por Shenin Jue Dic 10, 2009 9:17 pm
En primer lugar quisiera agradecer la bienvenida que se me ha dado en el foro.
No obstante, creo que es evidente que no estamos exactamente de acuerdo sobre esta cuestión.
Trataré tres cuestiones en mi intervención.
1) Sobre qué hacer ante la UE. Se han planteado varias alternativas, como aliarse con Marruecos o con América Latina. Pienso que estas políticas serían inaplicables. Me explico. La UE es un mercado común capitalista realizado desde hace ya varios años. El Mercado Común Europeo quedó ya realizado a comienzos de los años 90 y el tratado de Maastricht sancionó esta realidad. España está integrada en una realidad económica común al resto de países de la UE, pues la mayoría de las normativas económicas implementadas en España vienen de Bruselas y no de Madrid. El proceso de integración europeo ha ido creando una estructura económica común, y se sigue desarrollado, de hecho. Por ello, la tendencia es a que la revolución en Europa tenga cada vez más bases para darse a escala continental. Y más aun con la reciente incorporación de los países del Este de Europa.
Por supuesto, no debemos olvidar que cada revolución (local, nacional, regiona, continental, etc...) no es más que una parte de la revolución mundial. Pero la realidad económica de la UE marca una clara tendencia a disolver los marcos revolucionarios nacionales y estatales en un solo marco europeo. Además, este marco europeo está en camino de ser no solo económico, sino también político. Por tanto, los marcos de acción del proletariado de España, de Alemania, de Francia, etc., cada vez tienden a entrelazarse más.
Los comunistas debemos tener siempre presente que las bases económicas son esenciales para determinar el marco de una revolución.
En este sentido, es necesario el combate revolucionario contra las instituciones imperialistas europeas. Pero no desde una perspectiva chovinista y nacionalista, sino desde la perspectiva de destruir el aparato imperialista y crear un aparato proletario con competencias a escala europea que expropie las multinacionales europeas y las ponga bajo control de los trabajadores.
2) Sobre si la UE es una imposición americana y una imposición colonial sobre España. Esto es solo una verdad a medias. Es cierto que USA trató de dominar a las potencias europeas tras la Segunda Guerra Mundial. Pero estas potencias (Francia, Alemania, etc...) aceptaron el liderazgo yanqui solo momentáneamente, en el contexto de la Guerra Fría. Tras la caída de la URSS, la tendencia de países como Francia y Alemania (que tienen sus propias áreas de influencia en el tercer mundo) es a: 1) liberarse del yugo yanqui y 2) a constituirse como competidores de USA en el reparto del mundo. Es cierto que existen estados pro-yanquis en Europa, como Gran Bretaña. Y estados vacilantes, como Polonia y otros, pero los poderes más fuertes en la UE son los de Francia y Alemania.
Sobre España, la realidad es más compleja. España es una potencia europea, pero de segundo orden. No estaría ni en la mesa de los mayores ni en la de los pequeños, para entendernos. Es posible que la crisis deje a España en un mal lugar en Europa, pero esto aun está por ver. Además, las multinacionales españolas tienen bastante presencia en el tercer mundo, sobre todo en América Latina. Ha llegado a haber conflictos entre empresas españolas y gobiernos progresistas de América Latina (Venezuela, Bolivia, Nivcaragua), e incluso no tan progresistas (Argentina).
3) Sobre si la revolución está en los países desarrollados o subdesarrollados. Esto es más complicado. Debemos entender que con la transformación del capitalismo en capitalismo monopolista a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, la tendencia revolucionaria cambia. Esto ya lo describió Lenin en su libro "El imperialismo, fase superior del capitalismo". En el capitalismo pre-monopolista, eran, efectivamente los países más industrializados los más preparados para la revolución. Con la llegada del imperialismo, esta realidad cambia. En los países imperialistas desarrollados, se crea lo que Lenin llamaba la aristocracia obrera. Es decir, una parte importante de la clase obrera que, beneficiándose de la explotación de las colonias, adquiere un estilo de vida pequeñoburgués. Con ello se dificulta enormemente la revolución proletaria en los países desarrollados, ya que el reformismo se apodera del movimiento obrero. Es por esto por lo que estallan las revoluciones socialistas en países tan atrasados como Rusia o China. Es cierto que el desarrollo del socialismo tuvo en estos países enormes dificultades. Ya dijo Lenin que en estos países es más fácil comenzar, pero más difícil continuar. Pero estallan primeramente en estos países antes que en países capitalistas plenamente desarrollados no por casualidad, sino por necesidad impuesta por las nuevas condiciones que surgen de la transformación del capitalismo en capitalismo monopolista, es decir imperialismo.
Además, la opresión del imperialismo sobre los países atrasados no solo crea un proletariado consciente, aunque minoritario (la exportación de capitales hacia las colonias lleva a que se construyan industrias allí), sino que esa opresión colonial lleva a otras capas populares no proletarias (campesinos, sobre todo) a radicalizarse y, por tanto, a acercarse a la revolución proletaria.
De todos modos, esto es más complejo, ya que un país desarollado puede ser a la vez un país oprimido por el imperialismo. Por ejemplo, Alemania en los años 20 estaba explotada (debido a las condiciones de los vencedores) por las potencias aliadas y era un país altamente desarrollado en el sentido industrial. Esta explotación hizo imposible el desarrollo de una aristocracia obrera alemana y de ahí que hubiese una oportunidad revolucionaria que no fue aprovechada adecuadamente. Pero eso ya es otro debate.
Pido disculpas por si mi intervención ha sido excesivamente larga, pero los temas son bastante complejos y requeiren bastante tiempo y espacio. Espero que la extensión no os dificulte la lectura.