EL "SOCIALISMO EN UN SOLO PAÍS"
Osbaldo Zúñiga
Asociación de amistad hispano-soviética - enero 2019
No es que tenga mucho interés en desmentir algunas falacias, es que cada tanto este argumento "pueril" vuelve y vuelve como forma y método de negar la obra de los bolcheviques, de su clase y de sus jefes: Lenin y Stalin.
Contra la calumnia trotskista de que Stalin desarrolló la idea de "socialismo en un solo país" para traicionar la revolución mundial, Lenin defendió la posibilidad de construir el socialismo en un solo país, y lo hizo con claridad en varias ocasiones.
En su artículo “La consigna de los Estados Unidos de Europa”, escrito en 1915, afirmaba:
“Los Estados Unidos del mundo (y no de Europa) constituyen la forma estatal de unificación y libertad de las naciones, forma que nosotros relacionamos con el socialismo, mientras la victoria completa del comunismo no conduzca a la desaparición definitiva de todo Estado, incluido el estado democrático. Sin embargo, como consigna independiente, la de los Estados Unidos del mundo dudosamente será justa, en primer lugar porque se funde con el socialismo y, en segundo lugar, porque podría dar pie a interpretaciones erróneas sobre la imposibilidad de la victoria del socialismo en un solo país y sobre las relaciones de este país con los demás".
En septiembre de 1916, Lenin publicó un artículo titulado “El programa militar de la revolución proletaria”, en el que escribió:
“El desarrollo del capitalismo sigue un curso extraordinariamente desigual en los diversos países. De otro modo no puede ser bajo el régimen de producción de mercancías. De aquí la conclusión indiscutible de que el socialismo no puede triunfar simultáneamente en todos los países. Triunfará en uno o varios países, mientras los demás seguirán siendo, durante algún tiempo, países burgueses o pre-burgueses. Esto no sólo habrá de provocar rozamientos, sino incluso la tendencia directa de la burguesía de los demás países a aplastar al proletariado triunfante del estado socialista”.
Entre los días 4 y 6 de enero de 1923, cuando ya no podía escribir debido a su enfermedad, Lenin dictó su último trabajo teórico relativo a la construcción del socialismo:
“Sobre la cooperación”. En él afirmaba con rotundidad la posibilidad de construir el socialismo íntegramente a partir del cooperativismo:
“En efecto, todos los grandes medios de producción en poder del Estado, y este poder en manos del proletariado, la alianza de éste con millones y millones de pequeños y muy pequeños campesinos, la garantía de que la dirección de estos últimos la ejerce el proletariado, etc…, ¿no representa acaso todo lo necesario para edificar la sociedad socialista completa partiendo del cooperativismo, sólo por medio de él, de ese cooperativismo al que antes tratábamos de mercantilista y que ahora bajo la NEP merece en cierto modo el mismo trato? Eso no es todavía la edificación de la sociedad socialista, pero sí todo lo imprescindible y suficiente para construirla”.
Y al final del artículo añadía:
“Nuestros adversarios nos han dicho más de una vez que emprendemos una obra descabellada, cuando nos imponemos implantar el socialismo en un país de insuficiente cultura. Pero se equivocan cuando afirman que comenzamos no en el orden debido según la teoría (de toda clase de pedantes); olvidan que entre nosotros la revolución política y social precedió a esa revolución cultural, a esa revolución ante la cual, a pesar de todo, nos encontramos ahora.
Esta revolución es hoy suficiente para que nuestro país se convierta en socialista, pero presenta increíbles dificultades, tanto en el aspecto puramente cultural (pues somos analfabetos) como en el material (pues para ser cultos es necesario cierto desarrollo de los medios materiales de producción, es indispensable determinada base material)"
Osbaldo Zúñiga
Asociación de amistad hispano-soviética - enero 2019
No es que tenga mucho interés en desmentir algunas falacias, es que cada tanto este argumento "pueril" vuelve y vuelve como forma y método de negar la obra de los bolcheviques, de su clase y de sus jefes: Lenin y Stalin.
Contra la calumnia trotskista de que Stalin desarrolló la idea de "socialismo en un solo país" para traicionar la revolución mundial, Lenin defendió la posibilidad de construir el socialismo en un solo país, y lo hizo con claridad en varias ocasiones.
En su artículo “La consigna de los Estados Unidos de Europa”, escrito en 1915, afirmaba:
“Los Estados Unidos del mundo (y no de Europa) constituyen la forma estatal de unificación y libertad de las naciones, forma que nosotros relacionamos con el socialismo, mientras la victoria completa del comunismo no conduzca a la desaparición definitiva de todo Estado, incluido el estado democrático. Sin embargo, como consigna independiente, la de los Estados Unidos del mundo dudosamente será justa, en primer lugar porque se funde con el socialismo y, en segundo lugar, porque podría dar pie a interpretaciones erróneas sobre la imposibilidad de la victoria del socialismo en un solo país y sobre las relaciones de este país con los demás".
En septiembre de 1916, Lenin publicó un artículo titulado “El programa militar de la revolución proletaria”, en el que escribió:
“El desarrollo del capitalismo sigue un curso extraordinariamente desigual en los diversos países. De otro modo no puede ser bajo el régimen de producción de mercancías. De aquí la conclusión indiscutible de que el socialismo no puede triunfar simultáneamente en todos los países. Triunfará en uno o varios países, mientras los demás seguirán siendo, durante algún tiempo, países burgueses o pre-burgueses. Esto no sólo habrá de provocar rozamientos, sino incluso la tendencia directa de la burguesía de los demás países a aplastar al proletariado triunfante del estado socialista”.
Entre los días 4 y 6 de enero de 1923, cuando ya no podía escribir debido a su enfermedad, Lenin dictó su último trabajo teórico relativo a la construcción del socialismo:
“Sobre la cooperación”. En él afirmaba con rotundidad la posibilidad de construir el socialismo íntegramente a partir del cooperativismo:
“En efecto, todos los grandes medios de producción en poder del Estado, y este poder en manos del proletariado, la alianza de éste con millones y millones de pequeños y muy pequeños campesinos, la garantía de que la dirección de estos últimos la ejerce el proletariado, etc…, ¿no representa acaso todo lo necesario para edificar la sociedad socialista completa partiendo del cooperativismo, sólo por medio de él, de ese cooperativismo al que antes tratábamos de mercantilista y que ahora bajo la NEP merece en cierto modo el mismo trato? Eso no es todavía la edificación de la sociedad socialista, pero sí todo lo imprescindible y suficiente para construirla”.
Y al final del artículo añadía:
“Nuestros adversarios nos han dicho más de una vez que emprendemos una obra descabellada, cuando nos imponemos implantar el socialismo en un país de insuficiente cultura. Pero se equivocan cuando afirman que comenzamos no en el orden debido según la teoría (de toda clase de pedantes); olvidan que entre nosotros la revolución política y social precedió a esa revolución cultural, a esa revolución ante la cual, a pesar de todo, nos encontramos ahora.
Esta revolución es hoy suficiente para que nuestro país se convierta en socialista, pero presenta increíbles dificultades, tanto en el aspecto puramente cultural (pues somos analfabetos) como en el material (pues para ser cultos es necesario cierto desarrollo de los medios materiales de producción, es indispensable determinada base material)"
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