Extracto del libro En Marcha con Fidel, 1959, del comandante Antonio Núñez Jimenez, un poco largo, pero apasionante, como se derrota el golpe de estado sin pegar ni un solo tiro.
Dos días después de Camagüey, tiene lugar la conjura contrarrevolucionaria acaudillada por el comandante Hubert Mato, jefe militar de esa provincia.
No puede ser casual que ese mismo día un avión pirata procedente de base yanqui, ametralle La Habana, y deje caer además volante firmados por el ex comandante Pedro Luis Díaz Lanz, quien desde hace algún tiempo vive en los Estados Unidos, donde se presta a la increíble traición de declarar en el senado contra su propio Patria.
Aquel ataque aéreo de Díaz Lanz a la capital de la republica deja el saldo de dos muertos y mas de cuarenta heridos, entre estos, niños y ancianos, mientra que, en evidente coordinación, agentes enemigos perpetran algunos atentados en las calles habaneras, especialmente en Infanta y Carlos III, con granadas de mano.
Relaciona el Comandante en Jefe las actividades contrarrevolucionarias que parecen aislados:
Yo les puedo decir en cambio que existe una relación entre Hubert Matos y Pedro Luis Díaz Lanz.
El conocimiento que tenían en Miami de las actividades de Hubert Matos podía haber propiciado el ataque a la Habana. Eso es cosa que se colige. Es cosa, como se ve, de gente loca, de sinvergüencerías. Es que no se tiene una conciencia real de lo que esta pasando en Cuba. Si se llevara a cabo una maniobra militar con un fin militar, tendría lógica. Lo que paso ayer es una cosa insólita. Atacar a un país, bombardearlo en plena paz. Y debo advertir aquí es el tercer ataque. El día 9 de octubre, al central Niágara; el lunes pasado, un avión parecido a este de ayer dejo caer dos bombas contra el central Punta Alegre. Es el tercer hecho. Quizás ese mismo avión, dando un salto a La Habana, con motivo de la convención del ASTA, terminara su incursión aérea que produjo 47 victimas. Es tan absurdo que no puedo pensar, aunque las acciones se van tramando, que Matos pueda utilizar a Lanz ahora; no puede este incurrir en el error de utilizar a Díaz Lanz, pero él tenia relación muy estrecha con Díaz Lanz y estuvo complicado en los actos de Díaz Lanz. Fue visita de este en el apartamento en que fue a parar Díaz Lanz cuando fue destituido. En una visita que hice a Camaguey, Matos me dijo que él era inocente de aquellos hechos en que estaba involucrado Díaz Lanz. La relación que puede haber es que Lanz aprovechaba las actividades de Matos y aquel estaba informado de los planes de este. Que existe una relación y que esta se mantuvo. En este proceso de Camaguey, los problema de Matos no empezaron ahora.”
Desde mucho antes Matos habían intensificado su campaña anticomunista y reaccionaria. Convencido de que Matos estaba desarrollando una maniobra traidora contra la Revolución y que su desenlace es inminente dentro de las próximas horas, decidió llamar por teléfono, desde Camaguey, a Fidel.
Como tu sabes, Matos, como parte de su maniobra decide enviar una carta “privada” de renuncia, a Fidel, pero antes de mandársela imprime a copia de ella y empieza, mediante sus incondicionales, a distribuirla entre aquellas gentes conocidas por sus posiciones reaccionarias, o por sus vacilaciones, o por sus confusiones políticas, con el propósito de que el mayor numero de personas posibles se enterara de su contenido anticomunista.
Por eso, esta carta deja absolutamente de ser privada y llega primero a los oficiales del Regimiento, a la Dirección Provincial del Movimiento de 26 de Julio, a la Dirección Provincial de la CTC, a las asociaciones de estudiantes, a las asociaciones de campesinas, al fiscal de la Audiencia y a otros funcionarios.
En la noche del día 20, aproximadamente a las 10, comienza un acto en la Plaza de Las Mercedes de la ciudad, con motivo de cumplirse un aniversario más del asesinato del líder campesino Sabino Pupo. El acto se demoraba en comenzar porque los jefes del Movimiento y de la CTC, estaban esperando que llegara el traidor. Este decidió no asistir, con lo cual aumentaba su papel de victimas. Los discursos pronunciados fueron muy vacilantes, y le dije al capitán Oreste Valea que él y yo teníamos que plantear, cuando habláramos, los verdaderos puntos de vista de la Revolución sobre la Reforma Agraria y demás situaciones. Así lo hicimos. Lo seguidores de Matos no se atrevieron a impedirnos hablar. No tengo la menor duda de su traición, y llamo a Fidel.
Le digo, que en mi opinión, el argumento de la infiltración comunista en el gobierno, que da en la carta, no es mas que un pretexto para oponerse al cumplimiento cabal de la Ley de Reforma Agraria: que varios dirigentes estudiantiles preparan algo para el siguiente día y que la actitud del Secretario General de la CTC en la provincia era muy sospechosa.
Entonces me ordena trasladarme inmediatamente a la jefatura de la Policía Provincial de Camaguey, trata de convencer con argumentos a los compañeros que hubiese allí en este momento y evitar sangre.
Me traslado con los otros cinco compañeros a la jefatura de la Policía. El sargento Juan García Molina, que había sido mi compañero durante la clandestinidad en Camaguey, era el oficial de guardia, o sea, el jefe en ese momento. Inmediatamente se puso a las órdenes de la Revolución.
El teniente Antony Ginesta y mi hermano Manuel, también teniente de la Policía, se presenten en la Segunda Estación, que se suma también a la Revolución.
En compañía del capital Orestes Valera, mi primo Roberto y Cesar Selema me dirigo a cada del capitán Arnaldo Perna, jefe de las Fuerzas Tácticas, quien no titubea una fracción de segundo para ponerse a las ordenes de Fidel, y con él y su esposa Niurka no dirigimos al cuartel de las Fuerzas Tácticas. Solo uno de los tres jefes de compañía se declara neutral; el capitán Perna hace ademan de dispararle, pero yo me sitúo entre los dos, lo convenzo explicándole que es preferible que sea neutral que enemigo.
Con unos 200 rebeldes de las dos compañías leales volvemos a Camaguey, Fidel nos indica ocupar las estaciones de radio, la emisora de televisión, de la ciudad, la central telefónica, la planta eléctrica, el aeropuerto, el hospital y una droguería para asegurar medicamentos.
En nuestro recorrido por la ciudad detuvimos los seis yipis militares que patrullaban sus calles armados. Los soldados de cuatro de sus vehículos se pronunciaron por Fidel y a los otros, los detuvimos y los desarmamos.
Al llegar al periódico Adelante, los obreros se pusieron a las órdenes de la Revolución, en el taller encuentro, listas para su publicación, dos notas de prensa sobre la renuncia de Matos.
Ya en una de las llamadas anteriores Fidel me había dicho: “Para allá va Camilo”.
Entrada la mañana, Fidel viene caminando sin armas, con un pueblo atrás, por la calle Republica, y que esta llegando la emisora.
Me ordena informar al pueblo, por radio, que él esta en Camaguey, que se dirige a las oficinas de la Dirección Provincial del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), y espera allí a todos los revolucionarios camagüeyanos.
Al llegar, decenas de miles de camagüeyanos ocupan ya los alrededores del INRA, demostrando la proverbial lealtad camagüeyana a la Revolución.
En el patiecito interior de las oficinas del INRA encuentro a Fidel junto a Camilo, Fidel Ordena comenzará la marcha a pie y sin armas sobre la jefatura del regimiento militar.