José Manzaneda, coordinador de Cubainformación.-
La actual ofensiva de las grandes empresas mediáticas españolas contra los gobiernos de Cuba y Venezuela no es obra solo de los medios ligados al derechista Partido Popular. El Grupo Prisa, ligado al Partido Socialista, lleva a cabo una permanente agresión informativa contra estos dos países, pero también contra gobiernos progresistas y de izquierda de América Latina, como los de Ecuador, Bolivia o Argentina. La hostilidad de El País, la Cadena Ser o Cuatro es directamente proporcional a los obstáculos que han puesto dichos gobiernos a la penetración empresarial, en sus países, de los medios y editoriales del Grupo Prisa.
A esta ofensiva se ha unido en los últimos tiempos el único consorcio mediático español que ha cedido algún espacio a opiniones de izquierda: el Grupo Mediapro. A él pertenece el canal televisivo La Sexta y el diario Público que, en su estrategia de mercado, tratan de ganar un segmento de público con sensibilidad progresista. La Sexta Televisión, en concreto, basa su éxito en creativos e inteligentes programas de humor que han conseguido un público fiel entre la juventud.
Precisamente han sido los espacios de humor de esta cadena los más agresivos contra los gobiernos de Cuba y Venezuela en las últimas semanas.
El Intermedio, programa presentado por el conocido showman El Gran Wyoming utilizaba para descalificar al gobierno venezolano un argumento clásico de la derecha -la defensa de la propiedad privada- y se solidarizaba con un empresario venezolano cuyos terrenos habían sido expropiados por el gobierno de Hugo Chávez para desarrollar un proyecto social (1). Una crítica, por otro lado, coherente con la condición de empresario del humorista.
Contra Cuba, el mismo presentador y el mismo programa empleaban la manida e insostenible comparación entre regímenes antagónicos como la Revolución cubana y el franquismo, un tenebroso cliché mediático convertido en verdad incontestable (2).
El programa se unía, además, al linchamiento mediático al que ha sido sometido el actor Willy Toledo por su denuncia de la manipulación informativa en torno a la muerte del preso cubano Orlando Zapata. Eso sí, tratando de distanciarse de los exabruptos de los medios de ultraderecha, en un forzado y poco creíble intento de equidistancia política.
Desde hace semanas, el humorista y copropietario de La Sexta TV Andreu Buenafuente se unía al coro mediático que a diario trata de demonizar y ridiculizar al presidente Hugo Chávez. Podemos imaginar la reacción mediática y política española si en Venezuela hicieran lo mismo con el Rey de España (3).
Los informativos de la cadena La Sexta y la sección de Internacional del diario Público repiten, con ligeros matices, el discurso mimetizado del resto de medios sobre Venezuela y Cuba. El ataque permanente a la figura del presidente Chávez, el reciente intento de vincularle con ETA o las FARC, o la apología de los llamados “disidentes” cubanos, a pesar de su probada dependencia del gobierno de EEUU, han sido parte del discurso informativo de estos medios en los últimos tiempos.
Es patente, por ejemplo, el viraje que ha realizado el periódico Público en esta última etapa en lo que respecta a la información sobre América Latina, acercándose paulatinamente a las agresivas posiciones del Grupo Prisa. En ello, ha sido clave el papel de su corresponsal en Caracas Daniel Lozano, quien cubre también la información sobre Cuba.
Desde su nacimiento, la línea informativa del Grupo Mediapro encerraba una contradicción elemental: entre su condición de gran empresa privada, con sus intereses e ideología ligada a ellos, y la búsqueda de un segmento de audiencia potencial huérfana de referente mediático, en este caso un público joven y con sensibilidad de izquierda. Una contradicción que se va resolviendo, paulatinamente, en beneficio de la primera.
(1) [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
(2) [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
(3) [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
La actual ofensiva de las grandes empresas mediáticas españolas contra los gobiernos de Cuba y Venezuela no es obra solo de los medios ligados al derechista Partido Popular. El Grupo Prisa, ligado al Partido Socialista, lleva a cabo una permanente agresión informativa contra estos dos países, pero también contra gobiernos progresistas y de izquierda de América Latina, como los de Ecuador, Bolivia o Argentina. La hostilidad de El País, la Cadena Ser o Cuatro es directamente proporcional a los obstáculos que han puesto dichos gobiernos a la penetración empresarial, en sus países, de los medios y editoriales del Grupo Prisa.
A esta ofensiva se ha unido en los últimos tiempos el único consorcio mediático español que ha cedido algún espacio a opiniones de izquierda: el Grupo Mediapro. A él pertenece el canal televisivo La Sexta y el diario Público que, en su estrategia de mercado, tratan de ganar un segmento de público con sensibilidad progresista. La Sexta Televisión, en concreto, basa su éxito en creativos e inteligentes programas de humor que han conseguido un público fiel entre la juventud.
Precisamente han sido los espacios de humor de esta cadena los más agresivos contra los gobiernos de Cuba y Venezuela en las últimas semanas.
El Intermedio, programa presentado por el conocido showman El Gran Wyoming utilizaba para descalificar al gobierno venezolano un argumento clásico de la derecha -la defensa de la propiedad privada- y se solidarizaba con un empresario venezolano cuyos terrenos habían sido expropiados por el gobierno de Hugo Chávez para desarrollar un proyecto social (1). Una crítica, por otro lado, coherente con la condición de empresario del humorista.
Contra Cuba, el mismo presentador y el mismo programa empleaban la manida e insostenible comparación entre regímenes antagónicos como la Revolución cubana y el franquismo, un tenebroso cliché mediático convertido en verdad incontestable (2).
El programa se unía, además, al linchamiento mediático al que ha sido sometido el actor Willy Toledo por su denuncia de la manipulación informativa en torno a la muerte del preso cubano Orlando Zapata. Eso sí, tratando de distanciarse de los exabruptos de los medios de ultraderecha, en un forzado y poco creíble intento de equidistancia política.
Desde hace semanas, el humorista y copropietario de La Sexta TV Andreu Buenafuente se unía al coro mediático que a diario trata de demonizar y ridiculizar al presidente Hugo Chávez. Podemos imaginar la reacción mediática y política española si en Venezuela hicieran lo mismo con el Rey de España (3).
Los informativos de la cadena La Sexta y la sección de Internacional del diario Público repiten, con ligeros matices, el discurso mimetizado del resto de medios sobre Venezuela y Cuba. El ataque permanente a la figura del presidente Chávez, el reciente intento de vincularle con ETA o las FARC, o la apología de los llamados “disidentes” cubanos, a pesar de su probada dependencia del gobierno de EEUU, han sido parte del discurso informativo de estos medios en los últimos tiempos.
Es patente, por ejemplo, el viraje que ha realizado el periódico Público en esta última etapa en lo que respecta a la información sobre América Latina, acercándose paulatinamente a las agresivas posiciones del Grupo Prisa. En ello, ha sido clave el papel de su corresponsal en Caracas Daniel Lozano, quien cubre también la información sobre Cuba.
Desde su nacimiento, la línea informativa del Grupo Mediapro encerraba una contradicción elemental: entre su condición de gran empresa privada, con sus intereses e ideología ligada a ellos, y la búsqueda de un segmento de audiencia potencial huérfana de referente mediático, en este caso un público joven y con sensibilidad de izquierda. Una contradicción que se va resolviendo, paulatinamente, en beneficio de la primera.
(1) [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
(2) [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
(3) [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]