Testamento – Eugen Varga
en español en 1977 - formato pdf
Este texto fue publicado por primera vez en la URSS en una revista clandestina, «Phenix», que dirigía Galanskov y desde entonces ha sido difundido profusamente en los medios críticos del oficialismo soviético. La causa hay que situarla, no sólo en la lucidez excepcional del «Testamento» -auténtica exposición de verdad por encima de tabúes-, sino, además, en la personalidad del autor. Porque, efectivamente, nadie en la propia URSS podía considerar a Eugen Varga como un mero «disidente» y aún mucho menos como un «antisoviético», pues, al contrario que tantos otros condenados al ostracismo, Varga gozó hasta su muerte, en 1964, de gran prestigio científico y, lo que es más, de importantes responsabilidades en el seno de la economía soviética.
Para un hombre como Varga de militancia comunista tan dilatada, desde su participación en la Revolución húngara de 1919 (fue comisario del pueblo de economía en el gobierno revolucionario de Bela Kun) hasta sus responsabilidades en la política económica soviética en los tiempos de Lenin y Stalin (fue consejero de Lenin y, a partir de 1927 director del Instituto de Economía de la URSS), este «proyecto de ensayo» tiene, en efecto, un sentido testamentario, por cuanto se propone una autocrítica que partiendo de la posición crítica individual ofrece decisivos elementos para el análisis de la sociedad soviética.
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Este texto fue publicado por primera vez en la URSS en una revista clandestina, «Phenix», que dirigía Galanskov y desde entonces ha sido difundido profusamente en los medios críticos del oficialismo soviético. La causa hay que situarla, no sólo en la lucidez excepcional del «Testamento» -auténtica exposición de verdad por encima de tabúes-, sino, además, en la personalidad del autor. Porque, efectivamente, nadie en la propia URSS podía considerar a Eugen Varga como un mero «disidente» y aún mucho menos como un «antisoviético», pues, al contrario que tantos otros condenados al ostracismo, Varga gozó hasta su muerte, en 1964, de gran prestigio científico y, lo que es más, de importantes responsabilidades en el seno de la economía soviética.
Para un hombre como Varga de militancia comunista tan dilatada, desde su participación en la Revolución húngara de 1919 (fue comisario del pueblo de economía en el gobierno revolucionario de Bela Kun) hasta sus responsabilidades en la política económica soviética en los tiempos de Lenin y Stalin (fue consejero de Lenin y, a partir de 1927 director del Instituto de Economía de la URSS), este «proyecto de ensayo» tiene, en efecto, un sentido testamentario, por cuanto se propone una autocrítica que partiendo de la posición crítica individual ofrece decisivos elementos para el análisis de la sociedad soviética.
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