por Danko Jue Jun 21, 2018 1:39 am
VOX aglutina a los detritus procedentes del ala ultra del PP. Unos migraron a esas nuevas siglas por mero oportunismo, posiblemente por no lograr medrar posiciones en las filas del principal partido conservador, y otros se embarcaron en esa nueva formación porque siempre desearon un PP aún más duro y reaccionario. Pero estas nuevas marcas electorales de derechas no son más que intentonas de éxito efímero, porque al fin y al cabo el PP es el partido que aglutina al grueso de la derecha sociológica de este país, que además es un electorado que se caracteriza por ser de voto fiel e incondicional (a diferencia del electorado de izquierdas, más crítico y con tendencia a la abstención). Aún a pesar de que la traición sea la norma y sus principios o su cúpula esté salpicada por casos de corrupción hasta la médula.
Si este partido continua su trayectoria política, más que erigirse como una opción seria de voto dirigida a derecha más tradicional (algo que a priori no es malo en sí, ya que esto podría ayudar a fragmentar al electorado "popular") acabarán inexorablemente convertidos en uno más de los ya clásicos partidos derechistas españoles con un índice de votos insignificante y una relevancia política testimonial. Como lo fue Fuerza Nueva durante la Transición.