El profesor Robert Hare estimó en el 1% de la población la incidencia de la psicopatía. El 99 % de los psicópatas no suelen ser identificados jamás e incluso pasan por buenos trabajadores y directivos.
(PD Sta Cruz de Tenerife).- El profesor Robert Hare, considerado como la mayor autoridad mundial en psicópatas estimó hoy la incidencia de la psicopatía en el 1 % de la población, lo que representa para España más de 400 000 individuos. La mayor parte de ellos no están identificados como tales. "Puede ser su vecino, su mujer, su hijo, o su propia madre" afirmó Hare en el marco de la Conferencia de Clausura del VII Congreso Iberoamericano de Psicología Jurídica que hoy finaliza en Tenerife.
Se estima que entre 40 y 50 personas del círculo de relaciones sociales, o familiares de una persona normal puntuan en las escalas clínicas como psicópatas.
Una imagen distorsionada.
Lejos de la imagen distorsionada que presentan de ellos los medios y las películas, los psicópatas se presentan socialmente como seres encantadores con enormes habilidades para encandilar y parasitar a las que luego se convierten sus víctimas.
Los estudios sobre psicópatas ofrecen datos inquietantes. El 20 % de los acosadores domésticos, el 10 % de los abusadores infantiles, el 35 % de los violadores y el 50 % de lo secuestradores presentan este cuadro.
La mayoría de los psicópatas no está en la cárcel.
Sin embargo no todos los delincuentes pueden explicar sus conductas por presentar una psicopatía.
Tan solo el 15 % de los presos varones y el 10 % de las presas son psicópatas.
La gran mayoría de los psicópatas no conocen jamás la cárcel. Viven vidas normales sin que nadie se inquiete de su carácter parasitario y depredador.Ello les convierte en una fuente de sufrimiento social para todos aquellos que se convierten en víctimas de sus técnicas.
El mundo del psicópata es hoy el de las organizaciones empresariales y políticas, lugares preferidos por ellos por las oportunidades de alcanzar poder rápidamente que ofrecen al psicópata.
Su frialdad y su capacidad camaleónica hacen aparecer a los psicópatas como los mejores de los directivos.
Mienten de forma compulsiva y sin pestañear y no sienten compasión como cualquier ser humano normal puede sentir afirmó Hare..
Expertos en debilidad humana y parásitos sociales.
Como expertos en debilidades humanas los psicópatas saben explotar al máximo los resquicios que les dejan la vulnerabilidad humana y organizativa.
De manera oportunista saben aprovechar como nadie estas características para consolidar su poder particular en las organizaciones.
En su estrategia preferida, el mobbing o acoso psicologico, resulta esencial evaluar cuánto antes quienes son potenciales fuentes de poder y quienes pueden ser fuentes de oposición ética o profesional a sus desmanes y fraudes.
Estos últimos trabajadores van a ser solicitados de dos maneras por parte del psicópata: o bien serán “comprados a precio”, o bien serán eliminados con una frialdad inquietante.
Otras tecnologías que usa el psicópata son incluso mucho más directas e impactantes. Lo que tienen en común es que buscan o pretenden eliminar a los profesionales que por una u otra razón son o se han vuelto amenazantes por ser obstaculizadores de la actuación del psicópata.
La naturaleza fría y calculadora del psicópata obtiene un triunfo decisivo a partir del momento en que se emplea en estudiar y detectar cuál puede ser el mejor momento para atacar y eliminar a un enemigo molesto o amenazante con el menor riesgo posible para él.
Analizan cuidadosamente el mejor momento para librarse de su víctima.
La inutilidad de la terapia.
El profesor Hare advirtió la inutilidad de practicar terapia o programas de rehabilitación con los psicópatas. "Su escasa motivación unida a su habilidad para manipular al propio psicoterapeuta convierte en inútiles los esfuerzos por cambiarlos" aseveró Hare. La terapia funciona en ellos al revés. "No solo no cambian sino que aprenden nuevas estrategias"- concluyó el profesor Hare.
Una pregunta sin respuesta es "que es lo que hacemos con ellos" toda vez que no van a cambiar con el tiempo, sino en todo caso refinar sus comportamientos depredadores con la práctica y nuevos aprendizajes.
El caso Mari Luz y otros casos similares han lanzado las alarmas acerca de un problema socialmente irresuelto.
(PD Sta Cruz de Tenerife).- El profesor Robert Hare, considerado como la mayor autoridad mundial en psicópatas estimó hoy la incidencia de la psicopatía en el 1 % de la población, lo que representa para España más de 400 000 individuos. La mayor parte de ellos no están identificados como tales. "Puede ser su vecino, su mujer, su hijo, o su propia madre" afirmó Hare en el marco de la Conferencia de Clausura del VII Congreso Iberoamericano de Psicología Jurídica que hoy finaliza en Tenerife.
Se estima que entre 40 y 50 personas del círculo de relaciones sociales, o familiares de una persona normal puntuan en las escalas clínicas como psicópatas.
Una imagen distorsionada.
Lejos de la imagen distorsionada que presentan de ellos los medios y las películas, los psicópatas se presentan socialmente como seres encantadores con enormes habilidades para encandilar y parasitar a las que luego se convierten sus víctimas.
Los estudios sobre psicópatas ofrecen datos inquietantes. El 20 % de los acosadores domésticos, el 10 % de los abusadores infantiles, el 35 % de los violadores y el 50 % de lo secuestradores presentan este cuadro.
La mayoría de los psicópatas no está en la cárcel.
Sin embargo no todos los delincuentes pueden explicar sus conductas por presentar una psicopatía.
Tan solo el 15 % de los presos varones y el 10 % de las presas son psicópatas.
La gran mayoría de los psicópatas no conocen jamás la cárcel. Viven vidas normales sin que nadie se inquiete de su carácter parasitario y depredador.Ello les convierte en una fuente de sufrimiento social para todos aquellos que se convierten en víctimas de sus técnicas.
El mundo del psicópata es hoy el de las organizaciones empresariales y políticas, lugares preferidos por ellos por las oportunidades de alcanzar poder rápidamente que ofrecen al psicópata.
Su frialdad y su capacidad camaleónica hacen aparecer a los psicópatas como los mejores de los directivos.
Mienten de forma compulsiva y sin pestañear y no sienten compasión como cualquier ser humano normal puede sentir afirmó Hare..
Expertos en debilidad humana y parásitos sociales.
Como expertos en debilidades humanas los psicópatas saben explotar al máximo los resquicios que les dejan la vulnerabilidad humana y organizativa.
De manera oportunista saben aprovechar como nadie estas características para consolidar su poder particular en las organizaciones.
En su estrategia preferida, el mobbing o acoso psicologico, resulta esencial evaluar cuánto antes quienes son potenciales fuentes de poder y quienes pueden ser fuentes de oposición ética o profesional a sus desmanes y fraudes.
Estos últimos trabajadores van a ser solicitados de dos maneras por parte del psicópata: o bien serán “comprados a precio”, o bien serán eliminados con una frialdad inquietante.
Otras tecnologías que usa el psicópata son incluso mucho más directas e impactantes. Lo que tienen en común es que buscan o pretenden eliminar a los profesionales que por una u otra razón son o se han vuelto amenazantes por ser obstaculizadores de la actuación del psicópata.
La naturaleza fría y calculadora del psicópata obtiene un triunfo decisivo a partir del momento en que se emplea en estudiar y detectar cuál puede ser el mejor momento para atacar y eliminar a un enemigo molesto o amenazante con el menor riesgo posible para él.
Analizan cuidadosamente el mejor momento para librarse de su víctima.
La inutilidad de la terapia.
El profesor Hare advirtió la inutilidad de practicar terapia o programas de rehabilitación con los psicópatas. "Su escasa motivación unida a su habilidad para manipular al propio psicoterapeuta convierte en inútiles los esfuerzos por cambiarlos" aseveró Hare. La terapia funciona en ellos al revés. "No solo no cambian sino que aprenden nuevas estrategias"- concluyó el profesor Hare.
Una pregunta sin respuesta es "que es lo que hacemos con ellos" toda vez que no van a cambiar con el tiempo, sino en todo caso refinar sus comportamientos depredadores con la práctica y nuevos aprendizajes.
El caso Mari Luz y otros casos similares han lanzado las alarmas acerca de un problema socialmente irresuelto.