A funcionario norteamericano le preocupa que Wikileaks revele sus conversaciones con Yoani Sánchez
El diario suizo Le Temps ha publicado una entrevista con el ex Jefe de la Sección de Intereses de los Estados Unidos en La Habana, Michael Parmly, en la que el funcionario muestra su temor ante las posibles filtraciones de los cables enviados por él al Departamento de Estado desde Cuba, que están en poder de Wikileaks.
Además de temer por la identidad de los espías de EEUU en la Isla, asegura que se “disgustará mucho si publican las múltiples conversaciones que tuve con la bloguera Yoani Sanchez”.
Parmly, quien dirigió la SINA en La Habana desde septiembre de 2005 hasta julio 2008, firmó numerosos cables enviados desde Cuba a Washington y aseguró al diario que tenía empeñados a los 50 americanos presentes en la isla en la labor de recaudar información que sería enviada al Departamento de Estado.
“Ahora -dice Le Temps- tiene miedo de que algunos de los ‘colaboradores’ de los diplomáticos norteamericanos puedan ser identificados: ‘al contrario de lo que dicen las publicaciones solamente 1 quizás 2% de los cables fueran míos. Era importante para mí que los colaboradores escribieran”. Segun M. Parmly, Wikileaks amenaza la calidad del trabajo que los diplomáticos hacen en la isla.
En la SINA misma hay una sala con 40 computadoras accesible a ciertos cubanos tras subscripción, afirma Le Temps. Una decena de visitantes de esa “biblioteca electrónica”, que “no respetaban las condiciones de utilización fueron expulsados. Algo que provocó un incidente con algunos disidentes como Vladimiro Roca y Elizardo Sánchez. Ambos fueron a discutir con Parmly. Las conversaciones se encuentran en Wikileaks.”
“Ellos son personalidades con notoriedad internacional -dice Parmly a Le Temps-. El daño queda limitado. Pero si es un padre de familia, no conocido, que aparece en un cable, pudiera sufrir las consecuencias toda su vida. Me disgustaré mucho si publican las múltiples conversaciones que tuve con la bloguera Yoani Sanchez”, dice el ex-responsable de los EEUU.
“La publicación de los documentos de Wikileaks pueden desalentar a los cubanos a hablar con nosotros… Intimidados, los diplomáticos pueden autocensurarse. Si en ese tiempo hubiera podido prever la filtración de Wikileaks hubiera limitado a la mitad los nombre en los cables.”
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El diario suizo Le Temps ha publicado una entrevista con el ex Jefe de la Sección de Intereses de los Estados Unidos en La Habana, Michael Parmly, en la que el funcionario muestra su temor ante las posibles filtraciones de los cables enviados por él al Departamento de Estado desde Cuba, que están en poder de Wikileaks.
Además de temer por la identidad de los espías de EEUU en la Isla, asegura que se “disgustará mucho si publican las múltiples conversaciones que tuve con la bloguera Yoani Sanchez”.
Parmly, quien dirigió la SINA en La Habana desde septiembre de 2005 hasta julio 2008, firmó numerosos cables enviados desde Cuba a Washington y aseguró al diario que tenía empeñados a los 50 americanos presentes en la isla en la labor de recaudar información que sería enviada al Departamento de Estado.
“Ahora -dice Le Temps- tiene miedo de que algunos de los ‘colaboradores’ de los diplomáticos norteamericanos puedan ser identificados: ‘al contrario de lo que dicen las publicaciones solamente 1 quizás 2% de los cables fueran míos. Era importante para mí que los colaboradores escribieran”. Segun M. Parmly, Wikileaks amenaza la calidad del trabajo que los diplomáticos hacen en la isla.
En la SINA misma hay una sala con 40 computadoras accesible a ciertos cubanos tras subscripción, afirma Le Temps. Una decena de visitantes de esa “biblioteca electrónica”, que “no respetaban las condiciones de utilización fueron expulsados. Algo que provocó un incidente con algunos disidentes como Vladimiro Roca y Elizardo Sánchez. Ambos fueron a discutir con Parmly. Las conversaciones se encuentran en Wikileaks.”
“Ellos son personalidades con notoriedad internacional -dice Parmly a Le Temps-. El daño queda limitado. Pero si es un padre de familia, no conocido, que aparece en un cable, pudiera sufrir las consecuencias toda su vida. Me disgustaré mucho si publican las múltiples conversaciones que tuve con la bloguera Yoani Sanchez”, dice el ex-responsable de los EEUU.
“La publicación de los documentos de Wikileaks pueden desalentar a los cubanos a hablar con nosotros… Intimidados, los diplomáticos pueden autocensurarse. Si en ese tiempo hubiera podido prever la filtración de Wikileaks hubiera limitado a la mitad los nombre en los cables.”
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