El principe Piotr Kropotkin ha sido autor de uno de los libros menos conocidos de la bibliografía anarco-comunista: La Conquista del Pan. A través de sus 17 capítulos recorre cuestiones como el bienestar para todos, las necesidades básicas y de lujo, el fin del asalaramiento y del Estado, así como la división del trabajo y la importancia de la agricultura en la nueva sociedad comunista que él plantea.
El libro, basicamente, gira en torno a una idea que ya viene expresada en su titulo: La Conquista del Pan. Para Kropotkin, la Revolución social, una vez puesta en marcha, deberá inmediatamente asegurar el pan a las personas, es decir, conquistarlo. Cuando la Comuna de París, por ejemplo, en 1871, descuidó este aspecto, ahí es cuando se condenó a sí misma. Si no se asegura la subsistencia a la ciudad levantada, en ella dificilmente sobrevivirá el sentimiento revolucionario.
exclama Kropotkin.
comienza sentando en su primer capitulo "Nuestras riquezas". Sus apreciaciones son muy sabias e interesantes. En una sociedad - piensa él- dónde las necesidades básicas del ser humano esten cubiertas (alimentos, alojamiento, vestido etc.) este tendrá tiempo para dedicarse a las necesidades que podrían llamarse "de lujo": ciencia y arte, siempre acaparadas por la burguesía (Claro que hoy en día este monopolio ya no existe como antes porque esos dos elementos son muy constitutivos en la vida diaria de la mayoría de la sociedad, quizá exceptuando a la clase más baja). Critica continuamente a los teorizadores de la doctrina comunista. En cambio, propone medios prácticos para alcanzar los objetivos previstos. Así, por ejemplo, cree que ni bien levantada una ciudad en Comunidad, se deberán expropiar las viviendas y los bienes básicos, como el vestido y los alimentos. Voluntarios de los barrios se encargaría de hacer un inventario de todo lo disponible para la supervivencia mientras durase la lucha, y solo en caso necesario, se recurriría al racionamiento.
Propone como modelo una sociedad comunista sin Estado (cree en el común acuerdo libre) con hombres y mujeres libres que dediquen solo 5 horas diarias al trabajo, que según él, dejaría de ser una mera obligación y pasaría a ser algo agradable. Se muestra combativo con la teoría de la división del trabajo y ve a la agricultura, en su último capítulo, como un medio de subsistencia muy adecuado para una sociedad comunista pero que habitualmente, con la industrialización, había sido relegada a un segundo plano. Finalmente, voy a decir que dedica un capítulo entero a explicar las objeciones que pudiesen plantearseles a los lectores acerca del sistema propuesto y los medios para llegar a él.
Recomiendo su lectura por ser entretenida y enriquecedora en lo que concierne al anarco-comunismo y porque también despeja dudas. Cierto que su interpretación desde un ser humano viviente en este mundo moderno pueda ser algo anacronica, pero hay que comprender que el libro fue escrito hace más de un siglo. Por último, les dejaré una ultima frase extraida del capítulo "El alojamiento" para reflexionar, justo ahora que vienen las Elecciones Legislativas:
El libro, basicamente, gira en torno a una idea que ya viene expresada en su titulo: La Conquista del Pan. Para Kropotkin, la Revolución social, una vez puesta en marcha, deberá inmediatamente asegurar el pan a las personas, es decir, conquistarlo. Cuando la Comuna de París, por ejemplo, en 1871, descuidó este aspecto, ahí es cuando se condenó a sí misma. Si no se asegura la subsistencia a la ciudad levantada, en ella dificilmente sobrevivirá el sentimiento revolucionario.
¡Pan, la revolución necesita pan! ¡Ocupense otros en lanzar circulares con frases rimbombantes! ¡Ponganse otros en los hombros tantos galones como puedan llevar encima! ¡Peroren otros acerca de las libertades políticas!,
exclama Kropotkin.
Somos ricos en nuestras sociedades civilizadas, ¿Por qué hay, pues, esa miseria en torno nuestro?,
comienza sentando en su primer capitulo "Nuestras riquezas". Sus apreciaciones son muy sabias e interesantes. En una sociedad - piensa él- dónde las necesidades básicas del ser humano esten cubiertas (alimentos, alojamiento, vestido etc.) este tendrá tiempo para dedicarse a las necesidades que podrían llamarse "de lujo": ciencia y arte, siempre acaparadas por la burguesía (Claro que hoy en día este monopolio ya no existe como antes porque esos dos elementos son muy constitutivos en la vida diaria de la mayoría de la sociedad, quizá exceptuando a la clase más baja). Critica continuamente a los teorizadores de la doctrina comunista. En cambio, propone medios prácticos para alcanzar los objetivos previstos. Así, por ejemplo, cree que ni bien levantada una ciudad en Comunidad, se deberán expropiar las viviendas y los bienes básicos, como el vestido y los alimentos. Voluntarios de los barrios se encargaría de hacer un inventario de todo lo disponible para la supervivencia mientras durase la lucha, y solo en caso necesario, se recurriría al racionamiento.
Propone como modelo una sociedad comunista sin Estado (cree en el común acuerdo libre) con hombres y mujeres libres que dediquen solo 5 horas diarias al trabajo, que según él, dejaría de ser una mera obligación y pasaría a ser algo agradable. Se muestra combativo con la teoría de la división del trabajo y ve a la agricultura, en su último capítulo, como un medio de subsistencia muy adecuado para una sociedad comunista pero que habitualmente, con la industrialización, había sido relegada a un segundo plano. Finalmente, voy a decir que dedica un capítulo entero a explicar las objeciones que pudiesen plantearseles a los lectores acerca del sistema propuesto y los medios para llegar a él.
Recomiendo su lectura por ser entretenida y enriquecedora en lo que concierne al anarco-comunismo y porque también despeja dudas. Cierto que su interpretación desde un ser humano viviente en este mundo moderno pueda ser algo anacronica, pero hay que comprender que el libro fue escrito hace más de un siglo. Por último, les dejaré una ultima frase extraida del capítulo "El alojamiento" para reflexionar, justo ahora que vienen las Elecciones Legislativas:
"El pueblo comete disparate sobre disparate cuando tiene que elegir en las urnas entre los majaderos que aspiran el honor de representarlo y se encargan de hacerlo todo, de saberlo todo, de organizarlo todo. Pero cuando necesita organizar lo que conoce, lo que le atañe directamente, lo hace mejor que todas las oficinas posibles"