Para comprender la esencia de las revoluciones y las contrarrevoluciones - Alicia Torres y Enrique González Rojo Arthur - año 2015 - formato pdf
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Introducción: Muchos son los que consideran que la historia transcurre sin orden ni concierto, que está conformada por una infinidad de acaecimientos que, lejos de responder a alguna legalidad, se presentan, desarrollan e interinfluyen bajo el dictat incomprensible de lo fortuito y contingente. Hace algunos años estuvo “de moda” la contraposición del historicismo (Dilthey, Spengler et al) y el estructuralismo (Saussure et al). El primero, dicho de manera esquemática, ponía el acento en la permanente variabilidad de lo histórico, y el segundo hacía énfasis en la existencia de ciertas estructuras que resultaban invariantes en medio del devenir histórico. En la actualidad esta polémica está superada, nos parece, al mostrar que en la historia ocurren amabas cosas: hay elementos relativamente estables porque conforman estructuras y una continua sucesión de hechos. En la concepción hiper-historicista aludida con anterioridad, en que nada se puede conocer a fondo (o en su esencia) y en que, por ende, nada puede preverse, el papel del historiador queda limitado a fungir como el puntual cronista de lo ocurrido o lo que está ocurriendo [...]
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Introducción: Muchos son los que consideran que la historia transcurre sin orden ni concierto, que está conformada por una infinidad de acaecimientos que, lejos de responder a alguna legalidad, se presentan, desarrollan e interinfluyen bajo el dictat incomprensible de lo fortuito y contingente. Hace algunos años estuvo “de moda” la contraposición del historicismo (Dilthey, Spengler et al) y el estructuralismo (Saussure et al). El primero, dicho de manera esquemática, ponía el acento en la permanente variabilidad de lo histórico, y el segundo hacía énfasis en la existencia de ciertas estructuras que resultaban invariantes en medio del devenir histórico. En la actualidad esta polémica está superada, nos parece, al mostrar que en la historia ocurren amabas cosas: hay elementos relativamente estables porque conforman estructuras y una continua sucesión de hechos. En la concepción hiper-historicista aludida con anterioridad, en que nada se puede conocer a fondo (o en su esencia) y en que, por ende, nada puede preverse, el papel del historiador queda limitado a fungir como el puntual cronista de lo ocurrido o lo que está ocurriendo [...]