¿Monistas o dualistas respecto al hombre y el cerebro?
Como de los factores mas importantes quiero que se debata a cerca de este tema aquí. Si puede ser con argumentos
Por eso dije que discutir de esta forma no es bueno, no es encasillarse, ningún filósofo más o menos serio se encasilló en alguna tendencia. E incluso, si seguimos el ejemplo de Hegel, éste logró incorporar y superar el racionalismo y el empirismo en su filosofía como parte de los momentos y niveles en que se manifiesta la verdad. Por eso es que encasillarse no tiene mucho sentido, empezando por la dificultad de encasillar a Marx o Engels en alguna de las categorías que propones. De alguna manera todo filósofo tiene algo de empirista y racionalista.unaihooligan escribió:Como no vas a ser ni empirista ni racionalista?
Iconoclasta escribió:Lo esencial de la filosofía es que es política... me parece que son muchos los marxistas que tratan de desligarlas como si fuesen fenómenos distintos... por eso es que gobiernan "los políticos" y el resto somos meros "ciudadanos"... de inmediato hay una diferencia sustancial
Compañero, la filosofía es política hasta la teología es política, me sorprendería que un marxista salga con la perla de las "zonas neutras". Todo lo cruza y empapa la lucha de clases.Iconoclasta escribió:Lo esencial de la filosofía es que es política... me parece que son muchos los marxistas que tratan de desligarlas como si fuesen fenómenos distintos... por eso es que gobiernan "los políticos" y el resto somos meros "ciudadanos"... de inmediato hay una diferencia sustancial
El pueblo chino considera las bodas eventos felices rojos y los funerales eventos felices blancos. Yo lo encuentro muy lógico. El pueblo chino conoce la dialéctica. De las bodas resultarán niños. Un niño brota del cuerpo de la madre; es un cambio repentino, un evento alegre. Un individuo se parte en dos o tres, o aun 10, como el portaaviones.
La gente sencilla halla que las ocurrencias, cambios y muertes de cosas nuevas son eventos felices. Cuando una persona muere, se efectúa una reunión conmemorativa. Aunque los deudos lloran y se acongojan, también sienten que es una ocasión feliz. En realidad, así lo es. Imagínense no más si Confucio estuviera vivo todavía y presente aquí en esta reunión en el Salón Huai-jen. ¡Tendría más de dos mil años y eso no sería muy bueno! Si uno se adscribe a la dialéctica, y aún así desaprueba la muerte, eso es metafísica. Los desastres son fenómenos naturales, fenómenos sociales. El cambio repentino es la ley más fundamental del universo. El nacimiento es un cambio repentino, así es la muerte. En las varias décadas del nacimiento a la muerte, hay un cambio gradual. Si Chiang Kai-shek muriese, aplaudiríamos de gozo. Si Dulles muriera, ni uno de nosotros soltaría una l grima. Esto es así porque la muerte de cosas de la antigua sociedad es una cosa buena, que todos esperan. Aunque el nacimiento de las cosas nuevas es bueno, su muerte naturalmente no es buena. El fracaso de la Revolución de 1905 en Rusia y la pérdida de nuestras bases en el sur fueron equivalentes a retoños destrozados por el granizo y la tormenta. Naturalmente, no es bueno. Y se presenta el problema de remplazar los retoños destruidos. Nosotros los comunistas abrigamos la esperanza de cambios. El llamado salto adelante significa un cambio del pasado... El cambio repentino es mejor que el cambio cuantitativo. Pero sin cambio cuantitativo no puede haber cambio repentino. El cambio cuantitativo es indispensable, y el negarlo llevar al aventurerismo. La destrucción del equilibrio constituye un salto adelante y tal destrucción es mejor que el equilibrio. El desequilibrio y los dolores de cabeza son cosas buenas.... El equilibrio, el cambio cuantitativo y la unidad son pasajeros y relativos. El desequilibrio, los cambios repentinos y la desunión son absolutos y permanentes. Muchas desuniones se han superado y se han convertido en unidad. La unidad se propone debido a la desunión.
1958, "Tercer discurso ante la 2ª sesión del 8º Congreso del Partido" (Miscellany).
Antes, se solía decir que había tres grandes leyes de la dialéctica; entonces Stalin dijo que había cuatro. A mí me parece que hay sólo una ley fundamental: la ley de la contradicción. Calidad y cantidad, positivo y negativo, apariencia externa y esencia, contenido y forma, necesidad y libertad, posibilidad y realidad, etc., todos son casos de la unidad de opuestos.
1965, "Discurso en Hangchow" (Schram).
Mao ha heredado íntegramente la dialéctica esquemática de los filósofos chinos del pasado. Estos no reconocen la interconexión de los aspectos contradictorios existentes en el mundo; los contrarios se presentan incomunicados, aislados, actuando separadamente. El paso de un contrario al otro, no es algo vivo, expresión
de un proceso dialéctico interno, sino un intercambio mecánico de lugar. En esta dialéctica no cabe el reconocimiento de que la lucha de contrarios lleva, en fin de cuentas, al surgimiento de una nueva contradicción; que la unidad de contrarios es sustituida por una nueva unidad de contrarios. No hay, pues, un simple cambio de lugar de los contrarios sino la aparición de algo nuevo, un cambio cualitativo.
Dice también: «Obsérvese cómo a través de la revolución, el proletariado de clase dominada se transforma
en clase dominadora, en tanto que la burguesía, hasta entonces dominadora se
transforma en dominada. OCUPANDO EL LUGAR DE SU OPUESTO» .
Esta concepción mecanicista sobre la conversión de un contrario en su opuesto,
lleva a Mao a presentarnos un proletariado convertido en burguesía y ésta convertida
en proletariado, como consecuencia de la revolución.