Recientemente ha sido publicado un artículo de Claudio Forján publicado en La Mayoría, órgano de expresión afín al PTD, donde el autor somete a crítica algunas de las posiciones expresadas por el intelectual italiano Diego Fusaro en una reciente entrevista a El Confidencial.
El artículo en cuestión se puede consultar en el siguiente enlace: lamayoria.online/2019/07/05/la-tentacion-rojiparda-y-sus-criticos-mainstream/
Claudio Forján dice lo siguiente, citando a Fusaro:
Tras lo cual Claudio Forján comenta lo siguiente:
¿O sea que da lo mismo "echarse en brazos" de China, Rusia o Estados Unidos? ¿No hay soberanía posible porque liberarse de las garras del imperialismo te da "solamente" la opción de "escoger entre una superpotencia u otra", como si China/Rusia fueran lo mismo que EEUU?
¡Esto sí que es tomar partido y lo demás son tonterías! ¡Pa mear y no echar gota!
El artículo en cuestión se puede consultar en el siguiente enlace: lamayoria.online/2019/07/05/la-tentacion-rojiparda-y-sus-criticos-mainstream/
Claudio Forján dice lo siguiente, citando a Fusaro:
Frente al fantasma del “globalismo” Fusaro sitúa en el Estado-nación el único baluarte de resistencia popular:
«Los Estados nacionales soberanos, en la modernidad, no han sido solo los lugares del imperialismo, del nacionalismo y de las guerras, como repite el orden del discurso dominante, que quiere destruir a los Estados para imponer el primado del capital globalista, donde los Estados se convierten únicamente en los mayordomos del capital. Esta es la visión liberal del Estado. En realidad, los Estados nacionales soberanos también han sido los lugares de las democracias y de las conquistas salariales de las clases débiles. Y es por esta razón que hoy el capital quiere destruirlos, ciertamente no para evitar las guerras o el imperialismo que, de hecho, prosperan más que nunca en el marco posnacional. Hoy el Estado puede representar el único vector de una revolución opositora contra el capital mundialista, tal y como demuestran perfectamente los acontecimientos de los países bolivarianos, como Bolivia, Venezuela o Ecuador que, a pesar de sus límites estructurales, están creando formas de populismo soberanista, socialista, patriótico, anti-globalista e identitario.»
Tras lo cual Claudio Forján comenta lo siguiente:
No cabe duda de que esta afirmación de Fusaro es plenamente cierta en el caso de grandes Estados-nación de tamaño continental como es el caso de China o de Rusia. ¿Pero hasta qué punto es cierto en el caso de Estados-nación de “tamaño europeo” como Italia? El propio ejemplo que cita de Venezuela muestra las limitaciones de su propuesta, ya que el aislamiento del gobierno bolivariano en una América Latina conservadora le obliga cada vez más a echarse en brazos de China y Rusia. También el acuerdo de la actualmente desafiante Italia con China, sumándose a la Nueva Ruta de la Seda, parece apuntar en este sentido. ¿Al final en qué queda la soberanía, más allá de poder escoger entre un bloque u otro, entre una superpotencia u otra? Claro está que siempre podremos argumentar las ventajas del cambio de alianzas interestatales, pero es éste el contenido concreto que adquiere la soberanía nacional, no el de una suerte de soberanía ilimitada que permitiría hacer cualquier cosa.
¿O sea que da lo mismo "echarse en brazos" de China, Rusia o Estados Unidos? ¿No hay soberanía posible porque liberarse de las garras del imperialismo te da "solamente" la opción de "escoger entre una superpotencia u otra", como si China/Rusia fueran lo mismo que EEUU?
¡Esto sí que es tomar partido y lo demás son tonterías! ¡Pa mear y no echar gota!