El denominado "agujero" de la capa de ozono, que no es tal "agujero", lo descubrió G.M.B. Dobson en 1957 durante el Año Geofísico Internacional, publicando un libro en 1966 sobre el asunto titulado
“Exploring the Atmosphere” (Oxford University Press, 1968).
En su obra Dobson ya hablaba de
“variaciones estacionales de las concentraciones de ozono” porque la concentración de ozono en la atmósfera
sigue unos patrones cíclicos que cambian estacionalmente; se hace muy grande en ciertas épocas y en otras se reduce considerablemente. Hay épocas en las que se genera mucho ozono y otras muy poco, por lo que su concentración cambia periódicamente. Sin embargo, cuando se habla de un
“adelgazamiento” de la capa de ozono se ofrece la impresión lineal o continuada de un fenómeno.
En la Antártida la disminución
temporal de la densidad de ozono va de setiembre a diciembre de cada año, es decir, durante la primavera austral. Durante el invierno austral no hay radiaciones solares y, por lo tanto, no se genera ozono en la atmósfera. Entonces el agujero se abre. Pero a mediados o finales de noviembre el agujero se vuelve a cerrar debido a que la radiación ultravioleta forma ozono de nuevo.
Para lo que piden pruebas, las mediciones más recientes de la Universidad de Waterloo (Canadá) así lo han vuelto a confirmar:
Correlation between Cosmic Rays and Ozone Depletion, Physical Review Letters 102, 118501 (2009)
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]Artículo de Qing-Bin Lu sobre el mismo asunto:
Galactic Cosmic Rays May Be Responsible For The Antarctic Ozone Hole
La radiación cósmica de la galaxia puede ser la responsable del agujero en la capa de ozono
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]Información de la Universidad de Waterloo (Canadá):
Cyclic ozone hole proves cosmic ray theory
El agujero
cíclico del ozono prueba la teoría de la radiación cósmica
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]Más pruebas:
-> El 12 de febrero de 1988 Joseph Scotto publicó en
"Science" un estudio titulado “Radiación ultravioleta biológicamente efectiva: Mediciones de superficie en Estados Unidos, 1974-1985", en el que llegaba a la conclusión de que
entre 1974 y 1985, la radiación UV había disminuido un 75 por ciento en todo el territorio americano. A Scotto le cortaron todos los fondos para seguir investigando y se clausuraron todas las estaciones que medían la radiación UV, reemplazándolas por modelos informáticos de medición.-> Ernesto A. Martínez e Isidoro Orlansky, del Laboratorio de Geofísica de la Universidad de Buenos Aires, completaron un estudio sobre los niveles de radiación untravioleta que llegan a la superficie del planeta, y los compararon con los niveles de reducción del ozono. Luego declararon a la prensa:
"Si los niveles de ozono disminuyesen un 50 por ciento algo que ocurre muy pocos días y en zonas muy reducidas de la Antártida y los demás parámetros se mantienen constantes, la radiación UV se incrementa un 15 por ciento, y la radiación global apenas aumenta un 1,5 por ciento. Los valores típicos de radiación global (de acuerdo a los promedios anuales) son de 300 watts/m2 en Buenos Aires; alrededor de 100 a 150 watts/m2 en Tierra del Fuego; y unos 100 watts/m2 en la Antártida. Los niveles de radiación UV directamente debajo del Agujero de Ozono no alcanzan a los niveles promedio que se encuentran en Buenos Aires".
-> Victoria Tafuri, del Observatorio Nacional de Villa Ortúzar en Buenos Aires, y que está a cargo de medir los niveles de ozono, fue a la Antártida en 1988 acompañando a la expedición NOZE de la NASA. A su regreso, declaró en diciembre de 1988 a la prensa:
"El mal llamado agujero de ozono de la Antártida está circunscrito al continente antártico y no hay razones científicas para presumir que pueda llegar al territorio argentino [...]
La historia del agujero de ozono sólo beneficia a intereses corporativos e industriales. Más tarde explicó que ella realiza mediciones diarias de los niveles de ozono sobre Buenos Aires, y declaró:
«No se ha observado ninguna variación en los niveles de la capa de ozono durante los últimos 25 años».