Marxismo y Feminismo hoy
Judith Orr - año 2010
en español en 2019 publicado por marx21.net
Traducción de Xoán Vázquez - Revisión y corrección de Paty Gómez
Este largo texto fue publicado en la revista teórica británica International Socialism en el verano de 2010. Cita bastantes ejemplos de Gran Bretaña, pero el conjunto del argumento tiene relevancia más general. Pensamos que será de gran interés para activistas en las crecientes luchas actuales por la liberación de las mujeres, y por eso lo hemos traducido y lo publicamos aquí. La autora es militante del Socialist Workers Party y ha escrito extensamente sobre este tema.
►en el Foro en 7 mensajes
Contenidos:
Las sufragistas y la revolución rusa
La segunda ola del feminismo
Feminismo de la Tercera ola
¿Qué es el nuevo sexismo?
Cultura de campus
Cambios cosméticos
Respuestas feministas
Quitando importancia a clase social
Mitos
Marxismo y feminismo
Idealismo, materialismo y Engels
La familia hoy
La lucha por la liberación de las mujeres ahora
Referencias
Según Sir Stuart Rose, el presidente ejecutivo saliente de Marks and Spencer, las mujeres (o “chicas” como él las llama) “nunca lo han tenido tan bien”:
“Además del hecho de que tienes más igualdad de la que puedes afrontar, el hecho es que tienes una democracia real y realmente no hay techos de vidrio, a pesar de que siempre te lamentes… tienes mujeres astronautas, dentistas, doctoras, directoras ejecutivas. ¿Qué es lo que no tienes?” (The Observer, 31/05/2009)
Bueno, Stuart, igualdad salarial, representación política genuina, justicia para las víctimas de violación, el fin de los estereotipos sexistas… la lista es larga.
Es cierto que las mujeres han ganado muchas batallas desde 1970, cuando se celebró la primera conferencia de liberación femenina en Gran Bretaña en el Ruskin College de Oxford. Los trabajos que habían sido prohibidos por la ley o la tradición en el pasado ahora están abiertos a las mujeres. Hoy, la mayoría de las mujeres adultas en Gran Bretaña (71 por ciento) trabajan fuera del hogar, e incluso después de tener hijos, el 68 por ciento trabaja; el porcentaje aumenta a medida que los niños crecen (ONS 2013). Las mujeres son casi el 50 por ciento de la fuerza laboral en Gran Bretaña. En Estados Unidos, el porcentaje de mujeres en la fuerza laboral está a punto de superar el 50 por ciento. Para conmemorar el evento, la revista Economist publicó una portada en diciembre de 2009 declarando: “¡Lo hicimos!” Junto con una imagen de la icónica Rosie the Riveter.
También ha habido muchos cambios en la vida personal de las mujeres gracias a los avances, incluida la píldora anticonceptiva, el derecho al aborto, el acceso al divorcio y a los cambios en las actitudes hacia el sexo y el embarazo fuera del matrimonio. “El número provisional de matrimonios registrados en Inglaterra y Gales en 2008 fue de 232.990. Esto representa actualmente el menor número de matrimonios en Inglaterra y Gales desde 1895 (228.204)” (Guardian, 13/02/2009). Las bodas han disminuido en un veinticinco por ciento desde principios de la década de 1990. Pero la discriminación sistemática contra las mujeres sigue siendo una característica fundamental del capitalismo moderno. Las mujeres pueden ser el 50 por ciento de los trabajadores, pero no están distribuidas de manera uniforme en la fuerza laboral. “Solo el 2 por ciento de los jefes de las compañías Fortune 500 y cinco de los que figuran en el índice del mercado de valores FTSE 100 son mujeres. Las mujeres representan menos del 13 por ciento de los miembros de juntas directivas en Estados Unidos” (Economist, 30/12/2009. El FTSE 100 sería como la versión británica de la IBEX 35 – N. de Trad).
Anteriormente, la Comisión de Igualdad y Derechos Humanos (EHRC) calculó que, al ritmo actual de progreso, las mujeres en Gran Bretaña tardarían 73 años en obtener una representación equitativa entre los directorios del FTSE 100 (EHRC 2008).
La representación política es mayor que nunca, pero las parlamentarias siguen siendo sólo una minoría en el parlamento. El resultado de las elecciones generales de mayo aumentó el número de mujeres en el parlamento de 126 a 142, un aumento del 18 por ciento al 22 por ciento de los parlamentarios. Pero la atención de los medios se centró más en la vestimenta de las esposas de los políticos masculinos que en las mujeres candidatas a las elecciones generales. El EHRC calculó que, al ritmo actual, “un caracol podría arrastrarse a lo largo de la Gran Muralla China en 212 años, un poco más de los 200 años que llevará a las mujeres a estar igualmente representadas en el parlamento” (EHRC 2008).
Sin embargo, la gran mayoría de las mujeres no están cerca de tocar el techo de cristal; es el “suelo pegajoso” lo que constituye su principal preocupación. Dos tercios de los que intentan sobrevivir con el salario mínimo son mujeres y la brecha salarial de género promedio en la sociedad es del 18 por ciento del trabajo a tiempo completo y un sorprendente 36,6 por ciento para los trabajos a tiempo parcial, la mayoría de los cuales son realizados por mujeres.
Ha habido avances en relación con la violencia contra las mujeres y la violación, entre otras cosas, que la violación en el matrimonio fue finalmente reconocida como un delito en 1991 (la ley sólo se cambió formalmente en 1994). Pero a medida que aumentaron las violaciones, la tasa de condenas disminuyó al 6,1 por ciento. El año pasado, la BBC descubrió, después de una solicitud de libertad de información, que las fuerzas policiales británicas no acababan registrando más del 40 por ciento de los casos de violación denunciados. La escala del crimen es imposible de cuantificar.
Se ha ganado mucho, pero aún queda mucho por lo que luchar. Pero el propósito de este artículo no es evaluar la posición general de las mujeres en la sociedad actual, sino centrarse en un aspecto particular: el surgimiento de lo que se ha acuñado como “el nuevo sexismo” y las respuestas políticas al mismo. No es tan nuevo. Escribí en julio de 2003 lamentando el hecho de que “el nuevo sexismo se considera” irónico “e ingenioso, no degradante e insultante, porque se considera que las mujeres han ganado la igualdad” [Orr 2003, pág. 8].
Los temas (imágenes sexistas, el impacto de la pornografía, la mercantilización de los cuerpos de las mujeres) no son nuevos. Muchas mujeres que han luchado por los derechos de las mujeres durante décadas estarán horrorizadas con que ahora parece que muchas de las victorias que obtuvimos en el pasado se están desmoronando frente a una cultura popular cambiante en la que la conversión en objeto de los cuerpos de las mujeres rompe nuevos límites.
La experiencia del nuevo sexismo es desigual, pero su impacto en las mujeres jóvenes en particular es sorprendente. Aunque el problema puede parecer familiar, tiene lugar en un contexto diferente a los debates de los años setenta y ochenta y, por lo tanto, necesita una respuesta política diferente.
La periodista Natasha Walter escribe que fue impulsada a escribir su nuevo libro, Living Dolls, porque la situación de las mujeres de hoy la hizo reconocer que se equivocó cuando escribió en 1998 que las mujeres ahora tenían la libertad de vivir, vestirse y comportarse como quisieran. “[Estados Unidos] a menudo parece estar sumido en una antigua cultura sexista que se está extinguiendo en Gran Bretaña” (Walter 1998, pág. 7. Énfasis añadido).
Ella no podría haber estado más equivocada. No sólo el sexismo “pasado de moda” está vivo y coleando, sino que en algunos casos se ha transformado en un sexismo mucho más crudo y explícito que ha sido etiquetado como “cultura obscena”, “hipersexualización” o “pornificación” de la cultura.
El surgimiento de este nuevo sexismo no ha quedado sin respuesta y ha llevado a un resurgimiento del interés por las ideas en torno a la liberación de las mujeres. Los debates sobre el patriarcado, la violencia contra las mujeres, la sexualidad, la relación entre la explotación y la opresión y las ideas del feminismo se están llevando a cabo en los campus universitarios de todo el país.
En Londres también hemos visto dos conferencias de la Red Feminista de Londres: el Conway Hall del año pasado en Londres, con más de 200 mujeres. Las manifestaciones de Reclaim the Night ahora tienen de nuevo lugar anualmente, con más de mil mujeres marchando, muchas de ellas jóvenes. Nuevos grupos de mujeres y feministas están surgiendo y organizando debates y actividades en todo el país. Por ejemplo, hablé en la reunión de lanzamiento de la Sociedad Feminista de la Universidad de Bristol. La reunión atrajo a más de 100 estudiantes, mujeres y hombres, reunidos en una sala de conferencias y la discusión discurrió por temas tan variados como por qué más mujeres no hacen ingeniería, el papel de los hombres, la mercantilización y si se necesita el socialismo para deshacerse de la opresión de las mujeres.
Los grupos estudiantiles del Socialist Workers Party, SWSS, han liderado campañas contra el acoso sexual y coorganizaron reuniones y foros con grupos de mujeres y sociedades feministas. Los socialistas revolucionarios han estado en el centro de los debates sobre cómo desafiar el sexismo.
En marzo de este año, BBC Four publicó una serie de tres documentales bajo el título “Mujeres”. Observaron a algunas de las principales escritoras y organizadoras de la década de 1960 y señalaron el hecho de que el debate sobre la lucha por los derechos de las mujeres estaba aumentando nuevamente en Gran Bretaña.
¿Estamos asistiendo a una nueva ola de feminismo? ¿Cuáles son las ideas que sustentan el feminismo actual y cómo se relacionan con los movimientos de mujeres de generaciones pasadas? Los historiadores se han referido a los anteriores movimientos de mujeres como la primera y segunda ola, lo que implica que no hay conexión entre los diferentes períodos. Esto es una simplificación excesiva, pero sin embargo es un marco útil.
Judith Orr - año 2010
en español en 2019 publicado por marx21.net
Traducción de Xoán Vázquez - Revisión y corrección de Paty Gómez
Este largo texto fue publicado en la revista teórica británica International Socialism en el verano de 2010. Cita bastantes ejemplos de Gran Bretaña, pero el conjunto del argumento tiene relevancia más general. Pensamos que será de gran interés para activistas en las crecientes luchas actuales por la liberación de las mujeres, y por eso lo hemos traducido y lo publicamos aquí. La autora es militante del Socialist Workers Party y ha escrito extensamente sobre este tema.
►en el Foro en 7 mensajes
Contenidos:
Las sufragistas y la revolución rusa
La segunda ola del feminismo
Feminismo de la Tercera ola
¿Qué es el nuevo sexismo?
Cultura de campus
Cambios cosméticos
Respuestas feministas
Quitando importancia a clase social
Mitos
Marxismo y feminismo
Idealismo, materialismo y Engels
La familia hoy
La lucha por la liberación de las mujeres ahora
Referencias
Según Sir Stuart Rose, el presidente ejecutivo saliente de Marks and Spencer, las mujeres (o “chicas” como él las llama) “nunca lo han tenido tan bien”:
“Además del hecho de que tienes más igualdad de la que puedes afrontar, el hecho es que tienes una democracia real y realmente no hay techos de vidrio, a pesar de que siempre te lamentes… tienes mujeres astronautas, dentistas, doctoras, directoras ejecutivas. ¿Qué es lo que no tienes?” (The Observer, 31/05/2009)
Bueno, Stuart, igualdad salarial, representación política genuina, justicia para las víctimas de violación, el fin de los estereotipos sexistas… la lista es larga.
Es cierto que las mujeres han ganado muchas batallas desde 1970, cuando se celebró la primera conferencia de liberación femenina en Gran Bretaña en el Ruskin College de Oxford. Los trabajos que habían sido prohibidos por la ley o la tradición en el pasado ahora están abiertos a las mujeres. Hoy, la mayoría de las mujeres adultas en Gran Bretaña (71 por ciento) trabajan fuera del hogar, e incluso después de tener hijos, el 68 por ciento trabaja; el porcentaje aumenta a medida que los niños crecen (ONS 2013). Las mujeres son casi el 50 por ciento de la fuerza laboral en Gran Bretaña. En Estados Unidos, el porcentaje de mujeres en la fuerza laboral está a punto de superar el 50 por ciento. Para conmemorar el evento, la revista Economist publicó una portada en diciembre de 2009 declarando: “¡Lo hicimos!” Junto con una imagen de la icónica Rosie the Riveter.
También ha habido muchos cambios en la vida personal de las mujeres gracias a los avances, incluida la píldora anticonceptiva, el derecho al aborto, el acceso al divorcio y a los cambios en las actitudes hacia el sexo y el embarazo fuera del matrimonio. “El número provisional de matrimonios registrados en Inglaterra y Gales en 2008 fue de 232.990. Esto representa actualmente el menor número de matrimonios en Inglaterra y Gales desde 1895 (228.204)” (Guardian, 13/02/2009). Las bodas han disminuido en un veinticinco por ciento desde principios de la década de 1990. Pero la discriminación sistemática contra las mujeres sigue siendo una característica fundamental del capitalismo moderno. Las mujeres pueden ser el 50 por ciento de los trabajadores, pero no están distribuidas de manera uniforme en la fuerza laboral. “Solo el 2 por ciento de los jefes de las compañías Fortune 500 y cinco de los que figuran en el índice del mercado de valores FTSE 100 son mujeres. Las mujeres representan menos del 13 por ciento de los miembros de juntas directivas en Estados Unidos” (Economist, 30/12/2009. El FTSE 100 sería como la versión británica de la IBEX 35 – N. de Trad).
Anteriormente, la Comisión de Igualdad y Derechos Humanos (EHRC) calculó que, al ritmo actual de progreso, las mujeres en Gran Bretaña tardarían 73 años en obtener una representación equitativa entre los directorios del FTSE 100 (EHRC 2008).
La representación política es mayor que nunca, pero las parlamentarias siguen siendo sólo una minoría en el parlamento. El resultado de las elecciones generales de mayo aumentó el número de mujeres en el parlamento de 126 a 142, un aumento del 18 por ciento al 22 por ciento de los parlamentarios. Pero la atención de los medios se centró más en la vestimenta de las esposas de los políticos masculinos que en las mujeres candidatas a las elecciones generales. El EHRC calculó que, al ritmo actual, “un caracol podría arrastrarse a lo largo de la Gran Muralla China en 212 años, un poco más de los 200 años que llevará a las mujeres a estar igualmente representadas en el parlamento” (EHRC 2008).
Sin embargo, la gran mayoría de las mujeres no están cerca de tocar el techo de cristal; es el “suelo pegajoso” lo que constituye su principal preocupación. Dos tercios de los que intentan sobrevivir con el salario mínimo son mujeres y la brecha salarial de género promedio en la sociedad es del 18 por ciento del trabajo a tiempo completo y un sorprendente 36,6 por ciento para los trabajos a tiempo parcial, la mayoría de los cuales son realizados por mujeres.
Ha habido avances en relación con la violencia contra las mujeres y la violación, entre otras cosas, que la violación en el matrimonio fue finalmente reconocida como un delito en 1991 (la ley sólo se cambió formalmente en 1994). Pero a medida que aumentaron las violaciones, la tasa de condenas disminuyó al 6,1 por ciento. El año pasado, la BBC descubrió, después de una solicitud de libertad de información, que las fuerzas policiales británicas no acababan registrando más del 40 por ciento de los casos de violación denunciados. La escala del crimen es imposible de cuantificar.
Se ha ganado mucho, pero aún queda mucho por lo que luchar. Pero el propósito de este artículo no es evaluar la posición general de las mujeres en la sociedad actual, sino centrarse en un aspecto particular: el surgimiento de lo que se ha acuñado como “el nuevo sexismo” y las respuestas políticas al mismo. No es tan nuevo. Escribí en julio de 2003 lamentando el hecho de que “el nuevo sexismo se considera” irónico “e ingenioso, no degradante e insultante, porque se considera que las mujeres han ganado la igualdad” [Orr 2003, pág. 8].
Los temas (imágenes sexistas, el impacto de la pornografía, la mercantilización de los cuerpos de las mujeres) no son nuevos. Muchas mujeres que han luchado por los derechos de las mujeres durante décadas estarán horrorizadas con que ahora parece que muchas de las victorias que obtuvimos en el pasado se están desmoronando frente a una cultura popular cambiante en la que la conversión en objeto de los cuerpos de las mujeres rompe nuevos límites.
La experiencia del nuevo sexismo es desigual, pero su impacto en las mujeres jóvenes en particular es sorprendente. Aunque el problema puede parecer familiar, tiene lugar en un contexto diferente a los debates de los años setenta y ochenta y, por lo tanto, necesita una respuesta política diferente.
La periodista Natasha Walter escribe que fue impulsada a escribir su nuevo libro, Living Dolls, porque la situación de las mujeres de hoy la hizo reconocer que se equivocó cuando escribió en 1998 que las mujeres ahora tenían la libertad de vivir, vestirse y comportarse como quisieran. “[Estados Unidos] a menudo parece estar sumido en una antigua cultura sexista que se está extinguiendo en Gran Bretaña” (Walter 1998, pág. 7. Énfasis añadido).
Ella no podría haber estado más equivocada. No sólo el sexismo “pasado de moda” está vivo y coleando, sino que en algunos casos se ha transformado en un sexismo mucho más crudo y explícito que ha sido etiquetado como “cultura obscena”, “hipersexualización” o “pornificación” de la cultura.
El surgimiento de este nuevo sexismo no ha quedado sin respuesta y ha llevado a un resurgimiento del interés por las ideas en torno a la liberación de las mujeres. Los debates sobre el patriarcado, la violencia contra las mujeres, la sexualidad, la relación entre la explotación y la opresión y las ideas del feminismo se están llevando a cabo en los campus universitarios de todo el país.
En Londres también hemos visto dos conferencias de la Red Feminista de Londres: el Conway Hall del año pasado en Londres, con más de 200 mujeres. Las manifestaciones de Reclaim the Night ahora tienen de nuevo lugar anualmente, con más de mil mujeres marchando, muchas de ellas jóvenes. Nuevos grupos de mujeres y feministas están surgiendo y organizando debates y actividades en todo el país. Por ejemplo, hablé en la reunión de lanzamiento de la Sociedad Feminista de la Universidad de Bristol. La reunión atrajo a más de 100 estudiantes, mujeres y hombres, reunidos en una sala de conferencias y la discusión discurrió por temas tan variados como por qué más mujeres no hacen ingeniería, el papel de los hombres, la mercantilización y si se necesita el socialismo para deshacerse de la opresión de las mujeres.
Los grupos estudiantiles del Socialist Workers Party, SWSS, han liderado campañas contra el acoso sexual y coorganizaron reuniones y foros con grupos de mujeres y sociedades feministas. Los socialistas revolucionarios han estado en el centro de los debates sobre cómo desafiar el sexismo.
En marzo de este año, BBC Four publicó una serie de tres documentales bajo el título “Mujeres”. Observaron a algunas de las principales escritoras y organizadoras de la década de 1960 y señalaron el hecho de que el debate sobre la lucha por los derechos de las mujeres estaba aumentando nuevamente en Gran Bretaña.
¿Estamos asistiendo a una nueva ola de feminismo? ¿Cuáles son las ideas que sustentan el feminismo actual y cómo se relacionan con los movimientos de mujeres de generaciones pasadas? Los historiadores se han referido a los anteriores movimientos de mujeres como la primera y segunda ola, lo que implica que no hay conexión entre los diferentes períodos. Esto es una simplificación excesiva, pero sin embargo es un marco útil.
Última edición por RioLena el Mar Ene 07, 2020 10:58 am, editado 1 vez