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La razón feminista vol. I - La mujer como clase social y económica
Lidia Falcón
más de 1200 páginas de buen formato pdf
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A partir de los datos e investigaciones realizados por antropólogos, historiadores y economistas, utilizando la metodología marxista, la autora descubre las leyes que rigen el proceso reproductor de la fuerza de trabajo, las relaciones de reproducción entre el hombre y la mujer, así como su explotación.
Un interesante recorrido sobre la misoginia científica, la reproducción y expropiación del vientre femenino, así como la utilización del hijo como fuerza de trabajo, como siervo y heredero del padre. Falcón nos introduce al concepto mismo de libertad dentro de una economía patriarcal, a la verdadera autonomía y control sobre la vida de la clase social alienada por excelencia: la mujer.
«Mujer con la que desfogar la necesidad sexual, hijos que sean sus sirvientes, esclava y sierva, como esposa y concubina, que le atienda, le sirva, le cuide, le limpie y trabaje para él (...) Se estructurará cada vez más la familia, se elaborarán cuidadosamente las reglas de comportamiento de la mujer, se dotará de leyes, de principios morales, y de normas religiosas el funcionamiento de la explotación femenina, y al cabo de mil años, nadie entenderá la raíz de la explotación.»
Lidia Falcón
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A partir de los datos e investigaciones realizados por antropólogos, historiadores y economistas, utilizando la metodología marxista, la autora descubre las leyes que rigen el proceso reproductor de la fuerza de trabajo, las relaciones de reproducción entre el hombre y la mujer, así como su explotación.
Un interesante recorrido sobre la misoginia científica, la reproducción y expropiación del vientre femenino, así como la utilización del hijo como fuerza de trabajo, como siervo y heredero del padre. Falcón nos introduce al concepto mismo de libertad dentro de una economía patriarcal, a la verdadera autonomía y control sobre la vida de la clase social alienada por excelencia: la mujer.
«Mujer con la que desfogar la necesidad sexual, hijos que sean sus sirvientes, esclava y sierva, como esposa y concubina, que le atienda, le sirva, le cuide, le limpie y trabaje para él (...) Se estructurará cada vez más la familia, se elaborarán cuidadosamente las reglas de comportamiento de la mujer, se dotará de leyes, de principios morales, y de normas religiosas el funcionamiento de la explotación femenina, y al cabo de mil años, nadie entenderá la raíz de la explotación.»
