todos
los reinos, ¿cómo guardáis silencio ante este gran asesinato?
«¿Silencio mientras asesinan a miles, ya van seis millones de judíos? ¿Silencio ahora, cuando
decenas de miles están siendo asesinados y aguardan que les asesinen? Sus corazones destrozados os piden
socorro, lloran vuestra crueldad.
«Sois brutales, vosotros sois también asesinos, por la sangre fría del silencio con que miráis, porque
estáis sentados con los brazos cruzados sin hacer nada, aunque en este mismo instante podríais detener o
aplazar el asesinato de judíos.
«Vosotros, hermanos nuestros, hijos de Israel, ¿estáis locos?¿No sabéis el infierno que nos
rodea?¿Para quién guardáis vuestro dinero? ¡Asesinos! ¡Locos! ¿Quién hace caridad aquí, vosotros que
soltáis unos peniques desde vuestras casas seguras, o nosotros, que entregamos nuestra sangre en lo más
hondo del infierno?»87
Ningún dirigente sionista apoyó esta petición, ni los regímenes capitalistas
occidentales bombardearon un solo campo de concentración.
Pacto contra los judíos de Hungría
La culminación de la traición sionista fue el sacrificio de los judíos de Hungría en
una serie de acuerdos entre el movimiento sionista y la Alemania nazi que se conocieron
por primera vez en 1953. El Dr. Rudolph Kastner, del Comité de Rescate de Budapest de
la Agencia Judía firmó un pacto secreto con Adolf Eichmann para “resolver la cuestión
judía” en Hungría. Eso se produjo en 1944. El pacto selló la suerte de 800.000 judíos.
Más tarde se descubrió que Kastner había firmado el acuerdo con Eichmann
siguiendo las directrices de los dirigentes sionistas del exterior. El acuerdo comportaba la
salvación de seiscientos judíos destacados a condición de que se guardase silencio sobre la
suerte de los judíos húngaros.
Cuando un superviviente, Malchiel Greenwald, denunció el pacto y acusó a Kastner
como colaborador nazi cuyas “hazañas en Budapest costaron la vida a cientos de miles de judíos”88,
Greenwald fue procesado por el gobierno israelí, cuyos dirigentes habían redactado los
términos del pacto de Kastner.
El tribunal israelí llegó a la siguiente conclusión: «El elemento básico del acuerdo entre
Kastner y los nazis fue el sacrificio de la mayoría de los judíos para salvar a los más prominentes. El
acuerdo establecía la división de la nación en dos campos desiguales, de un lado un pequeño sector de
notables, que los nazis prometieron a Kastner salvar, y de otro lado la gran mayoría de los judíos húngaros,
a los que los nazis destinaban a la muerte.»89
El tribunal declaró que la condición imperativa de este pacto era que ni Kastner ni
los dirigentes sionistas interfiriesen en la acción de los nazis contra los judíos. Esos
dirigentes se comprometieron no sólo a evitar la interferencia sino, en palabras del tribunal
israelí, a no “obstaculizar el exterminio”.
«La colaboración entre el Comité de Rescate de la Agencia Judía y los exterminadores de los judíos
cuajó en Budapest y en Viena. La labor de Kastner fue parte integrante de las SS. Además de sus
departamentos de Exterminio y de Saqueo, las SS nazis abrieron un Departamento de Rescate dirigido
por Kastner.»90
Salvar a los nazis, no a los judíos
No puede sorprender la revelación de que Kastner intervino para impedir que el
general de las SS Kurt Becher fuese juzgado por crímenes de guerra. Becher fue uno de los
principales negociadores del pacto de 1944 con los sionistas. También había sido mayor de
las SS en Polonia, miembro del Cuerpo de la Muerte “que trabajaba día y noche matando a
judíos” “Becher se distinguió como asesino de judíos en Polonia y en Rusia.”91
Heinrich Himmler le nombró Comisario de todos los campos de concentración
nazis. ¿Dónde está ahora? Es presidente de muchas empresas y dirige la venta de trigo a
Israel. Su empresa, la Cologne-Handel Gesselschaft, trabaja actualmente con el gobierno
israelí.
Un pacto militar con el nazismo
El 11 de enero de 1941, Isaac Shamir (actual Primer Ministro de Israel), propuso un
pacto militar formal entre la Organización Militar Nacional (OMN), es decir, el Irgun
sionista, y el Tercer Reich nazi. Esta propuesta se conoció como documento de Ankara
por haber sido descubierta tras la guerra en los archivos de la embajada alemana en
Turquía. Dice lo siguiente: «La evacuación de las masas judías de Europa es precondición para
resolver la cuestión judía; pero ésta sólo puede ser posible y completa mediante el asentamiento de esas
masas en el hogar del pueblo judío, Palestina, y mediante el establecimiento de un estado judío en sus
fronteras históricas...
«La OMN, buena conocedora de la buena voluntad del gobierno del Reich alemán y sus
autoridades para con la actividad sionista en Alemania y los planes de emigración sionistas, opina que:
«1. Puede haber intereses comunes entre el establecimiento de un Orden Nuevo en Europa según la
concepción alemana, y las auténticas aspiraciones nacionales del pueblo judío encarnadas por la OMN.
«2. Sería posible la cooperación entre la nueva Alemania y un Hebraium nacional popular
renovado y
«3. El establecimiento de un estado judío histórico sobre bases nacionales y totalitarias, atado por
una alianza al Reich alemán, podría ser de interés para el mantenimiento y reforzamiento de una futura
posición alemana de poder en el Oriente Próximo.
«A partir de esas consideraciones, la OMN en Palestina, a condición de que las mencionadas
aspiraciones nacionales del movimiento de liberación israelí sean reconocidas por el Reich alemán, se ofrece a
participar activamente en la guerra del lado de Alemania.»92
Ralph Schoenmann: La historia oculta del sionismo.