Pero me interesa ahora dar algunos apuntes sobre la idea del terror revolucioario en la tradición de octubre de 1917.
Antes de nada. Hay una diferencia entre Marx y Bakunin que no se suele tener en cuenta, y que a lo mejor era la única diferencia sustancial entre ambos. Me refiero al carácter de la violencia revolucionaria.
Para Bakunin, la violencia era consustancial a la revolución: esta sería un alzamiento con el objetivo de destruir de forma inmediata al estado y al capitalismo, enfrentándose a sus defensores, tras lo que se establecería una sociedad comunista. Nótese, que esto desmiente a todos aquellos que han afirmado y afirman que el anarquismo rompe en la práctica con su propia teoría al haberse establecido en la Historia por dictaduras locales: la violencia era el método revolucionario por excelencia, pero no suponía el establecimiento de un régimen terrorista.
Para Marx (y para Engels), la violencia era sólo un método revolucionario más, y su consieración varió con el tiempo. Si durante las revoluciones de 1848 Marx consideraba que la violencia era un método para acelerar el fin inevitable del capitalismo, para hacer la revolución socialista lo más rápida posible (nótese: es también un método revolucionario, pero no se llamaba a establecer un régimen terrorista), un cuarto de siglo después, en La guerra civil en Francia, consideraría que si la Comuna de París fue el ejemplo de cómo sería la dictadura del proletariado, lo fue también por no establecer un régimen de terror.
Téngase en cuenta, en todo caso, que Marx, al hablar de la destrucción de la burguesía, lo hacía en el sentido de su destrucción como clase, es decir, socioecoómica, no física. En esto, como en tantas otras cosas, los bolcheviques fueron a la contra del pensamiento político de Marx.
Entre diciembre de 1917 y el verano de 1918, una serie de hechos iniciaron la guerra civil en Rusia y dejaron a los bolcheviques como élite gobernante en la Rusia soviética. Resumiendo: a la formación de juntas contrarrevolucionarias en Siberia y el sur de Rusia le sucedieron la disolución de la Asamblea Constituyente por los bolcheviques y la ruptura con el ala izquierda de los eseritas (militantes del Partido Socialista Revolucionario) y con los anarquistas tras la paz de Brest-Litovsk.
En este contexto de guerra civil y de luchas faccionales en la Rusia soviética, al que hay que sumar el deseo de hacer ajustes de cuentas (reales o supuestos) tanto por individuos como por colectivos, el deseo de realizar acciones simbólicas que afirmen el nuevo poder, y el colapso de las instituciones militares, policiales y judiciales rusas, los bolcheviques plantean la creación de dos instituciones que ejecuten la violencia del nuevo estado que ellos controlan contra sus enemigos: el Ejército Rojo (que no se crea sólo para combatir en la guerra civil: por ejemplo, se usa para requisar las cosechas de los campesinos "pequeñoburgueses", es decir, pequeños propietarios) y la Checa (policía política). Y los enemigos no se caracterizan tanto en términos políticos ("reaccionarios") como clasistas: son, o bien "terratenientes" o "burgueses" (los blancos), o bien "pequeñoburgueses" (los eseritas de izquierda, los anarquistas), y son contrarrevolucionarios por su posición social.
En mi opinión, esto no respondió a ningún "gran plan" predeterminado, sino a la lógica de las luchas faccionales y de la guerra civil: las luchas faccionales dieron a los bolcheviques el poder en la Rusia soviética, pero este pasaron a disputárselo otras facciones militarizadas.
Una primera justificación teórica de la represión bolchevique la hace Lenin en el año 1921, en La dictadura del proletariado y el renegado Kautsky, respuesta directa a La dictadura del proletariado, obra de 1918 de Karl Kautsky. Los bolcheviques habían establecido una dictadura de clase, cuyo mantenimiento, ante la perspectiva de una fase revolucionaria larga y dura, requería considerar el fin del interés de clase del proletariado (interés objetivizado en su vanguardia, el partido) y la represión continua de la burguesía; los escrúpulos ante los métodos bolcheviques se debían a simples "prejuicios burgueses".
Cierto, que ya antes de octubre de 1917 Lenin había llamado al exterminio físico de terratenientes, funcionarios civiles, y militares reaccionarios. No niego que ciertos elementos destructivos de la ideología leninista se desarrollasen tras la revolución: pero lo hicieron en el contexto del que ya he hablado, y no siendo antes de octubre de 1917 parte esencial del pensamieto leninista. Y téngase en cuenta que, en el verano de 1918, Lenin daba en Estado y revolución un concepto de la dictadura del proletariado muy distinto del que luego desarrollarían: derivado de forma directa de la interpretación de Marx de la Comuna, Lenin llegaba a afirmar que la revolución sería rápida, y que ya durante ella misma, y no después, empezaría la disolución del estado, cuerpos represivos de todo tipo incluidos. En 1921 Lenin lo que hacía era una legitimación a posteriori tanto de la represión bolchevique como del establecimiento de los bolcheviques como nueva élite gobernante.
Pero hubo una legitimación anterior a la de Lenin, la de Trotski en Terrorismo y comunismo, de 1920 (otra respuesta a la obra de Kautsky). Para Trotski, un método era válido sólo si permitía el triunfo bolchevique, rechazando de forma explícita la asociación entre métodos y principios políticos: de ahí que se clausurase por la fuerza la Asamblea Constituyente, en la que los eseritas eran mayoría. Y de ahí que el terrorismo de masas fuera un método válido contra los reaccionarios.
Trotski planteaba el terrorismo revolucionario en términos clasistas: si el terror lo ejercía la burguesía contra el proletariado, era malo; si lo ejercía el proletariado contra la burguesía, era bueno. También lo hacía en términos de necesidad histórica: si el fin de la Historia era el establecimiento de una sociedad comunista por el proletariado, cualquier método valía, incluso la destrucción física de otras fracciones políticas que se reclamaran (de forma falsa, por suuesto, ya que sólo la vanguardia de clase era la materialización de lo intereses del proletariado) como proletarias (mencheviques, eseritas, anarquistas).
Los bolcheviques, me parece a mí, tenían más del Príncipe de Maquiavelo que de seguidores de Marx: la virtud era directamente proporcional al triunfo histórico, no a los medios políticos empleados, incluyendo el afirmar de forma implícita (e incluso explícita) que la destrucción de la burguesía no era sólo socioeconómica, sino física. Téngase en cuenta que la definición de "burguesía" o de "pequeña burguesía", en la práctica, era arbitraria: poseer un poco de tierra, o medios de producción mínimos, o sólo haber contratado por algún tiempo a un jornalero, le valía a un campesino ser clasificado como "kulak". De hecho, esta clasficación podía depender sólo de la actitud del campesino ante el poder bolchevique desde la guerra civil (que fue sobre todo una guerra civil campesina, en la que los soldados del ejército rojo y de los blancos se indiferenciaban por su extracción socioeconómica), con independencia de consideraciones económicas. Era esta la arbitrariedad de la Checa y de la GPU.
Por último. No cabe la menor duda de que el llamado "estalinismo" no fue sino llevar hasta las últimas consecuencias la práctica política bolchevique. Desde la disolución de la Asamblea Constituyente fue estableciéndose un régimen terrorista, en parte por las necesidades del momento, en parte por afianzar el poder bolchevique, que, en la práctica, caracterizó de forma arbitraria como contrarrevolucionarios "burgueses" o "pequeñoburgueses" no sólo a los reaccionarios, sino a todos aquellos que tenían un concepto distinto de revolución. Y la concepción leninista del terror revolucionario fue compartida por Trotski y la Oposición de Izquierda, como he dicho, pero también por Bujarin y la Oposición de Derecha, que fueron mansamente al paredón en las grandes purgas: para todos ellos, el estado proletario debía no sólo imponer por la fuerza la concepción bolchevique del socialismo, sino realizar el exterminio físico de aquellos que se le opusieran como medio de asegurar el triunfo del socialismo.
Alegrarse por la muerte de alguien con nombres y apellidos concretos que ha cometido actos concretos, es hasta humano, como necesaria es la justicia. Pero es que por aquí puede entrarse en una abstracción peligrosa, la de alegrarse por la muerte de alguien por ser un "burgués" o un "fascista", sin más justificaciones. Y de aquí puede llegarse a la despersonalización del adversario que hacían los mismos franquistas, ya no es una persona, es "sólo" un "rojo", un ente abstracto. Y esta sería una deriva muy peligrosa.
Si alguien es culpable, se le aplica justicia. Si alguien es cómplice, se le aplica justicia. Pero al familiar de un culpable o de un cómplice, no. Es lo que hacían los franquistas y los bolcheviques [me refería aquí a la colectivización forzada ordenada por Stalin desde 1929, en la que no se exterminó sólo a los campesinos clasificados como "kulaks", sino a sus familias]. Es lo mismo que aceptar el moralismo judeocristiano de "caigan los pecados de los padres sobre los hijos". En las colectividades aragonesas, por ejemplo, se aceptó sin reparos a muchos parientes de facciosos. Es absurdo, se mire como se mire, recriminar a una persona lo que un familiar hubiera podido hacer o decir guiado por su ideología, o poner a alguien bajo sospecha sólo por su parentesco.
Y lo mismo para quien pertenezca a una clase determinada. Ni los propietarios son malos por naturaleza, ni los obreros buenos por naturaleza. Ni condenamos a aquellos en masa, ni absolvemos a estos en masa. El estalinismo no fue sino la definitiva institucionalización en el estado soviético de la moral obrerista.
Esta informacion la he sacado de aqui: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Me gustaria exponer esta critica porque me parece muy buena eso si, no quiero ni insultos ni estupideces, me gustaria que esto se debatiera con respeto y tranquilidad porfavor.