Que no os engañen: la II Guerra Mundial la ganaron los rusos; El Público, 2018
Este documento aunque «bienintencionado» carece de profundidad en el tema, aún así resulta interesante porque es un intento de abordar los hechos generales desde una óptica más o menos objetiva, algo por completo escaso estos días, aunque claramente desde una óptica burguesa. Por todo ello, nos vemos en la obligación a hacer algunos apuntes que resultarán de esencial interés para el lector interesado en analizar y comprender los eventos ligados a la «Segunda Guerra Mundial», así como del papel central jugado por la Unión Soviética bajo la dirección de Stalin en el desenlace de la misma que se saldó con la derrota del nazi-fascismo y en la ampliación de los países del campo socialista. Veamos:
1. Da la impresión de que el autor plantea que los Estados invadidos desarrollaron una contraofensiva militar resuelta y organizada por esos Estados ante el agresor nazi, afirmando que «se había dado un verdadero paseo militar por Europa occidental»; tal cuestión es inexacta porque la realidad es que el Ejército Nazi, aunque una maquinaria militar desarrollada que contaba con lo más avanzado de la técnica, sometió a varios de estos países gracias en parte a los «colaboracionistas», a la «quintacolumna», muchos de ellos encontrándose en posiciones de poder como en el caso francés, en tal cuestión jugó un papel preponderante su actividad diplomática. Valga decir que es hasta en la «Invasión de Polonia» de 1939 que se recurre al factor militar como medida explícita de ocupación, antes se había empleado en profundidad el elemento diplomático: destaca el «Tratado de no Agresión Germano-Polaco» impulsado por Józef Piłsudski en 1934. Evidentemente que en los países occidentales ocupados, como Francia por ejemplo, hubo bolsas de resistencia: las más efectivas eran las resistencias ligadas a los partidos comunistas, tan es así que ese heroísmo fue la piedra angular que permitió que esos partidos acumularan gran prestigio al terminar la contienda. En el caso de Reino Unido el «colaboracionismo» no cosechó los mejores resultados, tal resultado se debió en lo fundamental a la lógica imperial de la administración de ese país que no se fiaba de que el país mantuviera su status y sus posiciones de rendirse como hizo Francia, y la cuestión de que la confrontación no llegó a afectar de igual forma a tierras británicas que al resto de Europa pese a un duro bloqueo.
2. Achacar el falseamiento de nuestra historia contemporánea solo a la mera intervención de «Hollywood» es de una enorme ingenuidad, es obviar que ese falseamiento se ha apoyado en el diseño de todo un enjambre de documentos encaminado a sostener esas mentiras, y que los mismos son reproducidos en las instituciones educativas desde temprana edad, claro que el cine, y otros elementos de la «superestructura», tienen un papel esencial especialmente en esta época de «sobreexposición e hipercomunicación», pero es un papel de reforzamientos de las mentiras ya vertidas a las masas a través de los sistemas educativos. Valga decir que a causa de que los sistemas educativos burgueses forman a sujetos crédulos, conformistas, etc., muchas personas solo toman contacto con esta parte de la historia con estos medios tales como: textos escolares, la literatura histórica o el cine bélico.
3. El ataque de «Pearl Harbor» de 1941 supuso la entrada en guerra de EE.UU.; no obstante, esa entrada no se materializó en Europa sino hasta que las fuerzas soviéticas marchaban triunfantes sobre el enemigo. Fue precisamente a causa de esos triunfos, y ante la amenaza de que la Unión Soviética se alzara como el vencedor único de la humanidad ante la amenaza nazi-fascista que la administración estadounidense hizo desembarcar a sus tropas en Europa, aunque tímidamente. No olvidemos en este punto que el nazismo se valió del apoyo directo del capital privado y estatal de EE.UU. para formar el músculo militar que le permitió intentar dar forma a sus ambiciones imperiales.
4. En lo relativo al «holocausto» queremos hacer un apunte: la historiografía burguesa intenta convencernos de que judíos sufrieron el «mayor genocidio» cometido por los nazi bajo la llamada «Solución Final», no obstante esta afirmación no es cierta, sin menospreciar las atrocidades cometidas contra los judíos que son un grupo religioso y no étnico, el «Plan General del Este» ya diseñado antes de la invasión de la URSS , dispuesto a exterminar a un tanto % de población en los territorios del Este de Europa, en dicho plan se hablaba del futuro repoblamiento de dichas tierras por colonos germanos. En zonas de Rusia y Polonia tenían como fin exterminar a más del 70% de su población. El plan no cayó en unas meras declaraciones, el exterminio de eslavos y otras etnias en dichos territorios durante 1939-1945 se contó en más millones que el genocidio judío.
5. Sobre el «Pacto germano-soviético de no agresión» de agosto de 1939 debemos señalar que este se produce como una maniobra diplomática para retrasar en lo posible la contienda militar que apuntaba a la URSS, sencillamente Stalin había comprendido que si bien en un primer momento la guerra tendría un carácter interimperialista rápidamente adquiriría un carácter de tipo ideológico. Como condicionales previos encontramos entre lo más importante: a) Inglaterra y Francia rechazaron el tratado ofrecido por los soviéticos para contener la amenaza nazi, en su lugar se firmaron los «Acuerdos de Múnich» de 1938 con los que pretendían calmar el expansionismo nazi a costa de Checoslovaquia, despedazamiento de un país legítimo en el cual participarían Polonia y Hungría, por ello ante esta negativa la única opción posible soviética era alcanzar un tratado que retrasara el conflicto con la Alemania nazi, b) El «Pacto de Acero» de mayo de 1939 aseguraba la cooperación militar estrecha entre el nazismo alemán y el fascismo italiano, c) El «Pacto Antikomintern» de 1936 firmado por 14 Estados, con el que básicamente se consiguió crear un bloque hostil a la URSS que la cercaba desde ese momento por el Este y el Oeste, d) Las guerras fronterizas con Japón durante 1937-1939. Viéndose solos, al firmar el pacto de no agresión con Alemania de 1939, se aseguraron romper en la práctica los tratados de alianzas y políticas hostiles de los imperialismos que querían ver una guerra contra el Estado de los Soviets. Los imperialistas, los socialdemócratas, los trotskistas, maoístas y demás fueron los que ocultaron estos hechos en la posguerra, véase un ejemplo de estas teorías [aquí]
6. La resistencia soviética no fue inesperada como nos han hecho creer y como apunta el autor del artículo a continuación, la URSS se preparó para la guerra desde mucho antes de que esta iniciara, purgó al Ejército y al Estado de los elementos vacilantes, oportunistas; al punto que al momento de la invasión nazi no había apenas colaboradores en las filas soviéticas, la «quintacolumna» había sido completamente aniquilada. A causa de esta precaución la deserción hacia las filas enemigas fue anecdótica. Recordemos en cambio la debilidad de gobiernos como el francés, su nula capacidad militar, siendo derrotados en tres meses, a pesar de la inversión en construcciones defensivas gigantescas como la Linea Maginot.
7. Se suele hablar del suministro masivo de armas, dos hechos demuestran que no se dio tal suministro: en la Conferencia de Teherán de 1943 Stalin se lo echa en cara a Roosevelt así como el retraso en la apertura del «frente occidental», entre otras cosas; y lo otro es que los soviéticos construyeron su propia maquinaria bélica, tan es así que al salir de la contienda se habían convertido en un superpotencia militar, con armamento avanzado propio, y finalmente potencia nuclear; tales hechos no se consiguen recibiendo material bélico de un aliado circunstancial, un hito único e incontestable.
8. Sobre el Desembarco de Normandía de 1944, dicha batalla pese a ser el mayor desembarco anfibio de la historia, en el esquema general de la Segunda Guerra Mundial no pasa de ser una escaramuza marginal sobredimensionada, además conseguida contra un enemigo desmoralizado tras la cadena de derrotas sufridas en el Frente Oriental ante los soviéticos.
9. Ha de apuntarse que EE.UU. y sus aliados al finalizar la guerra dieron refugio a los criminales de guerra nazi-fascistas, especialmente científicos y altos cargos de espionaje, y como se supo luego incluso se reclutó en conexión con los gobiernos capitalistas a los viejos integrantes de las milicias fascistas para crear «ejércitos encubiertos», y con ello crearon extensas redes de retaguardia «stay-behind» especializados en sabotajes, ataques armados, espionaje, etc. en lo que luego se vino a denominar «Operación Gladio», siendo estos viejos fascistas la fuerza de choque de los presuntos garantes de la «democracia y libertad» frente a la amenaza del comunismo.
10. La Segunda Guerra Mundial la ganaron los soviéticos, que eran un conjunto de diversos pueblos, entre los cuales estaba Rusia, pero el pueblo ruso no fue el único, eso es insultar la historia del resto de pueblos, y una simplificación clásica de la Guerra Fría a referirse a la URSS como simplemente Rusia.
Este documento aunque «bienintencionado» carece de profundidad en el tema, aún así resulta interesante porque es un intento de abordar los hechos generales desde una óptica más o menos objetiva, algo por completo escaso estos días, aunque claramente desde una óptica burguesa. Por todo ello, nos vemos en la obligación a hacer algunos apuntes que resultarán de esencial interés para el lector interesado en analizar y comprender los eventos ligados a la «Segunda Guerra Mundial», así como del papel central jugado por la Unión Soviética bajo la dirección de Stalin en el desenlace de la misma que se saldó con la derrota del nazi-fascismo y en la ampliación de los países del campo socialista. Veamos:
1. Da la impresión de que el autor plantea que los Estados invadidos desarrollaron una contraofensiva militar resuelta y organizada por esos Estados ante el agresor nazi, afirmando que «se había dado un verdadero paseo militar por Europa occidental»; tal cuestión es inexacta porque la realidad es que el Ejército Nazi, aunque una maquinaria militar desarrollada que contaba con lo más avanzado de la técnica, sometió a varios de estos países gracias en parte a los «colaboracionistas», a la «quintacolumna», muchos de ellos encontrándose en posiciones de poder como en el caso francés, en tal cuestión jugó un papel preponderante su actividad diplomática. Valga decir que es hasta en la «Invasión de Polonia» de 1939 que se recurre al factor militar como medida explícita de ocupación, antes se había empleado en profundidad el elemento diplomático: destaca el «Tratado de no Agresión Germano-Polaco» impulsado por Józef Piłsudski en 1934. Evidentemente que en los países occidentales ocupados, como Francia por ejemplo, hubo bolsas de resistencia: las más efectivas eran las resistencias ligadas a los partidos comunistas, tan es así que ese heroísmo fue la piedra angular que permitió que esos partidos acumularan gran prestigio al terminar la contienda. En el caso de Reino Unido el «colaboracionismo» no cosechó los mejores resultados, tal resultado se debió en lo fundamental a la lógica imperial de la administración de ese país que no se fiaba de que el país mantuviera su status y sus posiciones de rendirse como hizo Francia, y la cuestión de que la confrontación no llegó a afectar de igual forma a tierras británicas que al resto de Europa pese a un duro bloqueo.
2. Achacar el falseamiento de nuestra historia contemporánea solo a la mera intervención de «Hollywood» es de una enorme ingenuidad, es obviar que ese falseamiento se ha apoyado en el diseño de todo un enjambre de documentos encaminado a sostener esas mentiras, y que los mismos son reproducidos en las instituciones educativas desde temprana edad, claro que el cine, y otros elementos de la «superestructura», tienen un papel esencial especialmente en esta época de «sobreexposición e hipercomunicación», pero es un papel de reforzamientos de las mentiras ya vertidas a las masas a través de los sistemas educativos. Valga decir que a causa de que los sistemas educativos burgueses forman a sujetos crédulos, conformistas, etc., muchas personas solo toman contacto con esta parte de la historia con estos medios tales como: textos escolares, la literatura histórica o el cine bélico.
3. El ataque de «Pearl Harbor» de 1941 supuso la entrada en guerra de EE.UU.; no obstante, esa entrada no se materializó en Europa sino hasta que las fuerzas soviéticas marchaban triunfantes sobre el enemigo. Fue precisamente a causa de esos triunfos, y ante la amenaza de que la Unión Soviética se alzara como el vencedor único de la humanidad ante la amenaza nazi-fascista que la administración estadounidense hizo desembarcar a sus tropas en Europa, aunque tímidamente. No olvidemos en este punto que el nazismo se valió del apoyo directo del capital privado y estatal de EE.UU. para formar el músculo militar que le permitió intentar dar forma a sus ambiciones imperiales.
4. En lo relativo al «holocausto» queremos hacer un apunte: la historiografía burguesa intenta convencernos de que judíos sufrieron el «mayor genocidio» cometido por los nazi bajo la llamada «Solución Final», no obstante esta afirmación no es cierta, sin menospreciar las atrocidades cometidas contra los judíos que son un grupo religioso y no étnico, el «Plan General del Este» ya diseñado antes de la invasión de la URSS , dispuesto a exterminar a un tanto % de población en los territorios del Este de Europa, en dicho plan se hablaba del futuro repoblamiento de dichas tierras por colonos germanos. En zonas de Rusia y Polonia tenían como fin exterminar a más del 70% de su población. El plan no cayó en unas meras declaraciones, el exterminio de eslavos y otras etnias en dichos territorios durante 1939-1945 se contó en más millones que el genocidio judío.
5. Sobre el «Pacto germano-soviético de no agresión» de agosto de 1939 debemos señalar que este se produce como una maniobra diplomática para retrasar en lo posible la contienda militar que apuntaba a la URSS, sencillamente Stalin había comprendido que si bien en un primer momento la guerra tendría un carácter interimperialista rápidamente adquiriría un carácter de tipo ideológico. Como condicionales previos encontramos entre lo más importante: a) Inglaterra y Francia rechazaron el tratado ofrecido por los soviéticos para contener la amenaza nazi, en su lugar se firmaron los «Acuerdos de Múnich» de 1938 con los que pretendían calmar el expansionismo nazi a costa de Checoslovaquia, despedazamiento de un país legítimo en el cual participarían Polonia y Hungría, por ello ante esta negativa la única opción posible soviética era alcanzar un tratado que retrasara el conflicto con la Alemania nazi, b) El «Pacto de Acero» de mayo de 1939 aseguraba la cooperación militar estrecha entre el nazismo alemán y el fascismo italiano, c) El «Pacto Antikomintern» de 1936 firmado por 14 Estados, con el que básicamente se consiguió crear un bloque hostil a la URSS que la cercaba desde ese momento por el Este y el Oeste, d) Las guerras fronterizas con Japón durante 1937-1939. Viéndose solos, al firmar el pacto de no agresión con Alemania de 1939, se aseguraron romper en la práctica los tratados de alianzas y políticas hostiles de los imperialismos que querían ver una guerra contra el Estado de los Soviets. Los imperialistas, los socialdemócratas, los trotskistas, maoístas y demás fueron los que ocultaron estos hechos en la posguerra, véase un ejemplo de estas teorías [aquí]
6. La resistencia soviética no fue inesperada como nos han hecho creer y como apunta el autor del artículo a continuación, la URSS se preparó para la guerra desde mucho antes de que esta iniciara, purgó al Ejército y al Estado de los elementos vacilantes, oportunistas; al punto que al momento de la invasión nazi no había apenas colaboradores en las filas soviéticas, la «quintacolumna» había sido completamente aniquilada. A causa de esta precaución la deserción hacia las filas enemigas fue anecdótica. Recordemos en cambio la debilidad de gobiernos como el francés, su nula capacidad militar, siendo derrotados en tres meses, a pesar de la inversión en construcciones defensivas gigantescas como la Linea Maginot.
7. Se suele hablar del suministro masivo de armas, dos hechos demuestran que no se dio tal suministro: en la Conferencia de Teherán de 1943 Stalin se lo echa en cara a Roosevelt así como el retraso en la apertura del «frente occidental», entre otras cosas; y lo otro es que los soviéticos construyeron su propia maquinaria bélica, tan es así que al salir de la contienda se habían convertido en un superpotencia militar, con armamento avanzado propio, y finalmente potencia nuclear; tales hechos no se consiguen recibiendo material bélico de un aliado circunstancial, un hito único e incontestable.
8. Sobre el Desembarco de Normandía de 1944, dicha batalla pese a ser el mayor desembarco anfibio de la historia, en el esquema general de la Segunda Guerra Mundial no pasa de ser una escaramuza marginal sobredimensionada, además conseguida contra un enemigo desmoralizado tras la cadena de derrotas sufridas en el Frente Oriental ante los soviéticos.
9. Ha de apuntarse que EE.UU. y sus aliados al finalizar la guerra dieron refugio a los criminales de guerra nazi-fascistas, especialmente científicos y altos cargos de espionaje, y como se supo luego incluso se reclutó en conexión con los gobiernos capitalistas a los viejos integrantes de las milicias fascistas para crear «ejércitos encubiertos», y con ello crearon extensas redes de retaguardia «stay-behind» especializados en sabotajes, ataques armados, espionaje, etc. en lo que luego se vino a denominar «Operación Gladio», siendo estos viejos fascistas la fuerza de choque de los presuntos garantes de la «democracia y libertad» frente a la amenaza del comunismo.
10. La Segunda Guerra Mundial la ganaron los soviéticos, que eran un conjunto de diversos pueblos, entre los cuales estaba Rusia, pero el pueblo ruso no fue el único, eso es insultar la historia del resto de pueblos, y una simplificación clásica de la Guerra Fría a referirse a la URSS como simplemente Rusia.