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Por Sebastian Smith (AFP) – hace 2 días
NUEVA YORK — Luis Peña Soltrén, un ciudadano cubano-estadounidense de 67 años que secuestró un avión y lo obligó a ir a Cuba en 1968, fue condenado este martes a 15 años de cárcel por un juez de Nueva York.
Peña Soltrén, que permaneció fugitivo en Cuba durante más de 40 años, se entregó a las autoridades estadounidenses en octubre de 2009.
En marzo de 2010 el fugitivo se había declarado culpable de haber secuestrado un avión de la compañía Pan Am en 1968.
Peña Soltrén expresó remordimiento por ese secuestro pero el juez Alvin Hellerstein, que lo condenó, replicó: "A veces es importante sufrir una condena estricta".
El vuelo Pan Am 281 del 24 de noviembre de 1968 se dirigía de Nueva York hacia Puerto Rico cuando Peña Soltrén y dos cómplices lo secuestraron con pistolas y cuchillos para desviar el aparato hacia La Habana.
El secuestro fue calificado de "terrible" por el juez.
"Intento imaginarme qué sentiría si alguien pusiera un cuchillo sobre mi cuello y una pistola contra mi espalda", dijo el juez Hellerstein.
Los dos cómplices de Peña Soltrén, José Rios y Miguel Castro, fueron capturados a mediados de los años 1970 y condenados respectivamente a 15 años y 12 años de cárcel.
Decenas de secuestros de ese tipo se produjeron en la década de 1960 por parte de activistas y grupos de extrema izquierda en Estados Unidos, así como por fugitivos de la justicia estadounidense que querían llegar a Cuba.
Peña Soltrén aseguró ante el juez que su participación en el secuestro no fue por motivos políticos, sino porque estaba desesperado porque quería ver a su padre gravemente enfermo en la isla.
Peña Soltrén, que aseguró que quería volver a Estados Unidos desde 1979 pero que nunca pudo, reconoció que tuvo "falta de experiencia, de paciencia, de madurez" cuando realizó el secuestro, a la edad de 26 años.
Tras la sentencia, Peña Soltrén fue autorizado a hablar brevemente con su esposa e hija presentes en la sala. Intentaron abrazarse, pero los agentes los separaron.
"Papi, te quiero mucho", le dijo su hija en español.
"Nadie conoce tu vida, estamos orgullosos de ti", añadió la esposa entre sollozos, mientras Peña Soltrén era conducido fuera del tribunal.
Por Sebastian Smith (AFP) – hace 2 días
NUEVA YORK — Luis Peña Soltrén, un ciudadano cubano-estadounidense de 67 años que secuestró un avión y lo obligó a ir a Cuba en 1968, fue condenado este martes a 15 años de cárcel por un juez de Nueva York.
Peña Soltrén, que permaneció fugitivo en Cuba durante más de 40 años, se entregó a las autoridades estadounidenses en octubre de 2009.
En marzo de 2010 el fugitivo se había declarado culpable de haber secuestrado un avión de la compañía Pan Am en 1968.
Peña Soltrén expresó remordimiento por ese secuestro pero el juez Alvin Hellerstein, que lo condenó, replicó: "A veces es importante sufrir una condena estricta".
El vuelo Pan Am 281 del 24 de noviembre de 1968 se dirigía de Nueva York hacia Puerto Rico cuando Peña Soltrén y dos cómplices lo secuestraron con pistolas y cuchillos para desviar el aparato hacia La Habana.
El secuestro fue calificado de "terrible" por el juez.
"Intento imaginarme qué sentiría si alguien pusiera un cuchillo sobre mi cuello y una pistola contra mi espalda", dijo el juez Hellerstein.
Los dos cómplices de Peña Soltrén, José Rios y Miguel Castro, fueron capturados a mediados de los años 1970 y condenados respectivamente a 15 años y 12 años de cárcel.
Decenas de secuestros de ese tipo se produjeron en la década de 1960 por parte de activistas y grupos de extrema izquierda en Estados Unidos, así como por fugitivos de la justicia estadounidense que querían llegar a Cuba.
Peña Soltrén aseguró ante el juez que su participación en el secuestro no fue por motivos políticos, sino porque estaba desesperado porque quería ver a su padre gravemente enfermo en la isla.
Peña Soltrén, que aseguró que quería volver a Estados Unidos desde 1979 pero que nunca pudo, reconoció que tuvo "falta de experiencia, de paciencia, de madurez" cuando realizó el secuestro, a la edad de 26 años.
Tras la sentencia, Peña Soltrén fue autorizado a hablar brevemente con su esposa e hija presentes en la sala. Intentaron abrazarse, pero los agentes los separaron.
"Papi, te quiero mucho", le dijo su hija en español.
"Nadie conoce tu vida, estamos orgullosos de ti", añadió la esposa entre sollozos, mientras Peña Soltrén era conducido fuera del tribunal.