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Cuba: La operación verdad / 60 años de lucha contra la mentira
Gustavo Espinoza M.
tomado de Resumen Latinoamericano - enero 2019
Queridos amigos:
En la historia humana, la verdad nació como antípoda de la mentira, esgrimida como un arma de combate. Suele decirse –y es verdad- que la mentira es una manera de crear caos y confusión; y es, en buena medida, un símil de la violencia.
Fue hace 60 años, El 15 de enero de 1959, el congresista republicano Wayne Hays asumió en los Estados Unidos, la defensa de los esbirros de Batista enjuiciados en Cuba por la comisión de crímenes horrendos. Fue ese hecho, el que bien podría considerarse el inicio de la ofensiva yanqui contra la Revolución Cubana. En la fecha, exigió la reducción de la cuota azucarera, sanciones económicas, y hasta el desembarco de soldados norteamericanos en la isla del Caribe; demandando impunidad para los asesinos de la dictadura depuesta. De esa monserga, se alimentó una gigantesca campaña desatada por la “Prensa Grande” en América y el mundo.
No se habían concretado aun medidas profundas de corte revolucionario en Cuba en aquellos días, pero eso no importaba. Bastaba con que se tocara un hilo de la inmensa tela de su dominación, para que salieran a la luz todos los resortes de su voluntad depredadora. El mérito de Fidel, fue percibir ese fenómeno en forma inmediata. Eso explica la inmensa movilización del 21 de enero en La Habana y la rueda de prensa ofrecida por el Gobierno de Cuba ante casi 400 periodistas, para denunciar los hechos. Y el 24, el inicio de la OPERACIÓN VERDAD, que recordamos hoy. Luego, fue todo una serie sucesiva de acontecimientos.
La campaña contra Cuba, a lo largo de los 60 años transcurridos desde entonces, ha sido un operativo de mentiras y farsas. Este, llegó a extremos demenciales como cuando se alentó la fuga de cerebros, se impulsó la Operación Peter Pan, se ejecutó Playa Girón, se puso en tensión al mundo con motivo de los Misiles, en octubre del 62 y se implemento el bloqueo genocida que aún se mantiene. De comienzo a fin, fue la Mentira, la pieza principal de la campaña contra Cuba, no solo en los Estados Unidos, sino en el mundo.
La prensa peruana –alentada por la SIP y financiada por poderosos grupos económicos- se sumo empeñosamente en ella. En 1959 el diario “La Prensa”, el vocero de los Exportadores, desató una calumniosa ofensiva contra Cuba por el tema de “los fusilamientos”. Fue una manera de encubrir el hecho que combatía un proceso porque afectaba los intereses de la clase dominante y el Gran Capital. Esa campaña se libro no sólo desde ese diario. “Ultima Hora”, “La Crónica”, “La Tribuna” –el diario del APRA- y hasta “El Comercio”, que entonces lucia un cierto barniz patriótico sumando a la campaña por la Nacionalización del Petróleo; repitieron a ritmo monocorde todas las mentiras de la prensa mundial contra la Revolución Cubana. En el extremo, anunciaron gozosas, la caída de gobierno cubano cuando Girón, la muerte de Fidel, la desaparición del “Che” y otras truculencias bien pagadas.
Durante 60 años la prensa peruana no ha dejado de mentir contra Cuba. “El Racionamiento”, “la gente que muere de hambre”, “la democracia fusilada”, “la dictadura siniestra”, “El Imperio de los Castro”; han sido cada día los titulares de los medios de comunicación al servicio del Imperio y de la clase dominante. Y, claro, en los años de la ”Guerra Fría”, esta ofensiva de prensa, fue aun más agraviante. Nada le indignaba más a la prensa peruana que constatar la amistad que unía a Cuba con la Unión Soviética y otros países del mundo. Soñaba con verla solitaria, hundirse en el mar, para alegría y solaz de la Casa Blanca.
La desaparición de la URSS no atenuó esta ofensiva. Al contrario¸ la alimentó. En las páginas de los diarios, por la radio y la Televisión, buscaban afanosamente la crisis y saltaban de gozo pensando que “la caída del régimen socialista” era cuestión de días. Se frotaban las manos y esperaban ansiosos la noticia que nunca llegó. Contra todos sus pronósticos, Cuba salió victoriosa. En el Perú y el mundo, la “prensa grande” no tuvo más remedio que tragarse cada una de sus palabras. Pero no renuncio a la mentira como su “arma de combate”.
Y el tema de los 5 Héroes Cubanos prisioneros del Imperio desde septiembre de 1998, le dio carne que explotó más de 15 años. Los llamó “espías”, dijo que planeaban “atentados terroristas” en los Estados Unidos, que intentaron matar a ciudadanos indefensos, que conspiraron para impedir la “victoria democrática” en Cuba. Y cuando los acusados finalmente fueron puestos en libertad porque eran inocentes; entonces callaron sumisamente. Ya no tenían nada que decir. Nunca, hasta hoy, volvieron a mencionar el caso.
Pero la mentira siguió reinando en su discurso. Ella los llevó a negar lo que hoy reconoce expresamente el Banco Mundial: que Cuba tiene la mejor educación de América Latina; que la política de salud de Cuba es la más eficiente de nuestro continente; que los avances científicos y tecnológicos alcanzados por Cuba, no han sido logrados por ningún país de habla hispana en América; que Cuba, es el país más seguro de la región, Y entonces la mentira, la mentira histórica que siempre urdieran contra Cuba, la extendieron a todos los otros procesos liberadores que ocurren en nuestro continente.
A nosotros, no nos sorprende eso. Ellos mienten también todos los días, cuando se habla de los problemas de nuestro país. Y presentan a los empresarios no como explotadores, sino como “adalides del progreso”, y a los trabajadores como “holgazanes e improductivos”. Nos dicen, por ejemplo, que la minería es la fuente de la riqueza y que nosotros somos un país minero. Eso, para que bajemos la guardia y permitamos que las grandes empresas del rubro, como Yanacocha o Southern, se lleven nuestras riquezas. Pero los peruanos sabemos que precisamente en las regiones en las que operan esas, y otras, empresas, es que abunda la pobreza y reina la miseria y el hambre.
En La Oroya, por ejemplo, el centro metalúrgico más importante, el 97% de los niños tienen los pulmones afectados por plomo. Recientemente en Cerro de Pasco, se denuncio que el 85% de las personas menores de 18 años sufren los efectos de la Silicosis, una enfermedad producto de la minería. Por lo demás, los relaves mineros, matan el ganado, destruyen el eco sistema, afectan letalmente la biodiversidad. Pero la ”Prensa Grande” asegura que todo eso, es “por el progreso y el desarrollo”. Son las mismas mentiras que las repiten cada día con la secreta esperanza de convertirles en “verdad”.
Somos conscientes, entonces, que eso ocurre en todas partes. Por eso no creemos nunca lo que dicen contra Venezuela, o contra Nicaragua, y hoy, contra Bolivia. Sabemos que las cosas son exactamente al revés de lo que ellos dicen. Mientras digan que en esos países, las cosas van mal; con seguridad que están bien. Y cuando aseguren que “ya están bien”, entonces cometimos errores y perdimos la pelea en forma transitoria. Eso, no habrá de ocurrir.
Es muy importante que hagamos este encuentro, que intercambiemos impresiones y experiencias, que recapitulemos nuestra propia historia porque la lucha entre la vida y la muerte, es la lucha entre la verdad y la mentira.
Que la verdad, es -y será siempre- la bandera de los pueblos. Y que la mentira es, y será siempre, la más letal de las armas de los poderosos Por eso la lucha por la verdad, es en nuestra América, pan del día. Eso, nos lo enseñó la experiencia, pero lo aprendimos, de la “Operación Verdad”.
La Habana 22 de enero 2019
Gustavo Espinoza M.
tomado de Resumen Latinoamericano - enero 2019
Queridos amigos:
En la historia humana, la verdad nació como antípoda de la mentira, esgrimida como un arma de combate. Suele decirse –y es verdad- que la mentira es una manera de crear caos y confusión; y es, en buena medida, un símil de la violencia.
Fue hace 60 años, El 15 de enero de 1959, el congresista republicano Wayne Hays asumió en los Estados Unidos, la defensa de los esbirros de Batista enjuiciados en Cuba por la comisión de crímenes horrendos. Fue ese hecho, el que bien podría considerarse el inicio de la ofensiva yanqui contra la Revolución Cubana. En la fecha, exigió la reducción de la cuota azucarera, sanciones económicas, y hasta el desembarco de soldados norteamericanos en la isla del Caribe; demandando impunidad para los asesinos de la dictadura depuesta. De esa monserga, se alimentó una gigantesca campaña desatada por la “Prensa Grande” en América y el mundo.
No se habían concretado aun medidas profundas de corte revolucionario en Cuba en aquellos días, pero eso no importaba. Bastaba con que se tocara un hilo de la inmensa tela de su dominación, para que salieran a la luz todos los resortes de su voluntad depredadora. El mérito de Fidel, fue percibir ese fenómeno en forma inmediata. Eso explica la inmensa movilización del 21 de enero en La Habana y la rueda de prensa ofrecida por el Gobierno de Cuba ante casi 400 periodistas, para denunciar los hechos. Y el 24, el inicio de la OPERACIÓN VERDAD, que recordamos hoy. Luego, fue todo una serie sucesiva de acontecimientos.
La campaña contra Cuba, a lo largo de los 60 años transcurridos desde entonces, ha sido un operativo de mentiras y farsas. Este, llegó a extremos demenciales como cuando se alentó la fuga de cerebros, se impulsó la Operación Peter Pan, se ejecutó Playa Girón, se puso en tensión al mundo con motivo de los Misiles, en octubre del 62 y se implemento el bloqueo genocida que aún se mantiene. De comienzo a fin, fue la Mentira, la pieza principal de la campaña contra Cuba, no solo en los Estados Unidos, sino en el mundo.
La prensa peruana –alentada por la SIP y financiada por poderosos grupos económicos- se sumo empeñosamente en ella. En 1959 el diario “La Prensa”, el vocero de los Exportadores, desató una calumniosa ofensiva contra Cuba por el tema de “los fusilamientos”. Fue una manera de encubrir el hecho que combatía un proceso porque afectaba los intereses de la clase dominante y el Gran Capital. Esa campaña se libro no sólo desde ese diario. “Ultima Hora”, “La Crónica”, “La Tribuna” –el diario del APRA- y hasta “El Comercio”, que entonces lucia un cierto barniz patriótico sumando a la campaña por la Nacionalización del Petróleo; repitieron a ritmo monocorde todas las mentiras de la prensa mundial contra la Revolución Cubana. En el extremo, anunciaron gozosas, la caída de gobierno cubano cuando Girón, la muerte de Fidel, la desaparición del “Che” y otras truculencias bien pagadas.
Durante 60 años la prensa peruana no ha dejado de mentir contra Cuba. “El Racionamiento”, “la gente que muere de hambre”, “la democracia fusilada”, “la dictadura siniestra”, “El Imperio de los Castro”; han sido cada día los titulares de los medios de comunicación al servicio del Imperio y de la clase dominante. Y, claro, en los años de la ”Guerra Fría”, esta ofensiva de prensa, fue aun más agraviante. Nada le indignaba más a la prensa peruana que constatar la amistad que unía a Cuba con la Unión Soviética y otros países del mundo. Soñaba con verla solitaria, hundirse en el mar, para alegría y solaz de la Casa Blanca.
La desaparición de la URSS no atenuó esta ofensiva. Al contrario¸ la alimentó. En las páginas de los diarios, por la radio y la Televisión, buscaban afanosamente la crisis y saltaban de gozo pensando que “la caída del régimen socialista” era cuestión de días. Se frotaban las manos y esperaban ansiosos la noticia que nunca llegó. Contra todos sus pronósticos, Cuba salió victoriosa. En el Perú y el mundo, la “prensa grande” no tuvo más remedio que tragarse cada una de sus palabras. Pero no renuncio a la mentira como su “arma de combate”.
Y el tema de los 5 Héroes Cubanos prisioneros del Imperio desde septiembre de 1998, le dio carne que explotó más de 15 años. Los llamó “espías”, dijo que planeaban “atentados terroristas” en los Estados Unidos, que intentaron matar a ciudadanos indefensos, que conspiraron para impedir la “victoria democrática” en Cuba. Y cuando los acusados finalmente fueron puestos en libertad porque eran inocentes; entonces callaron sumisamente. Ya no tenían nada que decir. Nunca, hasta hoy, volvieron a mencionar el caso.
Pero la mentira siguió reinando en su discurso. Ella los llevó a negar lo que hoy reconoce expresamente el Banco Mundial: que Cuba tiene la mejor educación de América Latina; que la política de salud de Cuba es la más eficiente de nuestro continente; que los avances científicos y tecnológicos alcanzados por Cuba, no han sido logrados por ningún país de habla hispana en América; que Cuba, es el país más seguro de la región, Y entonces la mentira, la mentira histórica que siempre urdieran contra Cuba, la extendieron a todos los otros procesos liberadores que ocurren en nuestro continente.
A nosotros, no nos sorprende eso. Ellos mienten también todos los días, cuando se habla de los problemas de nuestro país. Y presentan a los empresarios no como explotadores, sino como “adalides del progreso”, y a los trabajadores como “holgazanes e improductivos”. Nos dicen, por ejemplo, que la minería es la fuente de la riqueza y que nosotros somos un país minero. Eso, para que bajemos la guardia y permitamos que las grandes empresas del rubro, como Yanacocha o Southern, se lleven nuestras riquezas. Pero los peruanos sabemos que precisamente en las regiones en las que operan esas, y otras, empresas, es que abunda la pobreza y reina la miseria y el hambre.
En La Oroya, por ejemplo, el centro metalúrgico más importante, el 97% de los niños tienen los pulmones afectados por plomo. Recientemente en Cerro de Pasco, se denuncio que el 85% de las personas menores de 18 años sufren los efectos de la Silicosis, una enfermedad producto de la minería. Por lo demás, los relaves mineros, matan el ganado, destruyen el eco sistema, afectan letalmente la biodiversidad. Pero la ”Prensa Grande” asegura que todo eso, es “por el progreso y el desarrollo”. Son las mismas mentiras que las repiten cada día con la secreta esperanza de convertirles en “verdad”.
Somos conscientes, entonces, que eso ocurre en todas partes. Por eso no creemos nunca lo que dicen contra Venezuela, o contra Nicaragua, y hoy, contra Bolivia. Sabemos que las cosas son exactamente al revés de lo que ellos dicen. Mientras digan que en esos países, las cosas van mal; con seguridad que están bien. Y cuando aseguren que “ya están bien”, entonces cometimos errores y perdimos la pelea en forma transitoria. Eso, no habrá de ocurrir.
Es muy importante que hagamos este encuentro, que intercambiemos impresiones y experiencias, que recapitulemos nuestra propia historia porque la lucha entre la vida y la muerte, es la lucha entre la verdad y la mentira.
Que la verdad, es -y será siempre- la bandera de los pueblos. Y que la mentira es, y será siempre, la más letal de las armas de los poderosos Por eso la lucha por la verdad, es en nuestra América, pan del día. Eso, nos lo enseñó la experiencia, pero lo aprendimos, de la “Operación Verdad”.
La Habana 22 de enero 2019
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