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    La gran traición del rey y el gobierno español al Sáhara

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     La gran traición del rey y el gobierno español al Sáhara Empty La gran traición del rey y el gobierno español al Sáhara

    Mensaje por Echospace Vie Ene 06, 2012 3:41 pm

    Si bien no defiendo el colonialismo, el Sáhara Español no era una colonia al uso, sino una provincia más, en la cual sus ciudadanos gozaban de los mismos derechos que el resto de los ciudadanos del Estado español.

    No defiendo la integridad de una España individual, pero si la libre asociación de naciones en igualdad. Digamos que mi estado ideal es una unión de repúblicas socialistas.

    También habría que prestar atención al ansia de libertad que tenía gran parte de los saharauis, ya que un gran número de ellos anhelaba la independencia, y es algo que se debe tener muy en cuenta. La autodeterminación de los pueblos es algo sagrado -más aún si pueden acercar al socialismo-. Otra cosa es el chovinismo burgués, gran enemigo de la clase obrera.



    También añado el texto complementario al vídeo del Coronel Amadeo Martínez Inglés, un personaje que se hizo famoso por acudir a marchas republicanas con su uniforme militar. Uno de los mayores críticos con la Casa Real.

    Aprovecho estos documentos para fortalecer mi republicanismo, sin embargo, no voy a ser yo quien apoye a éste personaje del que a penas tengo conocimiento más allá de la wikipedia y alguna entrevista en Youtube.

    Si alguien tiene más datos sobré él, que los comparta por favor.

    La gran traición del rey y el gobierno español al Sáhara

    Por Amadeo Martínez Inglés    

    Dentro de escasos días, concretamente el próximo 6 de noviembre, se van a cumplir treinta y cinco años de la invasión de la antigua provincia española del Sahara Occidental por parte de la llamada "Marcha verde", una macro movilización de 300.000 civiles marroquíes apoyados por la práctica totalidad del Ejército de ese país, con la ayuda técnica y logística del Departamento de Estado norteamericano, que en muy pocas jornadas, tras la traición, la cobardía y el abandono por parte de las autoridades españolas de su sagrado deber de defender al sufrido pueblo saharaui y, por ende, sus derechos y libertades más elementales, conseguiría "pacíficamente", a través del bochornoso Tratado de Madrid de 14 de ese mismo mes de noviembre de 1975, que España cediera al reino alauí la administración de la mayor parte (y la más rica) del extenso territorio africano bajo su jurisdicción. Han pasado ya 35 años de aquél acto de cobardía, de aquél despropósito, de aquél abandono soez por parte de España de todo un pueblo acogido a sus leyes y a su protección internacional y este país sigue atrapado en su propia vergüenza, en su increíble dejadez, en una política de pánico insuperable ante el sátrapa marroquí que no solo se permite desoír una y otra vez las resoluciones del máximo órgano de jurisdicción universal (la ONU) sino que se atreve a presionar y chantajea permanentemente a los dirigentes españoles en base sin duda al permanente apoyo que recibe del imperialismo yanqui y a la reconocida debilidad militar española. Aunque periódica y tímidamente las instituciones españolas, aguijoneadas por los grupos parlamentarios de izquierdas y más que nada para cubrir un expediente asaz vergonzoso, se permitan reconocer la monstruosa responsabilidad que arrastra todavía a día de hoy el Gobierno español.

    Así en el mes de diciembre de 2009 se aprobó en el Congreso de los Diputados una proposición no de ley presentada por el Grupo Socialista, que resultó aprobada con el apoyo de todos los demás grupos de la Cámara a excepción del PP que se abstuvo, en la que se recogían una serie de puntos trascendentes a tener en cuenta en la política exterior española en relación con el Sahara Occidental administrado por España hasta el año 1975. Entre estos sobresalían el reconocimiento del derecho de autodeterminación del pueblo saharaui, la necesidad de que finalmente se celebre el referéndum auspiciado por naciones Unidas y, también y curiosamente, la realización de gestiones "al máximo nivel" para intentar solucionar política y humanitariamente el entonces mediático caso Haidar.

    Pero dejando de lado actos institucionales más o menos testimoniales como éste del Congreso de los Diputados del año pasado, condenados de antemano a la inacción más absoluta y al abandono mediático en el corto plazo, es de suma importancia, treinta y cinco años después, que el pueblo español sea consciente una vez más de que la actual situación de abandono, menosprecio y sometimiento a Marruecos del valeroso pueblo saharaui, proviene de la traición personal del actual rey de España, Juan Carlos I, que en noviembre de 1975, desempeñando interinamente la jefatura del Estado español, pactó en secreto con el Departamento de Estado norteamericano la entrega incondicional de la antigua provincia española del Sahara Occidental al reino de Marruecos. Todo ello para evitarse una guerra colonial con este último país que España no estaba en condiciones de enfrentar.

    Este vergonzoso Pacto del entonces príncipe de España con Henry Kissinger y el rey Hassan II de Marruecos, que como historiador militar he estudiado a fondo y puesto repetidas veces en conocimiento del pueblo español, me permití asimismo darlo a conocer al Presidente del Congreso de los Diputados, señor Bono, en una carta remitida con fecha 8 de octubre de 2008, en la que le pedía la creación de una Comisión de Investigación que depurara las responsabilidades del rey de España en este y en otros presuntos delitos cometidos durante su largo reinado.

    De este escrito, me permito recordar a continuación, porque creo que es de sumo interés para los medios de comunicación, el pueblo español y, por supuesto, el pueblo saharaui, los párrafos más importantes relacionados con el tema que nos ocupa y que nunca pasan ni pasarán de actualidad, por lo menos hasta el día en el que se le reintegren a la noble nación saharaui todos sus derechos:

    "Me estoy refiriendo en concreto, señor presidente del Congreso, a tres nuevos, espeluznantes, bochornosos, repugnantes... delitos, que ni la historia ni los ciudadanos españoles conocen todavía en toda su profunda dimensión (algunos historiadores, obviamente, estamos en ello) cometidos en los últimos meses del año 1975 por el entonces príncipe de España, justo cuando desempeñaba la Jefatura del Estado de una forma interina pero con todos los poderes del dictador en la mano. Presuntos delitos que de entrada podríamos catalogar, hasta que la citada Comisión parlamentaria pueda pronunciarse, como de alta traición, cobardía ante el enemigo y genocidio.

    El hecho histórico a que me refiero no es otro que el de la vergonzosa entrega a Marruecos, en noviembre de 1975, de nada menos que 200.000 kms cuadrados del llamado Sahara español (provincia africana según Franco, territorio bajo administración española según la ONU) por miedo a tener que enfrentar una guerra con ese país (que había organizado una marcha "pacífica" de 300.000 ciudadanos marroquíes y nos amenazaba con la invasión pura y dura) y tras un pacto secreto entre el jefe de Estado español en funciones en aquellos dramáticos momentos (el príncipe Juan Carlos de Borbón), la CIA y el Departamento de Estado norteamericano (Kissinger). Pacto por el cual el heredero de Franco se quitaba de en medio una muy probable guerra colonial con nuestro vecino del sur (que podía poner en grave peligro su ansiada corona) y recibía además el inmenso apoyo político yanqui para estabilizar su tambaleante Régimen.

    A cambio, claro está, de traicionar con nocturnidad y alevosía, como ha sido práctica habitual en él, al pueblo español (ajeno a todo como siempre), a sus Fuerzas Armadas (que a pesar de su abandono operativo y escasez de medios estaban dispuestas a sacrificarse por defender el honor de España y la legalidad internacional), al pueblo saharaui (que sería entregado desarmado al invasor y bárbaramente masacrado en una desigual guerra y en un oscuro genocidio que se saldarían con más de cuatro mil víctimas, y del que cualquier juez imparcial pediría responsabilidades al jefe del Estado español por cómplice y colaborador necesario) y a la ONU (que había decretado a través de su Tribunal Internacional de Justicia y de su resolución 380 la ilegalidad de la acción unilateral de Marruecos y el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación).

    Hechos gravísimos cometidos en su día por el actual jefe del Estado español, como son los presuntos delitos de "alta traición a la nación española" tras la acción consumada y no debatida en sus órganos institucionales de la entrega a una potencia invasora de una parte importantísima del territorio nacional sin intentar defenderlo siquiera y tras un pacto secreto con el propio enemigo y su socio geoestratégico; de "cobardía ante el enemigo" por parte del jefe del Estado español en funciones de comandante en jefe del Ejército que entrega sin combatir una parte substancial del territorio nacional tras un pacto secreto con el enemigo; y de "genocidio" contra el pueblo saharaui, en grado de colaboración necesaria con el ejecutor directo del mismo (el sátrapa marroquí), al haber puesto bajo la bota de su Ejército, totalmente desarmados, a los 30.000 habitantes de la antigua provincia española, a los que debería haber defendido con arreglo al Derecho Internacional y a los derechos humanos más fundamentales.

    Repasemos, pues, esos lamentables hechos, a punto de cumplirse su 35 aniversario:

    El 21 de agosto de 1975, el Departamento de Estado norteamericano da luz verde a un proyecto estratégico secreto de la CIA, financiado por Arabia Saudí, para arrebatar la antigua provincia del Sahara (270.000 Kms cuadrados) a España. Un territorio vital desde el punto geoestratégico, rico en fosfatos, hierro, petróleo y gas, que EE.UU no está dispuesto a dejar en manos de España dada la situación en que se encuentra el régimen franquista. El plan consiste en invadir la zona mediante una marcha "pacífica" de unos 300.000 ciudadanos marroquíes (Marcha Verde), que se harían pasar por antiguos habitantes de la zona.

    El 6 de octubre de 1975, el servicio de Inteligencia del Ejército español informa a Franco, ya muy enfermo, de los planes de EE.UU en relación con el Sahara.

    El 16 de octubre de 1975, la Marcha Verde es anunciada por Hasan II, al mismo tiempo que el Tribunal Internacional de Justicia de la ONU rechaza las pretensiones de Maruecos sobre ese territorio.

    El 20 de octubre de 1975, Franco empeora ostensiblemente de su enfermedad. Sufre un nuevo ataque al corazón.

    El 21 de octubre de 1975, el príncipe Juan Carlos de Borbón, heredero del dictador, se niega a aceptar la jefatura del Estado con carácter interino. Quiere plenos poderes para poder actuar en el Sahara.

    El 22 de octubre de 1975, el presidente del Gobierno español, Arias Navarro, con conocimiento de Franco, manda a Solís a Rabat para tratar de parar el órdago marroquí prometiendo negociaciones sobre el tema en cuanto la situación del dictador mejore.

    El 26 de octubre de 1975, comienza la Marcha Verde en territorio marroquí. Toda la planificación operativa y la organización logística han corrido a cargo de técnicos norteamericanos.

    El 30 de octubre de 1975, Juan Carlos de Borbón se hace cargo de la jefatura del Estado español (artículo 11 de la ley Orgánica del Estado). Está muy preocupado por la situación en el Sahara pues tiene muy presente el caso portugués. No quiere que la situación le desborde.

    El 31 de octubre de 1975, el príncipe preside un Consejo de Ministros en La Zarzuela. Cuestión prioritaria: el Sahara. Juan Carlos manifiesta su férrea determinación de ponerse al frente de la situación. Sin embargo, no les dice a los reunidos que él ya ha enviado a su hombre de confianza, Manuel Prado y Colón de Carvajal, a Washington, para solicitar la ayuda de Henry Kissinger. Es consciente de que una guerra colonial con Marruecos en aquellos momentos podría precipitar los acontecimientos al estilo de lo acaecido en Portugal y que podría perder su corona antes de ceñirla.

    El secretario de Estado norteamericano acepta la mediación solicitada por el nuevo jefe del Estado español, intercede ante Hassan II y en las siguientes horas se pergeña un pacto secreto por el que Juan Carlos se compromete a entregar el Sahara español a Marruecos (vistiendo el muñeco de la rendición con unas amañadas conversaciones políticas en Madrid), a cambio del total apoyo político americano en su próxima andadura como rey de España.

    El 2 de noviembre de 1975, Juan Carlos de Borbón visita las tropas destacadas en El Aaiun en un viaje sorpresa. Está en tratos secretos con los americanos para la entrega del territorio, pero no tiene ningún reparo en escenificar un "teatrillo castrense" con los militares (a los que traicionará en las siguientes horas igual que al pueblo español, a los saharauis y a la propia ONU) echando mano de la extensa parafernalia castrense propia de estos actos: formación solemne, desfile, honor a los muertos, recepción en el Casino Militar... En este centro, en el curso de una bien regada copa de vino español, hasta se permite decirles a los oficiales de las tropas allí destacadas: "España no dará un paso atrás, cumplirá todos sus compromisos, respetará el derecho de los saharauis a ser libres" y también, hinchando el pecho y subiendo la barbilla: "No dudéis que vuestro comandante en jefe estará aquí, con todos vosotros, en cuanto suene el primer disparo"

    El 6 de noviembre de 1975, la Marcha Verde invade la antigua provincia africana española. En virtud del pacto secreto (alta traición) entre Kissinger, Hassan II y el flamante nuevo jefe del Estado español, los campos de minas de la frontera han sido levantados y los legionarios españoles prudentemente retirados. España hasta se permite la desvergüenza de enviar al ministro de la Presidencia para que gire una visita de cortesía a los campamentos marroquíes. La ONU, incómoda y sin saber de qué va la cosa, urge a Hassan II a retirarse y a respetar la legalidad internacional. España mira para otro lado ¡bastante tiene el principito con asegurar su corona! y el tirano alauí no hace el menor caso.

    El 9 de noviembre de 1975, Hassan II da por alcanzados todos sus objetivos en el Sahara y en espera de las conversaciones de Madrid (ya tiene asegurada su presa) retira los campamentos de la Marcha Verde a Tarfaya. Argelia protesta y retira su embajador en Rabat. Los polisarios, traicionados por España, se aprestan a la lucha.

    El 12 de noviembre de 1975, comienza la Conferencia de Madrid entre España, Marruecos y Mauritania, con EE.UU de mandamás en la sombra.

    El 14 de noviembre de 1975 se produce la famosa Declaración de Madrid sobre el Sahara. Por ella se entrega a Marruecos toda la parte norte de la antigua provincia española: 200.000 Kms cuadrados de gran importancia geoestratégica, muy ricos en toda clase de minerales, gas y petróleo (descubierto por petrolíferas yanquis y en reserva estratégica). A Mauritania (que los abandonará enseguida en beneficio de su poderoso vecino del norte) se le transfieren 70.000 Kms cuadrados del sur, los más pobres e improductivos. Las Cortes y el pueblo español no saben nada del asunto. Todo se ha tejido entre bastidores, con la CIA, el departamento de Estado norteamericano y los servicios secretos marroquíes como maestros de una ceremonia bochornosa en la que el príncipe Juan Carlos ha movido sus hilos a través de sus validos y hombres de confianza: Armada, Mondéjar, Torcuato Fernández Miranda... mientras el Gobierno del anonadado Arias Navarro, con Franco moribundo y su porvenir político en el alero, se ha limitado a ejercer de convidado de piedra en la mayor vergüenza política y militar de España en toda su historia. Porque, efectivamente, este país nunca jamás había traicionado de una forma tan perversa a sus propios ciudadanos (los saharauis lo eran en 1975), se había humillado de tal manera ante un pueblo más débil que él pactando en secreto su rendición, y abandonado cobardemente el campo de batalla sin pegar un solo tiro y después de entregar a su envalentonado enemigo acuartelamientos, armas y bagajes.

    Una vergüenza histórica sin paliativos, a cargar ¡como no! en el "debe" de España, pero sobre todo en el de un príncipe sin principios morales de ninguna clase, cargado de ambición, bufón de un dictador sin escrúpulos, ansioso de poner sobre su cabeza los ridículos oropeles de una corona trasnochada y profanada hasta la saciedad en el pasado por reyes despreciables de su propia dinastía, y que se permitió el lujo de vender una parte de su propio país, una porción de su propio pueblo, a la sacrificada minoría étnica que, bajo nuestras leyes y nuestra protección, creyó en la promesas de España y en ser libres algún día.
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    Mensaje por jjurss Mar Ene 10, 2012 5:40 pm

    He encontrado una entrevista en el mundo,seguramente la habrás leído i es del 2001 http://www.elmundo.es/encuentros/invitados/2001/10/10/
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     La gran traición del rey y el gobierno español al Sáhara Empty Gracias

    Mensaje por Echospace Mar Ene 10, 2012 5:47 pm

    jjurss escribió:He encontrado una entrevista en el mundo,seguramente la habrás leído i es del 2001 http://www.elmundo.es/encuentros/invitados/2001/10/10/

    No la había leído camarada,

    Es muy interesante, muchas gracias.

    Un saludo.
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    Mensaje por DP9M Lun Feb 03, 2020 1:34 am

    Se prueba que el Rey de España Juan Carlos cometio alta traicion a España al ceder el Sahara a cambio de su corona.

    La CIA desclasifica documentos de la época

    https://diario16.com/estados-unidos-descubre-el-papel-de-juan-carlos-de-borbon-en-la-entrega-del-sahara-occidental-a-marruecos/


    https://nuevodiario.es/noticia/6043/nacional/la-desclasificacion-de-documentos-de-la-cia-no-deja-en-buen-lugar-a-don-juan-carlos-con-respecto-al-sahara.html
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    Mensaje por DP9M Lun Feb 03, 2020 1:50 am

    https://www.ecsaharaui.com/2020/01/reportaje-situacion-del-pueblo-saharaui.html?fbclid=IwAR15r_HisbdLQoALVv4O4KhXfMCuVVvyEyPmj092IY2ZuHWLPPXRTTLvO-M


    Reportaje. Situación del pueblo saharaui: la mayor vergüenza de España.

    Nos cuentan la historia como aquellos acontecimientos sucedidos a lo largo de los siglos y siglos pasados, donde hay fechas importantes, personajes destacados, reinos, guerras, conquistas, etc. Pero hoy vengo a contaros ese otro lado de la historia que nadie se puso a escribir nunca, hoy manifiesto esa historia que vive la gente diariamente, la gente monótona, como tú y como yo.






    Aprovechando que me encuentro en los campamentos de refugiados saharauis, que menos que dedicarle unas páginas a describir la rutina que vive día a día un pueblo en medio del desierto. Olvidado en el exilio desde hace más de 40 años.
    Poniendo una familia cualquiera de ejemplo, su día seria el siguiente:

    Amanece a eso de la siete de la mañana, se despiertan los padres y lo primero que hacen es rezar la oración del Fajr, la primera oración de las 5 que manda la religión rezar al día, agradecidos a dios por darles un día más de vida con sus hijos y queridos. Mientras el padre de la familia se pone a hacer el té saharaui, la madre va a la cocina y prepara el desayuno, se despierta a los niños, y desayuna la familia junta.

    Al acabar, se visten a los niños y los mandan para el colegio, que a lo mejor se encuentra a kilómetros de casa. Poco a poco empieza a salir el sol, pues viviendo en el hostil desierto del Sáhara debes hacer tus tareas antes de las doce del mediodía, porque a esa hora empiezan a subir las temperaturas (si es verano).

    Los hombres aquí no tienen muchos trabajos para elegir, en unos campamentos de refugiados tienes que conformarte con lo primero que te sirva para poder traer el pan de cada día a tus hijos, los trabajos más frecuentes son; taxista entre wilayas, albañil, vendedor ambulante en el mercado, mecánico o tener un pequeño comercio en alguna Daira o algún que otro chanchullo con el que puedas tirar hacia delante.







    Las mujeres para los saharuis fueron, son y serán siempre el motor del país, de hecho son ellas quienes construyeron las primeras casas e instituciones de los campamentos de refugiados en aquellas décadas de los 70 y 80 mientras los hombres luchaban en la guerra en los territorios ocupados contra la ofensiva del invasor marroquí, hoy en día, con la causa demasiado "calmada", casi todas son amas de casa, con pequeñas excepciones, pues se encargan del cuidado de la jaima y todo lo que ello conlleva, mientras que sus maridos trabajan y los niños estudian, entre otras cosas van a recoger los alimentos que reparten las ONGs mensualmente en las Dairas o ayuntamientos, alimentar a las cabras y ovejas que casi todos los saharauis tienden a tener por el simple hecho de que les beneficia con leche y carne.

    Hablemos de la juventud saharaui, casi toda esta muy bien cualificada, dependiendo de la suerte y las notas que tuvieras en primaria, te enviaban a estudiar secundaria en países amigos del pueblo saharaui, como Argelia, Cuba,Venezuela, Libia (antes de la primavera Árabe), incluso a España y demás países europeos en el caso de que finalices el mencionado tramo educativo con matrícula de honor.

    Cuando vuelves de haber estudiado fuera, tengas los conocimientos que tengas, te encuentras con el mismo panorama que dejaste al irte, un pueblo desolado que lucha diariamente para seguir sobreviviendo en el duro desierto con la impotencia de no poder decidir su futuro en su propia tierra libre.

    Y nada más, esta seria la historia diaria de este pueblo que nunca se rinde, de personas de hierro que siguen con los valores que les enseñaron sus antepasados, sus madres ejemplares, los mártires de guerra que nunca se los lleva el olvido, la necesidad de sentir la libertad y ver nuestra bandera con su estrella y su media luna ondeando en lo más alto de la ciudad de El Aaiún, capital de nuestra querida patria.

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