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    El relativismo: saqueo del pensamiento.

    Nestor Estebenz Nogal
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    El relativismo: saqueo del pensamiento. Empty El relativismo: saqueo del pensamiento.

    Mensaje por Nestor Estebenz Nogal Vie Jul 23, 2010 12:54 pm

    El relativismo: saqueo del pensamiento. Néstor Estebenz
    Todos los objetos están en relación, la geometría espacial lo dice y el sentido común, o lo que quede de él, también. Por remotos que sean dos eventos, en el tiempo y en el espacio, pertenecen a una secuencia encadenada de conexiones que los emparentan. La relacionabilidad de cada cosa le da carácter universal y la explica como parte de un todo. Eso ha llevado a afirmar que todo es relativo porque todo está relacionado y cumple una función u otra según el cuadro relacionario a la que es referida. La relatividad de cada cosa es lo que la excusa o la culpa según sea la función que cumpla en un contexto u otro. La misma cosa cumple misiones totalmente distintas según su ubicación (una bala en una cartuchera o alojada dentro del cuerpo, un documento jurídico con una sentencia justa o injusta, el agua en el cauce del río o su desbordamiento anegando los campos...). Lo que hace difícil una definición universal de cada substantivo es la multisecuencialidad de su substantividad. De otra parte, las definiciones que han pretendido ser estáticas e intemporales han propiciado dogmas. Un dogma es una conclusión tomada como verdad inmodificable que no se sustenta en el razonamiento ni en el análisis sino en la fe y en la persuasión personal. El modo de librarse del dogmatismo como forma cerrada de la disposición mental alimentada por el moralismo fue relativizando cada afirmación, repasándola críticamente para librarse de su carga de culpabilización. La relativización necesaria de cada parte en cuanto su condición de objeto dinámico y variable en relación al todo ha ocasionado como efecto descontrolado un relativismo en el que todo cabe o todo pretende ser embutido. El discurso relativista que se presenta contrario y libre de dogmas termina por oponerse a todo predicado enunciativo de una verdad y a todo tipo de clasificación o taxonomía, por tanto se opone a la metodología mas elemental de la ciencia y no contribuye al esclarecimiento de aquello que discute. El súmmum del relativismo es aceptarlo todo: todo vale porque todo existe, por tanto todo queda justificado desde el momento en que tiene un sustento actoral, alguien que lo ejecuta o lo defiende. Tamaña exageración lleva a aceptarlo todo por el hecho de su concurrencia. El famoso criterio del respeto (todo es respetable) es una de las peores falacias de nuestro tiempo, algo que la cultura lo aliña convenientemente para que las tragaderas populares asuman todo lo existente. Lo respetable es aquello que se lo merece. Ni todas las opiniones ni todas las actitudes lo son. Lo que convierte a un actor social, cualquiera que se mueva en espacios comunitarios, en respetable es que sea alguien de respeto. Si lo que se hace y dice es correcto luego entonces será respetable, si es de una equivocación absoluta y con una carga de desprecio, luego entonces no lo será. El derecho a ser respetados como ciudadanos y seres vivos no es un derecho tan estático. Tiene sus excepciones. Los derechos quedan en suspensión tan pronto su usuario los incumple en relación a los demás. El derecho mas elemental, el derecho a la vida, puede ser cortado desde el primer momento de la formación de un cigoto, por motivos que justifiquen su interrupción. El derecho a la opinión libre queda cuestionado cuando la libertad expresada se opone a la libertad misma. Para todo hay una excepción y la cuota de excepcionalidad es la que marca en cada hacer y discurso la cancha de proyección. En cuanto en una conversación una de las posiciones reclama la libertad para todo, por tanto para todos los predicados y teoremas, para sus afirmaciones y negaciones, la posibilidad de que siga fluyendo se va a ver reducida además de disparar un proceso caótico en el que se habla de todo pero no se alcanza a decir nada por una imposibilitación de la síntesis y un sabotaje al acotamiento de lo que se quiera revisar.
    Lo que hace difícil el escenario del pensamiento, lo que lo saquea, es la constante obstrucción a cada enunciado que se presenta como referencial o criterial para seguir diseñando los demás. Así como un habla de junción de sonidos articulados sin significado no se la puede calificar de conversación, a una conversación con el encadenamiento de frases con significado pero dentro de un caos conceptual tampoco se la puede valorar como un instrumento válido de comunicación. Es por eso que muchas conversaciones terminan en nada ahogándose en sí mismas. Eso tampoco es tan grave, los ejercicios de la glotis son maneras con que se expresan las personalidades aunque no consigan explicar grandes historias ni conceptos. En un ímpetus de optimismo se puede definir la vida como un continuum de conversaciones que pretenden con la suma de tentativas, perfeccionamientos y décadas, la exposición de una teoría explicativa suficiente. Esa suficiencia es subjetiva. Lo teórico que a un hablante le da suficiente cancha explicativa para acomodarse en el mundo a otro se la puede quitar. No hay una teoria única de explicación valida para todos los observadores. Por eso, la colisión entre el sentido subjetivo de la verdad y las categorías científicas que la describen es un proceso constante.
    Entre el relativismo más estéril y el dogmatismo mas autoritarista hay un florido campo de varianza en la que se puede apostar por los predicados firmes sin sectarizarlos y se pueda aceptar la relación y correlación de los elementos de la vida sin disculparlos todos. En el vocabulario coloquial todavía se arrastran confusiones de base sobre la necesidad de aceptar las cosas tal como son, como parte de la metodología de reconocimiento de la realidad, y la de disculparlas por el hecho de que existan. Lo cierto es que cada cosa que existe en el universo humano es porque ha tenido o sigue teniendo alguien detrás que la activa, la incorpora y la protagoniza. De las peores y de las mejores cosas se podria rastrear su precursor. Tras un acto de fundación se puede generar y prolongar una tradición. Estupendo si se trata de una acción de utilidad pública y de progreso mental y terrible si se trata de lo contrario.
    La necesidad subjetiva de la seguridad puesta en el futuro ha creado artimañas esperancistas basadas en el dogma por un lado y en algo peor cuando la desdogmatización cae en un mar de dudas y de escepticismo que niega la construcción de toda referencia estable por transicional que sea. Las discusiones verbales llevan a la deriva y a la inconcreción cuando no hay voces que resituen el metodo de la exposición discursiva y se haga de la selva de las palabras los matojos continiuos en los que esconder verdades. La cultura oral ha venido insistiendo en el respeto reciproco para atenderse en los turnos de palabra. Cumplirlos es ya un gran principio de autoorganización pero en ese concurso multitudinario de factores no se está a salvo de las ollas de grillos en las que todos emiten sonidos sin llegar a acuerdos. Del habla tampoco se puede esperar siempre el acuerdo como uno de sus objetivos. Las pretendidas unidades y unificaciones chocan contra la pluralidad de sensibilidades y análisis que ven de maneras diferentes que llegan a conclusiones distintas por lo que hace a estar en el mundo y por tanto a la relación con el medio y las relaciones con los demás.

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