Buenas a todos;
Yo enfoco el tema desde una perspectiva utilitaria: la sinceridad, ¿para qué? Habrá muchos casos en los que habrá que dar juicios y expresarnos sobre algún u otro tema, desde lo más serio a lo más trivial. ¿Se debería engañar a la clase obrera para llegar al poder? ¿Debería una hombre -o mujer- engañar al cónyuge tras haber firmado y pactado un compromiso de fidelidad? A mí la verdad me parece mucho más útil; puede doler, puede molestar y puede ser traumático, pero, una vez tienes la verdad, te das cuenta que la mentira no vale para absolutamente nada, y ya no se pueden ver las cosas de otra manera. ¿Acaso no sería interesante doblegarse a la voluntad de una divinidad que tras el sufrimiento y la explotación de esta nos espere en la otra con alguna recompensa eterna que sacie todo nuestro malestar mundanal? Como ateo declarado que soy, diría y digo, que sería fantástico sufrir en la antedicha para tener lo mejor en la otra, pero, esto es una ilusión, una falsedad, una invención formulada para justificar lo peor de la vida, como el hambre, la muerte, o el sufrimiento generalizado.
Como cita, a Lenin se le asocia la siguiente:
la verdad es siempre revolucionaria.
vasherkai escribió:la necesidad de un estado ateísta (URSS)
La URSS, de iure, se denominaba un Estado laico, garantizándose la libertad de culto, a la par que la libertad de propaganda antirreligiosa, reafirmada en casi todas las revisiones de la constitución de la URSS -algunas, aluden explícitamente a la no discriminación religiosa-. Lo mismo se dice en otras constituciones; y aunque se reporta el hecho de una política de "ateízación", no fue tan severa como la actitud que tomó la Albania socialista, que fue declarada Estado ateo.
vasherkai escribió:Desde la perspectiva del marxismo determinista, se crea la visión de que hay una división absoluta en la configuración de la sociedad, en la cual, en resumidas cuentas, se piensa que la economía determina absolutamente la estructura estatal de tal o cual sociedad
Creo recordar de F. Engels -y a su vez de K. Marx- que el factor económico no lo es todo ni es determinante, sino que que la influencia económica es la que más pesa y la que más influye en los demás factores. Por tanto, creo que no es propio hablar de "marxismo determinista", ya que, en boca de sus propios autores y padres, el marxismo no es determinista.
vasherkai escribió:De tal manera, y quizá cayendo en apreciaciones liberales, pero que solo se quedan en eso, apreciaciones, la sinceridad no debe fomentarse como necesidad, pues sería abogar por acciones coercitivas que puedan llevar a regímenes totalitarios y burocráticos.
¿Cómo puede la sinceridad llevarte a un régimen totalitario o burocrático? O sea, no lo entiendo y por eso, te pido que me expliques. Si dejamos la frase como está, debo disentir contigo. Por la verdad -o por su búsqueda- lo único a lo que se ha llegado es a todo tipo de avances y a una aproximación lo más fehacientemente posible a lo que son las cosas a ojos y comprensión de las personas. Quitar el velo de la religión fue avanzar hacia el cambio objetivo y sensato en el ámbito científico; la mentira es inútil en términos absolutos y por llevar, no lleva a ninguna parte porque niega la objetivo. Por otra parte, uno puede mentir por impulso -quizás, abriendo el debate de si la mentira es una necesidad- o puede mentir creyendo que dice la verdad en un estado de ignorancia. Por otra parte, surge la pregunta, de
qué es la verdad y si esta puede realmente conocerseComo apunte final, quiero matizar que Kant concibió los imperativos categóricos como entidades absolutas racionales, sin ninguna justificación empírica, extensamente analizado en su obra
Crítica de la razón pura, de clara influencia cristiana. Como sabemos, I. Kant es considerado el padre del
criticismo, es decir, busca conciliar
empirismo con
racionalismo, que ya llevaba milenio y medio atormentando en debate a los filósofos y otros aficionados a esta disciplina. Con la muerte de I. Kant, se abre la tercera vía que sería ignorada totalmente; Hegel, siguiendo el idealismo racionalista cartesiano llega al absoluto, batallando con F. Nietzsche y el genial K. Marx por la defensa de lo empírico como única realidad posible y demostrable, auspiciados por los avances científico del siglo XIX y posterior. Así, el marxismo se convierte en una ciencia, en la ciencia del funcionamiento de la sociedad y el análisis de las relaciones sociales.