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    Clara Zetkin en la boca del lobo: frente único y feminismo en el III congreso de la Comintern - artículo de John Riddell

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    Mensaje por RioLena Jue Dic 27, 2018 6:33 pm

    Clara Zetkin en la boca del lobo: frente único y feminismo en el III congreso de la Comintern

    artículo de John Riddell, historiador del movimiento obrero y activista político

    tomado del blog Marx desde cero


    En 1921, cuando la Internacional Comunista (Comintern) celebró su III Congreso Mundial, Clara Zetkin era la comunista más respetada fuera de Rusia. Sin embargo, fue víctima en vísperas del congreso de grandes esfuerzos para vilipendiarla y apartarla de la dirección de la Comintern, e incluso del movimiento comunista. No obstante, fue, junto con Lenin y Trotsky, una de las figuras intelectuales más destacadas del congreso.

    Examinaremos el papel de Zetkin en la gran lucha ideológica del III Congreso y su conexión con su participación en el movimiento por la emancipación de la mujer.

    Zetkin había ganado una gran reputación como la principal dirigente del movimiento internacional de mujeres socialistas antes de 1914. Se convirtió en uno de los defensores más eficaces del internacionalismo socialista durante la guerra. Ayudó a formar el Partido Comunista Alemán y fue uno de sus líderes más prominentes.

    A principios de 1921, sin embargo, el partido de Zetkin había girado bruscamente hacia el ultraizquierdismo. Lo que se expresó, sobre todo, en un fallido intento de huelga general – la “Acción de Marzo”- que el partido llevó a cabo solo, sin apoyo significativo fuera de sus filas. El opositor más abierto contra esta aventura, Paul Levi, fue expulsado del partido en abril, con el acuerdo de la dirección de la Comintern. Zetkin se opuso firmemente al curso ultraizquierdista del partido y defendió a Levi. Fue por ello criticada y habría sido expulsada, según informó el líder del partido Paul Frölich a Lenin posteriormente, sino hubiera sido por las objeciones de Moscú (1).

    Un muro de rechazo

    Zetkin fue aislada en su partido, rodeada por lo que su biógrafa Louise Dornemann llama “una pared fría del rechazo, desconfianza y hostilidad“, calificada de “oportunista” y “renegada“. Zetkin “se sentía terriblemente sola, como nunca antes en su vida” (2).

    Los oponentes de Zetkin se organizaron para impedir que influyera en el congreso mundial, que se iba a convocar en Moscú en junio. Béla Kun, líder del ala ultraizquierdista de la Comintern, a quien la Internacional Comunista había enviado a Alemania para ayudar a reorientar el partido, escribió a Lenin el 6 de mayo de 1921, advirtiéndole contra Zetkin: “Levi y Zetkin son unos histéricos sin remisión, y lo que están diciendo en el partido alemán en este momento son solo mentiras y chismes“.

    La histeria era considera en la época un trastorno mental, principalmente femenino, que se caracterizaba por fingir síntomas de enfermedad para lograr ventajas personales. Kun continua: “En cuanto a las declaraciones de la ya entrada en años camarada Zetkin … A pesar de todos mis mis buenos deseos y sentimentalismo hacia la vieja luchadora … la anciana sufre de demencia senil. Es una prueba viviente de que Lafargue y su esposa actuaron de manera totalmente correcta”. Kun se estaba refiriendo a la hija de Marx, la dirigente socialista Laura Lafargue y su marido, Paul. Al alcanzar la edad de Zetkin, Laura Lafargue se suicidó, convencida de que no tenía nada más que ofrecer al movimiento (3).

    Tres semanas más tarde, la delegación alemana en el congreso mundial envió a Lenin una advertencia colectiva:

    “No hay absolutamente ninguna base objetiva para las atenciones que se están otorgando a la persona de Clara Zetkin a la hora de decidir las cuestiones tácticas y organizativas vinculadas a la Acción de Marzo. Cualquier concesión a la persona de la camarada Clara Zetkin dañaría severamente la capacidad de acción y la disciplina del movimiento comunista en Alemania”. El ejecutivo y la delegación rusa “no deben mostrar ninguna consideración sentimental hacia la persona de Clara Zetkin” (4).

    Un ataque traicionero

    Los líderes del partido alemán organizaron otro ataque contra Zetkin en la Conferencia de mujeres de la Comintern, celebrada justo antes del congreso mundial, movilizando a Alexandra Kollontai y a algunas otras dirigentes reconocidas, con el objetivo de cesar a Zetkin de su cargo como presidenta del Movimiento de Mujeres Comunistas. Contamos con un relato de Lenin, según recoge Zetkin:

    “Ayer, en la conferencia de mujeres, usted [Zetkin] sufrió nada menos que un ataque bien organizado que quería convertirla en la encarnación de la peor especie de oportunismo. Y todo dirigido por el bueno de [Ernst] Reuter, que hizo así su primera contribución, por lo menos hasta donde yo conozco al trabajo comunista entre las mujeres. Fue simplemente estúpido, muy estúpido. Imagínese: pensó que podría rescatar la teoría de la ofensiva lanzando un ataque sorpresa contra usted en la Conferencia de mujeres”.

    Lenin contó después cómo se preparó el “ataque a traición“, de nuevo según Zetkin, haciendo comentarios sarcásticos sobre los “grandes hombres que trabajan afanosamente en la política de pasillos de mujercitas” (5).

    “Politiquería de mujercitas“: El menosprecio de la mujer en este tipo de frases hechas estaba entonces profundamente arraigado en el lenguaje. Zetkin, en un artículo en honor a Lenin, no dudó en atribuirle estas palabras. En una línea similar, cuando Alexandra Kollontai habló en contra de las políticas de los bolcheviques en Rusia, León Trotsky sarcásticamente la llamó “amazona“, Karl Radek la calificó de “valkiria“. En otra ocasión, Radek dijo a los delegados: “No somos mujeres histéricas, sino hombres“. Uno de los partidarios de Zetkin, el comunista polaco Adolf Warszawski, al protestar contra los persistentes ataques contra ella, causó un alboroto diciendo: “Los jóvenes a veces se comportan como las viejas, y el único hombre en la delegación alemana es la camarada Zetkin” (6).

    Zetkin no se dejó influir por este discurso. Más adelante en el Congreso, les dijo a sus compañeros masculinos:

    “Gracias a Dios, no somos imitadores simiescos, ni copias inferiores y defectuosas de los hombres. Nosotras contribuimos con nuestros valores intelectuales y morales propios, tanto a la lucha revolucionaria como a la construcción de la revolución” (7).

    La discusión de Zetkin con Lenin ayudó a ganar a los principales comunistas rusos para que apoyasen su crítica de la desastrosa “Acción de Marzo”, lanzada por Béla Kun y el partido alemán. Los dirigentes de la delegación alemana reaccionaron duramente. Reuter, que más tarde llegaría a ser el alcalde de Berlín occidental durante la Guerra Fría, pidió que Zetkin fuese expulsada a menos que se retractase. Fritz Heckert la acusó de movilizar al congreso contra el partido alemán. El biógrafo de Reuter nos dice que la delegación alemana estaba amargada por el rechazo de los camaradas rusos, y agrega:

    “Culparon de todo ello, especialmente, a la influencia de Clara Zetkin sobre Lenin. Zetkin había informado a Lenin con todo detalle de todos los aspectos de la [Acción de Marzo]“ [8].

    Vindicación

    Sin embargo, el Congreso rechazó los argumentos de Reuter y de Heckert. Al final, Heckert fue convencido para que hiciese un caluroso homenaje a Zetkin y le entregase un ramo de rosas, en una celebración extraordinaria de su 64 cumpleaños en el congreso.

    Zetkin hizo ante el congreso una crítica sin contemplaciones de las acciones de la dirección del partido en una serie de discursos brillantes, sin amilanarse ante los agresivos abucheos. Se opuso a los asaltos ofensivos de una pequeña vanguardia e insistió en la necesidad de que los comunistas ganasen a las grandes masas de trabajadores. Lo que, al final, se convirtió en el tema dominante del congreso en su conjunto. Sus decisiones fueron un compromiso, porque se evitó la condena abierta de la conducta de los líderes del partido alemán. Sin embargo, el congreso adoptó la perspectiva estratégica alternativa de Zetkin y Paul Levi a los errores de la Acción de Marzo y defendida en Moscú por Lenin y Trotsky, adoptando decisiones que abrieron el camino a la aprobación de la política de frente único seis meses más tarde. (Ver “La lucha de Clara Zetkin por el Frente Unido”)

    Ganar a las ‘capas medias’

    Pero las posiciones de Zetkin sobre cómo ganar a las masas a la revolución fueron más allá que las decisiones del congreso. De hecho, un vistazo de cerca a sus declaraciones sugieren que sus experiencias en el Movimiento de Mujeres Comunistas podían haberla influenciado decisivamente.

    Así, su propuesta de resolución sobre la Acción de Marzo, en la reunión del Comité Central de su partido el 7 de abril de 1921, afirma:

    “El Partido Comunista tiene que mantener un contacto muy estrecho con las amplias masas de proletarios y … integrar en la lucha a las fuerzas más avanzadas de las capas intermedias entre el proletariado y la burguesía. El capitalismo decadente priva a estas capas de seguridad en lo esencial y en la finalidad de la vida. Como resultado de ello, entran en conflicto cada vez más con el Estado burgués” (9).

    Esta noción, característica del pensamiento estratégico de Zetkin, rara vez se encuentra en otras declaraciones comunistas de la época. Zetkin insiste en la necesidad de ganar a las capas medias fuera del proletariado y señala que sus quejas no se refieren solo a la falta de seguridad económica, sino también a una pérdida de “la finalidad de la vida.” ¿Podría relacionarse este concepto con las experiencias de Zetkin en el trabajo entre las mujeres?

    En 1921 Zetkin era la responsable del recién constituido secretariado para el trabajo entre las mujeres de la Comintern, al que se encargó organizar una estructura internacional de comités a nivel nacional, regional y local. Esta estructura se denominó, de manera informal, el Movimiento de Mujeres Comunistas; su revista llevaba el orgulloso título Internacional de Mujeres Comunistas. (Ver: “El movimiento de mujeres comunistas (1921-1926)“).

    El trabajo inicial de la Internacional Comunista entre las mujeres fue dirigido por un impresionante equipo dirigente de mujeres, el grupo internacional más estable y sacrificado de la Internacional Comunista, la mayoría de cuyas componentes se opusieron al ascenso del estalinismo. Estas mujeres han sido casi olvidadas -“borradas“, como dicen algunos- a excepción de Clara Zetkin, a quien se recuerda sobre todo por su trabajo en un período anterior. El papel de Zetkin en la Comintern está bien documentado en su IV Congreso, cuyas actas se publica ahora en inglés (10), así como en el III Congreso, que verán la luz en inglés a finales de este año.

    Las ideas de Zetkin sobre la importancia del papel de las mujeres estaban lejos de ser universalmente aceptadas en el movimiento comunista. Incluso en la Comintern, Zetkin escribió en 1921, “los líderes muy a menudo subestiman la importancia” del Movimiento de Mujeres Comunistas, porque “lo ven solo como un “asunto de mujeres” (11).

    ¿Hay una “cuestión de la mujer” especifica?

    Al dirigirse a la Comintern, Zetkin trata de esquivar los prejuicios de un ambiente escéptico. Así, su resolución sobre la mujer en el III Congreso afirma: Es un postulado básico del marxismo revolucionario que no hay una “cuestión especifica de las mujeres”. La unión de las mujeres trabajadoras con el feminismo capitalista debilita la lucha del proletariado (12).

    Zetkin, como otros marxistas de su tiempo, usó la palabra “feminismo” para referirse sólo al ala burguesa del movimiento de mujeres. Aquí utilizaré su significado actual: el feminismo es la lucha por la liberación de la mujer y contra el sexismo. Y si la palabra se entiende en ese sentido, el Movimiento de Mujeres Comunistas era de hecho un componente internacional importante y eficaz del feminismo, hasta que fue marginado por el ascenso del estalinismo.

    ¿No existe realmente, como afirma la resolución de Zetkin, una “cuestión específica de la mujer?“En la resolución que se acaba de citar, cinco frases más adelante escribe:

    “Las mujeres están doblemente oprimidas, por el capitalismo y por su dependencia en la vida familiar”.

    En un discurso en el congreso, Zetkin se refirió al dilema que enfrentan las mujeres burguesas que entran en el mercado laboral. Tienen que competir por los puestos de trabajo con los hombres. Y, “mientras exista el capitalismo, el sexo fuerte amenazará con privar al más débil de su sustento y de los medios de vida” (13). Sin lugar a dudas se trata de una referencia a la opresión especial de la mujer.

    De hecho, Zetkin escribió cerca de tres tipos de servidumbre capitalista -la explotación, la alienación y la opresión- un enfoque que está lejos de ser universal entre los marxistas, incluso hoy en día. De acuerdo con este punto de vista, Zetkin sostenía que los comunistas deben dirigirse a todas las mujeres de todas las clases. Zetkin “quería ganar, no sólo a las trabajadoras [industriales], sino también a las mujeres empleadas de oficina, campesinas, funcionarias, intelectuales“, escribe su biógrafo Gilbert Badia. “Está a favor de apelar a las mujeres socialdemócratas, dejando de lado las invectivas, con el fin de hacerse escuchar” (14). Zetkin hablaba en este sentido en el IV Congreso de la Comintern en 1922:

    “Por lo tanto las mujeres asalariadas, especialmente las intelectuales, como las maestras y las trabajadoras de oficinas de varios tipos, son cada vez más rebeldes …. Más y más amas de casa, incluyendo amas de casa burguesas, están tomando consciencia de que las condiciones actuales – la existencia continuada del capitalismo – son incompatibles con sus intereses más básicos en la vida. Camaradas, hermanos y hermanas, tenemos que utilizar este fermento” (15).

    En este espíritu, cuando Zetkin hace balance de las reuniones no proletarias por los derechos de las mujeres, destaca los puntos de acuerdo que podría ser utilizado para la acción común.

    La clase trabajadora: un enfoque inclusivo

    El enfoque inclusivo de Zetkin se refleja en sus descripciones de la clase obrera. He aquí un breve pasaje – un poema- encontrado en un artículo de La International de las mujeres comunistas, de la que fue la editora:

    Los que cosechan la siembra y hornean el pan, tienen hambre.

    Los que tejen y cosen, no pueden vestir sus cuerpos.

    Los que crean las bases nutrientes de toda cultura, languidecen privados de

    conocimiento y belleza. (16)

    Creo que la posición de Zetkin está influenciada por su punto de vista feminista. En el mismo sentido, Zetkin y otras dirigentes de su equipo a menudo usan un término distintivo para describir a las personas que trabajan: die Schaffenden -una palabra cuyo significado alemán combina “producir” y “crear” (17).

    Zetkin aplica este enfoque a la tarea de construir una amplia unidad contra el fascismo, por lo que fue la ponente en una conferencia de la Comintern en 1923. Al dirigirse a una conferencia anti-fascista de frente unico ese año, Zetkin explica que “amplias capas de la pequeña burguesía y los intelectuales han perdido las condiciones de vida de pre-guerra. No se han proletarizado, sino depauperado“. Sus esperanzas en la democracia capitalista han sido traicionadas, y ya no hay espacio para reformas. Pero el proletariado les ofrece un camino hacia adelante, ya que “sólo la lucha de clases revolucionaria puede ganar nuevas reformas“(18).

    El marxismo y el feminismo

    Hay un tema común en estas declaraciones: Zetkin está trazando una vía a lo largo de la cual el proletariado revolucionario puede ganar la hegemonía social, dirigiendo una amplia coalición de trabajadores, campesinos, mujeres y todas las víctimas de la alienación, la explotación y la opresión capitalistas. En el movimiento comunista alemán de la época, es ella quién argumenta a favor de este enfoque con más claridad y fuerza, de una manera más rotunda que Paul Levi, por ejemplo.

    Es probable que su visión sobre este punto fuera el resultado de su doble compromiso con el marxismo y lo que hoy llamamos feminismo. Para Zetkin, el apoyo a la emancipación de las mujeres es inherente al marxismo. Pero sus textos sugieren que su compromiso con el feminismo enriquece y amplía su marxismo, dando lugar a un enfoque inclusivo, a una profunda comprensión de la opresión y de la alienación y de la necesidad de alianzas con los oprimidos.

    A pesar del rechazo de Zetkin del “feminismo” como una noción burguesa, un análisis de su pensamiento sugiere que no apoyaba la idea del marxismo como el padre severo y el feminismo como la hija rebelde. Puede que algún pensamiento feminista sea equivocado y retrógrado, pero lo mismo ocurre en el marxismo. Por mucho que se pueda priorizar el marxismo como el marco principal del pensamiento revolucionario, hay que acercarse al feminismo con actitud de aprender.

    La capacidad del marxismo para vincularse con y aprender del feminismo será una de las bases de su renovación. Por otra parte, esta relación no es única. El objetivo del marxismo debe ser unirse y aprender de todas las escuelas de pensamiento y acción revolucionarios no marxistas. Esta, me parece, es la lección más profunda del pensamiento de Zetkin durante los primeros años de la Comintern.


    Última edición por RioLena el Jue Dic 27, 2018 6:35 pm, editado 1 vez
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    Mensaje por RioLena Jue Dic 27, 2018 6:34 pm

    —Notas del texto del mensaje anterior

    1. Ruth Stoljarowa y Peter Schmalfuss, eds. 1990, Briefe Deutscher un Lenin 1917-1923, pp. 236-7.

    2. Louise Dornemann, Clara Zetkin: Lebin und Wirken, Berlin: Dietz Verlag, 1973, p. 423.

    3. Babichenko, LG, Ia.S. Drabkin y KK Shirinia 1998, Komintern i ideia mirovoi revoliutsii, Moscú: Nauka, pp 266-9.

    4. Stoljarova y Schmalfuss 1990, pp 264-6.

    5. Zetkin 1985, Erinnerungen an Lenin, Berlin: Dietz Verlag, pp 32-53.

    6. Comintern 1921, Protokoll des III. Kongresses der Kommunistischen Internationale, Hamburgo: Verlag der Kommunistischen Internationale, pp 785, 520, y 220.

    7. Ibid., P. 922.

    8. Comintern 1921, pp 306, 542; Brandt, Willi y Richard Lowenthal 1957, Ernst Reuter, ein Leben für die Freiheit, Munich: Kindler, p. 169.

    9. Sowjet: Kommunistische Zeitschrift, 3, no. 1, pp 4-9.

    10. John Riddell, ed. 2012, Hacia el Frente Unido, Chicago: Haymarket.

    11. Kommunistische Fraueninternationale (KFI), 1, no. 2-3 (1921), p. 55.

    12. Alan Adler, ed. 1980, Tesis, resoluciones y manifiestos de los cuatro primeros congresos de la III Internacional, Londres: Enlaces de tinta, p. 152

    13. Comintern 1922, III Congreso Vsemirnyy Kommunistischeskogo Internationala, Petersburgo, 1922, p. 912.

    14. Gilbert Badia 1993, Clara Zetkin, sans frontières féministe, Paris: Éditions Ouvrières, p. 256.

    15. Riddell 2012, p. 847.

    16. KFI, vol. 2 (1922), no. 5-6, p. 519.

    17. Zetkin explicó el significado de Schaffenden como: “. Todos aquellos cuyo trabajo, ya sea con la mano o el cerebro, aumentar el material y el patrimonio cultural de la humanidad, sin la explotación del trabajo ajeno”. De un discurso ante el Reichstag alemán (el parlamento) 7 de marzo de 1923, publicado ese mismo año por el KPD y citado en Tânia Puschnerat 2003, Clara Zetkin: Bürgerlichkeit und Marxismus, Essen: Klartext Verlag, p. 346. Cabe señalar que también se utilizó el concepto de la Schaffenden, para un fin distinto, por algunos opositores reformistas anticomunistas.

    18. Clara Zetkin, “Kampf gegen den internationalen Faschismus”, en Internationale Presse-Korrespondenz, no. 52 (1923), p. 418.

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