Ayer publiqué un pequeño escrito en el que consideraba lamentable que el PCE no hubiese salido en defensa de nuestro Partido y de los militantes ante la cafrada del portavoz del PP en el Ayuntamiento de Leganés.
Algunos camaradas han contestado a mi escrito asegurándome que estaba mal informado, pues el Partido si había adoptado una postura muy enérgica contra esas infamantes y desvergonzadas afirmaciones de Jesús Gómez Ruiz dirigente del PP. Igualmente, la dirección de nuestro Partido me demuestra mi error indicándome cómo en la pagina www.pce.es del Partido se hizo un comunicado el 9 de octubre de la misma manera que adoptó la misma postura nuestro Partido de Leganés.
Mis 84 años, mi mucho trabajo y mi indignación, no justifican, en absoluto, mi ligereza imputando negligencia y silencio a nuestra dirección. Esa indignación personal, no solo por las vejatorias ofensas de ese energúmeno, sino por todo lo que veo que está pasando en España:
-La actitud neoliberal y contraria y los intereses del pueblo y además no disminuirán la tragedia del paro del gobierno socialista;
-El ninguneo constante de todos los medios de información sobre IU y el PCE que, si es explicable -no justificable- en los medios privados pues son consecuencia de que esos medios pertenecen a empresas de las que son titulares fondos y capital principalmente norteamericano o personajes españoles de la extrema derecha, no lo es en los medios públicos que pagamos todos los españoles con nuestros impuestos y a los que la Constitución ordena atender los intereses políticos con criterios de igualdad, lo que evidentemente no lo hacen;
-O mi indignación por el sistema electoral antidemocrático, injusto e ilegal por anticonstitucional que tanto daño nos lleva haciendo al Partido Comunista y a Izquierda Unida durante los 33 años de esta democracia no completamente plena, provocando que elección tras elección disminuyan nuestros votos -que es lo que pretendían y consiguieron los que impusieron ese sistema electoral- como consecuencia del “voto útil” por el que miles o millones de ciudadanos o no nos votaban por considerar nuestro voto inútil, o dejaban de votar, que es lo mismo que votar a la derecha;
-Mi indignación cuando leo que Benegas, o bien se burla irrespetuoso de nosotros, o nos echa en cara que hemos perdido el 20% de votos, lo que supuso la injusticia que le replicó nuestro representante en el Parlamento de que, sin embargo, habíamos perdido el 70% de Diputados;
-Sí, mi indignación es que cuando ya veo mi dolorida y enferma espalda, respaldada en el invierno de mi vida, no veo que se acerca el triunfo de los ideales por los que luché, pues todo lo que pasa en el mundo es cada día peor, no solo en Europa donde triunfan ufanos y desvergonzados Bancos y banqueros, que después de ser salvados del desastre provocado por su avaricia, se erigen en verdaderos dictadores de los gobiernos, ponen en peligro la democracia -y lo que es peor, la paz, pues la guerra es siempre la salida de las crisis-, desmantelan una a una todas las conquistas del Estado de Bienestar y en el colmo del cinismo afirman que lo que hace falta es “más horas de trabajo, y menos salarios”, no solo en Europa, digo, sino en todo el mundo donde cada vez se mueren más niños de hambre, mueren más seres humanos faltos de las más elementales atenciones médicas y medicinas;
-O nos vamos enterando de nuevos genocidios americanos –y eran muchos los que conocíamos- tales como inocular sífilis y blenorragia a guatemaltecos para experimentar medicinas que aplicar a los súbditos del Imperio americano,
-O las barbaridades que van saliendo a la luz cometidas en Irak, Afganistán o Gaza.
Sí, todo eso me indigna, me quita el sueño porque, repito, veo que se acerca mi final y no voy a ver nada de la luz, la justicia, la igualdad, la paz en el mundo, por el que, como otros, luché toda mi vida y tantos y tantos dieron su vida, muchos de los cuales como decía ayer, aún están enterrados en las cunetas, para que ahora caiga sobre ellos esa infamia de que no eran ni merecedores de tener la tutela de sus hijos.
Perdonad que escriba emocionado, porque siempre hablo quizá más con el corazón que con la razón, y eso me lleva a veces a cometer ligerezas como lo escrito ayer en La República.es de la actitud de nuestro Partido. Rectifico. Lo hago sin falsa modestia. Simplemente porque creo que debo hacerlo, lo que no impedirá nunca que, cuando crea que deba ser crítico lo sea, pero procuraré que lo haga siempre teniendo razón, no como en este caso que no la tenía.
Lo que sí puedo asegurar es que ni esta vez, ni ninguna, me ha movido la intención de perjudicar a nuestro Partido, fomentando cualquier tipo de desunión. Desde que tengo uso de razón he sostenido que la unidad es absolutamente fundamental en nuestra lucha. Esa unidad implica estar como una piña junto a la dirección de nuestro Partido, dirección que ha sido elegida democráticamente en un Congreso. También desde que tengo uso de razón, -para ser sincero, no siempre, pues yo también fui stalinista- considero que una cosa es la unidad junto a nuestros dirigentes y otra el culto a la personalidad o la falta de libertad para que cada uno opine como crea en conciencia. Repito, éste no es el caso.
Estoy seguro que el Partido se solidariza con nuestro director Javier Parra y con los otros periodistas querellados por ese cínico Jesús Gómez. Por mi parte, ya le he ofrecido actuar como abogado en su justa defensa.
Unidad, salud y República.http://larepublica.es/firmas/blogs/index.php/teodulfolagunero/