Este ha sido, sin duda, el fin de semana del calcio. La Serie A gravitó este fin de semana en torno a tres puntos de atención, cada uno por diferente motivo. De la pequeña Sassuolo a la colosal Roma, y desde la capital hasta Milán.
El Sassuolo-Inter nos regaló la vista con un 0-7 extremadamente inusual en el fútbol transalpino. Pero por encima del sonoro resultado, lo verdaderamente grande es el retorno de uno de los mejores delanteros que ha visto el calcio en la última década. Diego Milito tiene la palabra gol metida en la cabeza, en el corazón, en los pies. La tiene. Es suya. Completamente suya. El argentino volvió en el minuto 53 de partido y sólo necesitó diez minutitos para marcar su primer gol tras 220 días sin pisar césped en un encuentro de competición oficial. Por si fuera poco para el día de su regreso, se marchó del estadio Mapei con dos tantos en su cuenta particular. En Milán la gente no lo podía creer. “Il Principe è tornato”.
El otro nombre de la semana es el de Francesco Totti. El eterno capitán de la Roma y principal emblema de la entidad capitalina prolongó su contrato con su club de toda la vida el pasado viernes por dos temporadas más, lo que le convertirá en uno de los mitos más importantes en la historia del fútbol italiano al retirarse con cuarenta años y habiendo vestido únicamente la camiseta romanista a lo largo de su carrera. Para terminar la fiesta, la Roma ganó el derbi contra la Lazio con un notable partido. Sólo hacer falta ver las lágrimas que derramó Balzaretti en la celebración del primer gol para entender el significado y la trascendencia de una victoria en el derbi romano. Emoción máxima.
Merece una mención muy especial la afición del Napoli. El domingo, un tercio de San Siro fue suyo. Más de 10.000 espectadores se desplazaron hasta Milán para acompañar a su equipo y para ver cómo, de forma histórica, el conjunto partenopeo vencía en el feudo rossonero (1-2), rememorando los ya lejanos tiempos en los que Maradona enarbolaba la bandera del orgullo del sur frente a los colosos del norte del país. El resultado acompañó a los aficionados azzurri, volcados con su equipo, con sus colores y, sobre todo, con su nuevo ídolo: Gonzalo Higuaín. Cavani parece tener sucesor.