“Las mujeres son así por nuestra culpa, solo les dimos una costilla” es entre otros, un contenido sexista que transmite la publicidad para legitimar el sistema patriarcal y capitalista, convirtiéndose la lógica del máximo beneficio en el único criterio a seguir.
La publicidad, es junto con la familia y la escuela, uno de los agentes fundamentales de socialización de nuestra época, ejerciendo un gran poder principalmente entre la infancia y la juventud, siendo capaz de ofrecer no solo productos, sino también de perpetuar valores, comportamientos y formas de vida.
El uso de la mujer en la publicidad es especialmente preocupante. Los contenidos e imágenes publicitarias tratan a la mujer como un objeto subordinado al hombre: como mero objeto decorativo y/ sexual, asociada a roles tradicionales de ama de casa, madre, y reclamo sexual.
La publicidad se ha convertido en un espejo distorsionado de la realidad, un espejo que solo muestra a mujeres bellas, jóvenes, blancas y delgadas, que se han convertido en verdades absolutas e incuestionables, siendo condiciones indispensables para el acceso al poder y al éxito de cualquier mujer. Lo que vale es el cuerpo, no la capacidad intelectual, los talentos, la personalidad, etc. con las fuertes repercusiones que esto supone para la salud física y psíquica de las mujeres
Esta obligación y presión social se han vuelto cada vez más rigurosa e irreal (en 1994 las modelos pesaban, por término medio, un 8% menos que las mujeres normales, mientras hoy pesan un 23% menos). Esto implica que en muchos casos las mujeres sientan su identidad devaluada con trágicas consecuencias como la pasividad y la ansiedad.
La obsesión estética, la búsqueda de la belleza, la juventud y la delgadez al precio que sea, conduce al 12,5% de las adolescentes a tomar laxantes y provocarse vómitos, que llegan a sus extremos con enfermedades como la anorexia y la bulimia.
Pero la publicidad sexista no solo afecta a las personas adultas, pues desde edades muy tempranas transmite estereotipos y roles sexuales, delimitando funciones y posibilidades, que responden claramente a intereses patriarcales y capitalistas.
La publicidad delimita a que van a jugar los niños y a que van a jugar las niñas. A los niños se les dirige casi exclusivamente a juegos de acción, aventuras, poder, dominio; mientras que a las niñas se les empieza a vender la importancia del físico, la belleza, la cocina y el cuidado de los hijos.
Por ello, desde la UJCE en Castilla y León:
- Denunciamos la humillación que sufren las mujeres debido las prácticas patriarcales que los publicistas y anunciantes usan, con el único objetico de obtener el máximo beneficio, legitimando el sistema patriarcal y capitalista.
- Creemos imprescindible la eliminación de toda publicidad y contenidos sexistas, con fuertes sanciones económicas a las empresas que las incumplan.
- Creemos que lo importante es estar a gusto con el propio cuerpo, construyendo modelos de mujeres alternativos a los que nos ofrece la sociedad de consumo.
Por ellos debemos aunar la lucha feminista y anticapitalista, y encaminarla a la construcción de un nuevo modelo de sociedad, el socialismo: Socialismo sin clases y sin género.
Extraído de la revista El Insolente
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