Teoría sobre la transformación del plus-trabajo en plusvalía David Ricardo en Principios de economía política y tributación, capítulo I, sección I escribió:El valor de una mercancía, o la cantidad de cualquier otra mercancía por la que pueda intercambiarse, depende de la cantidad relativa de trabajo necesaria para su producción, y no de la compensación mayor o menor que se pague por dicho trabajo.
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El valor del trabajo es la forma mistificada del valor de la fuerza de trabajo, siendo el precio de mercado de la fuerza de trabajo el salario, y su valor de cambio la cantidad de mercancías que obtiene con el salario el trabajador. La ganancia capitalista es la diferencia entre el valor que el uso de la fuerza de trabajo produce y su valor de cambio o precio de mercado.
- Karl Marx en El Capital, tomo I, capítulo XVII:
La economía política clásica tomó prestada de la vida cotidiana la categoría "precio de trabajo", sin someterla a crítica, para luego preguntarse: ¿cómo se determina ese precio? Pronto reconoció que el cambio verificado en la relación entre la oferta y la demanda, en lo que respecta al precio del trabajo como en lo que se refiere a cualquier otra mercancía no explicaba nada excepto el cambio de ese precio, esto es, las oscilaciones de los precios del mercado por encima o por debajo de cierta magnitud. Si la oferta y la demanda coinciden, bajo condiciones en lo demás iguales, la oscilación del precio cesa. Pero entonces la oferta y la demanda cesan también de explicar cosa alguna. Cuando la oferta y la demanda coinciden, el precio del trabajo es su precio determinado independientemente de la relación entre la oferta y la demanda, es decir, su precio natural, éste, así, apareció como el objeto que realmente había que analizar. O se tomaba un período más extenso de oscilaciones experimentadas por el precio del mercado, digamos un año, y se llegaba a la conclusión de que las alzas y bajas se nivelaban en una magnitud media, promedial, en una magnitud constante. Esta, naturalmente, tenía que determinarse de otra manera que por sus propias oscilaciones, que se compensan entre sí. Este precio que predomina sobre los precios accidentales alcanzados por el trabajo en el mercado y que los regula, el "precio necesario" (fisiócratas) o "precio natural" del trabajo (Adam Smith), sólo podía ser, como en el caso de las demás mercancías, su valor expresado en dinero. La economía política creyó poder penetrar, a través de los precios accidentales del trabajo, en su valor. Como en el caso de las demás mercancías, ese valor se siguió determinando por los costos de producción. ¿Pero cuáles son los costos de producción... del obrero, esto es, los costos que insume la producción o reproducción del obrero mismo? Inconscientemente, la economía política sustituyó por ésta la cuestión originaria, pues en lo que respecta a los costos de producción del trabajo en cuanto tales se movían en un círculo vicioso sin adelantar un solo paso. Lo que la economía política denomina valor del trabajo (value of labour), pues, en realidad es el valor de la fuerza de trabajo que existe en la personalidad del obrero y que es tan diferente de su función, del trabajo, como una máquina lo es de sus operaciones. Ocupados con la diferencia entre los precios del trabajo en el mercado y lo que se llamaba su valor, con la relación entre ese valor y la tasa de ganancia, y entre ese valor y los valores mercantiles producidos por intermedio del trabajo, nunca descubrieron que el curso del análisis no sólo había llevado de los precios del trabajo en el mercado a su valor, sino que había llevado a resolver este valor del trabajo mismo en el valor de la fuerza de trabajo. La falta de conciencia acerca de este resultado obtenido por su propio análisis; la aceptación, sin crítica, de las categorías "valor del trabajo", "precio natural del trabajo", etc., como expresiones adecuadas y últimas de la relación de valor considerada, sumió a la economía política clásica, como se verá más adelante, en complicaciones y contradicciones insolubles y brindó a la economía vulgar una base segura de operaciones para su superficialidad, que sólo venera a las apariencias…
…Como el valor del trabajo no es más que una expresión irracional para designar el valor de la fuerza de trabajo, de suyo se obtiene el resultado de que el valor del trabajo siempre tiene que ser necesariamente menor que el producto del valor, puesto que el capitalista siempre hace funcionar a la fuerza de trabajo durante más tiempo que el necesario para que se reproduzca el valor de la misma…
…Se comprende, por consiguiente, la importancia decisiva de la transformación del valor y precio de la fuerza de trabajo en la forma del salario, o sea en el valor y precio del trabajo mismo. Sobre esta forma de manifestación, que vuelve invisible la relación efectiva y precisamente muestra lo opuesto de dicha relación, se fundan todas las nociones jurídicas tanto del obrero como del capitalista, todas las mistificaciones del modo capitalista de producción, todas sus ilusiones de libertad, todas las pamplinas apologéticas de la economía vulgar…
…Por lo demás, con la forma de manifestación "valor y precio del trabajo" o "salario" a diferencia de la relación esencial que se manifiesta, esto es, del valor y el precio de la fuerza de trabajo ocurre lo mismo que con todas las formas de manifestación y su trasfondo oculto. Las primeras se reproducen de manera directamente espontánea, como formas comunes y corrientes del pensar; el otro tiene primeramente que ser descubierto por la ciencia. La economía política clásica tropieza casi con la verdadera relación de las cosas, pero no la formula conscientemente, sin embargo. No podrá hacerlo mientras esté envuelta en su piel burguesa.
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Leyes del valor, de la ganancia capitalista, de la tasa de ganancia y la tasa de plusvalía David Ricardo en Principios de economía política y tributación, capítulo I, sección III escribió:El valor de los bienes resulta afectado no solo por el trabajo aplicado inmediatamente sobre ellos, sino por el empleado en los utensilios, herramientas y edificios con que aquel trabajo es asistido.
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La economía-política clásica descubrió los diferentes elementos que entraban en la formación del valor de cambio de una mercancía, e intuyó que el origen de la ganancia capitalista es producido por la fuerza de trabajo;
David Ricardo Ibíd escribió:Si hacemos abstracción de la renta agraria, el beneficio es la diferencia entre el precio de venta y el precio del costo. Y a escala nacional, el precio de costo de la producción neta, es el importe de salarios. Por consiguiente, para explicar los beneficios es preciso conocer:
Las leyes que determinan los salarios;
Las leyes que determinan los precios de venta de los productos.
Ricardo determina la tasa de beneficio b’ tratando de evitar el razonamiento circular, ya que el producto social y el consumo necesario se miden en términos de la cantidad de trabajo incorporado, sin tener que recurrir a la tasa de ganancia para medir el producto:
Donde
M es el producto social y
C el consumo necesario, medios de producción y fuerza de trabajo, medidos en función del trabajo.
La
ley de hierro de los salarios David Ricardo la definió:
Cuando el precio de mercado de la mano de obra excede su precio natural, la condición del trabajador es floreciente y dichosa, y puede disponer en mayor proporción de los productos esenciales, y por ende criar una familia sana y numerosa. Por el contrario cuando los salarios elevados estimulan el "crecimiento de la población", crece el número de trabajadores, los salarios caen nuevamente hasta su precio natural e inclusive inferior.
Ferdinand Lassalle la divulgó posteriormente como "
Ley de bronce económica" (Das echerne ökonomishe Gesetz, 1863), al compararla con la perennidad de las leyes escritas en placas de bronce.
Para Carlos Marx, sin embargo, la cantidad y tipo de mercancías necesarias para reproducir la fuerza de trabajo tienen un carácter histórico y cultural;
no necesariamente se encuentran en un nivel mínimo de subsistencia.
Ludwig von Mises argumentó que, si se adopta este razonamiento para demostrar que “
Si a largo plazo no es posible un incremento en el salario medio por encima del mínimo, debe asumirse también que tampoco una bajada de ese valor puede ocurrir".
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Mises parece olvidar que, si los salarios descienden por debajo del mínimo de subsistencia, los trabajadores asalariados son condenados a la depauperación física y a la muerte por inanición, o se ven abocados a sublevarse contra el orden establecido.
Ricardo descubre que la ganancia no puede aumentar sin que disminuya el salario, y viceversa, pero no extrae la consecuencia lógica y queda a un paso de descubrir la plusvalía, o más exactamente, la tasa de ganancia no puede aumentar sin que aumente la tasa de plusvalía, mérito que corresponde a Marx;
- Karl Marx en El Capital, tomo I, capítulo XVII:
En la superficie de la sociedad burguesa, el salario del obrero se pone de manifiesto como precio del trabajo, como determinada cantidad de dinero que se paga por determinada cantidad de trabajo. Se habla aquí del valor del trabajo, y a la expresión dineraria de ese valor se la denomina precio necesario o natural del trabajo. Se habla, por otra parte, de los precios de mercado del trabajo, esto es, de precios que oscilan por encima o por debajo de su precio necesario.
¿Pero qué es el valor de una mercancía? La forma objetiva del trabajo social gastado en la producción de la misma. ¿Y cómo medimos la magnitud de su valor? Por la magnitud del trabajo que contiene. ¿Cómo se determinaría, pues, el valor de una jornada laboral de 12 horas? Por las 12 horas de trabajo contenidas en una jornada laboral de 12 horas, lo que es una huera tautología.
Para que se lo pudiera vender en el mercado como mercancía, el trabajo, en todo caso, tendría que existir antes de ser vendido. Pero si el trabajador pudiera darle al trabajo una existencia autónoma, lo que vendería sería una mercancía, y no trabajo.
Prescindiendo de estas contradicciones, un intercambio directo de dinero esto es, de trabajo objetivado por trabajo vivo, o anularía la ley del valor que precisamente se desarrolla libremente, por primera vez, sobre el fundamento de la producción capitalista o anularía la producción capitalista misma, que se funda precisamente en el trabajo asalariado. Supongamos, por ejemplo, que la jornada laboral de 12 horas se representa en un valor dinerario de 6 chelines. O bien se intercambian equivalentes, y entonces el obrero percibe 6 chelines por el trabajo de 12 horas. El precio de su trabajo sería igual al de su producto. En este caso no produciría plusvalor alguno para el comprador de su trabajo, los 6 chelines no se convertirían en capital, el fundamento de la producción capitalista se desvanecería; pero es precisamente sobre ese fundamento que el obrero vende su trabajo y que éste es trabajo asalariado. O bien percibe por las 12 horas de trabajo menos de 6 chelines, esto es, menos de 12 horas de trabajo. 12 horas de trabajo se intercambian por 10 horas de trabajo, por 6, etc. Esta equiparación de magnitudes desiguales no sólo suprime la determinación del valor: una contradicción semejante, que se destruye a sí misma, en modo alguno puede ser ni siquiera enunciada o formulada como ley.
De nada sirve deducir ese intercambio, el intercambio entre más trabajo y menos trabajo, de la diferencia formal consistente en que en un caso se trata de trabajo objetivado y en el otro de trabajo vivo. Esto es tanto más absurdo por cuanto el valor de una mercancía no se determina por la cantidad de trabajo efectivamente objetivado en ella, sino por la cantidad de trabajo vivo necesario para su producción. Supongamos que una mercancía representa 6 horas de trabajo. Si se efectúan invenciones gracias a las cuales se la puede producir en 3 horas, también el valor de la mercancía ya producida se reduce a la mitad. Ahora representa 3 horas, en vez de las 6 anteriores, de trabajo social necesario. Su magnitud de valor se determina, pues, por la cantidad de trabajo requerida para su producción, y no por la forma objetiva de ese trabajo.
En el mercado, lo que se contrapone directamente al poseedor de dinero no es en realidad el trabajo, sino el obrero. Lo que vende este último es su fuerza de trabajo. No bien comienza efectivamente su trabajo, éste ha cesado ya de pertenecer al obrero, quien por tanto, ya no puede venderlo. El trabajo es la sustancia y la medida inmanente de los valores, pero él mismo no tiene valor alguno.
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Teniendo en cuenta que
el valor de cambio de una mercancía, independientemente del modo de producción bajo el que ha sido producida, es:
M = Mt + Op + Ft
Dónde
M es el valor de cambio de la mercancía,
Mt es el valor de los medios de trabajo, herramientas y maquinaria que utiliza el trabajador que no se consumen en un único proceso de producción y, en consecuencia, solo transmiten una parte de su valor al bien producido,
Op es el valor de los objetos de producción, materias primeras y secundarias que se consumen íntegramente en un proceso productivo y, por lo cual, transmiten todo su valor al bien producido y
Ft es el valor de la fuerza de trabajo que se consume en la producción y, por el mismo motivo que los objetos de producción, transmite todo su valor a la mercancía. Teniendo en cuenta que tanto los medios de producción (
Mt + Op), como la fuerza de trabajo, que intervienen en la producción de una mercancía son múltiples y de naturaleza y valor heterogéneo,
la ley del valor de una mercancía se puede expresar como el sumatorio de los diferentes valores individuales:
Dado que el valor de los medios de producción (
Mt + Op) son los valores de los distintos recursos naturales más los diferentes valores de la energía en forma de fuerza de trabajo socialmente necesaria para producir dichos medios de producción, o lo que es lo mismo, son los diferentes valores de la fuerza de trabajo que ha transformado los recursos naturales en valores de uso utilizados como medios de producción. Un valor de cambio puede expresarse como el sumatorio de distintos valores de los recursos naturales más los diferentes valores de la fuerza de trabajo necesaria para producirlos:
Y el valor de cambio de toda mercancía, teniendo en cuenta que los recursos naturales carecen de valor de cambio, puede expresarse como:
El valor de cambio de toda mercancía es igual a la suma total de los valores que la fuerza de trabajo, socialmente necesaria para producir dicha mercancía, ha creado.
Todos los trabajadores en función de su masa corporal, para mantenerse vivos y reproducirse, necesitan ingerir una cierta cantidad de sustancias; aminoácidos, oligoelementos, agua, etc…, y energía, más la vivienda y vestimenta socialmente necesarias, que el trabajador debe poder adquirir con su salario. Por otro lado, todos los trabajos requieren un gasto de sustancias y energía objetivo que se puede medir, gasto que incluye la adquisición y el mantenimiento de los conocimientos necesarios para realizar dichos trabajos. Cuando el desarrollo de las fuerzas productivas del trabajo alcanza cierto grado de desarrollo, el valor que la fuerza de trabajo puede crear es mayor que el valor que la fuerza de trabajo necesita para reproducirse.
En algunos modos de producción, el capitalista entre ellos, el uso de determinados recursos naturales está gravado con una tasa por imposición del estado, que ostenta el monopolio de la violencia, para el mantenimiento de su propia fuerza represiva. Hay que tener en cuenta que, en los modos de producción basados en la explotación, y en la consecuente represión de la fuerza de trabajo, una parte del valor creado por la fuerza de trabajo en la producción de valores de uso, debe destinarse al mantenimiento de dichos instrumentos de explotación y opresión.
El objeto de la producción capitalista no es producir valores de uso sino valores de cambio, si el productor quiere usar los valores no los puede cambiar lo que, por otra parte, explica ciertas prácticas de algunos productores, por ejemplo, la obsolescencia programada. Lo que verdaderamente resulta importante para el capitalista no es el valor de uso del bien producido, que para él carece de valor de uso alguno, y por eso lo quiere enajenar, sino su valor de cambio, el máximo beneficio que obtiene de su valor de cambio, o más exactamente, la mayor tasa de beneficio.
El objetivo de la producción capitalista es obtener la máxima tasa de ganancia. La base de la producción capitalista es la producción de plusvalía. Los capitalistas, en general, no invierten su capital por amor a los valores de uso producidos, ni tampoco lo hacen como obra social para satisfacer las necesidades sociales, ni para ofrecer empleo a los trabajadores desempleados, sino con el objetivo de la obtención del máximo beneficio, y para ello producen mercancías.
La ley fundamental del capitalismo se puede formular como; una cantidad de valor es lanzada a la circulación para obtener una cantidad de valor mayor, por el medio de la producción de mercancías. La ecuación extendida del capital es:
Donde
D es el valor, generalmente dinero,
M son los distintos tipos de mercancías compradas con el valor
D ⟨
Mt son los medios de trabajo,
Op son los objetos de producción y
Ft es la fuerza de trabajo⟩,
···P··· es el proceso de producción,
M’ son las nuevas mercancías con el nuevo valor de cambio,
D’ es el nuevo valor creado y
g es la ganancia, plusvalía o minusvalía, que se divide en
i son impuestos del estado,
u son intereses de la usura,
b son beneficios del capital y
r son las rentas de la tierra. En todos los procesos de producción intervienen recursos naturales que al no tener valor no se tienen en cuenta, la energía aportada por el Sol en forma de luz y calor, el agua de la lluvia, el oxígeno, etc… Por otro lado, cabe señalar que esta ecuación expresa el proceso de producción desde el punto de vista del capital, desde el punto de vista del trabajo asalariado:
MFt = ···P··· = DFt = M′ = D′ - DMp -g
El trabajo asalariado vende por un tiempo determinado su fuerza de trabajo
MFt, que tras producir
···P···, obtiene cierta cantidad de valor
DFt, valor con el que comprar mercancías
M' que le permiten reproducir su fuerza de trabajo. Valor que equivale al nuevo valor producido menos el valor de los medios de producción usados en la producción y menos el valor de la plusvalía o ganancia.
El valor de cambio de la mercancía producida por métodos capitalista es directamente proporcional a la cantidad de fuerza de trabajo usada e inversamente proporcional al desarrollo de la fuerza productiva que utiliza dicha fuerza de trabajo. La ecuación para calcular
el valor de cambio de una mercancía producida por métodos capitalistas es:
M = Cf + Cc + Cv + g
Donde;
M es el valor de la mercancía,
Cf es el capital fijo, el valor de la parte proporcional de la maquinaria, herramientas y edificios,
Cc es el capital circulante, el valor de las materias primas y secundarias;
Cv es el capital variable, el valor de la fuerza de trabajo que recibe el trabajo asalariado y
g es la ganancia o plusvalía, es la parte del valor del uso la fuerza de trabajo que se apropia el capitalista.
Cv es el valor de cambio de la fuerza de trabajo,
Cv + g es el valor de uso de la fuerza de trabajo. De donde se deduce que el valor de la ganancia es:
g = M - Cf - Cc - Cv
El precio de coste de una mercancía es el valor de mercado de la mercancía menos la ganancia:
Pc = M - g = Cf + Cc + Cv
Teniendo en cuenta que en el modo de producción capitalista el capital fijo (Cf) son los medios de trabajo (Mt) y que el capital circulante (Cc) son los objetos de producción (Op) se produce:
Ft = Cv + g → g = Ft - Cv
La ganancia capitalista o plusvalía es el valor de mercado de una mercancía menos el precio de coste de producirla. Por otro lado, desde el punto de vista del conjunto del proceso de producción de la mercancía, la plusvalía es el valor de la fuerza de trabajo socialmente necesaria para producirla menos el valor del capital variable utilizado en su producción, es decir, el valor que el uso de la fuerza de trabajo crea menos el valor de cambio de ésta.
La tasa de ganancia se define como la razón entre la ganancia y el capital invertido:
La tasa de plusvalía se define como la razón entre la ganancia o plusvalía y el capital variable:
Mide la tasa de explotación de la fuerza de trabajo. Sustituyendo en la ecuación de la tasa de ganancia
g, por su valor
p' ∙ Cv, de la ecuación de la tasa de plusvalía se obtiene:
Ecuación que ponen de manifiesto el carácter antagónico de los intereses del trabajo asalariado y el capital, el capitalista para aumentar la ganancia debe aumentar el producto de los factores de la ecuación o disminuir el divisor. La ecuación que se puede expresar en la proporción:
La tasa de ganancia es a la tasa de plusvalía como el capital variable es al capital total. De donde se deduce que; la tasa de explotación del trabajo asalariado está en proporción directa al producto de la tasa de ganancia por el capital total y en proporción inversa al capital variable:
La producción y la circulación de las mercancías requieren un tiempo para efectuarse, tiempo que afecta a la tasa de ganancia del capital. Capitales con la misma composición orgánica porcentual, y la misma tasa de plusvalía, obtienen diferentes tasas de ganancia. La tasa de ganancia sólo expresa la proporción entre la masa de la plusvalía y el capital total invertido en su producción, cualquier disminución en el período de rotación hace que aumente la tasa de ganancia. El medio principal para acortar el período de rotación consiste en aumentar la productividad de la fuerza de trabajo, el desarrollo de las fuerzas productivas. La ecuación de
la tasa de ganancia capitalista se transforma en:
Donde
n es el número de rotaciones en un período de tiempo determinado. Si se compara dos capitales cuya composición orgánica es:
A. 40 Cf + 40 Cc + 20 Cv con dos rotaciones anuales y con una tasa de plusvalía de 100%, y
B. 80 Cf + 80 Cc + 40 Cv con una rotación anual y la misma tasa de plusvalía.
Tenemos una cuota de ganancia para A:
Y para B:
Teniendo en cuenta que tanto los medios de producción (Mt + Op) como la fuerza de trabajo son de naturaleza y valor heterogéneo, la ecuación del valor de una mercancía, producida bajo el régimen capitalista de producción, se puede expresar como el sumatorio de los diferentes valores individuales, de todos los elementos del capital constante, más todos los elementos del capital variable por la tasa de ganancia obtenida:
O expresado de forma matricial:
Dado que el capital fijo y el circulante son el valor de los medios de producción (Mt + Op) y que estos son recursos naturales más el valor de la energía usada, en forma de fuerza de trabajo socialmente necesaria para producir dichos medios de producción, al igual que el capital variable es el valor de los medios de consumo socialmente necesarios en la producción de la mercancía fuerza de trabajo, se puede expresar el valor de todas y cada una de las mercancías, producidas en el modo de producción capitalista, como:
O bien:
El precio de una mercancía es igual a los diferentes valores de uso de las distintas fuerzas de trabajo contenidas en los múltiples medios de producción, más los diferentes valores de cambio de las distintas fuerzas de trabajo empleadas directamente en la producción de la mercancía, por las múltiples tasas de explotación de dichas fuerzas de trabajo. La tasa de ganancia para una mercancía, o toda la producción capitalista, en un período de tiempo determinado se puede expresar como:
De donde se obtiene la tasa de plusvalía:
Teoría de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia, ciclo económico industrial David Ricardo en Principios de economía política y tributación, capítulo I, sección III escribió:La tasa de utilidades no podrá ser incrementada a menos que sean reducidos los salarios, y que no puede existir una baja permanente de salarios sino a consecuencia de la baja del precio de los productos necesarios en que los salarios se gastan. En consecuencia, si la expansión del comercio exterior o el perfeccionamiento de la maquinaria hacen posible colocar en el mercado los alimentos y productos necesarios al trabajador, a un precio reducido, las utilidades aumentarán.
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En este párrafo Ricardo establece el antagonismo entre los intereses del trabajo asalariado y el capital, sin embargo, establece erróneamente una tendencia creciente de la tasa de ganancia. Si se analiza un capital cuya composición orgánica es: 40 Cf + 40 Cc + 20 Cv con dos rotaciones anuales y con una tasa de plusvalía de 100 %, se obtiene una cuota de ganancia anual de:
Al calcular la tasa de ganancia del capital solo se tiene en cuenta la parte del capital fijo que socialmente se transfiere a la mercancía en un año. Un capitalista individual puede argumentar que esa tasa de ganancia no es real, puesto que se tuvo que invertir un capital total de 860, de los que 800 son capital fijo, al que calcula un ciclo de vida útil de 10 años, por lo que la tasa de ganancia real es de:
Pero, la tasa de ganancia que obtendrá al final del ciclo, antes de que el capital fijo se transforme en obsoleto, será una media del 32’6 % anual, ya que:
Hay que tener en cuenta que, a partir de la treceava rotación en el séptimo año, e independientemente de la procedencia de la inversión originaria, todo
el capital inicialmente invertido ha sido reproducido y su valor sustituido por plusvalía apropiada, puesto que:
g = 40 g∕año ∙ 7′5 años + 80 Cf∕año ∙ 7′5 años = 900 → 900 - 860 = 40 g
Al final del ciclo se han reproducido cada año 80 del capital fijo invertido inicialmente, más 40 del capital circulante y los 20 del capital variable, más una nueva producción de 400 de ganancia total, y se continúa manteniendo la propiedad de los valores de uso que constituyen el capital fijo. Puede ocurrir que pasen veinte años hasta que el desarrollo de las fuerzas productivas transforme en obsoleto el capital fijo, entonces la tasa de ganancia será de una media anual del 116’30 %, ya que a partir del undécimo año solo tendrá invertido el capital circulante más el variable:
Al final del ciclo el capital ha obtenido una ganancia 1.600, ha reproducido 80 cada año, durante los primeros 10 años, de capital fijo invertido inicialmente, más los 40 del capital circulante y los 20 del capital variable anualmente.
También cabe la posibilidad que se produzca un desarrollo de las fuerzas productivas que deje obsoleta la maquinaria en cinco años entonces:
g = 40 g∕año ∙ 5 años + 80 Cf∕año ∙ 5 años - 860 C = -260
Al final del ciclo el capital ha perdido 260 y continua en posesión de una maquinaria que ahora es inservible como medio de trabajo, el precio del mercado la ha transformado en improductiva y carece de valor de cambio como tal maquinaria, un stock de objetos de producción y mercancías acabadas que pueden ser vendidas.
Esta es la naturaleza de los ciclos industriales en el capitalismo. El capital necesita acelerar el desarrollo las fuerzas productivas para aumentar su ganancia, pero la aceleración del desarrollo de las fuerzas productivas impide la ganancia capitalista. En palabras de Paul Samuelson;
Paul Samuelson y Willlam D. Nordhaus en Economía, capítulo 8 escribió:Hemos llegado a una conclusión sorprendente acerca de la rentabilidad en el largo plazo del capitalismo competitivo. Las fuerzas de la competencia tienden a empujar a las empresas y a las industrias hacia un estado de beneficio cero en el largo plazo. En el largo plazo, las empresas competitivas obtendrán el rendimiento normal sobre sus inversiones, pero no más. Las industrias competitivas tienden a atraer la entrada de empresas nuevas, con lo cual empujan los precios hacia abajo y reducen los beneficios hasta llegar a cero. En cambio, las empresas de industrias no redituables se van para buscar mejores oportunidades para obtener beneficios; los precios y los beneficios tienden entonces a elevarse. El equilibrio en el largo plazo en una industria perfectamente competitiva es, por lo tanto, uno en el que no hay beneficios económicos.
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Tomemos cinco capitales con distinta composición orgánica del capital, donde el capital variable es 100 y la tasa de plusvalía es el 100%:
El incremento gradual del capital constante (capital fijo más capital circulante), en proporción al capital variable tiene como consecuencia un descenso gradual de la cuota de ganancia, siempre que permanezca invariable la cuota de plusvalía, es decir, el grado de explotación del trabajo asalariado por el capital. Es la expresión característica del modo de producción capitalista, la cuota de ganancia disminuye no porque la fuerza de trabajo esté menos explotada sino porque se emplea menos fuerza de trabajo en proporción al capital invertido. Las causas que pueden contrarrestar la ley son:
1.
Aumento del grado de explotación de la fuerza de trabajo.
a. Prolongación de la jornada.
b. Intensificación del trabajo.
c. Reducción del salario.
d. Ahorro en las condiciones de trabajo.
2.
Abaratamiento de los elementos que forman el capital constante.
a. Capital fijo -edificios, maquinaria, herramientas-.
b. Capital circulante -materias primeras y auxiliares-.
En la producción capitalista los medios de producción que forman el capital fijo y circulante sólo representan dinero del capitalista, son medios de explotación del trabajo, al trabajador asalariado no le preocupan en lo más mínimo, cuya dilapidación le sería completamente indiferente si no se le obligase a economizarla.
c. Mejora en la generación y transmisión de energía.
d. Disminución y aprovechamiento de los residuos de la producción.
e. Aplicación de inventos.
3.
La superpoblación relativa favorecerá la consecución del apartado 1.
a. Aumento de la población.
b. Inmigración.
La prolongación e intensidad de la jornada laboral tiene unos límites sociales, históricamente determinados, dichos límites están determinados en función de la correlación de fuerzas entre las distintas clases sociales. Pero, independientemente de las condiciones sociales, existen unos límites físicos hasta donde se puede prolongar la duración de la jornada de trabajo (24 h) y la intensidad; supongamos que un trabajador es una máquina térmica biológica y necesita 2.780 Kcal al día para reproducir su fuerza de trabajo, que el capitalista consigue apropiarse de la totalidad del 25 % de la energía que consume el trabajador (695 Kcal), porcentaje que el cuerpo humano pueden convertir en trabajo mecánico en condiciones normales. Para aumentar un 1 % la producción de valores de uso, el trabajador asalariado debería realizar 6'95 Kcal en trabajo mecánico extra, para lo que debería consumir 27'8 Kcal más. Calorías que el trabajador asalariado debe comprar en forma de alimentos, y percibir en forma de salario del capitalista. Cuando la duración, la intensidad de la jornada y la disminución del salario alcanzan cierto límite, cualquier aumento en la producción de valores de uso, produce que el aumento en su valor de cambio debe dedicarse íntegramente a capital variable, sin posibilidad de aumentar la ganancia, por lo que se reduce su tasa. La única manera que le queda al capital de aumentar la tasa de ganancia es desarrollar la productividad de la fuerza de trabajo, fabricando mejores máquinas, utilizando nuevas fuentes de energía y perfeccionando la división técnica del trabajo. Este es el motivo que obliga a los capitalistas al continuo desarrollo de las fuerzas productivas, es decir, para aumentar la ganancia el capitalista está obligado a variar la composición orgánica del capital, a aumentar el valor del capital fijo reduciendo en una cantidad mayor el valor del capital circulante y del capital variable, con lo que aumenta la tasa de plusvalía:
Si se mantiene fijo el dividendo (g) al disminuir el divisor (Cv) aumenta el cociente (p’). Aunque el divisor permanezca fijo (Cv) si aumenta el dividendo (g) aumenta el cociente (p’) En la medida que se desarrollan las fuerzas productivas disminuye la parte retribuida de la fuerza de trabajo del total del capital empleado, lo que implica que aumente la tasa de plusvalía. En cambio, en la medida en que disminuye la masa total de la fuerza de trabajo puesta en movimiento por un capital dado, disminuye el factor del número por el que se multiplica la cuota de plusvalía para obtener su masa. A largo plazo la tendencia es a que aumente la tasa de plusvalía y disminuya la tasa de ganancia. Por lo que esta ley, tendencia decreciente de la tasa de ganancia, también se puede enunciar como;
Ley de la tendencia creciente de la tasa de plusvalía.
A pesar de la buena voluntad que manifiestan el prestigioso economista keynesiano Paul Samuelson, premio Nobel de economía, y Willlam D. Nordhaus, teóricos del utilitarismo marginal, en recomendar a los capitalistas como obtener el máximo beneficio, debido al subjetivismo del que parten, comenten ciertos “errores”. Por cierto, no recomiendan a los trabajadores asalariados como aumentar sus rentas, lo que nos da la idea de qué intenciones persiguen;
Paul Samuelson y Willlam D. Nordhaus en Economía, capítulo 9 escribió:Olvidemos lo pasado. No miremos hacia atrás; no nos lamentemos de la leche derramada o de las pérdidas pasadas. Hagamos un cálculo realista de los costes adicionales en que incurriremos en cualquier decisión que tomemos y comparémoslos con los beneficios adicionales. Tomemos una decisión basada en los costes y beneficios marginales.
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Dos páginas antes definen la obtención del máximo beneficio como sigue;
El mayor descubrimiento es que la maximización a los beneficios se presentará cuando la producción se encuentre en el nivel en que el ingreso marginal de la empresa es igual a su coste marginal.
Al obtener el mayor beneficio marginal, la empresa ni obtiene la mayor tasa de ganancia, ni tan siquiera el máximo beneficio. En la misma obra, capítulo 6, los autores definen los resultados de una empresa, Hot Dog Ventures, Inc., con las siguientes cantidades:
Se supone que la empresa produce de la forma más eficiente, es decir no se puede producir más sin ampliar el capital fijo. Por otro lado, el valor de las ventas es sobre 62.500 unidades, que se vendieron a $ 4, la plantilla está constituida por 4 trabajadores, y cada trabajador produce 15.625 unidades y percibe un salario de $ 22.500. Resumiendo:
Se supone que la empresa es monopolista al ofrecer la mayor calidad al menor precio, y que la demanda es absolutamente inelástica, con lo que el único límite a la demanda lo constituye el poder adquisitivo de los demandantes. Con estas premisas los directivos encargan un estudio de mercado, mediante el cual descubren que; el aumento de cada 10 céntimos en el precio de venta por unidad, provocará una disminución en las ventas de 6 unidades diarias, o lo que es lo mismo 2.190 anuales. Con estos datos hacen una tabla, con el objetivo de hallar cuando el ingreso marginal se iguala con el coste marginal, para establecer el nuevo precio de mercado que maximice sus beneficios:
Donde IM es el ingreso marginal y CM es el costo marginal. Si se dibujan las curvas del ingreso marginal y del costo marginal, donde se cortan es el precio de mercado, o el número de unidades, que produce el máximo beneficio marginal:
La máxima ganancia marginal del capital se obtiene fijando el precio en $ 4’50 la unidad y vendiendo 51.550 unidades. Sin embargo, no se obtiene el máximo beneficio marginal para los capitalistas, esto es debido al impuesto sobre el ingreso de las corporaciones, que es porcentual ($18.000 / $55000 = 32’7 %). El máximo beneficio marginal se sitúa estableciendo el precio en $ 4’40 la unidad y 53.740 unidades. No obstante, no es esta la máxima ganancia, o la mayor tasa de beneficio que puede obtener Hot Dog Ventures, Inc. Si se calculan los costes totales, los beneficios totales y la tasa de beneficios, se obtiene:
Por lo que, obteniendo el máximo beneficio marginal, al vender la unidad producida en $ 4’40 y producir 53.740 unidades, se pierden $ 3.454’05 de beneficios, y se obtiene un 1 % menos en beneficios. Es decir, cuando el ingreso marginal iguala el costo marginal no necesariamente maximiza los beneficios.
Los mayores beneficios se obtienen cuando la fuerza de trabajo produce la máxima cantidad de mercancías viable, contribuyendo con el mínimo valor posible en el precio de coste por unidad producida. Analizar la ganancia, o el beneficio, capitalista al margen de la relación que mantiene con el valor de la fuerza de trabajo, solo puede llevar a cometer errores de cálculo. Teniendo en cuenta el valor de la fuerza de trabajo, el precio de monopolio quedará fijado en $ 4’70, despidiendo a un trabajador y produciendo 46.875 unidades. Ya que:
Situando la tasa de plusvalía (g/Cv) en el 107’9 % y, por tanto:
El monopolio aumenta sus beneficios desabasteciendo el mercado, creando escasez de bienes, en el ejemplo analizado se deja de satisfacer la demanda en 15.625 unidades, subiendo el precio de las mercancías en $ 0’7, o lo que es lo mismo en un 17’5 %, y despilfarrando recursos, el despido de un trabajador y la no utilización de un cuarto de los medios de trabajo. Pero, en la búsqueda del máximo beneficio, no puede escapar a la ley del valor, a la ley de la oferta ni a la ley de la demanda.
En el ejemplo se considera que la fuerza de trabajo es idéntica, cada trabajador produce los mismo con el mismo salario. En la realidad existen diferencias en la productividad de cada trabajador, por lo que, en la búsqueda del máximo beneficio, el trabajador que será despedido es el menos rentable independientemente de su edad, etnia, nacionalidad o sexo. La búsqueda del máximo beneficio en la producción mercantil tiende a hacer desaparecer las diferencias étnicas, nacionales sexuales y de edad.
Ley de la tendencia a la concentración monopolista del capital- Karl Marx en El Capital, tomo I, capítulo XXIV:
7. Tendencia histórica de la acumulación capitalista
¿En qué se resuelve la acumulación originaria del capital, esto es, su génesis histórica? En tanto no es transformación directa de esclavos y siervos de la gleba en asalariados, o sea mero cambio de forma, no significa más que la expropiación del productor directo, esto es, la disolución de la propiedad privada fundada en el trabajo propio. La propiedad privada del trabajador sobre sus medios de producción es el fundamento de la pequeña industria, y la pequeña industria es una condición necesaria para el desarrollo de la producción social y de la libre individualidad del trabajador mismo. Ciertamente, este modo de producción existe también dentro de la esclavitud, de la servidumbre de la gleba y de otras relaciones de dependencia. Pero sólo florece, sólo libera toda su energía, sólo conquista la forma clásica adecuada, allí donde el trabajador es propietario privado libre de sus condiciones de trabajo, manejadas por él mismo: el campesino, de la tierra que cultiva; el artesano, del instrumento que manipula como un virtuoso.
Este modo de producción supone el parcelamiento del suelo y de los demás medios de producción. Excluye la concentración de éstos, y también la cooperación, la división del trabajo dentro de los mismos procesos de producción, el control y la regulación sociales de la naturaleza, el desarrollo libre de las fuerzas productivas sociales. Sólo es compatible con límites estrechos, espontáneos, naturales, de la producción y de la sociedad. Al alcanzar cierto grado de su desarrollo, genera los medios materiales de su propia destrucción. A partir de ese instante, en las entrañas de la sociedad se agitan fuerzas y pasiones que se sienten trabadas por ese modo de producción. Éste debe ser aniquilado, y se lo aniquila. Su aniquilamiento, la transformación de los medios de producción individuales y dispersos en socialmente concentrados, y por consiguiente la conversión de la propiedad raquítica de muchos en propiedad masiva de unos pocos, y por tanto la expropiación que despoja de la tierra y de los medios de subsistencia e instrumentos de trabajo a la gran masa del pueblo, esa expropiación terrible y dificultosa de las masas populares, constituye la prehistoria del capital. Comprende una serie de métodos violentos, de los cuales hemos pasado revista sólo a aquellos que hicieron época como métodos de la acumulación originaria del capital. La expropiación de los productores directos se lleva a cabo con el vandalismo más despiadado y bajo el impulso de las pasiones más infames, sucias y mezquinamente odiosas. La propiedad privada erigida a fuerza de trabajo propio; fundada, por así decirlo, en la consustanciación entre el individuo laborante independiente, aislado, y sus condiciones de trabajo, es desplazada por la propiedad privada capitalista, que reposa en la explotación de trabajo ajeno, aunque formalmente libre. No bien ese proceso de transformación ha descompuesto suficientemente, en profundidad y en extensión, la vieja sociedad; no bien los trabajadores se han convertido en proletarios y sus condiciones de trabajo en capital; no bien el modo de producción capitalista puede andar ya sin andaderas, asumen una nueva forma la socialización ulterior del trabajo y la transformación ulterior de la tierra y de otros medios de producción en medios de producción socialmente explotados, y por ende en medios de producción colectivos, y asume también una nueva forma, por consiguiente, la expropiación ulterior de los propietarios privados. El que debe ahora ser expropiado no es ya el trabajador que labora por su propia cuenta, sino el capitalista que explota a muchos trabajadores. Esta expropiación se lleva a cabo por medio de la acción de las propias leyes inmanentes de la producción capitalista, por medio de la concentración de los capitales. Cada capitalista liquida a otros muchos. Paralelamente a esta concentración, o a la expropiación de muchos capitalistas por pocos, se desarrollan en escala cada vez más amplia la forma cooperativa del proceso laboral, la aplicación tecnológica consciente de la ciencia, la explotación colectiva planificada de la tierra, la transformación de los medios de trabajo en medios de trabajo que sólo son utilizables colectivamente, la economización de todos los medios de producción gracias a su uso como medios de producción colectivos del trabajo social, combinado. Con la disminución constante en el número de los magnates capitalistas que usurpan y monopolizan todas las ventajas de este proceso de trastocamiento, se acrecienta la masa de la miseria, de la opresión, de la servidumbre, de la degeneración, de la explotación, pero se acrecienta también la rebeldía de la clase obrera, una clase cuyo número aumenta de manera constante y que es disciplinada, unida y organizada por el mecanismo mismo del proceso capitalista de producción. El monopolio ejercido por el capital se convierte en traba del modo de producción que ha florecido con él y bajo él. La concentración de los medios de producción y la socialización del trabajo alcanzan un punto en que son incompatibles con su corteza capitalista. Se la hace saltar. Suena la hora postrera de la propiedad privada capitalista. Los expropiadores son expropiados.
El modo capitalista de producción y de apropiación, y por tanto la propiedad privada capitalista, es la primera negación de la propiedad privada individual, fundada en el trabajo propio. La negación de la producción capitalista se produce por sí misma, con la necesidad de un proceso natural. Es la negación de la negación. Ésta restaura la propiedad individual, pero sobre el fundamento de la conquista alcanzada por la era capitalista: la cooperación de trabajadores libres y su propiedad colectiva sobre la tierra y sobre los medios de producción producidos por el trabajo mismo.
La transformación de la propiedad privada fragmentaria, fundada sobre el trabajo personal de los individuos, en propiedad privada capitalista es, naturalmente, un proceso incomparablemente más prolongado, más duro y dificultoso, que la transformación de la propiedad capitalista, de hecho fundada ya sobre el manejo social de la producción, en propiedad social. En aquel caso se trataba de la expropiación de la masa del pueblo por unos pocos usurpadores; aquí se trata de la expropiación de unos pocos usurpadores por la masa del pueblo.
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La tendencia al monopolio bajo el capitalismo se debe a que en una industria desarrollada, para que una empresa pueda ofrecer de forma económicamente competitiva bienes en el mercado, hace falta una gran aportación de capital inicial, lo que disuade a muchos competidores. Cuanto más capital se acumula más se puede acumular, aunque disminuya la tasa de ganancia. Teniendo dos capitales:
En el capital I la tasa de ganancia es el doble que en el capital II, pero en el capital II, la ganancia es 1/2 mayor y se puede acumular más capital que en I. El aumento de la ganancia absoluta, manteniendo la tasa de la plusvalía, es posible a pesar de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia provocada por la disminución del capital variable con respecto al capital fijo más el circulante.
La acumulación de capital no tiene más límite que la cantidad de fuerza de trabajo disponible, es decir, de la población de trabajadores asalariados. La ecuación extendida del capital en su desarrollo queda:
El objetivo de la producción capitalista es la búsqueda del máximo beneficio por el medio de la producción de mercancías, es producir la máxima plusvalía para acumular un capital mayor y poder producir más plusvalía, lo limitado de este objetivo se opone frontalmente al ilimitado medio que usan los capitalistas para conseguirlo, el desarrollo de la capacidad productiva de la fuerza de trabajo. Lo que implica que en condiciones de capitalismo el desarrollo de la capacidad productiva solo es posible sobre la base del aumento de la tasa de plusvalía. Cualquier desarrollo en la capacidad de producción social no se producirá, bajo el régimen de producción capitalista, si no produce un aumento en la tasa de ganancia y por lo tanto en la tasa de plusvalía.
Al disminuir la cuota de ganancia, aumenta el mínimo de capital necesario para poder dar empleo a la fuerza de trabajo, al mismo tiempo puede acumular más capital provocando un nuevo descenso de la cuota de ganancia. Para los fines de la producción capitalista existirá una superproducción absoluta de capital cuando; para un aumento adicional de capital el aumento en la producción de plusvalía sea ≤ 0. Un capital produce una determinada ganancia:
M - C = g
Cuando se produce un aumento en el capital invertido, se produce una variación en la ganancia:
M - ΔC = g′
El objetivo buscado es:
g < g′
El límite del capitalismo se alcanza cuando la composición de un capital para producir una ganancia:
M - C = g
Es tal que cualquier aumento en el capital invertido:
M - ΔC = g′
Produce que:
g > g′
El límite de la ganancia capitalista cuando el desarrollo del capitalismo tiende al infinito es 0. La ecuación para calcular la ganancia de una mercancía producida por métodos capitalistas es:
g = M - Cf - Cc - Cv
Dado que:
- M es el valor de cambio de la mercancía, valor que está limitado por el valor del poder adquisitivo de la fuerza de trabajo usada en la producción de bienes y servicios. Por un lado, si las mercancías tuvieran un valor ilimitado nadie las podría comprar, y si los trabajadores asalariados tuvieran ilimitado poder de compra no venderían su fuerza de trabajo. Por otro lado, para un mismo desarrollo de las fuerzas productivas, cuanto mayor es el poder adquisitivo del trabajo asalariado menor poder adquisitivo tiene el capital, y viceversa. El desarrollo histórico demuestra que, con el desarrollo de las fuerzas productivas, la tendencia del valor de las mercancías es a disminuir, debido a que, por dicho desarrollo de la capacidad productiva del trabajo humano, cada vez es menor el valor de la fuerza de trabajo socialmente necesaria para producir dichas mercancías.
- Cf es el valor capital fijo, herramientas y maquinaria, cuyo límite de desarrollo es el conocimiento técnico científico humano, y al conocimiento no se le conocen límites. Es una de las causas por las que las patentes tienen fecha de caducidad, o no se pueden aplicar derechos de patentes a todos los descubrimientos científicos.
- Cc es el valor de las materias primas y secundarias usadas en la producción de mercancías, cuyo límite es la cantidad de materia de la que están hechas. El valor del capital circulante tiende a infinito, teniendo en cuenta que en el Universo la materia es limitada y existe un principio de la física que establece que la materia ni se crea ni se destruye.
- Cv es el valor de cambio de la fuerza de trabajo, valor que tiende a cero, con el desarrollo de los medios de trabajo cada vez es necesaria menos fuerza de trabajo, y el valor de las mercancías para reproducir dicha fuerza de trabajo se reduce, pero si el valor de la fuerza de trabajo es cero entonces la tasa de plusvalía es cero y:
g = p′ ∙ Cv = 0 ∙ 0 = 0
Si;
Cf y
Cc tiende a ∞ y
M y
Cv son cantidades que tienden a 0, la ganancia cuando el desarrollo del modo de producción capitalista tiende al infinito es:
No obstante, en el modo de producción capitalista,
Cf y
Cc son mercancías por lo que su valor tiende a 0, quedando:
Si, por el contrario, la ganancia capitalista tiene un límite una vez alcanzado dicho límite es el fin del capitalismo, puesto que cualquier aumento en el capital invertido produce una disminución de la ganancia. Aunque, en realidad, el único límite del capitalismo es poder encontrar fuerza de trabajo libre en un doble sentido; que el trabajador sea propietario del usufructo de su fuerza de trabajo, y que, dicho trabajador, esté privado de propiedad sobre medios de producción para que pueda alquilar “libremente” su fuerza de trabajo.
Los capitalistas para aumentar la ganancia, una vez alcanzada la máxima tasa de plusvalía, deben desarrollar las fuerzas productivas, pero el desarrollo de las fuerzas productivas sociales, al no tener límite, lleva a impedir la ganancia capitalista. Las relaciones de producción capitalistas la búsqueda del máximo beneficio, la función empresarial, destruye la base de las relaciones de producción capitalista. En el desarrollo del capitalismo se ha producido y se produce esta superproducción de capital, aunque de forma relativa, no obstante, coloca al descubierto la tendencia general del desarrollo histórico del capitalismo, la superproducción absoluta de capital y con ella el fin del capitalismo.
Para mantener las relaciones de producción basadas en la explotación del capital, los capitalistas, no solo se ven en la necesidad de impedir el desarrollo de las fuerzas sociales de producción, sino que incluso las destruyen. Son los períodos de crisis sociales y de auge de la revolución. Esta necesidad objetiva de oponerse al progreso y el bienestar de la humanidad es lo que ha convertido a la burguesía y al modo de producir capitalista en reaccionarios. Este conocimiento a nivel intuitivo lo han tenido siempre las clases dominantes y por eso se oponen al desarrollo del conocimiento. Se entiende porque cuando Marx demostró que el capitalismo es un modo de producción históricamente determinado, que con la búsqueda y la obtención del máximo beneficio por parte del capital se pone fin al capitalismo, los “economistas” del capital abandonan la ciencia y se transforman en filósofos subjetivistas.
En una formación social donde exista un modo de producción con un monopolio absoluto sobre el mercado, se ha alcanzado una situación semejante, el capital obtiene toda la plusvalía producida y cualquier aumento en el capital utilizado no aumentará la plusvalía obtenida, por lo que las sociedades basadas en cualquier tipo de monopolio, incluyendo el tipo soviético, tienden al estancamiento y la recesión, provocando cambios en las formaciones sociales y en algunos casos transformando las relaciones de producción. El capitalismo tiende de forma inexorable al monopolio, y el monopolio cercena las propias bases de existencia del capitalismo, por lo que es necesario que el estado imponga leyes antimonopolio. Lo que pone de manifiesto la necesidad del estado para la creación y el mantenimiento del modo de producción capitalista.
cesidad del estado para la creación y el mantenimiento del modo de producción capitalista.
- Karl Marx en El manifiesto Comunista:
Hasta hoy, toda sociedad descansó, como hemos visto, en el antagonismo entre las clases oprimidas y las opresoras. Más para poder oprimir a una clase es menester asegurarle, por lo menos, las condiciones indispensables de vida, pues de otro modo se extinguiría, y con ella su esclavizamiento. El siervo de la gleba se vio exaltado a miembro del municipio sin salir de la servidumbre, como el villano convertido en burgués bajo el yugo del absolutismo feudal. La situación del obrero moderno es muy distinta, pues lejos de mejorar conforme progresa la industria, decae y empeora por debajo del nivel de su propia clase. El obrero se depaupera, y el pauperismo se desarrolla en proporciones mucho mayores que la población y la riqueza. He ahí una prueba palmaria de la incapacidad de la burguesía para seguir gobernando la sociedad e imponiendo a ésta por norma las condiciones de su vida como clase. Es incapaz de gobernar, porque es incapaz de garantizar a sus esclavos la existencia ni aun dentro de su esclavitud, porque se ve forzada a dejarlos llegar hasta una situación de desamparo en que no tiene más remedio que mantenerles, cuando son ellos quienes debieran mantenerla a ella. La sociedad no puede seguir viviendo bajo el imperio de esa clase; la vida de la burguesía se ha hecho incompatible con la sociedad.
La existencia y el predominio de la clase burguesa tienen por condición esencial la concentración de la riqueza en manos de unos cuantos individuos, la formación e incremento constante del capital; y éste, a su vez, no puede existir sin el trabajo asalariado. El trabajo asalariado presupone, inevitablemente, la concurrencia de los obreros entre sí. Los progresos de la industria, que tienen por cauce automático y espontáneo a la burguesía, imponen, en vez del aislamiento de los obreros por la concurrencia, su unión revolucionaria por la organización. Y así, al desarrollarse la gran industria, la burguesía ve tambalearse bajo sus pies las bases sobre que produce y se apropia lo producido. Y a la par que avanza, se cava su fosa y cría a sus propios enterradores. Su muerte y el triunfo del proletariado son igualmente inevitables.
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Al mismo tiempo que el capital crea las condiciones objetivas para el fin de las relaciones de producción capitalistas, el desarrollo de las fuerzas productivas entra en contradicción con las relaciones de producción capitalistas, de igual modo produce las ideas y la voluntad de cambiar las relaciones de producción en los trabajadores asalariados, es decir, crea las condiciones subjetivas para la transformación revolucionaria de la sociedad.