Concurso: Situaciones embarazosas

Manifiesto escribió:Un día iba por la calle con unos amigos y se nos cruzaron tres de ElMilitante por delante, sentí la necesidad de gritartes un "Slava Stalin", lo hice... toda la calle se me quedó mirando

rebelderojo escribió:

Manifiesto escribió:Un día iba por la calle con unos amigos y se nos cruzaron tres de ElMilitante por delante, sentí la necesidad de gritartes un "Slava Stalin", lo hice... toda la calle se me quedó mirando

jajajaja yo tengo muchas ganas de hacer eso,pero me cuesta un poco encontrarme con mis amigos comunistas XD

PequeñoBurgués escribió:yo subía la escalera
masticando regaliz
y un orondo caballero
elegante y majadero
me tiró de la nariz
le pegué de tal manera
que calló por la escalera
y rodó por el tapiz

pedrocasca escribió:

Como se nota vuestra juventud (envidia que me da). En Madrid, año 1973, en la línea 1 de Metro, llegando a la estación de Valdeacederas alrededor de las 11 horas de un viernes. El vagón va con unas veinte personas, entre ellas una pareja de policías municipales de unos cincuenta años de edad. Una camarada del PCE y yo, de la organización de la Universidad Autónoma, estamos hablando y entre los dos llevamos un paquete de unos diez kilos de peso en el que envueltos en papel de envolver y atado todo con una fina cuerda de plástico, van un montón de docenas de ejemplares de Mundo Obrero, periódico del PCE, por supuesto, ilegal y tremendamente perseguido. Frenazo del metro y la cuerda del paquete se rompe, arranca de nuevo el convoy y rápidamente nuevo frenazo. El suelo de todo el vagón queda regado de ejemplares de Mundo Obrero que han salido disparados del paquete ya completamente desbaratado. La gente se agacha a coger ejemplares y a comentar lo que pone (llamativa la cabecera del periódico con la hoz y el martillo y titulares de gran tamaño). Mi camarada y yo completamente asustados vemos a los policías municipales ir recogiendo por todo el vagón los ejemplares que se han caído. Se acercan, nos dan los buenos días, nos ayudan a recoger y recomponer el paquete de periódicos, consiguen atar de nuevo la cuerda, saludan y se bajan en la estación de Valdeacederas. Probablemente mi actual hipertensión tenga que ver con el susto de ese día.

pedrocasca escribió:

Como se nota vuestra juventud (envidia que me da). En Madrid, año 1973, en la línea 1 de Metro, llegando a la estación de Valdeacederas alrededor de las 11 horas de un viernes. El vagón va con unas veinte personas, entre ellas una pareja de policías municipales de unos cincuenta años de edad. Una camarada del PCE y yo, de la organización de la Universidad Autónoma, estamos hablando y entre los dos llevamos un paquete de unos diez kilos de peso en el que envueltos en papel de envolver y atado todo con una fina cuerda de plástico, van un montón de docenas de ejemplares de Mundo Obrero, periódico del PCE, por supuesto, ilegal y tremendamente perseguido. Frenazo del metro y la cuerda del paquete se rompe, arranca de nuevo el convoy y rápidamente nuevo frenazo. El suelo de todo el vagón queda regado de ejemplares de Mundo Obrero que han salido disparados del paquete ya completamente desbaratado. La gente se agacha a coger ejemplares y a comentar lo que pone (llamativa la cabecera del periódico con la hoz y el martillo y titulares de gran tamaño). Mi camarada y yo completamente asustados vemos a los policías municipales ir recogiendo por todo el vagón los ejemplares que se han caído. Se acercan, nos dan los buenos días, nos ayudan a recoger y recomponer el paquete de periódicos, consiguen atar de nuevo la cuerda, saludan y se bajan en la estación de Valdeacederas. Probablemente mi actual hipertensión tenga que ver con el susto de ese día.

pedrocasca escribió:

Como se nota vuestra juventud (envidia que me da). En Madrid, año 1973, en la línea 1 de Metro, llegando a la estación de Valdeacederas alrededor de las 11 horas de un viernes. El vagón va con unas veinte personas, entre ellas una pareja de policías municipales de unos cincuenta años de edad. Una camarada del PCE y yo, de la organización de la Universidad Autónoma, estamos hablando y entre los dos llevamos un paquete de unos diez kilos de peso en el que envueltos en papel de envolver y atado todo con una fina cuerda de plástico, van un montón de docenas de ejemplares de Mundo Obrero, periódico del PCE, por supuesto, ilegal y tremendamente perseguido. Frenazo del metro y la cuerda del paquete se rompe, arranca de nuevo el convoy y rápidamente nuevo frenazo. El suelo de todo el vagón queda regado de ejemplares de Mundo Obrero que han salido disparados del paquete ya completamente desbaratado. La gente se agacha a coger ejemplares y a comentar lo que pone (llamativa la cabecera del periódico con la hoz y el martillo y titulares de gran tamaño). Mi camarada y yo completamente asustados vemos a los policías municipales ir recogiendo por todo el vagón los ejemplares que se han caído. Se acercan, nos dan los buenos días, nos ayudan a recoger y recomponer el paquete de periódicos, consiguen atar de nuevo la cuerda, saludan y se bajan en la estación de Valdeacederas. Probablemente mi actual hipertensión tenga que ver con el susto de ese día.

camarada_canario escribió:Una noche encontré una botella de vodka en mi casa, tenía tantos años que todavía tenía la pegatina de la URSS total que decidí bebérmela con unos amigos y a parte compramos otra botella, resultado? Me pasé con la priva y acabé chillando cánticos y consignas comunistas. La gente me miraba con una cara, mis amigos, uno comunista y le otro no tanto, que no habían bebido tanto me siguieron el rollo más que nada por disimular en el momento.

Duende Rojo escribió:Pffff... Menuda caca de situaciones embarazosas. Iba a contar la mía, ya no la cuento.

pedrocasca escribió:

Como se nota vuestra juventud (envidia que me da). En Madrid, año 1973, en la línea 1 de Metro, llegando a la estación de Valdeacederas alrededor de las 11 horas de un viernes. El vagón va con unas veinte personas, entre ellas una pareja de policías municipales de unos cincuenta años de edad. Una camarada del PCE y yo, de la organización de la Universidad Autónoma, estamos hablando y entre los dos llevamos un paquete de unos diez kilos de peso en el que envueltos en papel de envolver y atado todo con una fina cuerda de plástico, van un montón de docenas de ejemplares de Mundo Obrero, periódico del PCE, por supuesto, ilegal y tremendamente perseguido. Frenazo del metro y la cuerda del paquete se rompe, arranca de nuevo el convoy y rápidamente nuevo frenazo. El suelo de todo el vagón queda regado de ejemplares de Mundo Obrero que han salido disparados del paquete ya completamente desbaratado. La gente se agacha a coger ejemplares y a comentar lo que pone (llamativa la cabecera del periódico con la hoz y el martillo y titulares de gran tamaño). Mi camarada y yo completamente asustados vemos a los policías municipales ir recogiendo por todo el vagón los ejemplares que se han caído. Se acercan, nos dan los buenos días, nos ayudan a recoger y recomponer el paquete de periódicos, consiguen atar de nuevo la cuerda, saludan y se bajan en la estación de Valdeacederas. Probablemente mi actual hipertensión tenga que ver con el susto de ese día.

Duende Rojo escribió:Pffff... Menuda caca de situaciones embarazosas. Iba a contar la mía, ya no la cuento.

Duende Rojo escribió:Pffff... Menuda caca de situaciones embarazosas. Iba a contar la mía, ya no la cuento.

Maqui1936 escribió:Va cuento la mía aunque después me de vergüenza seguir en el foro
el año pasado me fui de vacaciones con mi ex y con su madre (que es viuda) ya que tenian un piso en Almería y tal. Mi novia y yo nos quedamos en la terraza jugando a las cartas esperando a que su madre se acostara y cuando esta lo hizo decidimos echar un polvo, mi novia fue al cuarto de baño y dijo en 5 minutos vienes a la habitación. Yo me fumé un cigarro y fui a la habitación, imagino que será por los grados de alcohol que llevaba en el cuerpo me confundí de habitación y me metí en la de su madre, me eche encima de ella y empecé a morrearla y a meterle mano, dándome cuenta a los pocos segundos. Menos mal que era una buena mujer y lo entendió, pero yo me sentí muy avergonzado, y tal fue mi sorpresa hace un par de días que me la encontré por la calle y dijo este finde voy a Almería, haber si repetimos lo del año pasado