Condenado un catedrático de Universidad a 204 euros de multa por llamar "estafadores" a unos espiritistas
Fernando Cuartero, catedrático de Lenguajes y Sistemas Informáticos y subdirector académico del Vicerrectorado de Investigación de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), ha sido condenado a pagar una multa de 204 euros como autor de una falta de injurias por haber calificado en una carta de "vulgares estafadores" a los organizadores de un seminario espiritista celebrado en esa institución académica, en Albacete, el 31 de octubre y 1 de noviembre del año pasado. La titular del Juzgado de Instrucción Nº 1 de Albacete, Otilia Martínez Palacios, considera en la sentencia que, "aunque sea una crítica social aceptada el hablar de la parapsicología como pseudociencia, no lo es el decir que son vulgares estafadores, porque socialmente estas expresiones son ofensivas y menoscaban y quebrantan la fama y prestigio de la persona a la que van dirigidas".
El llamado II Seminario Vida después de la Vida contó en octubre de 2009 con la presencia del el parapsicólogo Raymond Moody, autor del libro Vida después de la vida (1976), y la médium Marylin Rossner, que protagonizó una sesión espiritista en el paraninfo de la universidad castellano-manchega. El organizador del acto, Rafael Campillo, incluyó en un principio el logotipo de la UCLM en la convocatoria del acto y presentó a la institución como colaboradora del mismo, pero tuvo que quitarlo cuando varios profesores alertaron de ello a los responsables académicos. Uno de los docentes que protestó enérgicamente por la celebración de un acto de estas características en al UCLM fue Fernando Cuartero, quien dirigió una carta al vicerrector del campus de Albacete que publiqué con su permiso.
"Pura pseudociencia y charlatanería"
El catedrático recordaba, en su misiva, que el seminario era "pura pseudociencia y charlatanería, algo completamente impropio de una institución científica y seria como es una universidad", y manifestaba su "total desaprobación a este tipo de actos, como también a sesiones de astrología, quiromancia, videncias, y otras supercherías que no deben tener cabida en una sede como la nuestra". Pedía la suspensión del acto y consideraba "un insulto doloroso" que en la publicidad del seminario pusiera “Colabora la UCLM” y se incluyera el logotipo de la institución", al tiempo que se preguntaba cómo se permitía que alguien usara indebidamente la imagen de la UCLM. "Aquí me permito recordarte que es eso precisamente lo que buscan. Este tipo de vulgares estafadores, por el módico pago de unas tasas, obtienen, mediante una mala práctica, un pretendido amparo académico que es completamente falso. Y, en cualquier caso, si han hecho un uso indebido de nuestra imagen, me parece que es otro motivo para cancelar el acto, acreditada su mala fe, o al menos exigirles de manera inmediata que cesen en ese uso. Me permito hacerte notar que, el mero hecho de que el que la universidad ceda sus instalaciones, y que además aparezca como colaborador del evento, va a transmitir la impresión de que de algún modo la UCLM da credibilidad a este tipo de actividades, con todo lo que ello supondría para la imagen de la universidad, y sea o no cierto que se otorga ningún tipo de aval", escribía Cuartero.
De todo lo argumentado, Rafael Campillo considero ofensiva la frase que dice: "Este tipo de vulgares estafadores, por el módico pago de unas tasas, obtienen, mediante una mala práctica, un pretendido amparo académico que es completamente falso." Y demandó a Cuartero. La jueza considera ahora "que dichas expresiones son innecesarias para la crítica del seminario, excediendo de ese animus criticandi. De la misma manera que no eran necesarias para poner de relieve que la parapsicología no es una ciencia". La magistrada, que condena a Cuartero al pago de una multa de 204 euros y de las costas procesales, saca a colación el significado de estafar según la RAE y dice que, al usar estafador, el catedrático "se está excediendo de la crítica al evento para pasar a menoscabar la fama y el honor de quien organizase el mismo". Cuartero ya explicó en su día que usó la expresión no en referencia a estafa económica, sino como símil de embaucador, charlatán y farsante que, en este caso, estafa moralmente a la sociedad al apropiarse del nombre e imagen de la UCLM para legitimar un acto anticientífico, como queda claro a cualquiera que lea la frase objeto de litigio.
La juez añade que, "aunque sea una crítica social aceptada el hablar de la parapsicología como pseudociencia, no lo es el decir que son vulgares estafadores, porque socialmente estas expresiones son ofensivas y menoscaban y quebrantan la fama y prestigio de la persona a la que van dirigidas". Es decir que, si alguien practica magia y cobra por ello, no se le puede llamar estafador, aunque la magia no exista. O, trasladado al acto celebrado hace un año en la UCLM, si alguien cobra a un montón de crédulos por ponerles en contacto con sus seres queridos muertos y simula hacerlo mediante todo tipo de artimañas, no se le puede llamar estafador ni a él ni a su agente o promotor que se han aprovechado de la ingenuidad del público. De verdad, ¡manda narices!
No sé si Fernando Cuartero recurrirá o no la sentencia. Sea cual sea el caso, merece que quienes abogamos por el pensamiento crítico le ofrezcamos nuestro apoyo moral y, si fuera necesario, económico. Si quieren dar el primer paso, únanse en Facebook al grupo Apoyo al profesor Fernando Cuartero.
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Fernando Cuartero, catedrático de Lenguajes y Sistemas Informáticos y subdirector académico del Vicerrectorado de Investigación de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), ha sido condenado a pagar una multa de 204 euros como autor de una falta de injurias por haber calificado en una carta de "vulgares estafadores" a los organizadores de un seminario espiritista celebrado en esa institución académica, en Albacete, el 31 de octubre y 1 de noviembre del año pasado. La titular del Juzgado de Instrucción Nº 1 de Albacete, Otilia Martínez Palacios, considera en la sentencia que, "aunque sea una crítica social aceptada el hablar de la parapsicología como pseudociencia, no lo es el decir que son vulgares estafadores, porque socialmente estas expresiones son ofensivas y menoscaban y quebrantan la fama y prestigio de la persona a la que van dirigidas".
El llamado II Seminario Vida después de la Vida contó en octubre de 2009 con la presencia del el parapsicólogo Raymond Moody, autor del libro Vida después de la vida (1976), y la médium Marylin Rossner, que protagonizó una sesión espiritista en el paraninfo de la universidad castellano-manchega. El organizador del acto, Rafael Campillo, incluyó en un principio el logotipo de la UCLM en la convocatoria del acto y presentó a la institución como colaboradora del mismo, pero tuvo que quitarlo cuando varios profesores alertaron de ello a los responsables académicos. Uno de los docentes que protestó enérgicamente por la celebración de un acto de estas características en al UCLM fue Fernando Cuartero, quien dirigió una carta al vicerrector del campus de Albacete que publiqué con su permiso.
"Pura pseudociencia y charlatanería"
El catedrático recordaba, en su misiva, que el seminario era "pura pseudociencia y charlatanería, algo completamente impropio de una institución científica y seria como es una universidad", y manifestaba su "total desaprobación a este tipo de actos, como también a sesiones de astrología, quiromancia, videncias, y otras supercherías que no deben tener cabida en una sede como la nuestra". Pedía la suspensión del acto y consideraba "un insulto doloroso" que en la publicidad del seminario pusiera “Colabora la UCLM” y se incluyera el logotipo de la institución", al tiempo que se preguntaba cómo se permitía que alguien usara indebidamente la imagen de la UCLM. "Aquí me permito recordarte que es eso precisamente lo que buscan. Este tipo de vulgares estafadores, por el módico pago de unas tasas, obtienen, mediante una mala práctica, un pretendido amparo académico que es completamente falso. Y, en cualquier caso, si han hecho un uso indebido de nuestra imagen, me parece que es otro motivo para cancelar el acto, acreditada su mala fe, o al menos exigirles de manera inmediata que cesen en ese uso. Me permito hacerte notar que, el mero hecho de que el que la universidad ceda sus instalaciones, y que además aparezca como colaborador del evento, va a transmitir la impresión de que de algún modo la UCLM da credibilidad a este tipo de actividades, con todo lo que ello supondría para la imagen de la universidad, y sea o no cierto que se otorga ningún tipo de aval", escribía Cuartero.
De todo lo argumentado, Rafael Campillo considero ofensiva la frase que dice: "Este tipo de vulgares estafadores, por el módico pago de unas tasas, obtienen, mediante una mala práctica, un pretendido amparo académico que es completamente falso." Y demandó a Cuartero. La jueza considera ahora "que dichas expresiones son innecesarias para la crítica del seminario, excediendo de ese animus criticandi. De la misma manera que no eran necesarias para poner de relieve que la parapsicología no es una ciencia". La magistrada, que condena a Cuartero al pago de una multa de 204 euros y de las costas procesales, saca a colación el significado de estafar según la RAE y dice que, al usar estafador, el catedrático "se está excediendo de la crítica al evento para pasar a menoscabar la fama y el honor de quien organizase el mismo". Cuartero ya explicó en su día que usó la expresión no en referencia a estafa económica, sino como símil de embaucador, charlatán y farsante que, en este caso, estafa moralmente a la sociedad al apropiarse del nombre e imagen de la UCLM para legitimar un acto anticientífico, como queda claro a cualquiera que lea la frase objeto de litigio.
La juez añade que, "aunque sea una crítica social aceptada el hablar de la parapsicología como pseudociencia, no lo es el decir que son vulgares estafadores, porque socialmente estas expresiones son ofensivas y menoscaban y quebrantan la fama y prestigio de la persona a la que van dirigidas". Es decir que, si alguien practica magia y cobra por ello, no se le puede llamar estafador, aunque la magia no exista. O, trasladado al acto celebrado hace un año en la UCLM, si alguien cobra a un montón de crédulos por ponerles en contacto con sus seres queridos muertos y simula hacerlo mediante todo tipo de artimañas, no se le puede llamar estafador ni a él ni a su agente o promotor que se han aprovechado de la ingenuidad del público. De verdad, ¡manda narices!
No sé si Fernando Cuartero recurrirá o no la sentencia. Sea cual sea el caso, merece que quienes abogamos por el pensamiento crítico le ofrezcamos nuestro apoyo moral y, si fuera necesario, económico. Si quieren dar el primer paso, únanse en Facebook al grupo Apoyo al profesor Fernando Cuartero.
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