Diógenes de Sínope escribió:Buenas tardes, tengo varias cuestiones sobre algo muy cotidiano en la sociedad: La compra.
¿Existía en la URSS una variedad de "marcas"? Es decir, como aquí tenemos mil tipos de cereales (Chocapic, Golden Grahams.etc.)
¿Cómo era, si es que existía, la publicidad de los productos?
En general, dentro de cada producto,¿cómo era su variedad?
Estas son de momento mis dudas. ¡Gracias de antemano!
Es cierto que en la URSS no existía una gran variedad de marcas del mismo producto tal como las podemos ver hoy en nuestras tiendas. Pero es un error pensar que en las sociedades capitalistas existía una gran variedad si comparamos los años 40, 60, 80 con la actualidad. No olvidemos que entre los distintos países capitalistas existía un amplio mercado de intercambio que no exportaba prácticamente nada a la Unión Soviética, con el objeto de aislamiento comercial. Eso si, habían excepciones con algunos productos excedentes importados en la URSS, productos que aun no se habían desarrollado bajo el socialismo, los cuales costaban caros dentro de la Unión Soviética. Además tanto a los soviéticos como a los ciudadanos de todos los países sin excepción, les atraía mucho lo exótico, todo aquello que venia de fuera y particularmente algunos de los productos americanos. Pero en muchos países capitalistas como España, la escasez de prácticamente todo, fue un verdadero problema hasta hace pocos años, en los que se desarrollo la industria de consumo. En España prácticamente todo lo que podíamos encontrar eran productos extranjeros (la mayor parte de contrabando… véase, el café, el tabaco, la música..ect). Ahora en cambio, tenemos una gran cantidad de marcas y somos el tercer país que mas productos agrícolas exportamos, pero repito que esto es algo relativamente nuevo, ya que la industria alimenticia se ha desarrollado en estas ultimas 2 décadas y en el caso de la tecnología del hogar, aun somos totalmente dependientes del mercado internacional. Por ejemplo, en España durante los años 60 y 70 no existía una gran competencia de marcas y hasta que no entramos en la Unión Europea, no empezamos a importar toda esa gama de productos que ahora llenan los estantes de nuestras superficies comerciales.
En la Unión Soviética al no existir las empresas privadas, no tenia sentido estimular la peligrosa competencia que vemos en los países capitalistas, la cual va absorbiendo a la pequeña y mediana empresa formando monopolios que de forma sistemática y bajo una creciente anarquía económica, nos arrastra inevitablemente a la continua crisis de superproducción en la que tiramos a la basura toneladas de alimentos todos los días, eso mientras nuestros ciudadanos no tienen acceso a la comida y los precios cada vez son mas altos. En la URSS cuando se quería producir algún producto determinado, se construían diferentes empresas estatales y cooperativas que competían entre ellas para ver quien daba mas beneficios al estado, de paso se cubrían las necesidades de la sociedad. Por ejemplo; en la década de los 80 en la Unión Soviética estaba muy desarrollada la tecnología dedicada al consumo con una amplia variedad de productos electrodomésticos que en España y en la mayoría de los países de Europa, no podíamos ni soñar (a no ser que los comprásemos en el mercado negro, en Andorra, Canarias y Portugal). Los ciudadanos soviéticos tenían al alcance toda la tecnología que ya se comercializaba con parecido formato en el mercado capitalista. De este modo en la URSS te podías comprar solo para el ocio, distintos modelos del mismo electrodoméstico, ya fuesen radios, tocadiscos, grabadoras, reproductores de cassette, televisores, altavoces, amplificadores, sintetizadores, despertadores, relojes, calculadoras, cámaras fotográficas, consolas de videojuegos y un abanico importante de juguetes y colecciones que hoy están muy cotizadas. En cuanto a los electrodomésticos de cocina y limpieza, también había lo fundamental como; lavadoras, neveras, termos, microondas, hornos eléctricos, aspiradoras ect.
El problema muchas veces se presentaba cuando el estado creaba en un solo año mas de 1 millón de viviendas, ya que esto motivaba un fuerte incremento de la demanda en muebles y los comercios se quedaban desabastecidos por un tiempo. Pero nada que no se arreglara de un año para otro.
En la Unión Soviética los bienes de consumo relacionados con la alimentación, se producían con una distribución mas que aceptable incrementada de acuerdo a la fuerte demanda, cubriendo en la mayor parte de los casos las necesidades básicas. De este modo, en los escaparates de los centros comerciales de las grandes ciudades como Moscu, podías encontrar fácilmente toda una gama de productos indispensables para gozar de una alimentación sana y equilibrada. Una alimentación de la que podías fiarte 100%, ya que no se adulteraban los productos artificialmente con aromatizantes, colorantes, conservantes, agua y rellenos químicos que dejaban como en algunos casos, espacio solo para un 20% del producto principal. En resumidas cuentas, si te querías comprar zumo, te comprabas zumo 100% natural, sin aditivos y sin sustancias toxicas.
En ese sentido el mercado capitalista nos ha traído una gran variedad de productos del mismo genero, pero también nos ha traído un dramático empeoramiento en la calidad que pone en riesgo nuestra salud. Según la propia Unión Europea, en nuestros mercados existen mas de 80.000 productos cuyas sustancias no han sido analizadas por los controles de sanidad pertinentes y a pesar de disponer de ellos, los grandes lobbys han conseguido introducir en el mercado todo tipo de sustancias cancerígenas, saltándose las leyes de regulación europea.
Los productos mas difíciles o imposibles de encontrar en la URSS eran los relacionados con las marcas mas prestigiosas del mercado capitalista, de este modo, los cosméticos, zapatos, vaqueros y automóviles de diseño burgués, (comprados particularmente por una pequeña minoría privilegiada en los países capitalistas) eran considerados artículos de lujo imposibles de encontrar en las tiendas y centros comerciales soviéticos. En relación a la moda, en la Unión Soviética los ciudadanos vestían prácticamente los mismos diseños que en occidente, pero elaborados por la propia industria textil soviética, la cual no tenia nada que envidiar a las modas capitalistas. Precisamente el nivel de importación del producto textil dentro de las repúblicas socialistas, fue uno de los mas altos en importaciones, pero se compensaba con la manufactura industrial y el diseño a medida era muy común entre los soviéticos, ya que estos se tomaban las medidas para encargarlos en los grandes almacenes.
En cuanto a la calidad y longevidad de los electrodomésticos, en los países capitalistas se ha implantado la táctica generalizada de fabricar con los materiales mas baratos posibles, para bajar los costes de producción y en la mayor parte de los casos, para que el producto dure el menor numero de años posibles. Todo ello con el afán de que la mayoría de las familias compren en su vida 6 coches, 6 televisores, 6 ordenadores, ect. En contraste a este significativo empeoramiento de la calidad y vida útil en los países capitalistas, los electrodomésticos soviéticos eran superiores hasta 5 veces que lo ofrecido actualmente bajo el capitalismo. De este modo, si un televisor ahora tiene una duración máxima de 10 años, antiguamente duraban prácticamente toda la vida, pero hoy esto es algo muy común en todos los países del mundo.
En cuanto a las largas colas de los ciudadanos soviéticos para comprar pan y alimentos a principios de los 90, esto ocurrió de forma totalmente artificial durante el periodo en el que ya se estaba preparando el desastre económico con las reformas de Gorbachov y el posterior golpe de estado de Yeltsin.
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