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    Hillary Clinton vs Trump ¿ se agudiza el enfrentamiento intercoporativo ?

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    Hillary Clinton vs Trump ¿ se agudiza el enfrentamiento intercoporativo ? Empty Hillary Clinton vs Trump ¿ se agudiza el enfrentamiento intercoporativo ?

    Mensaje por DP9M Mar Nov 08, 2016 5:39 pm

    ¿ Quien es la opción mas nefasta para el mundo ?

    http://www.rebelion.org/noticia.php?id=215615

    Lo que los medios de información no dicen sobre las elecciones en EEUU

    Vicenç Navarro
    Nueva Tribuna


    Sin lugar a dudas, EEUU está viviendo una situación política de enorme importancia, que puede llegar a afectar no solo a aquel país, sino también a todo el mundo, como consecuencia de la centralidad que el gobierno del Estado federal de EEUU tiene en el orden (mejor dicho, desorden) internacional. La novedad en esta situación es la existencia de un candidato a la presidencia del gobierno federal (el candidato republicano, el Sr. Donald Trump) que ha sorprendido a la estructura de poder político de EEUU y de sus aliados, por representar una sensibilidad política que tal establishment percibe como amenazante.

    Es interesante señalar que hay elementos comunes y semejanzas históricas entre lo que pasó en Europa en los años treinta, con el surgimiento del nazismo y del fascismo en este continente, y lo que pasa ahora en EEUU. Ni que decir tiene que la historia nunca se repite miméticamente. Nunca lo ocurrido en el pasado se reproduce ahora en el presente de una forma idéntica. Pero tal observación no niega la posibilidad de que existan elementos parecidos y situaciones en común entre los años 30 en Europa y ahora en EEUU. Veamos los datos.

    Qué pasa hoy en EEUU

    En la manera como los medios de información presentan la situación política en aquel país, los candidatos aparecen en el centro de la atención mediática, tanto en las primarias de cada partido (el Demócrata y el Republicano), como ahora en la carrera hacia la presidencia de EEUU entre el candidato republicano Donald Trump y la candidata demócrata Hillary Clinton. De esta manera, la gran atención mediática se ha dirigido hacia las características personales de Donald Trump y de Hillary Clinton. Y el que, con mucho, ha atraído mayor atención mediática ha sido el primero, Donald Trump, al que se presenta como un político atípico que rompe con todos los moldes del comportamiento convencional, que le convierte en una personalidad sumamente mediática y teatral, que confronta y ridiculiza la cultura de lo "políticamente correcto", mostrando su desprecio hacia las minorías y hacia las mujeres, a las que presenta como los máximos beneficiarios de la política social federal destinada a corregir la discriminación de raza y de género existente en aquel país. Sus conferencias de prensa se convierten en shows teatrales en los que el candidato Trump, en un tono provocador y muy desafiante, se presenta como el defensor de la clase trabajadora blanca en contra del establishment político y mediático del país. La enorme atención mediática hacia este candidato refleja el interés hacia una figura fuera de lo común que clara y abiertamente se presenta como antiestablishment. Como bien dijo un dirigente de la mayor cadena televisiva de EEUU, CBS, "Trump puede que sea un desastre para EEUU, pero ha sido excelente para la industria televisiva". En realidad, por paradójico que parezca, Trump ha sido claramente promovido por las mayores compañías de televisión de EEUU. ¿Por qué? Usted, lector, no podrá entender esta paradoja leyendo la prensa, oyendo los medios radiofónicos o viendo la televisión del país, que se centran en las personalidades.

    ¿Por qué la aparición de Donald Trump y su éxito?

    Los medios no dan respuesta a esta pregunta clave. Para responderla se necesita analizar la situación social y económica de EEUU y el gran deterioro del bienestar y calidad de vida de la clase trabajadora de este país, causado predominantemente por las políticas públicas llevadas a cabo por el gobierno federal de EEUU, tanto su rama ejecutiva (incluyendo todos los gobiernos desde los años ochenta) como su rama legislativa (la Cámara de Representantes y el Senado, ambos controlados antes por el Partido Demócrata y más tarde por el Partido Republicano). Un punto en común en todas estas políticas ha sido el inspirarse en la doctrina neoliberal, iniciada por el Sr. Ronald Reagan (y por la Sra. Margaret Thatcher en el Reino Unido) y seguida por todos los otros presidentes desde entonces: Bush padre, Clinton, Bush hijo y Obama.

    El punto esencial de tal doctrina neoliberal ha sido el de liberalizar la economía, lo que quiere decir favorecer la movilidad de capitales e inversiones a nivel mundial, eliminando cualquier tipo de freno o regulación que pueda entenderse como proteccionista, es decir, que obstaculice dicha movilidad. Como ya he indicado en varias ocasiones, tal movilidad favorece al mundo de las grandes empresas a costa de las pequeñas y medianas empresas y también a costa de la gran mayoría de la clase trabajadora, la cual, al desplazarse sus puestos de trabajo a otros países con salarios más bajos, se queda sin trabajo. La evidencia de que el impacto de los llamados tratados de libre comercio ha sido sumamente negativo para el bienestar de la clase trabajadora es enorme. Desde que el presidente Clinton firmó el tratado de libre comercio en 1994 entre EEUU, Canadá y México (NAFTA por sus siglas en inglés), quince fábricas por día han dejado EEUU en busca de países con salarios más bajos y con menor protección social. Como consecuencia, seis millones de puestos de trabajo en el sector manufacturero han desaparecido. Un ejemplo entre miles es United Technologies Corporation (UTC), en Indiana, que pagaba a sus trabajadores 20 dólares por hora. En México, pagaba solo 3 dólares. UTC despidió en Indiana a más de mil trabajadores y se desplazó a México. Y así miles de fábricas, primordialmente del sector manufacturero, que era el centro de la clase trabajadora bien pagada. Hay que aclarar que UTC, cuando decidió desplazarse a México, no tenía pérdidas. Todo lo contrario, tenía unos beneficios considerables. Pero la dirección de la empresa consideró que los beneficios serían incluso más elevados en caso de situarse en México. En realidad, tal desplazamiento de puestos de trabajo ha sido la mayor causa de destrucción de empleo en los Estados industriales de EEUU (mucho mayor que la creada por la revolución digital o robótica). En Estados como Ohio, Michigan, Pensilvania y otros, el porcentaje de la población trabajadora en los sectores manufactureros ha descendido desde la aprobación del NAFTA de una manera muy notable (en Ohio, 300.000 puestos de trabajo en la manufactura, pasando de representar tales puestos un 24% a solo un 15%; un tanto semejante en Michigan, donde pasaron del 24% a un 16%; y así en otros Estados industriales).

    El gran coste de los tratados de libre comercio para la clase trabajadora

    Esta movilidad de empresas facilitada por los tratados de libre comercio ha sido devastadora para los trabajadores de la manufactura (que estaban entre los mejor pagados en EEUU). Zonas enteras de este país han pasado de estar en una buena situación económica a una situación desastrosa. Y la calidad de vida de grandes sectores de la clase trabajadora manufacturera ha sido afectada muy negativamente. En realidad, la esperanza de vida de la clase trabajadora blanca (años de vida que una persona vivirá como promedio) se ha reducido durante estos años de neoliberalismo.

    Y de ahí el enorme enfado de esta clase trabajadora de EEUU con el establishment político, y muy en especial contra el establishment federal, al cual se le percibe correctamente como el instrumento de la clase corporativa (los directivos, propietarios y gestores de las grandes corporaciones o empresas que se desplazan a otros países), que se ha beneficiado enormemente de la globalización de sus empresas a costa del bienestar de sus trabajadores en EEUU.

    Por cierto, estas inversiones en países con salarios bajos tampoco benefician a los trabajadores de los países "pobres" receptores de tales industrias, pues aun cuando es cierto que tales inversiones crean puestos de trabajo, también hay que darse cuenta de que destruyen muchos más puestos de trabajo en las empresas medianas y pequeñas locales, que no pueden competir con las grandes empresas procedentes de los países "ricos", pues las leyes de libre comercio siempre favorecen a estas últimas sobre las locales, a las cuales se fuerza a abandonar cualquier tipo de proteccionismo, sin el cual tales industrias locales no pueden surgir. Hay que recordar, por cierto, que todos los países hoy desarrollados fueron proteccionistas a fin de permitir su desarrollo económico. Y que incluso hoy tales países "ricos" son altamente proteccionistas. La incorporación de los países subdesarrollados en tales tratados de libre comercio, imponiéndoles la eliminación de medidas proteccionistas, los condena al subdesarrollo.

    Era predecible que Trump ganara las primarias del Partido Republicano (y podría ganar las elecciones a la presidencia de EEUU)

    Es en este contexto que se entiende el éxito electoral del candidato Trump. Durante las primarias del Partido Republicano, tal candidato fue el único que exigió la eliminación de los tratados de libre comercio (desde el NAFTA hasta el nuevo tratado de EEUU con los países del Pacífico), utilizando una narrativa antiestablishment (acusando al gobierno federal de facilitar tales tratados) que lo ha hecho sumamente atractivo para la clase trabajadora estadounidense. Su postura antiestablishment incluye también una crítica a otra dimensión del gobierno federal, al cual acusa de favorecer en sus políticas públicas sociales a las minorías (negros y latinos) y a las mujeres a través de sus políticas antidiscriminatorias, que se financian -según él- con los impuestos aportados por la clase trabajadora blanca. Para entender la capacidad movilizadora entre la clase trabajadora blanca de esta crítica, hay que ser consciente de que el sistema fiscal estadounidense tiene muy escasa capacidad redistributiva vertical (de las rentas superiores a las rentas inferiores). De ahí que sea percibido por las clases populares como redistributivo de tipo horizontal (por ejemplo, de la clase trabajadora blanca a la negra). Los beneficios sociales públicos en EEUU no son universales (es decir, que todo ciudadano o residente tiene derecho a ellos), sino que dependen del nivel de renta, convirtiéndose en programas de tipo asistencial para los pobres, humildes y necesitados (entre los cuales, la población negra y latina está sobrerrepresentada). De ahí que el Estado sea percibido como un Estado asistencial para con los negros (a los que se presume pobres), con programas financiados por los blancos. Y en esta percepción el Partido Demócrata es considerado como favorecedor de esta política social de tipo asistencial, no universal, orientada a facilitar la integración de las minorías y de las mujeres dentro del orden establecido, sin cuestionarlo. Y es ahí donde el lenguaje y la narrativa de Donald Trump, claramente anti políticamente correcto, empleados en un tono provocativo, se convierten en un elemento movilizador por sus características antiestablishment. Ni que decir tiene que este argumento se basa en muchos errores de percepción, tales como asumir que la mayoría de pobres en EEUU sean negros o mujeres, lo cual no es cierto. En realidad, la mayoría de pobres son blancos y hombres.

    Los paralelismos entre el EEUU de hoy y la Europa de los años treinta

    Para los que vivimos -como fue mi caso- nuestra juventud en dictaduras fascistas, como la liderada por el general Franco en España, nos es fácil detectar a un fascista cuando lo vemos. Pues bien, Donald Trump tiene características muy semejantes a las del fascismo europeo: un nacionalismo extremo de carácter racista y machista, que asigna al país una superioridad moral, profundamente autoritario, caudillista y antidemocrático, que alega representar al trabajador sin voz, explotado por el establishment político del país. Y su aparición como fenómeno político responde a una situación de gran cuestionamiento de la legitimidad de dicho establishment. Y es este, precisamente, el punto en común con lo que ocurrió en los años treinta en Europa.

    El surgimiento del nazismo y del fascismo fue una consecuencia de la Gran Depresión. El enorme rechazo hacia el sistema capitalista por parte del mundo obrero hizo surgir movimientos contestatarios, bien de sensibilidad socialista, bien de sensibilidad comunista, que amenazaron las estructuras del poder económico y financiero de Europa. Fue en este contexto que apareció el movimiento nazi y fascista, con la intención de destruir y substituir a tales movimientos contestatarios. Y para ello utilizó lenguajes, discursos y símbolos próximos a aquellos partidos. Hay que recordar que el nazismo se autodefinió como nacionalsocialismo, utilizando argumentos que estaban enraizados en el ideario del movimiento obrero. En España, por ejemplo, los colores del partido fascista eran los colores del movimiento anarcosindicalista.

    Hoy, la enorme crisis social, causada por la imposición de políticas públicas neoliberales que han afectado muy negativamente al estándar de vida de la clase trabajadora, ha generado un sector profundamente antiestablishment que han canalizado Trump y el candidato demócrata Bernie Sanders, los únicos candidatos que hablan de y a la clase trabajadora. La gran diferencia entre los dos es que mientras los grandes medios han dado gran visibilidad a Trump (que nunca ha cuestionado a la clase capitalista, proponiendo políticas tributarias claramente favorables a estas rentas superiores derivadas del capital), han silenciado a Bernie Sanders, pues su mensaje socialista entraba en claro conflicto con dicha clase capitalista. En realidad, canalizar el enfado a través de Trump era un objetivo de los medios de información, en lugar de que se hiciera a través de Sanders.

    Ni que decir tiene que la clase capitalista (conocida en EEUU como la clase corporativa -the Corporate Class-) prefiere a una persona del mismo establishment, como la Sra. Clinton, que al candidato Trump, en parte debido a la imprevisibilidad de este último. Pero en este escenario el mayor "enemigo" es Sanders, al cual había que parar por todos los medios.

    ¿Podrá el Partido Demócrata ganar las elecciones presidenciales?

    La otra gran sorpresa del año político (mayor que la del surgimiento de Trump) fue la candidatura de Bernie Sanders, un personaje independiente que decidió presentarse a las primarias del Partido Demócrata, consiguiendo ganar las primarias de aquel partido en 22 Estados (de un total de 50), recibiendo casi la mitad de todos los delegados elegidos durante las primarias del Partido Demócrata. La novedad de Sanders era que ha sido siempre un socialista, presentándose como tal desde el principio, sin ningún rubor o actitud defensiva. Y en el Senado ha sido la voz más potente en defensa de la clase trabajadora y otros componentes de las clases populares. Sus propuestas económicas y sociales eran claramente socialistas, siendo elementos esenciales de su programa el incrementar el salario mínimo a 15 dólares por hora, así como la derogación de todos los tratados de libre comercio, aumentando el grado de cobertura en el aseguramiento sanitario, y enfatizando la universalidad de los derechos sociales y laborales, rompiendo así con la filosofía institucional dominante en las políticas sociales del Estado federal, que son de carácter asistencial-benéfico en lugar de universal. Ha sido también altamente crítico con la política exterior de EEUU, que fue dirigida por la Sra. Clinton como Secretaria de Estado (rango homologable al de Ministra de Asuntos Exteriores). En realidad, la candidatura de Sanders ha sido la más progresista de todas las habidas en campaña electoral desde la de Jesse Jackson Senior en 1988.

    Su éxito fue la gran noticia ocultada por los grandes medios, que claramente favorecían a Hillary Clinton sobre Sanders, el cual tenía en contra no solo a la dirección y el aparato del Partido Demócrata, sino a todos los grandes medios. A pesar de ello, Sanders consiguió el apoyo del electorado por debajo de los 45 años, personas que lo apoyaron masivamente.

    Las limitaciones de las políticas identitarias: el resurgimiento de la clase trabajadora frustrada

    El candidato Sanders cambió la estrategia de las fuerzas progresistas de EEUU, que desde los años ochenta desenfatizaron la estrategia de movilización de las clases populares, basada en la realización de que en EEUU había una estructuras de clases, las cuales estaban ahora claramente en conflicto entre ellas. La victoria del mundo empresarial era a costa de la clase trabajadora. En lugar de estas políticas de clase, la fuerzas progresistas habían enfatizado las políticas identitarias (a favor de las minorías y de las mujeres) con el objetivo de favorecer su integración dentro del sistema político-económico dominante en EEUU. Las instituciones del gobierno federal, en respuesta a esta estrategia, consiguieron, a través de las medidas antidiscriminatorias, integrar a tales minorías y a las mujeres dentro de las instituciones de dicho sistema. La elección de un ciudadano negro para la presidencia de EEUU muestra el éxito de estas políticas antidiscriminatorias. Y un tanto semejante ocurriría en el caso de que la candidata Clinton fuera elegida presidenta. Pero esta integración en el sistema establecido no ha cambiado el nivel de vida de la mayoría de negros y mujeres en EEUU, que pertenecen a la clase trabajadora, y ello como consecuencia de que no han cambiado las relaciones de clase social en aquel país. La realización de la importancia de este hecho explica el éxito del candidato Bernie Sanders, que enfatizó el lenguaje de clases sociales, así como medidas que beneficiaran a la clase trabajadora. De ahí su apoyo entre la clase trabajadora no solo blanca, sino también de las minorías (sobre todo jóvenes y trabajadores). Su éxito muestra las enormes limitaciones de las políticas identitarias en ausencia de políticas de clase. A pesar de este éxito, el candidato Sanders no pudo sobrepasar al aparato del Partido Demócrata, que facilitó la victoria de la candidata que dio prioridad a los temas identitarios sobre los temas de clase. Ello ha permitido que ahora sea el candidato Trump el que monopolice el tema de clase, presentando a la candidata Clinton como la representante del establishment político federal del país, lo cual, considerando la biografía personal de la Sra. Clinton, es difícil de rebatir. Por otra parte, el candidato Trump, hoy apoyado por los sectores más reaccionarios de la Corporate Class, es también vulnerable por sus orígenes y prácticas (siendo sus propuestas fiscales enormemente favorables a los intereses de tal clase corporativa). Ahora bien, será difícil para la Sra. Clinton, que es percibida ampliamente como representante del establishment, poder capitalizar esta vulnerabilidad del Sr. Trump. Sin lugar a dudas, el candidato Sanders hubiera podido mostrar las falsedades del Sr. Trump más fácilmente que la Sra. Clinton. Las encuestas mostraban que Sanders ganaba a Trump por unos porcentajes mayores que la Sra. Clinton.

    ¿Qué pasará?

    Una vez eliminado el peligro de Sanders, el establishment político se siente más seguro con Clinton que con Trump, al cual se opone una gran amalgama de fuerzas, incluyendo progresistas, que temen la reducción de la ya escasa democracia existente en aquel país, que quedaría incluso más reducida con la victoria de Trump. Por otra parte, la victoria de la candidata Clinton fue acompañada de un giro hacia la izquierda para conseguir el apoyo de los votantes de Sanders. En realidad, si el 30% de votantes de Bernie Sanders trasladaran su apoyo a Trump en lugar de Clinton, el primero ganaría las elecciones. De ahí el movimiento hacia la izquierda de Clinton, incluyendo el aumento del salario mínimo (aunque no ha hecho suya la cifra de 15 euros por hora que pedía Sanders), la denuncia de los tratados de libre comercio (aunque no ha prometido anularlos), su distanciamiento de intervenciones que ella había promovido y que resultaron ser un desastre (como Irak y Libia), y su promesa de reducir el intervencionismo militar. Y aunque es probable que la mayoría de votantes de Sanders pase a votar a Clinton, el hecho es que no es seguro que este apoyo vaya a ser unánime o claramente mayoritario. El comportamiento de la Sra. Clinton (orientado a conseguir el apoyo de los republicanos moderados) está desalentando al electorado sanderista, cuya abstención podría dar la victoria a Trump. Por otra parte, los medios de comunicación que habían sido relativamente favorables a Trump ahora se oponen con toda intensidad a este candidato, mostrando sus grandes incoherencias y puntos débiles, lo cual está deteriorando su aceptabilidad por parte de amplios sectores de la población estadounidense. Se abren toda una serie de interrogantes que añaden una gran inestabilidad a la situación política del país. Es una lástima que los medios no informen mejor para entender qué está pasando en EEUU.

    Vicenç Navarro | Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra
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    Mensaje por DP9M Mar Nov 08, 2016 5:40 pm

    http://www.elciudadano.cl/2016/11/06/336986/por-que-hillary-clinton-es-mucho-peor-que-trump1/

    Por qué Hillary Clinton es mucho peor que Trump
    "Hillary no es candidata debido a que su maravillosa experiencia haya inspirado a la gente a escogerla como aspirante a la presidencia. Es más correcto decir que ha acumulado ese currículo justamente para cualificarse como presidente. Durante veinte años, la máquina clintonita que domina el Partido Demócrata ha planeado que Hillary se convierta en “la primera mujer presidenta de EEUU” y su carrera se ha diseñado con ese fin: primero senadora de Nueva York, después secretaria de Estado".


    Diana Johnstone es quizá una de las comentaristas de la política europea y estadounidense más reputadas en la izquierda. Colaboradora, entre otros, de Counterpunch, Johnstone, que se hizo conocida en Europa por sus críticas a la política occidental durante las guerras en los Balcanes, acaba de sacar un libro sobre Hillary Clinton titulado La reina del caos. Ángel Ferrero la entrevistó para lamarea.com

    Angel Ferrero: Los medios estadounidenses han centrado su atención estas primarias en Donald Trump. Pero en su opinión, Hillary Clinton también debería ser motivo de preocupación. La ha descrito como ‘la reina del caos’. ¿Por qué?

    Diana Johnstone: Trump consigue titulares porque es una novedad, un showman que dice cosas chocantes. Es visto como un intruso en un espectáculo electoral diseñado para transformar a Clinton en la “primera mujer presidenta de América”. ¿Por qué la llamo reina del caos? En primer lugar, por Libia. Hillary Cinton fue en gran medida responsable de la guerra que hundió a Libia en el caos, un caos que se extiende hacia el resto de África e incluso Europa. Ha defendido más guerra al Oriente Medio.

    Mi opinión no es que Hillary Clinton “también debería” ser motivo de preocupación. Ella es el principal motivo de preocupación. Clinton promete apoyar más a Israel contra los palestinos. Está totalmente comprometida con la alianza de facto entre Arabia Saudí e Israel que tiene como objetivo derrocar a Assad, fragmentar Siria y destruir la alianza chií entre Irán, Assad y Hezbolá. Esto aumenta el riesgo de confrontación militar con Rusia y Oriente Medio. Al mismo tiempo, Hillary Clinton defiende una política beligerante hacia Rusia en su frontera con Ucrania. Los medios de comunicación de masas en Occidente se niegan a darse que cuenta que muchos observadores serios, como por ejemplo John Pilger y Ralph Nader, temen que Hillary Clinton nos conduzca, sin advertirlo, a la Tercera Guerra Mundial.

    Trump no se ajusta a ese molde. Con sus comentarios groseros, Trump se desvía radicalmente del patrón de lugares comunes que oímos de los políticos estadounidenses. Pero los medios de comunicación establecidos han sido lentos en reconocer que el pueblo estadounidense está completamente cansado de políticos que se ajustan al patrón. Ese patrón está personificado por Hillary Clinton. Los medios de comunicación europeos han presentado en su mayoría a Hillary Clinton como la alternativa sensata y moderada al bárbaro de Trump. Sin embargo, Trump, el “bárbaro”, está a favor de reconstruir la infraestructura del país en vez de gastar el dinero en guerras en el extranjero. Es un empresario, no un ideólogo.

    Trump ha afirmado claramente su intención de poner fin a la peligrosa demonización de Putin para desarrollar relaciones comerciales con Rusia, lo que sería positivo para Estados Unidos, para Europa y para la paz mundial. Extrañamente, antes de decidir presentarse como republicano, para consternación de los líderes del Partido Republicano, Trump era conocido como demócrata, y estaba a favor de políticas sociales relativamente progresistas, a la izquierda de los actuales republicanos o incluso Hillary Clinton.

    Trump es impredecible. Su reciente discurso en AIPAC, el principal lobby pro-israelí, fue excesivamente hostil hacia Irán, y en 2011 cayó en la propaganda que condujo a la guerra contra Libia, incluso si ahora, retrospectivamente, la critica. Es un lobo solitario y nadie sabe quiénes son sus asesores políticos, pero hay esperanza de que arroje fuera de la política a los neoconservadores e intervencionistas liberales que han dominado la política exterior estadounidense los últimos quince años.

    AF: Los asesores de Clinton destacan su experiencia, en particular como secretaria de Estado. Muchos se ha escrito sobre esta experiencia y no siempre de manera positiva. ¿Cuál fue su papel en Libia, Siria u Honduras?

    DJ: Hay dos cosas que decir sobre la famosa experiencia de Hillary Clinton. La primera es observar que su experiencia no es el motivo de su candidatura, sino, más bien, la candidatura es el motivo de su experiencia. En otras palabras, Hillary no es candidata debido a que su maravillosa experiencia haya inspirado a la gente a escogerla como aspirante a la presidencia. Es más correcto decir que ha acumulado ese currículo justamente para cualificarse como presidente.

    Durante unos veinte años, la máquina clintonita que domina el Partido Demócrata ha planeado que Hillary se convierta en “la primera mujer presidenta de EEUU” y su carrera se ha diseñado con ese fin: primero senadora de Nueva York, después secretaria de Estado.

    Lo segundo concierne al contenido y la calidad de esa famosa experiencia. Se ha empecinado en demostrar que es dura, que tiene potencial para ser presidenta. En el Senado votó a favor de la guerra de Irak. Desarrolló una relación muy cercana con el intervencionista más agresivo de sus colegas, el senador republicano por Arizona John McCain. Se unió a los chovinistas religiosos republicanos para apoyar medidas como hacer que quemar la bandera estadounidense fuese un crimen federal. Como secretaria de Estado, trabajó con “neoconservadores” y esencialmente adoptó una política neoconservadora utilizando el poder de Estados Unidos para rediseñar el mundo.

    Respecto a Honduras, su primera importante tarea como secretaria de Estado fue proporcionar cobertura diplomática para el golpe militar de derechas que derrocó al presidente Manuel Zelaya. Desde entonces Honduras se ha convertido en la capital con más asesinatos del mundo. En cuanto a Libia, persuadió al presidente Obama para derrocar el régimen de Gaddafi utilizando la doctrina de “responsabilidad para proteger” (R2P) como pretexto, basándose en falsas informaciones. Bloqueó activamente los esfuerzos de gobiernos latinoamericanos y africanos para mediar, e incluso previno los esfuerzos de la inteligencia militar estadounidense para negociar un compromiso que permitiese a Gaddafi ceder el poder pacíficamente.

    Continuó esa misma línea agresiva con Siria, presionando al presidente Obama para que incrementase el apoyo a los rebeldes anti-Assad e incluso para imponer una “zona de exclusión aérea” basada en el modelo libio, arriesgándose a una guerra con Rusia. Si se examina atentamente, su “experiencia” más que cualificarla para el puesto de presidente, la descalifica.

    AF: Como secretaria de Estado, Clinton anunció en 2012 un “pivote” a Asia oriental en la política exterior estadounidense. ¿Qué tipo de política podríamos esperar de Clinton hacia China?

    DJ: Básicamente este “pivote” significa un desplazamiento del poder militar estadounidense, en particular naval, desde Europa y Oriente medio al Pacífico occidental. Supuestamente, porque debido a su creciente poder económico China ha de ser una “amenaza” potencial en términos militares. El “pivote” implica la creación de alianzas antichinas entre otros Estados de la región, lo que con toda probablidad incrementará las tensiones, y rodeando a China con una política militar agresiva se la empuja efectivamente a una carrera armamentística. Hillary Clinton apuesta por esta política y si llegase a la presidencia la intensificaría.

    AF: Clinton dijo en 2008 que Vladímir Putin no “tiene alma”. Robert Kagan y otros “intervencionistas liberales” que jugaron un papel destacado en la crisis en Ucrania la apoyan. ¿Su política hacia Rusia sería de una mayor confrontación que la del resto de candidatos?

    DJ: Su política sería claramente de una mayor confrontación hacia Rusia que las de Donald Trump. El contrincante republicano de Trump, Ted Cruz, es un fanático evangélico de extrema derecha que sería tan malo como Clinton, o quizá peor. Comparte la misma creencia semirreligiosa de Clinton en el rol “excepcional” de Estados Unidos para modelar el mundo a su imagen. Por otra parte, Bernie Sanders se opuso a la guerra de Iraq. No ha hablado demasiado de política internacional, pero su carácter razonable sugiere que sería más juicioso que cualquiera de los demás.

    AF: Los asesores de Clinton tratan de destacar su intento de reformar el sistema sanitario estadounidense. ¿Fue ese intento de reforma realmente un avance y tan importante como dicen que fue?

    DJ: En enero de 1993, pocos días después de asumir la presidencia, Bill Clinton mostró su intención de promocionar la carrera política de su esposa nombrándola presidenta de una comisión especial para la reforma del sistema nacional de sanidad. El objetivo era llevar a cabo un plan de cobertura sanitaria basado en lo que se denominó “competitividad gestionada” entre compañías privadas. El director de esa comisión, Ira Magaziner, un asesor muy próximo a Clinton, fue quien diseñó el plan. El papel de Hillary era vender políticamente el plan, especialmente al Congreso. Y en eso fracasó por completo. El “plan Clinton”, de unas 1.342 páginas, fue considerado demasiado complicado de entender y a mediados de 1994 perdió prácticamente todo el apoyo político. Finalmente se extinguió en el Congreso.

    Respondiendo a la pregunta, el plan básicamente no era suyo, sino de Ira Magaziner. Como había de depender de las aseguradoras privadas, orientadas al beneficio, como ocurre con el Obama Care, ciertamente no era un avance, como sí que lo es el sistema universal que defiende Bernie Sanders.

    AF: La campaña de Clinton ha recibido notoriamente dinero de varios hedge funds. ¿Cómo cree que podría determinar su política económica si consigue llegar a la presidencia?

    DJ: Cuando los Clinton abandonaron la Casa Blanca en enero de 2001, Hillary Clinton lamentó estar “no sólo sin plata, sino en deuda”. Eso cambió muy pronto. Hablando figuradamente, los Clinton se trasladaron de la Casa Blanca a Wall Street, de la presidencia al mundo de las finanzas. Los banqueros de Wall Street compraron una segunda mansión para los Clinton en el Estado de Nueva York (que se sumó a la que tienen en Washington DC) prestándoles primero el dinero y luego pagándoles millones de dólares por ofrecer conferencias.

    Sus amistades en el sector bancario les permitieron crear una fundación familiar ahora valorada en dos mil millones de dólares. Los fondos de la campaña proceden de fondos de inversión amigos que colaboran de buen grado. Su hija, Chelsea, trabajó para un fondo de inversión antes de casarse con Marc Mezvinsky, quien creó su propio fondo de inversión después de trabajar para Goldman Sachs.

    En pocas palabras, los Clinton se sumergieron por completo en el mundo de las finanzas, que se convirtió en parte de su familia. Es difícil imaginar que Hillary se mostrase tan desagradecida como para llevar a cabo políticas contrarias a los intereses de su familia adoptiva.

    AF: Se dice que la política de identidad es otro de los pilares de su campaña. Quienes apoyan a Clinton afirman que votándola se romperá el techo de cristal y que por primera vez en la historia una mujer entrará en la Casa Blanca. Desde varios medios has protestado contra esta interpretación.

    DJ: Una razón fundamental para que se diese la alianza de Wall Street con los Clinton es que los autoproclamados “nuevos demócratas” encabezados por Bill Clinton lograron cambiar la ideología del Partido Demócrata de la igualdad social a la igualdad de oportunidades.

    En vez de luchar por las políticas tradicionales del New Deal que tenían como objetivo incrementar los estándares de vida de la mayoría, los Clinton luchan por los derechos de las mujeres y las minorías a “tener éxito” individualmente, a “romper techos de cristal”, avanzar en sus carreras y enriquecerse. Esta “política de la identidad” quebró la solidaridad de la clase trabajadora haciendo que la gente se centrase en la identidad étnica, racial o sexual. Es una forma de política del “divide y vencerás”.

    Hillary Clinton busca persuadir a las mujeres de que su ambición es la de todas ellas, y que votándola están votando por ellas mismas y su éxito futuro. Este argumento parece funcionar mejor entre las mujeres de su generación, que se identificaron con Hillary y simpatizaron con el apoyo leal a su marido, a pesar de sus flirteos. Sin embargo, la mayoría de las jóvenes estadounidenses no se han dejado llevar por este argumento y buscan motivos más sólidos a la hora de votar. Las mujeres deberían trabajar juntas por las causas de las mujeres, como el mismo salario por el mismo trabajo, o la disponibilidad de centros infantiles para las mujeres trabajadoras. Pero Hillary es una persona, no una causa.

    No hay ninguna prueba de que las mujeres en general se hayan beneficiado en el pasado de tener a una reina o una presidenta. Es más, aunque la elección de Barack Obama hizo felices a los afroamericanos por motivos simbólicos, la situación de la población afroamericana ha ido empeorando.

    Mujeres jóvenes, como Tulsi Gabbard o Rosario Dawson, consideran que poner fin a un régimen de guerras y cambios de régimen y proporcionar a todo el mundo una buena educación y sanidad son criterios mucho más significativos a la hora de escoger un candidato.

    AF: ¿Por qué las minorías siguen apoyando a Clinton en vez de a Sanders?

    DJ: Está cambiando. Hillary Clinton ganó el voto negro en las primarias demócratas en los Estados del sur profundo. Fue a comienzos de la campaña, antes de que Bernie fuese conocido. En el sur profundo, muchos afroamericanos estaban desencantados porque muchos de ellos estaban en prisión o habían estado en prisión, y la mayoría de votantes son mujeres mayores que asisten regularmente a la iglesia, donde escuchan a los predicadores pro-Clinton, no lo que se dice en Internet.

    En el norte las cosas son diferentes, y el mensaje de Sanders está consiguiendo extenderse. Lo apoyan la mayor parte de intelectuales afroamericanos y de afromericanos del mundo del entretenimiento. Ésta es la primera elección presidencial donde Internet juega un papel clave. Especialmente la gente joven, que no confía en los medios de comunicación establecidos. Es suficiente leer los comentarios de los lectores estadounidenses en Internet para darse cuenta de que Hillary Clinton está considerada ampliamente como una mentirosa, una hipócrita, una belicista y un instrumento de Wall Street.

    AF: ¿Cómo ves la campaña de Bernie Sanders? Es visto como la esperanza de la izquierda, pero tras la presidencia de Obama también hay cierto escepticismo. Algunos comentaristas han señalado su apoyo a intervenciones militares estadounidenses en el pasado.

    DJ: A diferencia de Obama, quien prometió un “cambio” vago, Bernie Sanders es muy concreto a la hora de hablar de los cambios que se tienen que hacer en política doméstica. E insiste en que él solo no puede hacerlo. Su insistencia en que se precisa una revolución política para conseguir sus metas está realmente inspirando el movimiento de masas que necesitaría. Es lo suficientemente experimentado y tozudo como para evitar que el partido le secuestre, como ocurrió con Obama.

    En cuanto a la política exterior, Sanders se opuso firmemente y de manera razonada a la guerra de 2003 en Irak, pero como la mayor parte de la izquierda, se dejó llevar por los argumentos en favor de las “guerras humanitarias”, como la desastrosa destrucción de Libia.

    Pero este tipo de desastres han comenzado a educar a la gente, y puede que hayan servido de lección al propio Sanders. La gente puede aprender. Puede oír, entre quienes le apoyan, a antibelicistas como la congresista Tulsi Gabbard de Hawai, que presentó su dimisión en el Comité Nacional Demócrata para apoyar a Sanders. Hay una contradicción obvia entre el gasto militar y el programa de Sanders para reconstruir EEUU. Sanders ofrece una mayor esperanza porque viene con un movimiento nuevo, joven y entusiasta, mientras que Hillary viene con el complejo militar-industrial y Trump viene consigo mismo.

    AF: Actualmente Ud. vive en Francia. ¿Cómo ve la situación en el país? ¿Qué explica el ascenso del Frente Nacional, en paralelo a otras fuerzas de la nueva derecha (o nacional-conservadoras)?

    DJ: Los partidos establecidos siguen las mismas políticas impopulares en Europa y en EEUU y eso, naturalmente, lleva a la gente a buscar algo diferente. El control local de los servicios sociales se sacrifica a la necesidad de “atraer inversores”, en otras palabras, a dar al capital financiero la libertad de modelar sociedades dependiendo de sus opciones de inversión. La excusa es que, atrayendo inversores, se crearán empleos, pero esto no ocurre. Puesto que la clave de estas políticas es romper las barreras nacionales para permitir al capital financiero ganar acceso, es normal que la gente acuda a los llamados partidos “nacionalistas” que aseguran querer restaurar la soberanía nacional. Como en Europa sobreviven los fantasmas del nazismo, “soberanía nacional” se confunde con “nacionalismo”, y “nacionalismo” se equipara con guerra. Estas suposiciones hacen que el debate en la izquierda sea imposible y termine favoreciendo a los partidos de derecha, que no sufren de este odio al Estado nacional.

    En vez de actuar con horror a la derecha, la izquierda necesita ver las cuestiones que afectan realmente a la gente con claridad.

    AF: En el pasado ha criticado a la izquierda (o a una parte considerable de ella) por apoyar las llamadas “intervenciones humanitarias”. ¿Qué opina de la ‘nueva izquierda’ o ‘nueva nueva izquierda’ en países como Grecia o España?

    DJ: La propaganda neoliberal dominante justifica la intervención militar por motivos humanitarios, para “proteger” a la gente de “dictadores”. Esta propaganda ha tenido mucho éxito, especialmente en la izquierda, donde con frecuencia se acepta como una versión contemporánea del “internacionalismo” de la vieja izquierda, cuando en realidad es todo lo opuesto: no se trata de las Brigadas Internacionales y su idealismo, combatiendo por una causa progresista, sino del Ejército estadounidense bombardeando países en nombre de alguna minoría que puede acabar demostrándose como un grupo mafioso o terroristas islámicos.

    Angel Ferrero
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    Hillary Clinton vs Trump ¿ se agudiza el enfrentamiento intercoporativo ? Empty Re: Hillary Clinton vs Trump ¿ se agudiza el enfrentamiento intercoporativo ?

    Mensaje por DP9M Mar Nov 08, 2016 5:42 pm

    Assange: Trump solo tiene el apoyo de "los evangélicos", mientras que los bancos, la Inteligencia, las compañías de armas, los medios de comunicación "están juntos detrás de Hillary Clinton"

    https://actualidad.rt.com/actualidad/222777-assange-estado-islamico-arabia-saudita-catar

    Assange: Los países promotores del Estado Islámico patrocinan la Fundación Clinton

    En una entrevista exclusiva con el periodista australiano John Pilger Julian Assange, indicó que a Donald Trump "no se le permitirá ganar" las elecciones presidenciales de EE.UU.

    El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, da un discurso desde un balcón de la Embajada de Ecuador en Londes, Reino Unido, el 5 de febrero de 2016.Peter NichollsReuters




    Activista de Anonymous a RT: "Rusia habría 'hackeado' a la misma Clinton, no a Podesta"
    Assange: "Hillary Clinton fue la figura clave en la destrucción del Estado de Libia"
    En una entrevista exclusiva realizada por el periodista australiano John Pilger (John Pilger Special), que será emitida por RT —por cortesía de Dartmouth Films—, el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, ha confirmado que el movimiento terrorista del Estado Islámico ha sido creado "mayoritariamente" con el dinero de varios países de Oriente Medio que proporcionan recursos monetarios a la Fundación Clinton.

    En este sentido, Assange señala que, según se desprende de un correo electrónico de la candidata demócrata, Hillary Clinton, enviado en 2014 a John Podesta, jefe de su campaña electoral, el EI es "financiado por los Gobiernos de Arabia Saudita y Catar", cuyo dinero es difundido "por todas partes, incluidas las instituciones mediáticas".

    Además, el periodista australiano, que concedió la entrevista en la Embajada de Ecuador en Londres, donde se encuentra refugiado desde hace cuatro años, sostiene que al aspirante republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, "no se le permitirá ganar" las elecciones presidenciales de EE.UU. del 8 de noviembre, ya que "no tiene a ninguna élite de su parte".

    El candidato republicano a la presidencia de EE.UU., Donald Trump, habla en un mitin de campaña en Eau Claire, Wisconsin, EE.UU., el 1 de noviembre de 2016.El candidato republicano a la presidencia de EE.UU., Donald Trump, habla en un mitin de campaña en Eau Claire, Wisconsin, EE.UU., el 1 de noviembre de 2016.Carlo AllegriReuters
    Según Assange, Trump solo tiene el apoyo de "los evangélicos", mientras que los bancos, la Inteligencia, las compañías de armas, los medios de comunicación e incluso los mismos periodistas "están juntos detrás de Hillary Clinton".

    Asimismo, el fundador de WikiLeaks ha negado categóricamente que los correos electrónicos del Partido Demócrata de EE.UU. y de Hillary Clinton, recibidos por su portal, fueran enviados por el Gobierno ruso. "Eso es falso, podemos decir que el Gobierno ruso no es la fuente", subraya.
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    Hillary Clinton vs Trump ¿ se agudiza el enfrentamiento intercoporativo ? Empty Re: Hillary Clinton vs Trump ¿ se agudiza el enfrentamiento intercoporativo ?

    Mensaje por DP9M Mar Nov 08, 2016 5:43 pm


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