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    Perón y la Policía Federal, un largo romance criminal

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    Mensaje por pablo13 Miér Mayo 18, 2016 4:20 am

    Bueno, paso a dejar estos dos artículos que subieron desde La Izquierda Diario. Es extenso pero muy interesante. Para el que tenga tiempo y ganas de leer, adelante !!

    La fuerza azul fue el brazo ejecutor directo de las políticas represivas y macartistas del General. Un derrotero que va desde las torturas a Cipriano Reyes a los masivos crímenes de la Triple A.

    Perón y la Policía Federal, un largo romance criminal Arton39232-f95bb
    Juan Domingo Perón, Isabel y José López Rega (1973)

    (PARTE I)

    “Perón dijo... Cada día me siento más orgulloso de la Policía Federal” (pasacalle colgado en la Avenida del Libertador en un desfile de la fuerza, 1953).

    Cuando en los debates sobre la historia política argentina se habla de “la derecha peronista” se suele referenciar, por excelencia, a personajes de la burocracia sindical o del aparato duro del PJ. Y también a José López Rega, el secretario privado de Perón y organizador de la Triple A, quien sin embargo no actuó ni solo ni “mal acompañado”.

    Exceptuando estudios académicos o periodísticos puntuales, la referencia a los “cuadros” uniformados que entre las décadas del 40 y del 70 del siglo pasado trabajaron al servicio de Perón es poco conocida. Entre ellos los de la Policía Federal.

    Perón, tras aparecer en la escena política en 1943 como uno de los militares que derrocaron al gobierno conservador de Ramón Castillo, se abocó a estrechar lazos con los sindicatos reformistas de aquellos años de origen socialista y sindicalista. Luego del 17 de octubre de 1945, donde una masiva movilización obligó al gobierno del General Farrell a liberarlo, se convirtió en el líder de un movimiento nacionalista burgués que logró la adhesión de la clase obrera vía la concesión de muchas conquistas sociales y políticas, además de ser ubicada por el General en el papel de “columna vertebral” de su movimiento.

    Pero esos aspectos de su trayectoria como líder popular más de una vez opacaron y hasta ocultaron los aspectos reaccionarios y criminales que él mismo, como buen estratega burgués, diseñó y puso en práctica con el objetivo de impedir que levantaran cabeza los díscolos y rebeldes, tanto de su propio movimiento como de otras corrientes políticas.

    Algunos videos y un libro

    Un hecho en apariencia trivial viene sucediendo en los últimos meses. El archivo audiovisual Prisma, que maneja el Estado y publica registros históricos de Canal 7 y Radio Nacional, está subiendo a Youtube varios videos sobre la derecha peronista, que presentan bajo el título de “peronismo” a secas. Si bien el portal de archivos fue creado por el gobierno de Cristina Fernández, esta impronta derechista huele a línea editorial macrista. Parte de ese material muestra la estrecha relación entre el gobierno peronista y las bandas armadas de la Federal, algo que cae muy bien al paladar PRO.

    Pero para quien haya leído el libro Sangre Azul. Historia criminal de la Policía Federal Argentina, del periodista Rolando Barbano (Planeta 2015), mirar esos videos puede resultar una experiencia escalofriante. El libro de Barbano bucea con minuciosidad el aspecto menos difundido de la mayor fuerza policial del Estado, desde mucho antes de 1810 hasta los años recientes, pasando obviamente por los gobiernos peronistas.

    La escuela de Falcón

    En su libro, Barbano reseña la vida de Ramón Lorenzo Falcón, el jefe de la Policía de la Capital (antecesora de la Federal) entre 1906 y 1909, cuando dejó el cargo de forma violenta. El 15 de noviembre de ese año moriría, sin piernas, tras explotar una bomba en el coche en el que viajaba, arrojada por el obrero anarquista Simón Radowitzky.

    Que Simón Radowitzky sea considerado hasta nuestros días como un héroe popular y que Ramón L. Falcón se haya convertido en patriarca de la Escuela de Cadetes de la Policía Federal, que llevó su nombre entre 1928 y 2011, habla de la profundidad de aquellos acontecimientos de principios del Siglo XX.

    Falcón había convertido a la Policía en un verdadero ejército de ocupación, dotándola de instrucción militar y un cambio de concepción orientado a desarrollar el mayor control social y la mayor represión al “populacho” para resguardar los intereses de las clases dominantes. Con él, esa esa fuerza se transformó en un arma represiva letal, con su Escuadrón de Seguridad como tropa de élite. Eran verdaderos cosacos al servicio de castigar a obreros en huelga y reprimir manifestaciones.

    Falcón fue, claro, de los más entusiastas ejecutores de la xenófoba Ley de Residencia contra los extranjeros rebeldes. También organizó la feroz represión que dejó un saldo de entre diez y catorce personas muertas en la “semana roja” de 1909. Y con ínfulas de “estratega” creó las secciones de Seguridad Pública, Seguridad Personal, Identificación, Informaciones, Vigilancia General y Orden Social de la Policía de la Capital. Esta última sección era una verdadera “policía política”. Con ese arsenal el hombre se transformó en el represor más experimentado contra la clase trabajadora. La misma clase que por entonces luchaba por mejorar sus penosas condiciones de vida.

    Tan clara era la misión inculcada por Falcón a su Policía que al otro día de su asesinato la fuerza reventó decenas de locales anarquistas y socialistas, destruyó la imprenta del periódico La Protestae incendió otras, quemó bibliotecas y clausuró gremios y hasta la propia FORA. Y, claro, encarceló a cientos de líderes obreros, deportando a varios de ellos.

    Homenaje a Ramón Falcón, 1951



    En 1951, cuatro décadas después de su muerte, el gobierno de Juan Domingo Perón le rindió a Falcón un sentido homenaje. Como lo refleja el Sucesos Argentinos en su edición 678 de diciembre de ese año, “al cumplirse 42 años de la muerte del exjefe de Policía coronel Ramón L. Falcón, la Policía Federal rinde homenaje a su memoria”.

    Editorializando para despejar toda duda el locutor decía que “la benemérita institución recuerda al abnegado servidor que ofrendó su vida en aras del deber. Claro ejemplo de patriotismo que los actuales guardianes del orden recogen con verdadera unción y llevan como consigna en su diaria lucha contra el mal”.

    Lombilla, alumno ejemplar

    La Policía Federal se creó el 24 de diciembre de 1943, por decisión del gobierno militar de Pedro Ramírez quien decretó la ampliación nacional de la Policía de la Capital dándole una nueva estructura. A la que había que llenar de contenido, de funciones y de personal.

    En 1946, ya con Perón como presidente, la Policía retomaría los más hondos principios y valores de Ramón Falcón. De hecho, la sección Orden Social creada en 1906 para perseguir obreros anarquistas y socialistas recobró fuerza y acaparó más poder, transformándose en la nefasta Sección Especial, con sede propia en el barrio de Balvanera y con personajes temibles a su frente. Como Cipriano Lombilla, que cumpliría al pie de la letra todas las órdenes del director de Informaciones Políticas de la Policía, Guillermo Solveyra Casares, quien tenía su despacho al lado del de Perón en la Casa Rosada.

    Entre 1946 y 1955 la Policía Federal adquiriría un nivel de especialización represiva y sofisticación técnica como nunca antes. Se ve claramente en las políticas represivas (legales e ilegales), en las políticas de Inteligencia y en las políticas de legitimación simbólica desplegadas desde el Estado.

    El caso emblemático fue el rol de esa fuerza para consumar la venganza contra Cipriano Reyes, uno de los protagonistas del 17 de Octubre que, al rechazar la subordinación total a Perón, fue poco menos que desterrado dentro del propio país. Reyes sufrió atentados personales de sicarios, los locales de su Partido Laborista fueron atacados e incluso terminaron armándole una causa penal en septiembre de 1948 que justificó su detención (y la de varios familiares y colaboradores) y el envío a las cuevas de tortura de la Federal.

    Después de haber ayudado de forma inestimable al triunfo electoral de Perón, Cipriano Reyes fue picaneado hasta casi morir, en sesiones constantes de las que participaba Lombilla y otros jerarcas del fuerza "mimada" por el General. Con supuestas confesiones como pruebas, arrancadas con “la maquinita” y “la raviolera”, Reyes fue condenado a prisión y estaría varios años tras las rejas.

    Además de perseguir a las corrientes del movimiento obrero el gobierno de Perón tenía de punto al movimiento estudiantil, y no solo al gorila de la clase media alta. Muchos estudiantes ligados al Partido Socialista y al Comunista fueron perseguidos, encarcelados y torturados en esos años. Para no hablar de la persecución a artistas y literatos que producían obras que cuestionaban, de una u otra manera, al poder de Perón. Entre otros, pasó por los calabozos de la Federal el propio Atahualpa Yupanki.

    El caso del estudiante universitario Ernesto Mario Bravo, secuestrado y desaparecido durante un mes a mediados de 1951, fue también paradigmático. Militante comunista, Bravo fue sacado de su casa una noche por un grupo de tareas a las órdenes de Lombilla. Torturado hasta agonizar, si se salvó fue por el escándalo público que generó su desaparición. A él también le armaron una causa, por “atentado a la autoridad”, intentando instalar públicamente que el mismo día que apareció se había tiroteado con la Federal en un descampado de la Capital. La organización del secuestro y su posterior aparición (con causa penal incluida) fue obra de la Federal, descubierta poco después por la confesión del médico que asistía a las sesiones de tortura para resguardar que el joven estudiante no “se les fuera”.

    En la segunda parte de este artículo se verá cómo las políticas represivas de Perón iban atadas a un intento de legitimación discursiva y simbólica. Vía los noticiarios que se transmitían diariamente en todos los cines del país y de otros recursos de propaganda el peronismo quiso hacer pasar a esa banda de criminales por servidores del pueblo.

    Y se hablará, obviamente, del accionar de esos criminales 20 años después, cuando en una nueva presidencia de Perón los métodos de tormento, tortura y asesinato de oponentes políticos y sociales, sobre todo de izquierda, debían desplegarse mucho más que en el pasado.

    Día de la Policía Federal Argentina



    Festejo peronista del Día de la Policía Federal, año 1953.

    Perón y la Federal, de la doctrina a los crímenes parapoliciales (PARTE ll)

    Perón y la Policía Federal, un largo romance criminal Arton39282-6e870
    Juan Domingo Perón y José López Rega (1973)

    En la primera parte de esta investigación se dijo que cuando en los debates sobre la historia argentina se habla de “la derecha peronista” las referencias casi excluyentes son la burocracia sindical, el aparato duro del PJ y José López Rega como el símbolo de esa derecha actuando a vela desplegada.

    En ese marco, es poco conocida la historia de la relación entre el General y los “cuadros” uniformados (sobre todo de la Policía Federal) que entre los años 40 y 70 del siglo XX le sirvieron para su proyecto político. De los cuales formó parte, justamente, “el Brujo” creador de la Triple A.

    Se dijo también anteriormente que Perón, tras aparecer en la escena política en 1943 como uno de los militares que derrocaron al gobierno conservador de Ramón Castillo, se abocó a estrechar lazos con los sindicatos reformistas de aquellos años de origen socialista y sindicalista. Luego del 17 de octubre de 1945, donde una masiva movilización obligó al gobierno del General Farrell a liberarlo, se convirtió en el líder de un movimiento nacionalista burgués que logró la adhesión de la clase obrera vía la concesión de muchas conquistas sociales y políticas, además de ser ubicada por el General en el papel de “columna vertebral” de su movimiento.

    En ese contexto, los aspectos reaccionarios y represivos de los gobiernos peronistas fueron siempre intencionalmente silenciados por los propagandistas del movimiento. Sin embargo fueron esenciales en la estrategia política del líder nacionalista burgués. Él mismo estuvo detrás del diseño y puesta en práctica de métodos y sistemas de represión política hacia personas y organizaciones díscolas con el “proyecto”.

    Sucesos argentinos

    Dos tareas fueron fundamentales para Perón: Por un lado garantizar la mayor impunidad para sus patoteros de la Policía Federal que, durante los años 40 y 50, perseguían, secuestraban y torturaban a parte de quienes se negaban a subordinarse al “movimiento”. Ya se habló de los casos de Cipriano Reyes, de Ernesto Mario Bravo y hasta de Atahualpa Yupanki, víctimas prototípicas de esa represión secreta a manos de los herederos de Ramón L. Falcón.

    Y por otro lado Perón debía adoctrinar tanto a las tropas azules como a la sociedad respecto a la unión necesaria entre represores y reprimidos, en lo que sería una deformación natural de la estrategia de la alianza de clases entre explotadores y explotados que pregona la teoría peronista. Y esa legitimación de la necesidad de la fuerza represiva del Estado se daba a través de la propaganda pensada hasta en sus detalles más secundarios.

    Mientras los casos de torturas en comisarías y cotidianos arrestos arbitrarios se daban de a montones, el gobierno de Perón se esmeraba en darle a la Federal un aura de “servicio abnegado” y “amor al pueblo”.



    Sucesos Argentinos N° 495, 1948

    En su emisión 495 de mayo de 1948, Sucesos Argentinos cubrió la “Fiesta de la Policía Federal”. Allí un locutor destaca la participación en la “fiesta de camaradería (…) del Presidente de la Nación, su esposa, miembros del Poder Ejecutivo y numerosa concurrencia”. El video refleja cómo “los celosos custodios de la vida y los bienes del ciudadano celebran, en estrecha comunión con el pueblo, su día de fiesta y de recordación”.

    Cinco años después, la emisión 122 del Semanario Argentino celebraba “el Día de la Policía Federal Argentina”. Era 1953. La fuerza había ya dado sobradas muestras de sus brutalidades, su ilegalidad y capacidad de “servicio”. Por eso las palabras del noticiero estatal tienen una lectura precisa.

    “En el Día de la Policía Federal Argentina, el presidente de la república, el General Juan Perón, acompañado por el ministro de Interior y Justicia y el jefe de Policía, revista a las fuerzas policiales que desfilarán poco después”. Así se presentaba la “noticia”.

    Y proseguía con consideraciones tales como que el pueblo asistía a la fiesta para demostrar “su solidaridad y simpatía con los integrantes de la fuerza policial”; o que “en medio de la adhesión y le emoción popular, reciben sendos premios el oficial Manuel Antonio González (medalla de oro Presidente de la Nación Argentina General de Ejército Juan Perón) y el cabo Gaspar Minci (medalla de oro Eva Perón) por actos meritorios al servicio de la Patria y la sociedad”.

    Pero quizás lo más notorio sea cómo se transmitía la voluntad de Perón de darle cada vez más poder a la fuerza represiva. “La sensación de poderío, organización y modernismo que el público aprecia y aplaude” no dejaría lugar a dudas de lo que se decía.

    “La Policía Federal, cuyo material humano es inapreciable por su aptitud y espíritu de sacrificio muestra así mismo la calidad de su material técnico rodante. Una flota automor moderna y perfectamente equipada; un servicio de comunicaciones que permite por medios propios la intercomunicación de la Capital con cualquier punto del interior en contados segundos; y otros elementos incorporados recientemente por especial determinación del Presidente Perón, hacen de la policía argentina la mejor equipada del mundo”. Aparentemente nadie dudaba de esas apreciaciones.

    Por último esa perla de la cinematografía peronista destacaba que “la celebración del Día de la Policía Federal Argentina encuentra unidos, indisolublemente, a pueblo y policía. La fuerza guardiana del orden del pueblo y para el pueblo recibe así una nueva muestra de afecto en presencia del Presidente Perón, quien preconiza la unidad de ideales e intereses del hombre del pueblo y del policía, orientados hacia los grandes fines de la nacionalidad como expresión de la fraterna solidaridad que impera en la nueva Argentina”.

    Ese mismo año 1953 otro audiovisual del estilo del anterior daba publicidad a la ceremonia de juramento de “la 14° promoción del cuerpo de aspirantes de la Agrupación Escuela”. Y como para cerrar el círculo reaccionario, parte de la ceremonia era nada menos que “una solemne misa de campaña” en la que “se pide la protección del Altísimo”.


    Desensillar hasta que aclare

    El golpe militar, gorila y antipopular contra Perón de septiembre de 1955 le traspasaría la Federal completa a un nuevo gobierno. Sacando contadas excepciones el conjunto del personal hizo honor a la “lealtad”... al poder de turno.

    Casi todos los agentes y comisarios siguieron su “carrera” sin problemas. Incluyendo a un oficial que trabajaba en la Comisaría 37° de la Capital, al que le gustaba el arte y las ciencias ocultas y quien dos décadas después estaría nuevamente al servicio de la tortura y la persecución política: José López Rega.

    Durante los años de exilio de Perón en España la Federal siguió torturando, siguió persiguiendo y encarcelando a luchadores obreros, sindicalistas opositores a la burocracia y militantes políticos, sobre todo de la izquierda revolucionaria y de la resistencia peronista. Desde Frondizi hasta Lastiri, pasando por Illia, Onganía y Lanusse, no hubo presidente que no se esforzara por darle a la Federal la jerarquía y el rol histórico preciso de controlar de forma suprema a la población activa y movilizada.

    Por eso cuando volvió Perón en 1973, y con él López Rega y un conjunto de políticas destinadas primero a contener y luego, ante su fracaso, reventar el proceso revolucionario que había surgido cinco años antes con el Cordobazo y no paraba, la Federal estaba más que presta para seguir “sirviendo a la comunidad”. El viejo General durante años había oscilado entre apoyarse sobre los sectores más radicalizados y los más ortodoxos, según el momento político que atravesaba. Pero como era previsible se terminó decidiendo por los segundos luego de su retorno a la presidencia.

    Los jefes y caciques más conspicuos de la Federal habían tenido carreras irregulares dentro de la fuerza, sin embargo al momento de ser convocados por el tercer gobierno de Perón para brindar servicios, todos asumieron el pacto con la misma determinación con la que unos veinte años antes habían agresado de la Escuela de Cadetes Ramón L. Falcón.

    Perón y la Policía Federal, un largo romance criminal Lopezrega456-0f2a6

    El Somatén argentino

    Su exilio en España a Perón le renovó algunas ideas. Tras largos años observando a la distancia la realidad argentina y tras múltiples charlas con líderes de la derecha peronista y con su secretario privado, el viejo General concluyó que había que trasladar a su país la experiencia del Somatén, el cuerpo parapolicial creado por el franquismo tras la Guerra Civil Española.

    Y para eso se debía apelar a los más experimentados. A los fines de esta nota alcanza con nombrar a cuatro de ellos, tres de los cuales fueron las máximas figuras de la Alianza Anticomunista Argentina, la Triple A. Al frente del más sangriento grupo parapolicial conocido hasta entonces, que se había criado en las entrañas de aquella “policía peronista” de los 40 y 50, estaban el mismo López Rega, Juan Ramón Morales y Alberto Villar.

    El cuarto hombre es Jorge Osinde, quien desde 1973 trabajaba para López Rega en el Ministerio de Bienestar Social. Este último sería fundamental para reclutar a la resaca de la Federal y armar una tropa de sicarios financiados y amparados desde el Estado. Los otros serían la neurona planificadora y el brazo ejecutor del plan de exterminio de activistas y militantes de izquierda.

    Los cuatro habían nacido a la vida policial de la mano de la escuela Falcón y del gobierno de Juan Perón. Con diferentes rumbos en la década del 60 y principios de los 70 (por ejemplo López Rega dejó el uniforme de Policía en el 1962 y comenzó su periplo hasta terminar siendo el secretario privado de Perón; y Morales fue expulsado de la fuerza en el 69 por varios casos de contrabando, robos y corrupción), todos volvieron a juntarse en las postrimerías de la dictadura.

    Incluso algunos lo harían con honores y todo. El mismo López Rega se volvió a calzar el uniforme de la Federal en mayo de 1974, cuando por decreto 1350 firmado por el presidente Perón, el cabo que había desertado doce años antes era ascendido a comisario general, subiendo doce grados en un solo día.

    Último acto de servicio

    López Rega, Villar, Morales y, sobre todo, Osinde cumplirían un rol destacado en la masacre de Ezeiza, el 20 de junio de 1973, cuando con motivo del regreso de Perón al país se organizó un evento de recibida. La derecha peronista, de la que la patota de “El Brujo” era un exponente oficial, tiroteó de forma brutal a la concurrencia, plagada de personas que habían ido a recibir a Perón, en su mayoría referenciados en Montoneros, dejando un saldo de casi un centenar de muertos.

    Pero sin dudas fue desde el tercer subsuelo del Ministerio de Bienestar Social desde donde saldrían los planes criminales más audaces de la Triple A. Con células independientes que actuaban de forma itinerante y a las que solo podían centralizar López Rega y Villar, la organización asesinó entre noviembre de 1973 y marzo de 1976 (cuando se integran a los grupos de tareas de la dictadura) a más de dos mil luchadores y activistas obreros, estudiantiles y profesionales, tanto del peronismo como del clasismo y la izquierda revolucionaria.

    No es un dato menor recordar que la Policía Federal, junto con el resto de las fuerzas provinciales, tuvo un rol central en la realización de los operativos clandestinos. Siempre los secuestros y asesinatos se realizaban en “zonas liberadas”, dándole vía libre a las bandas armadas.

    Si bien su bunker central estaba en el edificio histórico de la Avenida 9 de Julio, la patota de elite solía pasar horas, entre atentado y atentado, en los jardines de la Quinta de Olivos, rodeando todos al viejo presidente.

    Sin lugar para la teoría del “entorno”

    La historia que pretendió “oficializar” gran parte del peronismo progresista es que al viejo líder le jugó una muy mala pasada “el entorno”, donde desde la misma Isabel y López Rega hasta los popes de la CGT serían algo así como los “condicionantes” del viejo General que tantos buenos pasares le había dado al pueblo trabajador.

    Sin embargo, los hechos históricos muestran una faceta un poco menos digerible para el paladar Nac&Pop de las políticas “policiales” y represivas del peronismo en el poder.

    Como documenta y desarrolla el periodista Rolando Barbano en Sangre Azul. Historia criminal de la Policía Federal Argentina (Planeta 2015) , la historia criminal de la Policía Federal se nutre de miles y miles de epidodios que exceden, ampliamente, a la expiencia que esa fuerza vivió durante los años en los que su jefe máximo fue Juan Domingo Perón. Pero tan cierto como eso es que el líder del movimiento justicialista se sirvió de esa historia criminal para darle a la Federal una orientación específica, sin despojarla de sus peores métodos y, por el contrario, dotándola de aún más poder de fuego.

    Los criminales, de uniforme o de civil, que integraron las bandas de la Triple A se fundieron casi naturalmente en los grupos de tareas de la dictadura. Después se reconvirtieron, casi naturalmente, en agentes de la Policía “democrática” durante los 80, 90 y 2000. Algunos de ellos siguen cumpliendo servicio, cobran buenos sueldos y hasta consiguieron muchos ascensos en estas décadas. Y a casi ninguno de ellos la Justicia les pidió explicaciones por los hechos del pasado.

    Mucho menos a sus antiguos superiores, algunos de los cuales siguen vivos y hasta formando parte de las estructuras políticas tradicionales. El Partido Justicialista, lógicamente, entre ellos.

    http://www.laizquierdadiario.com/Peron-y-la-Federal-de-la-doctrina-a-los-crimenes-parapoliciales?utm_content=bufferc5d14&utm_medium=social&utm_source=facebook.com&utm_campaign=buffer

    http://www.laizquierdadiario.com/Peron-y-la-Policia-Federal-un-largo-romance-criminal
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    Mensaje por gatopardo2015 Miér Mayo 18, 2016 5:10 pm

    Vuelven los relatos setentistas que hicieron millonarios a unos cuantos en el FPV.
    Ya se habló tanto acá.

    Che, que pasquín el del PTK, no cita fuentes.(eso es muy berreta en un texto que la va de investigación)
    La anécdota de la charla en Madrid sobre el Somatén, se lo chorean a Bonasso.
    Tampoco nombran a otro "morenista" famoso, Carlos Petroni que fue querellante en la causa que ya prescribió contra Moyano y tiene mucha investigación sobre la AAA.
    Tampoco nombran a Rodolfo Almirón, número 1º y jefe operativo nacional de la banda, que después prestó servicios en el franquismo tardío en España.
    Poco palo o nada, para la burocracia sindical. En fin...

    Pero lo más triste del PTK es que retoma el seguidismo al relato K sobre el verdadero fundador y autor intelectual de la Triple A, no lo denuncia con nombre y apellido: Juan Domingo Perón.
    Es políticamente correcto, hacia adentro del Frente Ciudadano pegarle a la Federal, que siempre fue igual en todos los gobiernos, al Brujo y a la "teoría del cerco" de derecha que tuvo en los Montoneros y su publicación El Descamisado su principal sostén ideológico.

    En definitiva la convergencia cívico-militar es muy del nacionalismo burgués (el PC se lo chorea a ellos en la década del 50) de toda la región, preguntale al empresario Dante Gullo y la Juventud Peronista que desfilaron con el ejército.
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    Mensaje por pablo13 Miér Mayo 18, 2016 7:47 pm

    Particularmente me interesa mucho este tema, quizás por ahí tengas algún texto mas completo para pasarme. O alguna fuente que consideres mas seria en todo caso...
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    Mensaje por gatopardo2015 Miér Mayo 18, 2016 9:44 pm

    pablo13 escribió:Particularmente me interesa mucho este tema, quizás por ahí tengas algún texto mas completo para pasarme. O alguna fuente que consideres mas seria en todo caso...

    No es serio porque no cita ninguna fuente y dije que era limitado con personajes que actuaron en la dictadura como Milani, Moyano, Gerardo Martinez y Pedro Zambeletti que entregaron militantes y hoy están en funciones.
    Como lo estuvieron en el gobierno K y que en esto le hacía seguidismo funcional al FPV porque pone la figura de Perón a reparo, como hizo siempre La Cámpora y todos sus satélites.

    Acá,mismo, en todos los hilos más viejos que tienen que ver con el Peronismo hubo intervenciones interesantes o los del Foquismo setentista.

    En este lugar (de un amigo del PeO  Very Happy que usaba uno que ya no postea más para pegarle al Partido) hay material

    http://www.izquierda.info/modules.php?name=News&file=article&sid=2899

    La anécdota del Somaten en España, está en Internet.
    Del Operativo Dorrego de Dante Gullo y la Juventud Peronista hay material en Internet.
    De la AAA, Villar y Almirón hay un montón de material gratarola.

    De leer, más vale leer fuentes de gente que la vivió.

    Mirá, tengo una corazonada, los de R&R (Sartelli) es probable que lo destroce.
    Los Historiadores odian a los Sociólogos.
    De paso fijate en la web de ellos, también.
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    Mensaje por pablo13 Miér Mayo 18, 2016 10:24 pm

    gatopardo2015 escribió:
    pablo13 escribió:Particularmente me interesa mucho este tema, quizás por ahí tengas algún texto mas completo para pasarme. O alguna fuente que consideres mas seria en todo caso...

    No es serio porque no cita ninguna fuente y dije que era limitado con personajes que actuaron en la dictadura como Milani, Moyano, Gerardo Martinez y Pedro Zambeletti que entregaron militantes y hoy están en funciones.
    Como lo estuvieron en el gobierno K y que en esto le hacía seguidismo funcional al FPV porque pone la figura de Perón a reparo, como hizo siempre La Cámpora y todos sus satélites.

    Acá,mismo, en todos los hilos más viejos que tienen que ver con el Peronismo hubo intervenciones interesantes o los del Foquismo setentista.

    En este lugar (de un amigo del PeO  Very Happy que usaba uno que ya no postea más para pegarle al Partido) hay material

    http://www.izquierda.info/modules.php?name=News&file=article&sid=2899

    La anécdota del Somaten en España, está en Internet.
    Del Operativo Dorrego de Dante Gullo y la Juventud Peronista hay material en Internet.
    De la AAA, Villar y Almirón hay un montón de material gratarola.

    De leer, más vale leer fuentes de gente que la vivió.

    Mirá, tengo una corazonada, los de R&R (Sartelli) es probable que lo destroce.
    Los Historiadores odian a los Sociólogos.
    De paso fijate en la web de ellos, también.

    Buenisimo, gracias por la info !
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    Mensaje por gatopardo2015 Jue Mayo 19, 2016 12:43 am

    Subo esto que encontré, para ilustrar lo que venía diciendo.
    Sobre las distintas lecturas políticas del tema y que no estuvo reducido al círculo del comisario Villar, jefe de La Federal en aquellos tiempos.
    Que luego fuera volado por Montoneros, junto a su esposa, en la lancha donde navegaban durante 1975.
    Si quieren pueden fusionar todo esto en el hilo que les parezca.


    10 de enero de 2007 | #978 | Por Partido Obrero

    Triple A: La responsabilidad de Perón
    ENCUBRIMIENTO POS MORTEM


    O currió el 8 de octubre de 1973. Los 8 de octubre, sabido es, se conmemora oficialmente el nacimiento del general Perón, aunque la fecha y el lugar de su natalicio nunca se conocieron con certeza; él mantenía con su pasado vínculos oscuros y secretos.

    Esa noche, cuando faltaban cuatro días para que Perón asumiera la Presidencia por tercera vez en su vida, su jefe personal de seguridad, el teniente coronel Jorge Osinde —antiguo represor y torturador en tiempos de la siniestra Seguridad de Estado, en los primeros años ‘50— le organizó al general un agasajo muy peculiar en la casona que el PJ le había comprado a su líder, en la calle Gaspar Campos de Vicente López.

    Se trató de una comida a la que asistieron casi 500 suboficiales del Ejército y un equipo numeroso de matones civiles, entre ellos uno de los primeros integrantes de la Triple A: Saturnino Castro (a) “El Potrillo”, cuyo hijo Jorge, militante del ERP y sobreviviente de aquellos días, dio testimonios extensos y minuciosos sobre las actividades criminales de su padre.

    Otro miembro fundador de la Triple A, el ex teniente primero Horacio Salvador Paino, también relató lo sucedido esa noche en Gaspar Campos ante la Cámara de Diputados de la Nación (véase, por ejemplo: Del Frade, Carlos: “Los prólogos”, en Argenpress, 25/12/06).

    Perón habló a sus invitados en tono de arenga, ejerció sobre ellos una fuerte presión política: les dijo que los necesitaba, que le resultaba imprescindible tener con él a suboficiales del Ejército Argentino y a “civiles leales” para cumplir las tareas “que el momento exige”.

    De aquellos 500 militares, sólo se quedaron unos 200 para una reunión posterior, ya de madrugada. A ellos, Perón les dijo: “Después Lopecito (por José López Rega) se va a encargar de organizarlos”.

    Esa noche, oficial y personalmente, Perón dejó inaugurada la Alianza Anticomunista Argentina, que en un primer momento no se llamó así sino “Comando Libertadores de América”.

    Primeros crímenes

    Aquella banda comenzó a operar enseguida, en ese mismo octubre de 1973, con los asesinatos del periodista José Colombo, en San Nicolás, y del dirigente peronista Constantino Razzetti, en Rosario; no, como sostiene en su resolución el juez Norberto Oyarbide —viejo cuadrito del catolicismo integrista y hombre de la Policía Federal, con cuyos “grupos de tareas” estuvo vinculado durante la dictadura— el 21 de noviembre de ese año, cuando atentaron con bomba contra el entonces senador radical Hipólito Solari Yrigoyen, a quien no lograron asesinar pero sí hirieron de gravedad. De todos modos, ese ataque se produjo ya bajo gobierno de Perón, a quien Oyarbide evita mencionar.

    Empero, la estructura de esa organización criminal no descansó básicamente en aquellos suboficiales del Ejército sino en la Policía Federal. Eso fue especialmente así desde que Perón designó jefe de esa fuerza a otro viejo represor y asesino de la “libertadora”: el comisario Alberto Villar.

    Entre los organizadores de la Triple A estuvo, se sabe, Miguel Angel Rovira, agente civil de inteligencia de la PFA, quien hasta no hace mucho fue jefe de seguridad de Metrovías, de donde consiguieron expulsarlo la movilización de los trabajadores de la empresa y los escraches de la agrupación Hijos.

    En definitiva, la Triple A no fue una organización parapolicial o paraestatal, sino un organismo clandestino del propio Estado armado desde el despacho del general Perón. Los esquemas y posibles organigramas de ese tipo de bandas le habían sido proporcionados a Perón en España por represores veteranos del régimen franquista. A tal punto fue así que, más de 30 años después, uno de los responsables operacionales del equipo criminal, el ex subcomisario Rodolfo Almirón (a) “Coquibus”, continúa protegido por Manuel Fraga Iribarne, ex presidente de la Comunidad gallega y ex ministro de Francisco Franco, el jefe fascista que durante tantos años dio asilo a Perón.

    Algunos antecedentes

    El verdadero coordinador de la Triple A, Jorge Osinde, ya había hecho una práctica en gran escala con la masacre de Ezeiza, el 20 de junio de 1973, cuando Perón regresó a la Argentina por segunda vez desde su derrocamiento. Al día siguiente, por cadena de radio y televisión, Perón elogió a Osinde, defendió a los masacradores y calificó de “infiltrados” a quienes habían sufrido aquella represión criminal. Desde ese momento, no podía haber dudas sobre qué partido tomaba el general, quiénes lo habían traído y por qué.

    Se trataba, por cierto, del político burgués más popular y con mayor autoridad de masas de la historia argentina, lo cual no era gratuito. Él, sin desarrollar jamás una política nacional democrática, que lo habría obligado a romper con el imperialismo —algo que en ningún momento se propuso—, hizo a los trabajadores concesiones democrático-sociales históricas y los integró al Estado burgués.

    Pero en 1973, cuando Perón regresó convocado por quienes lo habían derrocado en 1955, toda la acción del movimiento obrero se orientaba hacia la independencia de clase y, por tanto, apuntaba contra la línea de flotación del régimen político. Los “libertadores” esperaban que la autoridad de Perón le permitiera contener el conflicto, pero el general sabía que no le resultaría suficiente. Resultaban necesarios, pues, los militares, policías y “civiles leales” para hacer frente a las tareas “que el momento exige”.

    Por lo demás, antes de asumir la Presidencia, Perón había contribuido a la caída de Salvador Allende en Chile al ordenar, por medio de su vicario Héctor Cámpora, que las masas movilizadas en toda la Argentina se retiraran de las calles. De inmediato obedecieron la JP y el Partido Comunista, de modo que la dictadura chilena tuvo tranquilidad del otro lado de la Cordillera.

    Luego, ya en el gobierno, Perón permitió a una delegación de la Dina, la policía política de Pinochet, instalar una oficina en Buenos Aires, en la calle Moreno, frente al Departamento Central de la PFA, para espiar y perseguir a la colonia de exiliados chilenos. También fueron perseguidos militantes brasileños huidos de la dictadura del general Geisel, y algunos de ellos fueron secuestrados aquí, trasladados a su país y “desaparecidos”, de todo lo cual podemos dar detalles en otro trabajo. Pero el “Plan Cóndor” empezó con Perón, aunque, cierto es, tras el golpe de 1976 adquiriría proporciones alucinantes.

    El ocultamiento

    Resulta preciso referirse a esos hechos con todo rigor, porque la “progresía” argentina insiste en atribuir las acciones de la Triple A sólo a Isabel Perón, una continuadora feroz porque carecía, a diferencia de su marido, de cualquier autoridad; y, sobre todo, a López Rega, un sujeto con problemas psiquiátricos que hacían de él casi un fronterizo, cuya única función fue robar del Ministerio de Bienestar Social los fondos exigidos por el financiamiento de la Triple A.

    Así, por citar un caso, Página/12, en su edición del 27 de diciembre de 2006, habla, al referirse a la AAA, de “los ataques, secuestros y asesinatos que sucedieron durante el gobierno de María Estela Martínez de Perón”. ¿Y los cometidos antes? Como si no hubiesen existido.

    El boletín oficial del gobierno, condición asumida conscientemente por Página/12 —he ahí la importancia de lo que dice—, ha decidido encubrir pos mortem a Perón, ideólogo, creador y jefe de la Triple A.

    ALEJANDRO GUERRERO

    http://www.po.org.ar/prensaObrera/978/partido/triple-a-la-responsabilidad-de-peron


    Dos estilos, dos líneas políticas, dos autores de distinta generación, el mismo tema.
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    Mensaje por AnarcComunis Miér Mayo 25, 2016 5:19 am

    gatopardo2015 escribió:
    Del Operativo Dorrego de Dante Gullo y la Juventud Peronista hay material en Internet.


    Un amor de persona Dante Gullo, ex montonero, hoy reconvertido en parásito camporista.

    La entrevista podría haber sido un poquito mas larga y el periodista podría haber hilado mas fino con las historias que podría contar semejante personaje, aun así Dante dejó un par de perlitas en la entrevista que son un manjar

    Dante Gullo: "¿El Gobierno favorece a los amigos? Chocolate por la noticia"

    El legislador hace una autocrítica de su pasado en Montoneros y defiende enfáticamente el enriquecimiento de Lázaro Báez

    http://www.lanacion.com.ar/1585510-dante-gullo-el-gobierno-favorece-a-los-amigos-chocolate-por-la-noticia
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    Mensaje por Blood Mar Jun 21, 2016 5:35 am

    gatopardo2015 escribió:[...]
    Che, que pasquín el del PTK, no cita fuentes.(eso es muy berreta en un texto que la va de investigación)
    La anécdota de la charla en Madrid sobre el Somatén, se lo chorean a Bonasso.
    Tampoco nombran a otro "morenista" famoso, Carlos Petroni que fue querellante en la causa que ya prescribió contra Moyano y tiene mucha investigación sobre la AAA.
    Tampoco nombran a Rodolfo Almirón, número 1º y jefe operativo nacional de la banda, que después prestó servicios en el franquismo tardío en España.
    Poco palo o nada, para la burocracia sindical. En fin...

    Pero lo más triste del PTK es que retoma el seguidismo al relato K sobre el verdadero fundador y autor intelectual de la Triple A, no lo denuncia con nombre y apellido: Juan Domingo Perón [...]

    A tristeza ñao tem fin: Hice un trabajo infantil en el secundario sobre la Triple A, y me salió mucho mejor que al PTS. No cometí ni siquiera uno de los pecados de la lista.


    El regreso del Peronismo es el salvataje del régimen quebrado por el ascenso de las masas expresado en el '69. La consigna del Cordobazo fue: "Por un gobierno obrero y popular". Marca la emergencia de una ruptura con la dirección peronista.

    Ya había habido un amague con el retorno de Perón durante el gobierno de Illia. Se subió a un avión y despegó. Durante toda la batola, Política Obrera editó un volante titulado algo así como "PERÓN NO VUELVE". Planteaba que los movimientos nacionales de contenido burgués le imponen una traba a las propias consignas por las que plantean luchar, son una valla (¿se escribe así?) de contención contra los trabajadores, y Perón sólo regresaría cuando los capitalistas lo necesiten para apaciguar a las masas. Nos tiraron piedrazos por todas partes. Perón se bajó en Brasil, nunca pisó suelo argentino y regresó a España.

    La formación de Montoneros jugó un rol contra-revolucionario frente al estallido del '69. Su planteo fue secuestrar al movimiento popular, mantenerlo peronizado, evitar que rompa con esa valla de contención.

    Sólo con el derrumbe de la dictadura clerical semi-bonapartista de Onganía, y la crisis política en que quedaron hundidos sus descendientes, se pactó la transición democrática con el Peronismo. Cámpora intentó ponerle un freno a las tendencias izquierdistas mediante las concesiones de algunas de sus reivindicaciones.Pero falló, no contuvo nada.

    Perón organizó, con el apoyo de la burguesía, del Vaticano e incluso de una logia masónica, una movida palaciega para reemplazar a Cámpora (mucho más presionado por la Tendencia) y llamar a elecciones sin cuestionamiento. Por su inocultable estado de salud, por su edad, la discusión sobre la vice-presidencia fue clave. Colocar a Isabelita significó asegurar un en caso de emergencia... que resguarde el poder a manos de la camarilla derechista del Peronismo, contra la JP y Montoneros. Su gobierno estuvo signado por una orientación represiva, no sólo por la formación de la Triple A, sino por un avance hacia una legislación que reforzada el poder de la represión, el nombramiento de gorilas tradicionales en los puestos de las fuerzas armadas y el uso de la intervención federal contra gobernadores montoneros. Éste es el contexto, la orientación, bajo la cual Perón creó la Triple A.

    Perón creó la Triple A.

    Un revolucionario dijo una vez que todos los movimientos nacionales, desde Chiang Kai-shek hasta Perón, claudican ante el imperialismo cuando pierden o están por perder el control de los trabajadores, su capacidad para contenerlos. Por eso renunció a la presidencia en 1955, cuando los propios obreros organizaban barricadas en defensa del gobierno, pidiendo armas o pidiendo el fusilamiento luego de las primeras intentonas putschistas del gorilismo, con un ejército hegemonizado por el oficialismo, e incluso con una compra a escondidas de armas por parte de una CGT que fue devuelta por el mismísimo Perón. Por eso llamó a votar a Arturo Frondizi -un hombre del gorilaje- o a "desensillar hasta que aclare" con el reaccionario clerical Onganía, en vez de alentar la organización de la clase obrera.

    Utilizó a Montoneros como un factor de presión, de disputa política, a su favor. Los desechó, con métodos fascistizantes, cuando ya no le servían. O, peor, cuando le resultaban perjudiciales: En lugar de ayudarlo a poner presión en la mesa para negociar, ellos se autonomizaban parcialmente y lo presionaban a él.

    Los que se hacen llamar "nacionales y populares" son los primeros en claudicar frente a toda causa nacional o popular. La burocracia sindical adicta al kirchnerismo ahora sigue actuando como factor de contención contra la clase obrera, por más que discursivamente se presente como baluarte de la defensa del trabajador contra el ajuste del macrismo. Pero el ajuste nace del corazón del Estado en defensa de un interés social claro, del interés de clase de los capitalistas. El kirchnerismo intenta disputar políticamente la conducción de la oposición al macrismo en defensa de sus intereses camarillescos. Pero quien quiera enfrentarse al ajuste debe enfrentarse también a los partidos de Estado que defienden esa misma orientación social, y enfrentarse a sus aparatos (como la burocracia sindical o las organizaciones verticalistas, alimentadas con fondos estatales o gremiales, que regimentan a la juventud).

    Esta experiencia debe servirle a los luchadores sociales para sacar conclusiones revolucionarias hacia el clasismo.
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    Mensaje por gatopardo2015 Sáb Jul 30, 2016 1:59 pm

    La CNU era el Frente Estudiantil  Very Happy de la AAA


    28 de julio de 2016 | Por Cecilia Dinius

    La Plata: comienza el primer juicio contra la CNU

    Se inicia el 12 de agosto. Serán juzgados dos de los integrantes de esta banda parapolicial, vinculada a la derecha peronista.



    El próximo 12 de agosto, en la ciudad de La Plata, comenzará el juicio por delitos de lesa humanidad cometidos por la CNU (Concentración Nacionalista Universitaria), una organización paraestatal que operó en la capital provincial entre 1974 y 1976 al amparo del gobierno de Victorio Calabró y de la policía bonaerense. Justicia Ya! La Plata estará representada a través de las abogadas de Apel.

    Después de más 40 años de impunidad, intimidaciones y amenazas a testigos, con genocidas prófugos, complicidades políticas y judiciales, serán juzgados los civiles Juan José “Pipi” Pomares y Carlos Ernesto “El Indio” Castillo, miembros de la Concentración Nacional Universitaria (CNU). El juicio contará con más de 70 testigos. Será la primera vez que se juzguen los crímenes de la CNU platense.

    Castillo y Pomares están acusados de homicidio agravado, torturas, secuestros, robo y violación de domicilio cometidos en tres operaciones parapoliciales realizadas por la CNU el 12 de febrero, el 4 de abril y el 19 de abril de 1976.


    La CNU y la burocracia sindical

    La CNU fue una organización paraestatal de derecha peronista que golpeó con fuerza especialmente en el ámbito universitario de La Plata y Mar del Plata. Entre 1974 y abril de 1976, sus integrantes cometieron más de un centenar de secuestros y asesinatos de estudiantes y docentes universitarios, alumnos de los colegios de la Universidad Nacional de La Plata, militantes de izquierda, sindicalistas e integrantes de comisiones internas.

    La CNU contó con el aval político de la burocracia sindical peronista, especialmente de FOETRA, SUPE, UOCRA y el núcleo “más duro” de la CGT de Mar del Plata; algunos de sus miembros se integraron en espacios sindicales relacionados con la estructura de la UOM y las 62’ Organizaciones; Patricio Fernández Rivero, imputado en el marco del juicio oral y público “CNU Mar del Plata”, fue custodio personal de José Rucci.

    Calabró desde la gobernación bonaerense, López Rega desde el Ministerio de Desarrollo Social, y de Oscar Ivanissevich al frente del Ministerio de Educación de la Nación aportaron al financiamiento y sostenimiento de esta organización criminal.

    Hacia fines de 1975, la CNU queda bajo el mando del Batallón de Inteligencia 601 del Ejército. Sus miembros incorporados a los grupos de tareas que operaron durante la dictadura como miembros de inteligencia u operativos. De esta "escuela" salió Gerardo Martínez, el actual jefe de la UOCRA.


    Los acusados

    Tras la salida de la dictadura, Pomares y Castillo recorrieron un largo periplo en democracia.

    Castillo fue detenido en mayo de 2011 en la localidad de Villa General Belgrano, en la provincia de Córdoba, luego de permanecer prófugo cinco meses. Durante el gobierno Raúl Alfonsín, participó del levantamiento de “los carapintada”, vinculándose posteriormente a Aldo Rico y a su partido, el MODIN. Durante la dictadura, estuvo preso en la U9 de La Plata, pero salía de su encierro para participar de operativos de los grupos de tareas de la bonaerense que dirigía Ramón Camps.

    Por su parte, Pomares fue miembro activo del Partido Justicialista en La Plata. En 1984 ingresó como empleado del Senado bonaerense durante la gestión de Herminio Iglesias. En 1991, ingresó a trabajar a la Municipalidad de La Plata, cuando Julio Alak era intendente. Pomares estuvo casado con Susana Gordillo, ex concejal en la ciudad de La Plata y funcionaria de la gestión del ex intendente Pablo Bruera. Hasta julio de 2011, "Pipi" ocupaba el cargo de asesor en el bloque del Frente para la Victoria en la Cámara de Senadores de la provincia de Buenos Aires. Recién en julio de 2012, el ex vicegobernador Gabriel Mariotto decretó su cesantía.

    La causa sólo contempla a una ínfima parte de las víctimas de las CNU (que llegan al centenar) y a sólo dos de los más de 70 miembros que, se estima, integraban la organización. Asimismo, en forma paralela, se sigue la a la causa “CNU-Mar del Plata”.

    En un contexto de las operaciones del macrismo para terminar con los juicios y avanzar en un pacto de reconciliación con los responsables del genocidio y del terrorismo de Estado, se vuelve indispensable redoblar la lucha para que todos los genocidas militares, civiles, eclesiásticos y empresariales sean juzgados y condenados, por la apertura de los archivos y contra la impunidad.

    http://www.po.org.ar/prensaObrera/online/libertades-democraticas/la-plata-comienza-el-primer-juicio-contra-la-cnu

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