La revolución y los bosques
artículo del blog Communia de la Organización Emancipación
publicado con motivo del día internacional de los bosques - 21 de marzo de 2021
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En este artículo…
Los bosques, el capital y la lucha de clases
Proletariado y campesinado en la Revolución Rusa
Los bosques y la lucha de clases
La ley básica sobre los bosques
Bosques y parajes como «monumentos naturales»
¿El bosque revolucionario era el bosque obrero?
La NEP llega al bosque
•Los bosques, el capital y la lucha de clases
Ayer fue el día internacional de los bosques una de esas celebraciones absurdas de Naciones Unidas para promocionar programas internacionales con mensajes vacíos. La prensa lo recoge simplemente como excusa para vender escapadas turísticas o para presentarnos orgullosa los bosques como parte del capital nacional.
Los ecologistas parecen entender un poco más cuando introducen la biodiversidad en la discusión, pero en realidad su visión opone Humanidad y Naturaleza porque son incapaces de pensar una Humanidad emancipada del capitalismo. Algunas ONGs ecologistas llegan tan lejos en la interiorización de tal alienación que proponen dividir el planeta en dos: la mitad para bosques y naturaleza salvaje en general, la otra mitad… para el capitalismo.
Pero el proletariado lleva en su movimiento y en su programa la promesa de una relación muy diferente con la Naturaleza. Muchas décadas antes de la aparición del ecologismo, la primera experiencia extensa de poder de los trabajadores, la Revolución Rusa, tuvo una intensa política forestal y planes revolucionarios para los espacios naturales. Los soviets descubrieron desde el primer momento, eso sí, que la Naturaleza no es un campo de batalla menor en la lucha de clases.
•Proletariado y campesinado en la Revolución Rusa
Empecemos recordando lo básico: qué fue la Revolución Rusa. En 1917 el desarrollo de las luchas obreras contra la guerra da pie a un proceso de organización masivo de clase de los trabajadores paralelo a una revolución campesina en las zonas rurales. En marzo de 1917, febrero según el calendario ruso de la época, el aparato de estado zarista se desmorona. Se proclama una república burguesa.
Sin embargo, la situación de facto es la de un doble poder: por un lado un gobierno provisional que representa los intereses de las clases propietarias comenzando por la continuación de la guerra. Por otro, los soviets de obreros y campesinos. La insurrección obrera de noviembre (el Octubre Rojo) derrocará al gobierno provisional y entregará el poder al Congreso Panruso de los Soviets, es decir, al órgano que representaba la alianza y las contradicciones entre el proletariado y el campesinado… la fuerza masiva de la pequeña burguesía rusa.
Los campesinos representaban la gran mayoría de la población rusa del momento. Aunque existía una pequeña capa de jornaleros y braceros, alineados en general con las posiciones del proletariado en las ciudades, en su mayoría se trataba de pequeños propietarios producto de la liberación de la servidumbre que seguían en la producción de subsistencia y no explotaban fuerza de trabajo. Tenían hambre de tierras y su revolución no era otra cosa que la exigencia de una reforma agraria que les permitiera alcanzar una escala suficiente para salir de la miseria… escala que bajo el capitalismo no significaba otra cosa que dar el salto para explotar trabajadores.
El campesinado incluía también a los llamados campesinos medios y a los grandes propietarios, los kulaks, que representaban los intereses del capitalismo agrario y que eran además la conexión entre la aristocracia latifundista y la burguesía de las ciudades.
El movimiento revolucionario de los trabajadores, con los bolcheviques a la cabeza entendía que la solución a la cuestión agraria no pasaba por repartir tierras, pues solo podría acabar en concentración de la propiedad y en el desarrollo del poder de los kulaks. Sin embargo, en Octubre renuncian a su programa agrario y entregan el diseño de la política agraria a los eseristas de izquierda, el partido de la revolución campesina. Es la alianza obrero-campesina que se simbolizaría en la hoz (campesina) y el martillo (proletario).
A partir de ahí, la relación entre campesinado y proletariado solo podía ser contradictoria. El proletariado ruso espera de la extensión de la Revolución Mundial un cambio en la correlación de fuerzas global entre clases dentro de la propia Rusia… y de la experiencia inevitable de la concentración de tierras que, al menos una parte del campesinado pobre se coloque bajo el impulso político de la Revolución representado en el campo por los jornaleros. La espada de Damocles de una insurrección campesina contra los soviets penderá durante todo el periodo revolucionario.
•Los bosques y la lucha de clases
La nueva propiedad agraria que el campesinado estaba tomando carecía de capitalización previa. De forma espontánea en todo el país, pero especialmente en la Rusia europea, los campesinos iniciaron talas masivas para expandir sus nuevas propiedades y vender madera y recursos con los que financiar su puesta en explotación.
Pero si la dirección obrera de los soviets estaba, por motivos tácticos, por dar luz verde y legalizar los repartos de tierras que se estaban produciendo, no estaba desde luego por entregar la soberanía y la propiedad del territorio y sus recursos a los soviets campesinos locales. Los bosques se convirtieron así en un motivo de roce permanente entre el programa obrero y el campesino. Y en el mismo decreto sobre la tierra a quién corresponde la administración de los bosques queda en suspenso en espera de un desarrollo posterior.
Este no llegaría hasta mayo de 1918, entre dos momentos clave en la relación entre bolcheviques y eseristas de izquierda, o lo que es lo mismo, entre las expresiones políticas de la revolución obrera y la campesina. En marzo de ese año los eseristas de izquierda, que no aceptan las condiciones impuestas por Alemania en la paz, salen del gobierno. En julio, en vísperas del V Congreso Panruso de los soviets, atentarán contra Mirbach, el embajador alemán como luego harán contra Lenin. El atentado, ordenado por el Comité Central eserista de izquierda llevará a la ilegalización del partido.
En el V Congreso quedaría claro que el motivo de la ruptura iba más allá de las condiciones de la paz. En el centro de la ruptura estaban los Comités de Jornaleros y Campesinos Pobres impulsados por los bolcheviques… y con ellos la Ley de bosques promulgada en mayo. Los eseristas se revolvían en primer lugar contra el intento de los comités de explotar fincas expropiadas mediante cooperativas de trabajo y otras fórmulas de explotación obrera cuando había en las mismas regiones campesinos hambrientos de tierras. Y en segundo lugar contra sus esfuerzos para evitar el saqueo de los bosques con la nueva ley básica soviética en la mano.