Yasmina Khadra (significa jazmín verde) es el seudónimo femenino (son los dos nombres de su esposa) del escritor argelino en lengua francesa Mohammed Moulessehoul (nacido en el Sahára argelino en 1955).
Hijo de una mujer nómada y un enfermero, oficial del Ejército de Liberación Nacional, en 1964 es matriculado por su padre en una academia militar, siendo después miembro del Ejército argelino llegando hasta el grado de comandante. Su primera novela no será publicada hasta 1984. Cinco años después, tras publicar seis obras con su nombre, decide refugiarse bajo un seudónimo para evitar la autocensura que ha marcado sus primeras novelas y poder adentrarse con mayor libertad en la recreación de la Argelia de su tiempo, marcada por el antagonismo entre el gubernamental FLN y el FIS islamista, que pronto dará lugar a una auténtica guerra civil en la que Moulessehoul, como miembro de las fuerzas armadas, combate.
La obra que le da fama mundial (realmente a su seudónimo, que el público supone que corresponde a una mujer argelina) es Morituri, publicada en París en 1997, a la que siguen otras también publicadas en Francia que se adentran en la crisis argelina: el paro, la corrupción, el islamismo, las diferencias sociales, la ausencia de libertades, la ausencia de perspectivas, el terrorismo, la represión...
En el año 2000 Moulessehoul abandona el ejército para dedicarse por entero a la literatura; es entonces cuando revela su verdadera identidad, lo que causa gran escándalo tanto en Francia como en Argelia, en donde le acusan de impostura y, por su pertenencia al ejército, se le asocia con las actuaciones poco claras del mismo en materia de represión del islamismo fundamentalista. En una de sus novelas se enfrentará a todas las acusaciones que se le hacen. Deja su país natal, pasa una corta estancia en México y se instala con su esposa e hijos en Aix-en-Provence (Francia).
Otro aspecto polémico de su obra es la elección de la lengua francesa para escribir y publicar. Si bien ésta tiene un amplio uso en Argelia debido al largo tiempo que el país fue colonia francesa, el debate constante sobre su uso, en clara competencia con el árabe, tanto en la literatura como en muchos otros campos de actividad, nunca ha cesado. El escritor defiende que el francés le ha permitido ser conocido en todo el mundo, mientras que el árabe no le hubiera posibilitado mucha difusión de sus obras.